Partida Rol por web

- Parece que... Jesús no ha muerto aún. O quien fuere! Del pozo solo podía apreciarse negrura sin fin, pero al acercarse a la cruz, la rubia logró ver que no era una estatua la que colgaba, sino una persona agonizante. Alambres de espinas laceraban su carne, que goteba gota tras gota.

- Veamos como te sientes...

Cuando llegas a los tapices los inspeccionas y los mueves, esperando encontrar algun pasadizo detrás de ellos. Tocas la pared, la golpeas ligeramente, pero nada, no parece haber ningun pasillo a la vista o oculto, como si aquellas criaturas hubieran aparecido de la nada o atravesado las paredes. Quien sabe, al fin y al cabo parecían tener esa consistencia líquida al final...

Te esfuerzas soberanamente en intentar ver el aura del sujeto, pero nada sale de aquel cuerpo agonizante, que sigue jadeando ligeramente hasta que...

De repente, un grito enorme resuena entre las paredes, haciendo eco en cada esquina de aquella nave en forma de cruz. Rasga el aire, denotando el enorme sufrimiento de la persona de cuya boca sale.

Girais la vista, y os dais cuenta de que el sonido viene desde donde está Maxine, concretamente delante de ella, donde el crucifijo que se alza portando lo que parece ser una estatua. Pero al fijaros mejor, notais que se mueve temblorosamente, afectado por el dolor. Esta vivo, y sufre enormemente las heridas que recorren todo su cuerpo.

- De acuerdo, eso se llama un símbolo de profanación - Kaela mira detenidamente el Cristo y va por Maxine. La aleja de allí un poco. No se sabe qué podría caer de semejante atrocidad.

Sobresaltada miro al crucifijo -tenemos que bajarlo de ahí- miro a los demás -¿pero... como? sin causarle más dolor del que ya siente-

Alexandra procura no mirar hacia el crucifijo ya que no le gustan demasiado ese tipo de escenas, pero si que añade:

- Dudo mucho que podamos sacarle con vida de ahi, creo de hecho que es un poco como lo de la otra sala, no se porque pero cada vez me  huele mas a los Tzismices, y eso no me gusta nada de nada

Dejo por un segundo lo que estoy haciendo, atraído por el debate que se estaba dando. Me acerco al grupo y escucho con atención Creo que tienes razón digo señalando a Alexandra el tema es que si terminemos con esto, seguro pasaremos a otra escena peor, y antes de que eso pase, tendremos que organizarnos! Estas criaturas eran insignificantes y aun asi nos hicieron daño, cuando enfrentemos una batalla real no podemos dar nuevamente esta ventaja.

Miro a Alexandra y al Gangrel, no enfadada, pero si decepcionada por su poca humanidad -Sigo pensando que deberíamos bajarlo de ahí, quizás tenga algo de información que nos pueda servir y en este hombre lo vemos no es como el saco que gemía- miro al hombre -Además quizás pueda ver información en sus ojos si no nos la da, porque no este vivo- miro a los demás sabia que muchos vampiros evitaban la nigromancia, pero ya que en pelea no servia de nada, nigromancia si era su fuerte.

Mientras el grupo se debate en como debe de actuar y Kaela y Maxine ya se han alejado de la zona cercana a la figura, todos se giran de golpe parar mirar hacia la cruz cuando de esta surge un fuerte sonido de algo pesado al caer al suelo.

En el suelo yace la figura que antes se hallaba en la cruz. Lentamente, con movimientos lamentables, va poniéndose en pie. Los cables que rodean su cuerpo van aumentando su tensión, incrustándose en su carne y aumentando el sangrado. La criatura avanza, con pasos lastimeros, mientras muestra en su rostro una mueca desencajada que en algún tipo de mente psicótica podría pasar por una sonrisa demasiado abierta y deforme.

Paso a paso, el cable se aprieta más, y va seccionando los miembros de la criatura. Sus brazos caen al suelo, convulsionando levemente como si se tratara de la cola que se le acaba de caer a un lagarto, pero aun así, su andar no pierde el ritmo, y su rostro no pierde esa sonrisa de pesadilla.

Maxine no puede dejar de sentir un poco de piedad por aquel cuerpo que va perdiendo sangre y miembros. Al menos hasta ver que una especia de sonrisa se dibuja en su cara. ¿Qué demonios era aquello?

- Creo que los fortachones pueden preparar sus garras de nuevo... Dice mientras retronece sin dejar de ver a la creatura.

