Partida Rol por web

 El arcángel no haría ningún comentario sobre tu broma antes de que ambos fuesen sorprendidos por la llegada de aquel hombre bestia, siendo que luego de oírle explicarse Gabriel continuaría con su libro...

 Por su parte, Cain no pudo evitar sobresaltarse un poco al sentir tu mano palmearle un poco, sorprendido e incluso más nervioso que antes.

 -¡P-Por supuesto que no! D-Digo... ¿Q-Qué clase de misión podría hacer alguien como usted que necesitase de alguien como yo...? S-Solo me enviaron para hacerles compañía y ayudarles a estar cómodos... Y s-soy Cain, n-no Kayne... -respondió mientras intentaba calmarse. Estaba claro que no solo la presencia del arcángel sino la tuya propia  le ponían nervioso y emocionado...

 -El único servicio que necesito lo tengo en mis manos -dijo el arcángel refiriéndose a la biblia que leía. -. Aún así, es bueno ver a nuevos miembros de la catedral con tantas ganas de servir y ayudar a la causa de El Coloso.

 Solo tendrían que esperar algunos minutos más para que la puerta fuese abierta nuevamente, esta vez por Nefin quién permitiría primero el paso a la Santa Sacerdotisa antes de ir detrás de ella.

 -Lamentamos la tardanza -se disculpó Flora antes de mirar a Cain, quién para ese momento ya se había calmado un poco... -. Gracias por atender a mi petición, Cain. Puedes quedarte más tiempo si lo deseas...

 -¡S-Seria un honor...! -pero unas simples palabras como esas pondrías a la bestia a temblar nuevamente.

 -Tú también, Liones. Si quieres tomar un descanso o ir a alguna otra parte, puedes hacerlo -añadió la sacerdotisa con una dulce sonrisa, siendo que no te obligaría a estar allí con el arcángel si no lo querías.

Ethan descendió los escalones siendo escoltado por los niños del barrio pobre…a pesar de que estuvieran sonriéndole el joven exaprendiz no podía evitar mirarlos de reojo un tanto preocupado, ¿iba todo en buen camino, verdad?, ¿o era posible que Jester fuera a meterle en una auténtica trampa?. Pronto lo sabría, ya que los escalones terminaron dando paso a una gran estancia parecida a una taberna, ahí había todo tipo de personas de diferentes razas, jugando, bebiendo y practicando magia.

La magia se practicaba por doquier y Ethan no podía evitar sentirse maravillado y asustado a partes iguales, ¿no temían que fueran a atraparles así de buenas?, si, el escondite estaba en un lugar muy recóndito y oculto por una estatua, ¿pero acaso no temían que alguien pudiera traicionarles?

Los niños no tardaron en presentarle con su falso nombre y remarcaron su cabello pálido provocando que al poco tiempo un enano le ¿reconociera por matar a tres osos?, ¿de que diantres estaba hablando?, ¿necesitaba gafas? Y entonces no pudo evitar dar un respingo cuando una mujer de ropa ajustada se acercó a el y le acarició suavemente los brazos.-A…ah…y…y huh…huh pero eso no es nada, una vez salvé a una princesa con una cucharilla de postre.-Otra trola como una casa, pero oye, mejor que le tomaran por alguien guay, así no le molestarían demasiado…pero parecía que todo iba en contra de sus pensamientos.

Después de presentarle, Ethan terminó sentado en una mesa acompañado de otros parroquianos y con una gran jarra de cerveza frente a el.-Yo…yo no bebo, lo siento…-Susurró apartando levemente la bebida.-No desde aquel día…el día del incidente…-Susurró dándose un aire de misterio. Fue entonces que reconoció al cazador de demonios sentado también en el local y bebiendo cerveza como si nada.

Ethan no pudo evitar sentir un vuelco en el corazón, esperaba que no le detectara, a fin de cuentas podía oler magia, ¿verdad?...¿o no se aplicaba aquello a las ilusiones?

