Cuando oí la voz de Galeas me volví para mirarle para mi sorpresa, los cuatro estábamos despiertos y deseando salir de allí. Era ingenioso encerrarnos en esta prisión entre nosotros, volviéndonos locos mientras pasaba el tiempo lento y aburrido..
-¿A puñetazos?-pregunté extrañada. Me levanté del suelo y me quedé mirando a los chicos. -Estamos en Avalon, deberíamos poder cruzar el lago y llegar a la orilla. Pero sólo veo agua. Pero como dice Galeas, debe ser una ilusión..... esperaremos al amanecer antes de salir a ciegas a nadar. Quizás a alta mar-comenté.
La extraña tranquilidad que habia prescedido a sus sueños se desvanecio como el humo cuando una vez mas sus dudas y problemas volvieron a asaltarlos,al parecer sin importar cuanto quisieran olvidar aunque fuera por un segundo su situacion sus cerebros volvian una y otra vez sobre lo mismo como un perro rohiendo un hueso-una gran idea aunque no creo que sea aplicable a nuestro dilema-dijo mordred mientras intentaba contener la risa al escuchar la respuesta tan directa de galeas,sin duda cuadraba con su estilo el resolver todo tan rapido como fuera posible aun cuando a primera vista no pareciera un obstaculo que pudiera conquistarse por la fuerza bruta-si la barrera existe lo mas probable es que solo bloque la magia unos kilometros alrededor de la isla,si logramos construir un bote y alejarnos deberiamos ser capaces de usar la magia-dijo haciendose eco de la idea que les habia proporcionado elizabeth,a diferencia de ella el no creia que pudieran encontrarse en avalon pues la isla estaba emplazada sobre un poderoso nodo de magia que ninguna barrera era capaz de contener.
Una vez mas sus deliberaciones no los estaban llevando a ningun lugar concreto aunque al menos ahora tenian un plan mas definido y eso al menos era mejor que nada-en la noche los problemas siempre parecen mas oscuros de lo que realmente son-dijo repitiendo una frase popular de aquellas tierras-estoy seguro que en la mañana veremos todo mas claro,pero si todo falla supongo que podemos seguir el plan de destruir el problema a puñetazos-dijo como ultimas palabras antes de tirarse una vez mas sobre la hierba mientras miraba en direccion a eli como invitandola a recostarse junto a el,podia ver que la ausencia de magia la tenia sumamente preocupada pero tal como habia dicho caminando a ciegas no iban a lograr nada.
-¿A puñetazos? A puñetazos ¿contra qué? -dije mirando a Galeas con una expresión a medias entre el enfado y la diversión.- ¿Contra la hierba? ¿Contra el agua? ¿Te vas a liar a puñetazos contra el aire? Quizás lo mejor es que empieces dando cabezazos contra las rocas, a ver si de esa forma consigue entrar algo de sentido común en esa cabeza dura que tienes.
Le di la espalda para escuchar las propuestas de los otros e intentar pensar, entre todos, una solución a nuestros problemas.
- Creo que lo mejor que podemos hacer es alejarnos de la costa y ver si la magia vuelve a vosotros. Pero mientras, deberemos descansar y recuperar nuestras fuerzas y energías, mañana las necesitaremos.
E imitando a Mordred volví a tumbarme en el suelo.
Galeas miró a sus compañeros y a sus reacciones, y sólo pudo mostrar una sonrisa y encogerse de hombros. Pensó en una de las primeras lecciones de adultez que recibió, y era que cuando estuviera en grupo y las cosas no estuvieran claras, soltara lo más directo, ruidoso y alocado posible. Una de cada 7 veces, era la solución en mayúsculas. Las otras 5, terminaría desbloqueando la mente de alguien y daría con la solución realista, sensata y eficaz. La otra sólo sería una pérdida de tiempo, así que siempre se saliera con la suya, se asegurase de tener mujeres en el grupo para evitar perder el tiempo.
