Lord Dryden se queda atónito ante las palabras de Kraull. En un momento monta en cólera ¿Osas a venir a mi casa y amenazarme delante de mis guardias? grita el noble con la cara enrojecida y una vena marcándose en su cuello. Acto seguido los guardias se interponen entre vosotros y Dryden y desenfundan sus armas. Abandonad mi casa ahora mismo o mis hombres no tendrán piedad con vosotros, mamarrachos!
Burlat lo estaba pensando. Sin duda insistirle no nos haría ningún bien.
Vámonos de aquí -le dije a Kraull tomándole del brazo. No hará falta llegar a las armas, señor -respondí ante la amenaza. Buenas noches...
Mi voz temblaba, pues a punto de haber sido atacádos estábamos. Tan sólo esperaba que Kraull entrara en razon para largarnos de ese lugar.
Acompañáis al capitán y sus hombres hasta la mansión de los Dryden. La verja que da acceso al jardín de entrada está abierta, al igual que la puerta principal de la mansión. Veis que hay luz dentro y también observáis unas cuantas personas en el recibidor.
Os dais cuenta de que se trata de vuestros compañeros al ver la enorme diferencia de estatura entre Kraull y Burlat. Podeis ver como el enano tira del brazo del paladín, tratando de sacarlo fuera de la mansión y también veis que enfrente tienen a varios hombres armados, algunos con sus espadas desenvainadas.
El capitán y sus hombres salen corriendo en dirección a la casa al ver las espadas desenvainadas.
¡Todo el mundo quieto! grita Lauren nada más entrar para llamar la atención.
Burlat trata de calmar y llevarse al paladín de la mansión mientras los hombres de lord Dryden continúan desafiantes con sus armas desenvainadas, esperando la orden para echarse encima vuestro como perros sobre su presa. Es en ese momento cuando escucháis pasos de muchas personas acercándose por detrás de vosotros.
¡Todo el mundo quieto! Grita alguien desde atrás. Al daros la vuelta veis al capitán Lauren acompañado por un buen número de guardias de la ciudad y también le acompañan Alexander y Lalaith.
Burlat, Kraull
La presencia del capitán Lauren hace que los hombres de lord Dryden se relajen y bajen sus armas. El propio noble, escudado detrás de su guardia personal, se adelanta mientras con un dedo acusador, señala a Kraull y Burlat - ¡Capitán, estos hombres son un peligro público! Han venido a mi casa para amenazarme y robarme y matarme. ¡Deténgaloooos! El noble parece estar desquiciado.
- Cálmese, mi Lord. Yo personalmente conozco a estos hombres y no creo que hayan venido para hacer nada de eso. Puede que todo esto sea una confusión... el capitán Lauren trata de apaciguarle mientras observa a Burlat y Kraull, esperando que se justifiquen de alguna manera contra las acusaciones del noble.
Kraull inspiró fuertemente y suspiró al ver lo que alli estaba pasando, todo se estaba complicando mas de lo qu deseaba, en lo mas profundo de su ser, rezó a su Dios para que le otorgara mas suerte en sus palabras aquella vez, y mas aún que los nervios no volvieran a traicionarle.
- Capitan, como intenté explicarle al Lord, se lo explico a usted. Ha llegado a nuestro oidos la posible amenaza de la vida de este señor. Por una posesion que solo él posee. Le dije de sacarlos de la cuidad con cuidado, sin llamar la atención, pero los nervios y el que nuestro tiempo se agote me hizo hablar demasiado exaltado y me traicionaron mis palabras, mostrandome mas amenazador de lo que quería. Pido disculpas al Lord presente y a los demás. Pero no era mi intención amenazarlo. solo deseaba prevenirle de lo que podía pasarle si se quedaba en este lugar.
Calló, su voz ruda y ronca, ahora era dulce y suave como un lobo salvaje acabado de amaestrar. Jamás se habia dejado llevar así por sus pensamientos y eso podía acarrearle mas de un problema.
Sin duda era un alivio enorme ver la presencia del capitán Lauren. Sin duda alguna nuestras palabras (más bien avisos), no iban a caer en saco roto después de todo. Lo que me preocupaba es que alguien de la secta pudiera enterarse de este episodio, de el hecho de ir a avisar a la familia que custodiaba la llave.
Sea como fuere, esperé las órdenes de Lauren
En efecto, su historia concuerda con la de sus compañeros, estos dos elfos - le dice el capitán al noble mientras señala a Lalaith y Alexander - que vinieron también hasta el cuartel para ponernos en aviso de lo que está sucediendo. No me andará con más rodeos, Lord Dryden, usted y su familia corren un grave peligro tal y como estos hombres le han contado. Mis soldados y yo nos encargaremos de llevarle a usted y su familia a un lugar seguro.