-La verdad es que después de los sucesivos combates me vendría bien dormir un poco, luego de eso me pondré a entrenar para estar listo para la próxima misión, tengo permiso de molestar a los mandamientos para entrenar con ellos?- le pregunté a Flora, una vez que me diese su respuesta iría a mi alcoba a fin de darme una ducha y dormir un poco, luego de ello comenzaría a entrenar con intensidad, necesitaba hacerme más fuerte, aprender más hechizos o despertar los que había en mi sangre y aprender a dominarlos, ahora que Gabriel me había dado su palabra estaba en la obligación de dominarme a mi mismo y por supuesto de tratar de no morir, si al final del camino El Coloso decidía volverme humano o debía de arder en el infierno, estaría listo.

Bueno, supongo el dinero estará por aquí cerca y lo podrías usar para dárselo a los del pueblo. Dije completamente neutra sin mucho más que añadir observando el panorama desolador que teníamos delante.

Me sorprendió bastante el colmillo no lo hubiera conseguido por lo que mi mente decidió pensar mientras caminábamos hacia la gente que sería de algún compañero o familiar.

Tras llegar a al altura de la gente del poblado y ver todo más de cerca no podía dejar de salir de mi asombro de que sobreviviera al día de hoy. Es increíble…. Pensaba para mí cuando algo se agarró a mi cintura.  Oh, pequeña, me alegro ver estas bien. Me agache para abrazarla y darla calor envolviéndola con mi cola. Estoy más que decidida Malzahar, te acompañaré para evitar que esto vuelva a suceder. Deje libre a la pequeña para incorporarme mientras la señalaba donde ir.

Bien, vayámonos, poco más podemos hacer. Esperaba que el carro no fuera de Alan, el vendedor que me había traído hasta aquí. Estoy acostumbrada a no dormir y aunque no lo creas dormí suficiente (todo sea me quede dormida mientras viajamos) Vamos, te sigo.

 -¡Vaya! -todas las personas que te miraban se asombraban por cada cosa que decías, siendo que no parecían dudar ni un poco de tus palabras y las historias que les contases...

 Por primera vez desde que te encontrabas allí, la mirada de algunos de los espectadores mostrarían una expresión de cierta decepción al oír que rechazabas la bebida, pero aquel susurro que añadiste al final provocaría que a todos se les iluminasen nuevamente los ojos y las sonrisas.

 -¡Algún día tendrás que contarnos todas tus historias! -insistió aquel enano antes de soltar una potente carcajada.

 Si tu intención era no llamar la atención del cazador lo tenías complicado teniendo a todas esas personas alrededor, siendo que tras unos segundos el albino miraría por encima de su hombro y podrías sentir su mirada roja puesta en ti…

 Levantándose de su mesa, Karos avanzaría hacia la tuya con la cerveza en mano, apartando con uno de sus pies a unas de las personas para poder tomar asiento justo delante de ti y clavarte su mirada.

 -Tú… -empezando a estudiarte con la mirada de una manera fría y penetrante… El cazador acabaría sonriendo de manera tonta. -. ¡Pero si eres el tipo de la tela, el jabalí y el pozo!

 Su expresión era naturalmente muy relajada, con cierto rubor en el rostro a causa de su estado de ebriedad por la cerveza.

 -Anda que traerte aquí… ¡Jester tiene buen ojo! -añadió soltando una carcajada. -. Vamos, vamos, den espacio para que el nuevo respire… -indicó el cazador haciendo gestos al resto para que se apartasen un poco, volviendo entonces su atención a ti. -. ¿Qué dices, Lucifer? ¿Quieres que te enseñé el lugar…?

 -Desconozco que tan libre se encuentre la agenda de los mandamientos el día de hoy… Tal vez lo mejor sea que luego de descansar busques a alguno a ver si tienes suerte -concluyó Flora antes de despedirte con una de sus dulces e inocentes sonrisas.

 No tendrías complicaciones para ir a tu habitación y poder relajarte un poco con un baño, siendo que una vez aseado partirías al campo de entrenamiento donde podrías hacer gala de tus capacidades físicas a pesar de tu tamaño. Muchos novatos en la orden envidiarían tus capacidades, pero ese mismo sentimiento seguramente también serviría de motivador para muchos… Aunque tal vez no para ti.

