Partida Rol por web

La tierra bajo mis manos, lo mismo que aquel caer una y otra y otra vez parecen arrebatarme algo mientras cedo al instinto de salir de aquella prisión oscura, es como si cada vez que lo hago algo se rasgara en mi arrebatándome cada vez más algo importante, las risas, los gritos, las alegrías, la desesperación en cambio se hacen su  huella infinita en mí, pero cada vez que cavo mis emociones también parecen hacer huella en mí, lucho muy poco contra ellas, estoy más ocupado por salir allí, así que concentro toda mi rabia, mi ira, mi desesperación en salir, en encontrar respuestas… y aquello que se alimenta de esa rabia se satisface en sí misma, como si pudiese fusionarse conmigo, está dentro mío, y tan desesperada como yo, pero mi rabia y todo lo demás lo alimentan, arrebatándome algo muy valioso que en esos momentos no puedo distinguir.

El alarido que suelto es casi animal, mientras mis manos cortan el aire sobre mi tumba y salgo fuera de ella, la oscuridad es la que me recibe, definiendo el fondo negro de mi memoria en aquellos momentos, siento de alguna forma que he perdido algo mientras salía de la tumba, e intento retenerlo, pero son apenas gritos en mi memoria, como la voz que me pidió, hasta hace poco que despertara.

Cierro los ojos, la aspiración de aire es un engaño que no pienso retroceder, no entiendo nada, pero sé que debo salir, mis pensamientos se confunden en remolinos de memoria, sueños y anhelos, en el fondo puedo distinguir una promesa,  pero apenas le doy importancia mientras me paro tambaleante y vuelvo a caerme, vuelvo a pararme, tratando de ubicarme, sé que estoy e un sótano, eso no lo olvido, recuerdo una caída y alguien que provoca una respuesta de inquietud en mí, retrocedo un par de pasos, logrando distinguir en aquella oscuridad como algunos salen poco a poco, de las tumbas, pero no siento ganas de ir con ellos, así que intento caminar, con cierto titubeo, buscando una salida…  porque en esos momentos lo único que quiero es salir…

Entreabro la boca, tratando de buscar algo que decir, preguntar algo, sé que existe algo realmente confuso tras todo esto,  como si parte de mí se revolviera asqueada contra la idea de lo que ha pasado, la otra simplemente desea salir, salir del sotano... bajamos en un... salida... ascensor... ¿dónde? 

la salida 

Correspondientemente al nivel que cada uno va saliendo de la tierra completamente sucios, con las manos hechas un desastre y como zombies se dirigen a la salida,  la puerta del ascensor no se abre, lo que hace que cada uno de ustedes se estrese, pero cada uno, confundidos y  con deseos de salir son victimas de la misma trampa, una vez han ido muy lejos sienten un golpe muy fuerte en la nuca y todo se pone negro.

Realmente alguien los vigilaba en la sombra, cuyas ordenes eran esperar su salida y noquearlos, y así fueron sus primeros momentos en  el mundo de los no vivos.

En la oscuridad del caer domidos no hay sueños, solo dolor, y cuando despiertan se encuentran todos encadenados a la pared, por más que intenten escapar les será imposible.

Es entonces que escuchan la voz de un hombre al cual no habian visto.

Joder Tios, !si ya han despertado!... - dice el hombre con aspecto frusco y olor desagradable. Tenia una pipa que fumaba y cierta ropa no muy moderna- los chiquillos han despertado, !Joder! espero que no rompan tanto las pelotas...

Dice el hombre lanzandoles cuerpos a cada uno como  si se trataran de animales, si bien estaban encadenados, tenian una minima movilidad de un metro y podían ver que no les tenian muy cerca los unos a los otros. Ciertamente se reconocen, pero pareciera que eso no es importante ahora. Los cuerpos de humanos  vivos que a cada uno les lanzaban estaban inconcientes. Es entonces que por primera vez sienten el olor de la sangre, y la ansiedad de alimentarse. Es un instinto, es algo que no pueden controlar.

Cuatro personas  les son lanzadas como si se tratara de carne a los leones. Todos varones y algunos podía reconocer Natham como algunos de los artistas de la compañía.

La pulsión vampira se nutre, y deben  alimentarse.