Visto lo visto, mañana iba a resultar una solución. Iba a intentar soñar, no que se quedaba en la isla para siempre, sino intentaría soñar (o más bien delirar) en que se convertía en un super-hombre y sus puñetazos no sólo lo liberaban de allí, sino que afectaba a la realidad y volvían a una Camelot donde las cosas eran como debían ser. Luego intentaría soñar que Mondred se iba todo el día de allí buscando la solución, y Galeas se pasaba el día entre los pechos de Eli y las piernas de Lilyan, hasta que Mondred castigado para intentar escapar de allí lo habían convertido en una mujer de sedosa melena oscura............ vale, esto último era extraño hasta para él. Mejor desconectar el cerebro y simplemente, dormir.
Volví al pecho de Mordred. Cerré los ojos y tuve sueños extraños. En ellos la dragona me hablaba, me daba lecciones y yo me volvía verde y escamada. La isla temblaba, las ruinas caían por los acantilados, el agua tragaba la isla y allí estaban mis amigos. Los tres tirados en un charco de sangre, muertos.
-¡No! -gemí. Pero los sueños sólo acababan de comenzar. Mi vientre se hinchó, se movía, podía notar sus uñas clavándose en mi interior. Arturo había creado un monstruo en mi seno y ahora me rasgaba queriendo salir.-No...-volví a gemir. Ginebra reía, Arturo reía, Merlín reía. Todos reían mientras los cuatro monigotes de siempre, en medio de una sala, desnudos. Obligados a fornicar entre nosotros sólo para su divertimiento. Así no. -No... -volví a gemir. Me desperté sudorosa y comprobé que el día había comenzado.
Las palabras de lilyan pusieron fin a sus discusiones y volvieron a dormir aun cuando ninguno de ellos estaba demasiado convencido de que pudieran descansar,una vez elizabeth se recosto a su lado mordred la envolvio con un gesto protector y se quedo dormido con su cabeza apoyada en el suave cabello de eli.
Pero la oscuridad y la duda de su mente solo se volvia mas negra y retorcida a medida que se adentraba en los tortuosos recovecos de su mente,veia la ciudad consumirse en medio de llamas y caos mientras la batalla entre avalon y las fuerzas de arturo continuaba cada vez mas encarnicada.Podia ver como el padre de lilyan combatia con lagrimas en los ojos dando muerte a muchas criaturas del bosque a quien conocia de toda la vida,vio a nimue quien victoriosa se alzaba sobre el cadaver destrozado del padre de galeas.En medio de todo aquel caos de gritos y lamentos pudo ver como sus propios padres eran los que se encontraban en el ojo del huracan,arturo blandia a excalibur con ira asesina mientras morgana desaparecia una y otra vez esquivando sus golpes con una sonrisa burlona mientras lo veia fallar una y otra vez,merlin sin embargo no estaba en ninguna parte que pudiera ver en su sueño como si se hubiera retirado a un lugar apartado lejos de toda aquella masacre.
Antes de que pudiera entender que pasaba el sueño cambio bruscamente a una escena extrañamente feliz,se encontraba en un altar en lo profundo del bosque con los grandes robles sirviendo como una gran catedral al evento que alli se realizaba,vio a elizabeth en un vestido compuesto de hojas y ramas y comprendio que estaban alli para casarse.Su padre la llevo hasta el centro del claro y fue la misma dama quien los unio en amor eterno mientras todas las personas que alguna vez habia conocido le sonreian ahora como si fueran amigos de toda la vida,por un instante fue feliz mientras su padre lo coronaba pero una nube de oscuridad se llevo todo y lo dejo solo con elizabeth,cayo muerta en medio de una terrible agonia y de su interior surgio un monstruo que salto para devorarlo mientras todos los rostros se convertian en mascaras que proferian risas malevolas e inhumanas.
Cuando el amanecer finalmente llego para dispersar las sombras se encontro cubierto de un sudor frio que nada tenia que ver con el rocio que brillaba como diamantes sobre la hierba-tenemos que regresar,algo terrible esta pasando-dijo mientras miraba a elizabeth a los ojos viendo que los mismos horrores la habian asaltado en sus sueños.