Lord Dryden asiente a las palabras del capitán sin rechistar lo más mínimo, mientras que Lauren se despide de vosotros.
A partir de ahora, la integridad de la familia queda a cargo de la guardia de la ciudad - os comenta - Ya podéis volver a vuestro lugar de reunión. Es peligroso que alguien os vea conmigo y mis hombres.
Cuando llegamos a la casa de la familia que debíamos proteger, nuestros compañeros estaban allí, discutiendo con el lord porque no quería entrar en razones. Al parecer, Kraull había perdido los estribos, pero al llegar nosotros, intentó recomponer la situación.
Tras las palabras del paladín y del oficial, la familia accedió a hacer lo que se les pedía. -Bueno, parece que esto está resuelto... alguno de ustedes tiene la llave? creo que es hora de ir a reunirnos con los sectarios o sospecharán de nosotros... -no me hacía ninguna gracia tener que volver a ese nido de serpientes, pero la única manera de desbaratar la secta era lograr que nuestra fachada continuara intacta.
Siento no haber contestado antes, pero esta semana ha sido de locos en el trabajo :-/
Lauren se acerca al noble después de escuchar el comentario de Lalaith y ver como ninguno dice nada. Observáis que le dice algo y Dryden niega con la cabeza, pero Lauren le insiste y finalmente el noble se saca de entre sus pertenencias una llave y se la da al capitán.
Lauren vuelve con vosotros y le hace entrega de la llave a Lalaith. Aquí tenéis. Por los dioses espero que vuestra misión tenga éxito. Id con cuidado
-Gracias Lauren- dije con sentimiento. -Cuídense ustedes también. Intentaremos acabar cuanto antes.
Aunque por dentro sentía temor, adopté una pose de calma y seguridad pocas veces vistas en mí en mi corta vida. Tal vez fuera el último día que viera el sol y no quería dejar una imagen de una niña temerosa detrás. Tomé la llave y la guardé y luego miré a mis compañeros, dejando la vista fija en Kraull cuando proseguí.
-Vamos, no debemos demorarnos más. El líder podría sospechar de nosotros si no llegamos a tiempo.
El elfo había estado callado todo este tiempo, cosa rara en él, sumido en sus pensamientos erráticos y descabellados. Como sería lo que se le pasaba por la cabeza que incluso a él le sonaba absurdo. Prefirió ir callado, sumido en las cosas que se le pasaban por la cabeza e ir a ver como se desarrollaban los hechos. Sea como fuere, lo que se les venía encima para la siguiente jornada iba a ser muy duro y necesitarían la cabeza despejada para poder pensar con claridad.
Con las últimas palabras de Lalaith y sin nada más que añadir, os ponéis en marcha para llegar rápidamente al templo, donde habíais quedado con el líder de la secta, sin saber exactamente qué os vais a encontrar...
Fin de la escena 3. Si alguien quiere escribir algo antes de que la cierre, tendrá un par de días para hacerlo.
Estamos prácticamente en el final. Voy a ir preparando la próxima escena aunque ando bastante liado así que no os desesperéis si veis que tardo en abrirla.
Ánimo que ya queda poquito ^_^
Sin duda alguna, como por el milagro del Capitán y sus palabras, la llave la teníamos, lo cual nos garantizaba que el Líder sectario aún no sospechara de nostros. Comenzaba a mentalizarme de lo que podría encontrarme a partir de ahora: de nuevo contacto con los sectarios...
Maldita sea!!!
gritaba para sí el paladin oscuro. Era horrible aquella situacion, nada estaba saliendo com él esperaba, ¿su Dios le habia abandonado? No, no debia pensar eso, Ladox le estaba guiando por un camino que no entendía, o quizás si.
Quizas su Dios Ladox, deseaba la sangre de sus compañeros?, deseaba que él los destruyera cuando la llave estuviera en posesion de los sectarios? ¿Que harian alli?¿Qué dirian ellos ante el lider sectario? En ese campo Kraull tenia la espalda salvada, ya que él mismo trabajaba para ellos por una bonita suma de dinero.
OH Ladox, dame fuerzas para continuar esta gesta, debo conseguir mi objetivo.
El paladin rezaba dentro de sí, y antes de ir a los sectarios debía rezar a Ladox, debía darle un sacrificio de sangre, y hacia tiempo que no lo hacía, quizas su despreocupacion haya enojado a la deidad.Por lo que se dirigio a la taberna, a su habitacion, y con su daga rajó sus bracoz y sobre el sello de ladox vertió la sangre mientras sus labios entonaba un rezo al Dios Oscuro.
-Oh Ladox, Dios Oscuro, te ofrezco mi sangre, para que tu sed se vea saciada hasta que la sangre de mis enemigos caiga sobre tí para poder festejar así mi victoria. Dame fuerzas para continuar, dame entereza para no caer, y asi llevar a cabo tu labor.