A Kaela le da gusto ser astuta y veloz. Se tira con Maxine hacia atrás esperando que ese desagradable ser ser vaya desmembrando. La verdad no quisiera tener que tocarlo y menos acercarse a eso.

- La verdad no quisiera tener que luchar contra una criatura desagradable otra vez, pero si no hay opción, se hará - Kaela piensa en la textura de ese ser y la sonrisa que tiene. Mientras tanto intenta pensar si el símbolo puede ser lo que la criatura quiere. Intenta recordar nuevamente si el símbolo le recuerda algo sobre la organización a la cual pertenece

Observa como el "hombre" se va acercando y ahora no piensa en sacarle información, de hecho duda que sepa o sea capaz de hablar, retirada de delante de la criatura ve como se va desmembrando solo. Quizás si esperase a que se desangrase y muriese podría mirar en sus ojos.

Oigo a mis compañeros hablando de fondo mientras compruebo un par de tapices pero detrás de ellos no hay absolutamente nada. Así pues la naturaleza de esas criaturas era más sobrenatural incluso de lo esperado, ¿pero quién podría tener poder suficiente para transformar el líquido en cuerpos sólidos?, ¿una combinación de tzimisces y tremere? Desde luego esa sería una alianza a temer pero aún así demasiado extraña y forzosa así que por el momento, y a falta de pruebas, la deshecho rápidamente.

-Aunque liberarle suponga más trampas y problemas tampoco parece que tengamos más opciones. ¿De verdad creéis que nos dejarán seguir adelante sin seguir su juego?- pregunto de manera retórica a los más escépticos aunque entonces el cuerpo del supuesto humano cae estrepitosamente al suelo y por tanto ya no parece necesario que nadie le "ayude" a liberarse.

-Joder, maldito pirado- espeto un tanto contrariado al contemplar su cara de psicótica felicidad en cuanto su primera extremidad es cortada por lo sano, seguida de otra. Después de eso me acerco a él con la intención de frenarle y que pare de perder partes del cuerpo agarrándolo con fuerza del cuello -¿Quién te ha subido allí arriba?, ¿quién eres?- pregunto imperativamente en un intento de conseguir algo de información antes de que muera, algo para lo que no creo que tarde más de unos segundos, pero aún así había que intentarlo.

Alexandra prefiere alejarse de la escena en donde sucede aquello tan desagradable, la vampiresa se queda unso segundos mirando el suelo para mirar de nuevo el techo y quedarse unos segundos pensando, entonces se gira y camina acercandose a sus compañeros

- Alguien con la habilidad de ver las almas ha examinado la sala? 

Escucho las palabras de Lady Giovani con atención, pero cuando estaba por contestarle, la grotosca criatura hace su aparicion.

-Tendremos que dejarlo para otro momento.-

Me detengo a observar cada uno de sus gestos, sus movimiento y casi me costaba creer lo que estaba viendo.

-Odio estos juegos.- susurro para mi mismo, al mismo tiempo que Jack avanza y lo coge del cuello. Una dibuja en mi rostro mientras pienso - es impulsivo, pero mu gusta que otro tome las iniciativa...y corra tambien los peligros- 

Comienzo a rodearlos mientras busco algún objeto que pueda lanzarles en caso de que sea necesario. 

Puedo vovler a intentar lo del aura? Por las dudas tiro nuevamente!

La criatura sigue avanzando, lenta y lastimera, a la par que sonriente. Una estampa demasiado inquietante.

Jack se adelanta, confiado y nervioso, intentando pararlo en seco, pero llega un segundo tarde. Cuando su mano va a llegar al cuello de la víctima, el cable situado alrededor de este ya se ha tensado lo suficiente y rasga la carne, el músculo y el hueso, cortando el cuello y dejando la cabeza suspendida en el aire durante una fracción de segundo.

Por acto reflejo prácticamente, Jack, con su mano a punto de apresar al hombre, agarra la cabeza justo después de su fatal desenlace, y el cuerpo cae pesado delante de él, sangrando todo lo que no habían sangrado las otras cinco criaturas. No pasa mucho tiempo cuando de nuevo esa risa inquietante, esquizofrénica, enloquecedora, comienza a resonar por toda la sala. Su origen: las manos de Jack.

Allí está, la cabeza sin cuerpo, totalmente viva, gritando y riendo como si estuviera poseída por algo.

Sorprendidos, reaccionáis, pero vuestra vista comienza a nublarse. El cuerpo se siente pesado y la imagen de aquella iglesia comienza a distorsionarse poco a poco, hasta que todo se vuelve negro.