Fue cerrar los ojos y las pesadillas volvieron con más intensidad. Me encontraba rodeada de sangre, fuego, destrucción,... guerra. Mis ojos lloraban por el humo que lo envolvía todo mientras mis fosas nasales se llenaban del olor a muerte y descomposición. No sabía muy bien dónde me encontraba, pero empuñaba con rabia mi espada intentando guiarme por los sonidos que me rodeaban, buscando un resquicio de aire puro en la densa humareda. Avancé a tientas pisando cadáveres, oyendo los gritos de los agonizantes, hasta que me encontré en un claro donde el aire era limpio y llegaba la luz del sol. En el otro extremo se encontraba mi madre con Arturo a su izquierda y mi padre a su derecha. Cuando la vi, una oleada de rabia me inundó, cargué contra ella con el odio dibujado en la cara, sólo quería atravesarla con mi espada, acuchillarla una y mil veces con la daga que me había regalado mi padre. Corrí con todas mis fuerzas hacia ella, que se reía y mofaba con saña mientras Arturo se preparaba para defenderla, miré por unos instantes a mi padre inmóvil, como tallado en piedra, sin hacer ningún gesto ni hacia su amada ni hacia su hija, vacilé por unos instantes pero al volver la vista hacia Ginebra y ver la risa despectiva que me dirigía no lo dudé más, y seguí corriendo. Seguí corriendo pero nunca llegaba, las fuerzas empezaban a fallarme y el aliento me abandonaba, pero seguía corriendo hasta que ya no pude más y caí de rodillas llorando de frustración y miedo.
Desperté empapada en sudor y comprobé que todavía no había amanecido. Mis compañeros parecían seguir durmiendo, aunque de manera agitada. Me levanté intentando no despertarlos y salí fuera de la cueva, al frescor del cercano amanecer. Me senté en una roca mirando fijamente la oscuridad y escuchando el agua golpeando contra las rocas. No sé cuánto tiempo estuve allí ensimismada, pero cuando me quise dar cuenta la luz del día ya había aparecido. Volví a la cueva preparada para buscar una salida de aquella isla a tiempo de escuchar a Mordred.
- Sí... la oscuridad cubre el mundo...
Algo rozaba sus mejillas suavemente. Sus párpados. Las yemas de sus dedos. Sus muñecas. Mecía su pelo. Y con dificultad, aunque no notaba cansancio alguno lograba abrir los ojos. Y veía lo que lo envolvía. Agua, agua por todas partes. Aunque era calmada, estancada, no parecía que hubiera caído al mar ni a un río, estaba en otro sitio. Pero estaba en el fondo del agua, y sólo veía eso, agua a su alrededor y como sus pulmones lo oprimían mientras se iba el aire. Con un nudo en la garganta y una presión cada vez más fuerte, empiezo a bracear hacia arriba... o hacia abajo, aunque posiblemente era que estaba cabeza-abajo puesto que la luz estaba a sus pies. Pero parecía estar a mucha profundidad, pues apenas iba acercándose la libertad y cada vez estaba peor... no iba a conseguirlo, iba a morir allí sólo y sin que nadie lo supiera. NO!!! Las palabras no se oyeron, pero si las dijo y empezó a tragar agua que empezaron a arrastrarle más hacia abajo, pero su cuerpo luchó con todas sus fuerzas y empezó a llegar al tope...
Y salió de la superficie del lago. Galeas intentaba respirar mientras intentaba sacar agua de su cuerpo, y casi por inercia llegó a una de las orillas del mismo. Intentaba recuperar algo de aliento cuando se percató que había salido de las profundidades de un lago. Como su madre cuando sacaba una de sus espadas para entregársela a alguien digno. ¿Era él otra arma? ¿Pero para quién? Galeas se giró e intento ver a alguien, pero no había nada más que árboles quemados y destrozados, y una sensación apestosa a muerte. Gateando más que caminando se acercó a los árboles y cogió a uno por la rama para aguantarse, pero esta se quebró y cayó mucho más lejos que al suelo. El golpe fue contra algo muy duro, tanto que casi pierde la consciencia. Cuando se percató de lo que era, su cuerpo se estremeció. Eran las murallas de Camelot, y cuando se giró vio como los caballeros de Arturo celebraban la victoria ante montones de cadáveres. Allí estaban Elizabeth, Mondred, Lilyan... ¿y esa mujer? No la podía ver bien, pero si veía quien se había alzado de su lado todo desnudo y presuntuoso. Su padre, el cual parecía una versión demoníaca que le hablaba con lengua viperina. Me he tenido que volver a follar a esa puta - decía señalando a una mujer que no sabía si ni siquiera estaba viva - Quiero un heredero, uno de verdad. Porque tu, ingrato bastardo desagradecido, es-tas mu...