 Con el paso del tiempo habías comprendido que más allá de Betestal habían poderes superiores a los que se manejaban en la capital, y la llegada del arcángel con su anuncio de guerra solo te preparaba para lo peor… Si querías estar listo para enfrentar las calamidades que presentase tu destino tendrías que acudir con aquel mandamiento que bien podría representar uno de los mayores peligros para ti dentro de la orden de la sacerdotisa…

 Llegarías al patio trasero de la catedral donde serias recibido por el hermoso césped y las flores blancas tan bien cuidadas por quién se podía considerar dueño de aquel territorio, teniendo que pasar por encima de un pequeño puente de madera sobre un río que te llevaría al otro lado del patio, llegando así a un pequeño santuario que se había construido en honor a las anteriores Santas Sacerdotisas y sus Mandamientos…

 Se trataba de una amplia sala con más profundidad que anchura, con el techo separado a unos ocho metros del suelo por unos hermosos pilares tallados con símbolos de la orden. Las paredes estaban decoradas por delgadas cortinas que no detenían el paso de la luz por los enormes ventanales, así como las esquinas y varias partes más eran puesto para jarrones donde crecían esas mismas flores blancas del patio. Por supuesto, aquella sala no era nada sin aquello que había más al fondo: una tabla negra que cubría casi toda la pared en la cual se encontraban escritos los nombres y cargos de cada una de las Santas Sacerdotisas y Mandamientos que estuvieron antes de los anteriores; el cuidado para aquel homenaje era tal que cualquiera que se acercarse podría ver su reflejo en la tabla pulida…

 -Liones… -como era de esperarse a esas horas, él se encontraba allí… Tu mirada se dirigiría hacia uno de los ventanales en cuyo borde se encontraba sentado un hombre, o al menos eso se decía por su voz, portando una majestuosa armadura blanca cual perla al igual que su larga y enorme espada. No podía ser otro más que Ordinem, Caballero de plata y Mandamiento de la Templanza. -. He de suponer que tu visita al santuario no se debe a los difuntos, sino a mi…

 Firme, caballeroso, alguien que escucha todo problema e intenta solucionarlo si lo ve necesario… A diferencia de los demás mandamientos, Ordinem siempre parecía estar trabajando por motivos propios y no por palabras de la Santa Sacerdotisa, el tipo de persona cuya fe no podía ser discutida ni doblegada debido a sus actos… Miles de historias existen sobre el caballero plateado que ha servido ya ha cinco Santas Sacerdotisas, siendo que se ha descartado totalmente la posibilidad de que sea de raza humana: ¿pero quién podría estar seguro si nadie ha podido asegurar verle sin su armadura…? La catedral y sus misterios, pero ninguno como aquel poderoso caballero que fue el único capaz de llegar a tiempo y el único capaz de detenerte en tu momento de ira cuando apenas eras un niño...

 -¿Se ha debido a la visita del arcángel…? ¿O acaso… Vienes por algo más personal…?

 -O tal vez los slimes se lo hayan comido… -no descartó el aventurero respeto a su dinero, siendo que terminaría haciendo un gesto que parecía detonar que no era un asunto que le importase en esos momentos, siendo que pronto avanzaron para apoyar a la gente.

 La niña partiría en llanto abrazándose a ti y a tu cola mientras Malzahar se encargaba de darle ánimos a las demás personas, dirigiéndote una mirada al escuchar tus declaraciones antes de corresponder con una leve sonrisa y continuar entregando algo de dinero...

 Una vez habían culminado de dar toda la ayuda de podían, Malzahar te guiaría hasta el carro que él decía se encontraba abandonado en al entrada mientras de camino iba recogiendo un par de caballos, y tus malas sospechas se cumplieron al fijarte de que se trataba del carro de Alan. El cuerpo del vendedor ya no se encontraba, siendo que seguramente los del pueblo lo habían cogido para darle entierro, pero en el carro se encontraba aún manchado de algo de su sangre fresca…

 -Muy bien… -tu nuevo compañero de viajes ataría entonces a los dos caballos con el carro para que tirasen de él, siendo que no tardaría en tomar asiento como conductor. -. Partamos de inmediato.

