Partida Rol por web

¡¡Te equivocas!!! No la habría tocado!!! 

Nota como una flecha se clava en su pecho sin mucha fuerza pero no se detiene en su empeño, la herida de la pierna es mucho más dolorosa y la rabia le da fuerzas donde no las debería haber. Carga una nueva flecha y apunta de nuevo apurando el tiempo antes de que Casius dispare otra vez. Un duelo de flechazos. ¿Así es como terminaría todo? Había fallado el primer tiro por muy poco y ahora no veía salida pero al menos intentaría vengarse.

Mientes perro, lo veo en tu mirada..!! ¡¡Yo moriré pero tu iras al infierno!!

De nuevo vuelve a disparar otro proyectil pero esta vez pasa muy lejos de su destino ideal. Ya sólo le quedaban 3 flechas. 

Puta armadura..

¡Ja! Y voy yo y me lo creo. Te he visto matar a otros sin dudar. No hubieras sido capaz de sacrificarte. Y no, no te miento. Estaba maldiciéndome como tú cuando le clavé una flecha en un ojo.

Su siguiente flecha sale muy desviada, debe estar muy flojo ya. Y además pretenderá atravesarme la cabeza, es casi el único punto vulnerable.

Eres un estúpido. ¡¡¡ ESTO ES EL INFIERNO !!!

¿Es que no te das cuenta tonto? Nos juntan, nos tienen unos días viéndonos, conciéndonos, permitiendo que establezcamos relación entre nosotros para después encerrarnos aquí y hacer que nos matemos unos a otros. Hablamos, caminamos, comemos, descansamos, peleamos. Todo lo hacemos juntos. Cuando empiezas a sentir a ese extraño como un hermano has llegado al punto en que debes matarlo o morir a sus manos. Un infierno.

La siguiente flecha cae como la primera en el cuerpo de Kim. Realmente acabará hecho un coladero si aguanta mucho más. No pienso parar. Lo atravesaré con todas las flechas que tengo si es necesario.

Yo sobreviviré a este infierno.

Saldré de aquí.

Me redimiré.

El siguiente flechazo duele más que el anterior. Pero su cuerpo está tan en las últimas que ya apenas oye con claridad las palabras de Casius. Oye algo de maldiciones , infierno y redención. Con los brazos temblando coge la que seguramente será su última flecha.

Si.. saldrás de aquí...   ¿pero redimirte? -le entra una risa tonta que va seguida de algunos espasmos y toses sanguinolentas.

Maldito cabrón.. al menos podias quitarte la armadura.. así no hay quien a..tine.. couhhghg..

La flecha vuelve a pasar zumbando junto a la cabeza de Casius. Kim chasquea la lengua.

Por poco.. joder.. se.. acabo... 

No entiendo lo que dice pero su flecha habla por él. Casi me da otra vez. Tengo que matarle. Tengo que acabar con esto.

No quiero ni imaginar la pesadilla que habría sido enfrentarme a Tess y Kim en condiciones normales. Es evidente que Kim habría luchado por ella y aunque con suerte hubiera acabado con uno de ellos el otro me habría matado. No creo que hubiera podido ni con uno.

Y entonces  . . .  ¿qué habríais hecho? ¿Pactar la muerte de uno de los dos? ¿Un suicidio? ¿Una ejecución?

¡Puaj! Bonito pero poco apropiado para los juegos.

Estoy algo distraído cuando suelto la siguiente flecha que sale baja.

Concéntrate Casius, idiota. Si vas a salir de aquí más vale que termines con esto de una vez. Pero de verdad.

La última flecha de Casius fue suficiente para que Kim se desplomase por el shock. Tenía unas cuantas flechas clavadas por todo el cuerpo y sangraba abundantemente. Pero aún no estaba muerto, sólo inconsciente.

Era el momento de rematarlo... ¿honorablemente?

Estaba ya colocando otra flecha cuando veo caer el cuerpo de Kim.

Ha caído.

¿Ha caído?

No ha sonado ningún cañonazo, aún debe estar vivo. Esto aún no ha acabado.

Puedo sentir como el torrente de adrenalina que me ha mantenido hasta ahora va desapareciendo de mi cuerpo. Es casi una sensación física, una ausencia de algo importante y vital. Dejo caer el brazo. Dejo caer el arco. Dejo caer la flecha. Me agacho a recoger la katana y descubro que los calambres han vuelto. Y el frío. Y el miedo.

No, el miedo nunca me abandonó. El miedo fue mi compañero siempre. Miedo a morir. Miedo a traicionar. Miedo a ser traicionado.

Arrastrando la hoja metálica me acerco al cuerpo inerte de Kim. Un lento paso tras otro hasta llegar a poca distancia de él. Le miro ahí caído. Recuerdo como hace pocos días estábamos en la cornucopia peleando juntos por el botín. Alegrándonos por el mal que ahora nos hemos inflingido. El miedo estaba ahí entonces aunque no lo haya sabido hasta ahora. Lo malo es que sigue aquí conmigo ahora. ¿Por qué?

Levanto la espada sobre mi cabeza y sólo un susurro sale de mi boca . . . adiós. Resbala por mis labios y se desliza hasta el pecho sanguinolento de Kim. Luego es la espada la que cae sobre mi hermano y enemigo, poniendo fin a todo sufrimiento.

El miedo sigue conmigo. ¿Por qué?

Por que hoy es el primer día del resto de mi vida. Tengo miedo al futuro. Miedo al remordimiento. Miedo a las maldiciones de los muertos. Miedo al rechazo. Miedo al odio. Miedo a la envidia.

Tengo miedo . . .

La espada provoca el último cañonazo, y la voz del presentador resuena en la noche invernal:

-¡CASIUS CLAYTON GANA LOS SEPTUAGÉSIMO TERCEROS JUEGOS DEL HAMBRE!

Suena el himno de Panem y un aerodeslizador baja para recogerle. Luego todo va muy deprisa, pero se lo llevan a una sala donde le inspeccionan, le dan una un par de calmantes para reducir su nivel de adrenalina y su ansiedad y le dejan descansar.

Y al fin puede dormir... a salvo.