NOOOO!!! - un grito salido de lo más profundo de mi ser acompaño mi despertar. Estaba empapado, aunque era de sudor, y los puños parecían que llevaban rato cerrados con toda su furia, puestos que los nudillos estaban bien blancos y le costó al momento lograr abrir de nuevo las manos. Tras ello miré a mi alrededor y vi a mis amigos con vida. No... no antes que tú.
Me levanté. Les miré. Y me quedé mirando a Mordred. Todos nos estábamos volviendo locos, quien nos había encerrado en este lugar sabía bien lo que hacía. Aunque creía que nos protegía del mundo hostil que nos rodeaba. Se habían equivocado.
Ya era de día, el rocío humedecía la hierba que pisaba con los pies desnudos. Y sentí una angustia terrible cuando mi mirada se alzó hacia el alto de la cascada, donde estaban las ruinas.
-¡Debemos subir! -exclamé.-Ahí está la salida. No es atravesar la barrera, no es nadar, no es gritar ni enloquecer. Es subir, atravesar la puerta que nos llevará de nuevo a la realidad. -Los miré- ¡Esto es Avalon!-proclamé.-Nos han traído aquí con magia, o yo lo he hecho... no lo recuerdo.-Suspiré, me dolía la cabeza.-Debemos volver a Camelot y saber lo que ocurre.- Me acerqué a la falda del precipicio, alcé la mirada. Parecía que la cima estaba mucho más alejada que el día anterior.
Y un feroz temblor me hizo caer al suelo. La isla temblaba entera. Los miré asustada.
-¿QUÉ ESTÁ PASANDO? -chillé. Una llamarada sobrevoló nuestras cabezas y un rugido estremecedor resurgió en toda la isla. Mis ojos se abrieron de par en par.- ¡CORREEEEEEDDD! -grité.- ¡¡DRAGGGGGGOOOOOOÓNNNN!!
Las personas que salieron de la cueva aquella mañana parecian totalmente distintas a los jovenes que habian estado jugando sobre la hierba el dia anterior,parecia que llevaban siglos atrapados en aquel lugar aun cuando no habian pasado aun 24 horas desde la desastroza revuelta que los habia confinado a esa roca.No estaba seguro si se trataba de algun efecto magico de la isla o si solo era su propia conciencia pero al parecer ni el ni sus amigos eran capaces de escapar al tormento de sus propias mentes,las palabras de elizabeth sonaban seguras en medio de la deseperacion que suponia estar un minuto mas en aquel lugar,nunca penso que realmente desearia regresar a camelot tanto como lo anhelaba en aquel momento,necesitaban completar el circulo para poder descansar tranquilos,tenian que destruir a sus progenitores si deseaban de una vez por todas liberarse de su sombra siempre amenazando en el borde de su conciencia,al final galeas habia tenido razon cuando decia que debian buscar venganza.
El repentino temblor lo saco de balance pero aun asi fue un cambio bienvenido en contra de la pacifica incertidumbre de la isla,fuera lo que fuera aquella criatura en realidad era evidente que su funcion era evitar que llegaran a lo alto de la cascada hasta la puerta que los regresaria a su hogar-tenemos algun plan para combatirlo sin magia-dijo mientras empezaba a correr junto a todos los demas tratando de evitar las abrasadoras llamas de la criatura,sin magia no tenian forma de exterminar a la bestia pero sin magia el dragon tampoco podria sustentarse a si mismo por mucho tiempo,todo lo que necesitaban hacer era esperar que la falta de magia terminara por agotar a la criatura.