Hay una frontera. Una frontera invisible que todos tenemos en nuestra mente.

Esa frontera divide la cordura de la locura. El punto en el cual somos los dueños de la mayoría de nuestros actos respecto a aquel en donde nos volcamos a nuestros instintos más primarios.

Blanca despierta en una nueva horrible situación, va tomando conciencia de la magnitud espantosa que ahora la rodea y de lo inhumanos que son aquellos que los han apresado.

Los vampiros, ¡los putos vampiros!, ahora acepta la definición y aun mas porque ella misma es la prueba física de que existen.

Ve a sus compañeros y compañeras de infortunio, a su querida Karen también. Siente el peso de las cadenas sujetando sus brazos e inmovilizando sus piernas.

A continuación llega el sujeto sucio. Un tipejo tosco y brutal que arrastra tras de sí los cuerpos inconscientes de algunos muchachos.

Uno a uno lanza a aquellas personas a los pies de los cautivos, como si fueran meras bestias salvajes en un zoo.

Blanca se revuelve, en una durísima batalla interna pues siente en su interior el deseo de abalanzarse sobre aquel inocente hombre que tiene a los pies y desgarrarle la carne para beber su sangre.

Siente la furia, lo salvaje y el ardor de la oscuridad que ahora tiene como alma. Siente que va a explotar, que tiene que hacer algo, ¡ahora mismo!, pues teme perder los últimos vestigios que la hacen ser quien ha sido.

Teme volverse un animal.

Se gira, hacia la pared acortando las distancias de las cadenas las cuales sujeta con sus manos.

Apoya un pie en la pared y luego el otro y entonces tira. Tira con fuerzas y mientras lanza un grito desgarrador de furia y locura.

Sus músculos se tensan, su espalda cruje, los nervios de sus rodillas se contraen y su mente se enfoca en un solo objetivo.

Ser libre, para escapar.

Abro los ojos confundida, casi sin ganas porque recuerdo que alguien me golpeo antes, no es que este contenta en lo absoluto, me siento infinitamente infeliz mientras abro los ojos y al moverme noto el roce de unos grilletes y el movimiento pesado de unas cadenas y busco ubicarme en el área en que me encuentro.

al mirar a mi alrededor veo a dos personas que conocí en la fiesta y otra que no recuerdo... y suelto un gemido de incomodidad antes de escuchar la voz. 

El hombre que nos da la bienvenida es casi aterrador, le doy una mirada confusa mientras habla, yo misma abro la boca para preguntar algo- lo que sea-  y observo como nos lanza los cuerpos de unos hombres a cada uno de los que estamos aquí, su gesto es crudo, seco sin asomo de piedad, dirijo una mirada a cada uno de ellos antes de ver de vuelta al hombre y algo se revuelve en mi interior, como si estuviera desesperada, hambrienta, por mi mente pasan imágenes de lo ocurrido en aquella endemoniada gala y las palabras de Santano, retrocedo, un poco y miro al hombre de vuelta, antes oir los gritos desgarradores de la muchacha desconocida, pero apneas le doy importancia, en mi interior se libra una batalla, algo se revuelve desesperadamente, y soy consciente de lo que necesita porque lo veo delante mio, no quiero hacerlo, en verdad no quiero... mientras por momentos me quedo quieta y debo hacer uso de todo mi autocontrol para no ceder... pero el instinto es demasiado fuerte, es algo que no había sentido nuca hasta ahora... 

"no" suelto en un gemido de angustia luchando conmigo misma, por unos minutos, sintiendo como mi interior se agita desesperado, ansioso, destrozado, y al final mis manos reaccionan jalando el cuerpo que hay delante mio, tenso los dedos y sintiendo que algo dentro mio se desmorona siento como en mi boca algo se alarga y hundo la cabeza en la yugular, donde mi instinto dice que la sangre es más fácil de encontrar... 

Y bebo, nunca había sentido nada más dulce en los labios

Dicen que hay paz dentro de nosotros

Para aquellos que estan vivos debe haberlo, no es así conmigo...

No ahora, porque el sueño es frágil y aun así solo ofrece muerte,  soledad, vació, crueldad, dolor. 

Ese anhelo insatisfecho de aquellos que han sido rechazados por la muerte que es diferente de haber visto la muerte a los ojos.

