Uno a uno fuisteis entrando en la cueva detrás del profesor. A lo lejos podíais oír el furor de los piratas, de aquellos que os perseguían y también, de los que continuaban luchando contra las bestias aladas en el barco.
Pero cuando algunos de vosotros mirasteis hacia atrás, visteis que todavía no estabais todos. Anne y Sarah se habían quedado atrás. Eso significaba que como no apretaran, los piratas acabarían atrapándolas.
Estábamos teniendo muchísima suerte porque el barco se encontraba fondeado al lado de tierra, o como fuera que se dijera en argot marinero, así que todos echamos a correr por la pasarela hasta conseguir pisar tierra firme. Por unos segundos me quedé mirando a mi alrededor para ver dónde estábamos y mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que el faro se veía tan cerca, o por lo menos más cerca de lo que yo creía. Pero había un pequeño problemilla que nos iba a impedir ir directamente hacia allí.
Entre nosotros y el faro venían corriendo más piratas, de dónde habían salido no tenía ni idea, pero entre la batalla que se estaba librando entre los bucaneros y los bichos gigantes voladores, y los que venían corriendo hacia nosotros con cara de pocos amigos y las armas preparadas, no nos quedaba más remedio que echar a correr en sentido contrario. De pronto me acordé del capitán Sparrow corriendo delante de los nativos y, si aquella situación no hubiera resultado tan peligrosa, me hubiera echado a reír allí mismo.
Escuché las voces del profesor gritando que había unas cuevas donde podíamos esquivar a nuestros perseguidores y, después de perder unos segundos preciosos que a punto estuvieron de hacer que me pillaran, eché a correr con toda mi alma detrás de mis compañeros a los que ya veía desaparecer en el interior de la cueva. Desde luego esa aventura estaba consiguiendo que yo hiciera más ejercicio que cuando estaba en el instituto, además de que ya llevaba un buen rato sin tropezarme con nada ni con nadie, algo por otra parte que se podía considerar un auténtico milagro.
Llegué junto al resto sintiendo el corazón golpeando con fuerza contra mi pecho y la falta de aire me hacía parecer un pez boqueando fuera del agua. Apoyé la espalda contra la roca de la cueva y, doblada sobre mí misma, intenté recuperar aire con las manos apoyadas en mis rodillas.
—¿Estamos todos? —aún no me había dado tiempo a comprobar si faltaba alguien ya que estaba convencida que yo había sido la última en echar a correr.
Motivo: Correr
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+2)=11
La cubierta se llenaba de cuerpos, de ambos bandos.
Tras ponerse Scott en pie, corrí tras de él, siguiendo al profesor hacia las cuevas.- Vamos,vamos!- Animé al resto a correr.
Los piratas estaban intentando reducir a las bestias, y salvo algunos que otros, no nos prestaban atención. Bueno, solo algunos, que en cuanto nos vieron y reconocieron, la cubierta se llenó de gritos y mas gritos.
- Esto nos vendrá bien.- pensé mientas recogía una espada de pirata de la cubierta.*
Me entretuve hasta que Sarah consiguió llegar y después, entré yo en la cueva. Esta sonriente. No sabía porqué. Esa sensación de peligro...uff... miré a todos con una luz azul en mis ojos que demostraban felicidad, pese el peligro.- Uff casi...
Motivo: Run to las cuevas!
Tirada: 1d10
Dificultad: 6+
Resultado: 6(+4)=10 (Exito)
* Puedo hacer eso, jefa?
Sí, no hay problema. Armada y peligrosa jajajaja
Estabais todos por fin. De alguna manera, habíais conseguido llegar hasta allí, huir de aquel barco atestado de piratas, aunque ahora solo había un camino posible... si es que alguna vez había sido de otra manera.
Seguir por la cueva.
Pasamos al siguiente capítulo que abro en cuanto pueda ;)