¡Las ruinas! Claro, aquello tenía sentido. Allí seguramente se encontraba la puerta para volver a casa, pero ¿cómo lo harían? Lo mejor sería ir a investigar y encontrar el portal que nos llevara de vuelta a Camelot. Tenía miedo de ver lo que nos encontraríamos al llegar y en mi corazón sabía que no sería nada bueno.
Me dirigí junto a mis amigos hacia el precipicio que nos conduciría hasta las ruinas. Parecían tan lejanas... pero nada nos impediría conseguir nuestro propósito. ¿Nada? Toda la isla empezó a temblar de tal manera que, si no me llego a apoyar firmemente en las rocas, hubiera acabado en el suelo. Un estremecedor rugido y el grito de Eli hicieron que levantara la vista atemorizada, pegándome a las rocas para que la llamarada que se escapaba de aquellas fauces que nos sobrevolaban no me alcanzaran.
Aquello no podía estar pasando, algo o alguien no quería que escapáramos bajo ningún concepto de la isla. Pero teníamos que hacerlo, era muy importante que regresáramos a Camelot antes de que algo espantoso sucediera. La oscuridad lo invadiría todo y no podíamos permitirlo.
Eché a correr de vuelta hacia la cueva para resguardarme y pensar cuál sería la mejor manera de acabar con el dragón, aunque sin magia sería casi imposible. Tendríamos que idear cualquier otra estratagema para deshacernos de él, engañarlo de alguna forma...
- Sin magia no lo conseguiremos. Yo procuraré distraerlo de alguna forma mientras vosotros váis hasta las ruinas e intentáis escapar. ¿De acuerdo?
Galeas se acercó con el rostro serio hacia sus amigos, pero su cara cambió rápidamente a una más alegre cuando Elizabeth pareció encontrar el camino de vuelta. De vuelta a Camelot, pues su casa ya no tenía claro que lugar de los dos era. Y entonces, cuando la cosa parecía simple, se truncó de la peor forma posible. Un dragón, un puto dragón! ¿No representaba que eran seres mágicos y que aquí no había magia? ¿Porque de entre todos los seres tenía que conservar las fuerzas un dragón? Entonces Lilyan habló y le dio un vuelco en el corazón.
Por mis cojones lo vas a distraer tu. Soy más hijo de Ávalon que ninguno de vosotros, y si se trata de huir os puede asegurar Mondred que tengo más experiencia que ninguno. Así que si alguien tiene que hacer de cebo mientras el resto escapa, id vosotros delante. No será un dragón el que me impida regresar a Camelot.
Me quedé mirando a mis amigos. Uno por uno, pretendían sacrificarse por los demás, para que volviéramos a una casa que ni siquiera sabíamos si existía. No dije nada, me limité a observar, a sentir como el suelo temblaba bajo mis pies, y oír como pretendían dar sus vidas cuando yo los había salvado una vez. Lo volveré a hacer pensé y mientras discutían entre ellos. Retrocedí lentamente.
-Yo soy magia -balbuceaba mientras me alejaba de ellos sin que me escuchasen. Me eché a correr en dirección al monstruo. -Tú eres como yo -susurraba.- Por mis venas corre tu sangre.- Y entonces apareció frente a mí. Parecía que sonreía.
-Así es, pequeña -respondió con voz profunda.-Pero no podrás pasar
Abrió la boca y rugió mientras escupía una llamarada de fuego contra mí. Me quedé quieta, asustada, creyendo que iba a quemarme. Morir calcinada. Pero nada pasó. Mis ropas se chamuscaron y yo seguía intacta.
A pesar de la emocion con la que habian empezado el dia parecia que el destino no estaba dispuesto a permitir que regresaran a camelot con tanta facilidad,no entendia como un dragon habia terminado alli pues era imposible que su padre que tan ferbvientemente negaba la magia ahora hubiera podido convencer o dominar a una de aquellas bestias para que bloquera su camino,acurrucados como ratas se encontraban en la cueva con la cascada como unica barrera entre ellos y el fuego ardiente del dragon mientras intentaban descidir que hacer antes de que el animal los encontrara y los devorara a todos.