Y la desesperación se remueve burlona en mi interior como un castigo sin culpa, como el dolor de un tesoro perdido.

Abro los ojos y lo primero que notó no es el ambiente en el que estoy sino que estoy encadenado... Pruebo la fuerza de las cadenas una y otra vez primero confuso luego inquieto y pasando a desesperarme y enfurecerme poco a poco, en cierto modo he tenido suficiente pero entonces alguien nos habla.

Volví la mirada solo para toparme con un hombre de aspecto desagradable al que mire con desagrado y cierto grado de odio profundo, porque debo dirigir esta frustración a algo, a alguién... Y es que...

¡¿Que diablos hacíamos allí encadenados?! 

"Respira Nathan... Calmate" me repito como un mantra pero estoy desesperado...

No, no es solo desesperación...

Estoy... Ansioso... Como si tuviera que suplir una necesidad cuanto antes y me frustra...

No sé si llamarlo desesperación...

Pero es algo muy semejante.

Es entonces que aquel hombre desagradable al que observo con profunda desconfianza nos lanza, con un gesto semejante al de alguien alimentando a una bestias, unos cuerpos que para mi sorpresa reconozco como miembros de la compañía teatral...

Como si fueran actos de una obra que se desarrolla lentamente mi mente cae en la cuenta del horror al tiempo que el hambre... la sed, ese anhelo desesperado que pugna en mi interior se hace mas fuerte...

Tanto que siento que enloquezco...

Es demasiado horrible para ser verdad... y es verdad... Al mismo tiempo el ansía es tal que apenas puedo luchar contra ella aunque me esfuerzo. 

"Solo un poco... Solo un poco... por favor..." parece decirme el instinto y tiemblo, me debato... No... No ... ¡no!

Por todos los cielos y parte del mismo infierno... ¡conozco a estas personas!

No puedo hacerlo, no puedo...

Me inquieto y desespero

Esta emoción y lucha interna es tal que me supera y una ira infame se cuece en mi...

Como si en el fondo deseara ceder a esta locura, es un instinto, un acto de supervivencia contra el que apenas logro hacer nada, me supera porque al mismo tiempo que mi mente lucha 

Mi cuerpo tambien lo hace para no morir más veces

Cuándo caigo en la cuenta...

Solo puedo sentir la calidez de la sangre en mi boca

Y es tan dulce y suave

Que alivia el dolor de mi mente... al menos por estos breves segundos

Abrí los ojos y me encontré ahí, en esa situación extraña, que no lograba entender, me dí cuenta de que mi alma había desaparecido en el momento que sin escrupulos ese instinto asesino y ambriento se despertó en mi, cuando se nos lanzaron las victimas completamente indefensas para que nos alimentaramos, y sin dudar me alimente de su sangre, sin poder parar hasta que la victima quedo seca. No estaba muy segura de que me estaba pasando, pero estaba claro, algo había cambiado en mi, ahora era... un monstruo...

Bueno. Menos un punto (¿temporal?) de voluntad entonces. xD

Tomar sangre es algo único, sienten un plaser enorme, es casi adictivo. Es como si se unieran los dos corazones, él de la victima y el del vampiro y  se movieran al mismo tiempo, hasta que alguno deja de latir, si no se separan a tiempo.

De repente mientras la mayoria se alimentaba por primera vez de sus vidas, con sentimientos encontrados  frente a hecho de alimentarse, y aunque  en parte su humanidad ha sido afectada, todavía hay en algunos un resago de culpa y conflicto, y mientras eso ocurre Blanca, mostrando su lado animal se desarma,  un  sonido seco de metales rompiendose, y ella de repente esta libre, el ataduras...

De repente mientras ustedes  están terminando de alimentarse Blanca se libera. Es libre para irse, para hacer lo que se le venga en gana, pero realmente el olor de la sangre de los otros alimentándose, la gota que se escurre por el cuello de alguno, y la necesidad del hambre animal  se hace evidente.

Es lo que se llama frenesí, un vampiro no logra controlarse, y tampoco tiene fuerza de voluntad para hacerlo porque tiene muy poca sangre.

Y cuando un vampiro falla su autocontrol, su destino esta en manos del destino, algunos  se ponen violentos y agresivos, otros buscan sangre como es el caso.