Lilyan tan valiente como su padre fue la primera en ofrecerse como cebo para que los demas escaparan pero no logro hacer ni un paso antes de que galeas la detuviera argumentando que el era el mas indicado para el trabajo,aunque su comparacion de las mujeres y los dragones habria sido divertida en otro momento mordred sentia como si la risa se hubiera atragantado en lo profundo de su garganta-no,debemos encontrar otra forma-dijo mientras se interponia para evitar que sus amigos salieran alli donde les esperaba una muerte segura,el tampoco tenia ninguna idea pero no iba a sentarse a observar como uno de ellos caminaba hacia su tumba sin decir nada.Mientras ellos reñian elizabeth ya habia salido de la cueva y se dirigia con paso seguro hacia el dragon mientras balbuceaba incongruencias,cuando los demas lo notaron salieron corriendo a buscarla pero ya era demasiado tarde-elizabeth,no-grito mordred mientras intentaba correr para apartarla del camino pero su grito quedo silenciado por el violento rugir del fuego de la bestia que cubria el fragil cuerpo de elizabeth,con lagrimas en los ojos vio como las llamas parecian envolverla en un abrazo mortal del que no habia forma de que pudiera salir.
estoy suponiendo que las llamas son demasiado brillantes como para que puedan ver lo que hay dentro asi que supongo que salvo lilyan que sabe que ella es un dragon los otros dos suponen que las llamas la mataron.
Estábamos discutiendo entre nosotros sin llegar a ningún acuerdo, todos queríamos sacrificarnos por el resto y ninguno dábamos el brazo a torcer. El grito de Mordred nos sacó de golpe de nuestra estúpida pelea y los tres vimos con estupor cómo Elizabeth iba directa hacia el dragón. Sin pensarlo un segundo, me abalancé hacia ella pero un terrible rugido y el fuego de sus fauces me detuvo en seco, viendo como las llamas envolvían a mi amiga ocultándola de la vista.
- Eli... -sollocé sin saber qué estaba pasando. Sabía lo que ella era, sabía en lo que se había convertido pero también sabía que en aquella maldita isla la magia no servía para nada. Cuando el fuego y el humo se disiparon miré con temor el lugar donde pensaba que encontraría un cadáver calcinado, pero lo único que mis ojos descubrieron fue a una Elizabeth desnuda pero ilesa.
Suspiré aliviada y corrí hacia ella abrazándola desesperada. No sabía qué había pasado exactamente pero comprobé que algo en ella había cambiado. Era ella... nuestra Eli, pero a la vez era distinta, parecía como si un halo poderoso la rodeara.
Lilyan me miró como si estuviera ofendida, ella podía patearme el trasero sin problemas y no debía de gustarle que me considerase más apto yo para hacerle frente. Mondred tampoco parecía muy conforme, seguramente había pillado el chiste entre lineas que había soltado pero la situación era demasiado tensa para ello. Y Elizabeth... ¿Eli? No me percaté de lo que hacía hasta el grito de Mondred, y entonces vi como se volvía a sacrificar por nosotros. Maldita sea Eli, ¿quien te crees que eres? Pero entonces, cuando las llamas se disiparon, Eli seguía bien salvo por sus ropas.
Galeas no entendía nada, aunque tampoco era el listo del grupo así que cuando vio que Lilyan se le lanzaba encima y la abrazaba, sólo se le ocurrió hacer una pregunta. ¿La situación sigue estando tan jodida como para tomar mi idea de los puñetazos para hacerle saltar los dientes al dragón, o la cosa ya ha mejorado y puedo hacer comentarios de como están ahora Eli y Lilyan y que Mondred se ría por fin? - en cualquier caso iba a recibir una paliza, pero a diferencia de Eli él iba a preguntar a sus amigos antes de hacer una locura...
Me quedé entre los brazos de mi amiga, tenía frío y estaba desnuda. Y pude oír las palabras de Galeas que me hicieron sonreír lo suficiente como para saber que seguía viva.
El dragón parecía molesto y por un instante titubeó en como solucionr todo esto. Dió un respigón y se volvió para alejarse de los cuatro, un tanto irritado.
Levemente volví mi cabeza para ver a Mordred y le sonreí dulcemente. No comprendía que había pasado, esperaba arder igual que mis ropas. Y una idea se me pasó por la cabeza.
-¡Ropa!-exigí. Esa no era mi gran idea.-Debemos intentarlo ahora. Está desconcertado, agotado y con sus magia al límite, por el momento. ¡Es nuestra oportunidad!-les animé. Esa si era mi idea, y a mi parecer una gran idea. Aunque el susto de lo ocurrido, no nos lo sacaba nadie. Y quizás un par de gritos y una bofetada en mi cara bonita tampoco me la quitaba nadie.
Lilyan corrio en direccion hacia donde unos minutos antes se habia encontrado elizabeht,mordred no queria ver el cuerpo calcinado de su amiga pero estaba literalmente clavado al suelo incapaz de apartar la vista de la horrible escena que estaba a punto de desarollarse frente a sus ojos.Pero la horrible escena nunca llego,cuando el fuego y el humo finalmente se extinguieron pudo ver a lilyan abrazando a una desnuda pero por lo demas intacta elizabeth,las palabras de galeas le llegaron y logro hacer una especie de carcajada reflejo pero su mente estaba demasiado embotada como para procesar cualquier emocion en aquel momento.
La simple idea de que alguien pudiera sobrevivir al aliento de un dragon era simplemente imposible,solo un mago con capacidades tan grandes como merlin podia esperar crear una barrera que detuviera el infernal fuego y ella lo habia recibido de pleno sin siquiera pestañear.Su grito finalmente lo saco de sus cavilaciones y se apresuro a darle su camisa para que cubriera su desnudez,ya tendria tiempo para hacer preguntas mas tarde pero si ella estaba en lo cierto acababan de conseguir la oportunidad que estamos buscando-no perdamos un segundo entonces,podriamos no tener una segunda oportunidad-dijo mientras la tomaba de la mano y empezaba a correr en direccion al acantilado sorprendido de lo fria que estaba la mano de elizabeth a pesar del fuego.
Algunas lágrimas de alivio recorrían mi rostro mientras veía a Mordred acercarse con su camisa en la mano. El dragón se había alejado un tanto confuso por no haber podido acabar con nosotros de manera rápida y eficaz. Elizabeth tenía razón, teníamos que aprovechar como fuera esa oportunidad que se nos ofrecía en bandeja.
- Corramos, tenéis razón y quizás esta sea la única ocasión que se nos presente de escapar. -Les dije mientras me levantaba y los seguía corriendo con todas las fuerzas de las era capaz.
Llegamos a la cima sin más contratiempos. Las ruinas se alzaban ante nosotros, vetustas piedras que marcaban la puerta de regreso a Camelot.
- ¿Y ahora qué? ¿Cruzamos y ya está? -dije dudando un poco de mis palabras. De todas formas avancé sin pensarlo dos dos veces, al fin y al cabo ¿qué podía perder?
Vale, entendido, nada de puñetazos... - fue la respuesta de Galeas. Antes de esta frase, Eli había demostrado que estaba bien (ni sabía como ni le importaba), y Mondred le había dado su camisa para tapar su bello cuerpo. Tras ello la parejita subió hacia arriba con Lilyan que les seguía el ritmo. Y tras su frase, Galeas rápidamente hizo lo mismo sin girarse. Por que esa era la típica situación que si uno se giraba a ver si aún algo malo lo perseguía esta se le estampaba en toda la cara.
Y por desgracia, sin el placer de poder ver unos bonitos senos semi-tapados o unas piernas medio enredadas en ropa que no cubrían aún todo lo que deberían. El día que sus amigas pudieran leer lo que le pasaba en la mente, seguramente le extirparían el cerebro... o algo peor. Rápidamente llegaron todos a la cima con las ruinas delante, y Lilyan tomó la delantera. Para bien o para mal, tenían que seguir adelante y ver lo que pasaba, así que hice el gesto de seguir adelante* junto a mis amigos.
Si la parejita sigue parada, pues me ven haciéndolo. Sino será un gesto simbólico a vuestras espaldas :P