Blanca,  siendo en ese momento animal mira a Toño el hombre que les lanza los cuerpos como un cordero a manos de un lobo y se lanza hacia él con el fin de apresarlo.

La Bestia.

La bestia dentro de Blanca, NO, no era así, pues Blanca ahora no existía, lo que había sido la muchacha, sus anhelos y sueños, sus miedos y alegrías y todas esas pequeñas o grandes cosas que conformaban a una persona única e indivisible, se habían fundido en un oscuro y primitivo lodo primordial.

Desde allí ahora emergía renovada y transformada, aquella cosa que fue Blanca.

La Bestia.

La Bestia no conocía de miedos, ni aspiraciones, no tenía sueños y esperanzas, le importaban poco las alegrías y sin dudas no tenia proyectos a futuro.

Solo existía el Deseo y el Hambre.

Y ahora, solo el Hambre la movía.

Como un borrón salto desde su posición siseando como una criatura salvaje – lo cual sin dudas era ahora -, con las manos de dedos curvados como garras y la boca abierta tanto como podía.

Ya brotaban en toda su magnitud los colmillos afilados y blancos como perlas y sus ojos, casi parecían brillar con un resplandor rojizo que iluminaba tenuemente su rostro.

Cayo sobre aquel sujeto sucio que le había tirado los cuerpos y clavándole las rodillas en el pecho, lo tumbo hacia atrás aprensándolo antes de que ambos cayeran al suelo con un pesado ruido.

No hubo tiempo para sentir nada, tampoco para pensar, pues la cosa que fue Blanca ahora clavaba sus colmillos en el rostro del hombre sucio, succionando con fuerza, devorando su sangre como la salvaje Bestia en la cual se había convertido.

Mientras te alimentas sientes el animal que esta en ti, es dificil describirlo pero es así.

Toño trato de escapar, claro, estaba sentado al frente de ustedes totalmente convencido que las cadenas los detendrían, pero no contaba con el hecho de que Blanca se soltará, y tampoco contaba con el hecho de que él siendo un ghoul no corriera lo suficientemente rápido para huir de un vampiro neonato en frenesí. Es más, era terriblemente raro que un neonato se soltara de sus ataduras y no prefiriera el cuerpo caliente que le estaban dando de buenas a primeras. Igualmente Toño fue una victima de oportunidad, estaba ahí, y los vampiros que lo pusieron ahí sabían que esto podía ocurrir.

En el interior de Blanca algo estaba ocurriendo,  y era darse cuenta que cada clan vampiro tiene defectos y ella estaba por vivir uno de esos defectos, eso le enseñaría a tratar de controlarse… o no hacerlo, eso dependería de ella.

Mientras tanto algunos de ustedes notan terminan de alimentarse, Carla mostrando aún compasión humana deja vivo al humano que le ofrece, mientras Karen y Natham simplemente se alimentan y secan al humano, al igual que blanca que se estaba dando el festín con Toño y que poco a poco va sintiendo que tiene más control sobre sí.

Algunos al ver a Blanca matar al hombre se asustan, posiblemente era muy violento aún para sus ojos.

La sangre es dulce en mis labios, su calidez asi como quién sabe que mas parece darle vida a mi cuerpo muerto y siento dolor y culpa mientras continuó bebiendo... Hasta que, haciendo un supremo esfuerzo logro separarme del cuerpo... Yn cúmulo de sentimientos me atenazan observando el cuerpo inconsciente... Y hago un esfuerzo por no exteriorizar el dolor que me embarga.

Paso una mano por su rostro pálido, cercano a la muerte... Y lo digo en un susurro apenas... lo siento... Lo siento tanto murmuro junto a au rostro antes de elevar el rostro y ver como una de nosotros termina con la vida del hombre que nos dio la bienvenida a este lugar... El horror por lo visto y un miedo nuevo me embargan y cierro los ojos para no ver más el cadaver... Vuelvo a ver a mi víctima y con alivio compruebo que aun vive...

Es entonces que en un movimiento recuerdo las cadenas y jalo un poco... Me tiemblan los labios... Y miro de vuelta a la chica que acaba de matar a ese hombre...

-p...por favor... Disculpa... ¿p...puedes ver si... El tiene las llaves? -pregunto tras cierto titubeo con la mirada llena de desesperación... señalando las cadenas y al hombre... Quizás... Quizás tenga las llaves... Pero no estoy segura de que ella entienda.

El sabor de la sangre me inunda, es tan placentero el alimentarse así, en esos momentos no pude pensar, me limite a disfrutar y deleitarme con la sangre de mi victima, el hombre que me habían dado.

El sonido de las cadenas romperse, hizo que levantara la mirada, pero sin poder apartar mi boca del cuello de el hombre al que estaba secando, vi como Blanca había logrado escapar de las ataduras y como se abalanzaba sobre Toño, separé la boca un momento de el moribundo señor y grite "Blanca" en voz alta, pero no sirvió de nada. La poca sangre que aún corría por el cuerpo de "mi almuerzo" me volvía a llamar, así que cerré los ojos y volví a disfrutar, acabando de sacarle hasta la última gota, dejando el cuerpo inerte sin vida tirado en el suelo.

Observé después como Blanca acababa con la vida de Toño sin ningún miramiento, y forcejee con las cadenas para intentar liberarme. 

Si de algo estaba segura, es que esa no era Blanca, ni yo tampoco Karen, al menos las chicas que yo conocía... 

Mi mente se pierde en el sabor adictivo, deslizante y suave de aquel néctar de vida que bebía sin dar tregua, extrañamente sin notar no muy lejos mio como los otros también secaban a sus victimas, o como una de nosotros había atacado al que suponía era nuestro cuidador, solo bebí, sin dar tregua... porque lo necesitaba, porque en el fondo, y aunque podía notar que algo terrible había ocurrido en mi al ceder a ese impulso y alimentarme de aquel infeliz, seguía teniendo sed, y necesitaba cubrirlo, aunque dentro mio la moral y la costumbre lucharan por  decirme que aquello no era lo mejor, mi cuerpo decía que si, ¿Porque no ceder al menos esa vez? cerré los ojos terminando de beber la ultima gota de vida de aquella persona. 

En mi mente aparecieron mariposas negras, y abrí los ojos, una vez terminado el festín, esquive el reclamo de mi mente que exigía saber que diablos había hecho,  con aquella emoción ya limitada y brevemente cubierta era más facil pensar y no iba a demorarme en asuntos morales, aun no al menos. Observe, con incomodidad como una de nosotros asesinaba a aquel desconocido, fue como un golpe, no por el asesinato en si, que era terrible, si no por caer en la cuenta de que yo había hecho lo mismo, miré el cuerpo a mis pies y luego estudie el lugar en el que estaba, aquello no era bueno, no quería imaginar la reacción de los otros si notaban que uno de los suyos había muerto; aun cuando definitivamente fuese culpa suya el dejarnos aquí encerrados... 

Me volví y jale las cadenas un par de veces con fuerza, aunque adivinara dentro mio que no era lo más lógico hacerlo, pero ya que estábamos... con ellas encima no vamos a poder irnos de aquí, ninguno de nosotros... y no es por nada, pero quiero irme de aquí, incluso de la ciudad... pero antes debo salir de este lugar... y para eso, necesito librarme de las esposas...  

Descalza, sucia y empapada por la sangre que había brotado como un manantial del rostro destrozado del ahora muerto guardia, Blanca se giro hacia sus compañeros de penurias cuando escucho que le hablaban.

Los ojos le brillaban en un tono rojizo deformando aun más su grotesca – ahora – cara cubierta de tejidos y coágulos.

Recordaba vagamente a la chica que ahora hablaba, de una vida pasada, distante, una vida que no era la suya, ya no.

La miro, como un león lo haría para con una gacela y por un momento sintió a La Bestia revolverse en su interior.

Estaban tan indefensos….tan expuestos al hambre voraz que roía los rincones de su mente…

Pero entonces sus ojos se toparon con los de Karen, “Karen”, la sola mención de su nombre basto para tranquilizarle.

Movió la cabeza a los lados, intentando aclarar sus ideas mientras sin decir palabra alguna se volvía hacia el hombre que había matado rebuscando entre sus cosas.

La suerte o la causalidad quisieron que tuviera las llaves que  tanto necesitaban ahora, las tomo sin miramientos y luego, acercándose hacia sus compañeros, les fue liberando uno a uno.