 Una vez tomases algún lugar en el carro, Malzahar se dispondría a guiar a los caballos por un camino distinto por el que Alan te había llevado al pueblo, siendo que pronto podrías ver otros paisajes que en tu hogar no hubieras alcanzado a observar...

 Bosques, ríos, colinas… Distintas floras y animales que disfrutaban del hábitat en la que se encontraban, así como distintas personas que al igual que ustedes emprenden viajes a distintas direcciones del reino, más vuestro viaje no concluiría hasta varias horas después, cuando el sol ya había salido y el hambre empezaba a hacerse notar, sumados a un frío un tanto inusual en esas épocas del año…

 -Ya hemos llegado -anunció entonces Malzahar mientras detenía los caballos junto a un río, momento en el que ambos podrían ver como poco a poco la neblina que rodeaba el paisaje se iba despejando revelando grandes montañas a vuestro alrededor, así como múltiples pueblos construidos en estás de distintas maneras, como una unión entre la construcción de las personas y la naturaleza… -. Se siente ya el frío de estar cerca del norte, ¿no? El lugar que quiero ir a investigar se encuentra más lejos, pero nos vendría bien pasarnos por el pueblo a descansar por hoy, ¿no crees?

La gente parecía tragarse las historias de Ethan, ¿Cómo era posible algo así?, ¿la magia de Jester o simplemente esas personas eran realmente susceptibles a cualquier cosa que les pudieran contar?, fuera como fuera, que estuvieran creyéndose aquello era algo bueno y Ethan se sentía tranquilo por ello…al menos hasta que Karos clavó su mirada en el y no tardó en levantarse y avanzar.

“Ay dios, ay dios…voy a morir, voy a volver a la cárcel, todo esto ha servido para nada…” Pensó palideciendo por segundos hasta que finalmente el cazador de demonios le habló sonriendo claramente borracho reconociéndole de forma errónea y llegando incluso a ofrecerse amablemente a enseñarle aquel lugar.-A…ah…eh…¿c…claro?, me encantaría, seguro…seguro que puedo vivir aventuras geniales por aquí, aventuras para gente de pelo guay como yo.-Comentó alzando el pulgar a modo de aprobación en dirección a los niños.

Vale, se estaba metiendo en la boca del lobo, ¿pero que se suponía que podía llegar a hacer?, ¿negarse así de buenas y llamar la atención?, su “personaje” tenía esa fama inventada, tenía que fingir ser algo que no era, tenía que ser Lucifer.-Vamos, ¿me enseñarás el lugar o no?-Preguntó forzando una sonrisa.

Malzahar no habló mucho por el camino y yo tampoco es que fuera muy dicharachera por lo que después de estar a su lado un rato decidí tumbarme en la parte trasera del carro. Y todavía esto es más cómodo que aquella casa.

Tras un rato en la parte de atrás medio sobada el frío y la tripa me empezaron a invadir. Tras levantarme para hablar con Malzahar fue entonces cuando observe aquel maravillo paisaje. Guau, que bonito….grrrrrrrr…. Mi tripa sonó cortando la conversación. Jejeje, algo me dice que tengo un poco de hambre y por cierto, noto que la temperatura es más baja. Mi piel me ayudaba a estar más protegida del frio y donde de verdad lo pasaba mal era con el calor. Asique el norte. Dije con curiosidad. Es precioso ese pueblo, me encantaría ver como es y ya de paso comer algo sí. Rebusque entre mis bolsillos… Malzahar, creo que no tengo mucho dinero ahora que me fijo…Dije preocupada

Una vez que me asee y descansé un poco me dirigí a buscar a aquel mandamiento, su territorio era hermoso y solemne como cabría esperar y al presentarme delante de él le hice una reverencia al verlo.

-Ordinem...digamos que ambas cosas- pasé a explicarle lo que hablé con Gabriel y como esto me había aliviado pero también demostrado lo mucho que me faltaba - eres el único que me hizo poder volver cuándo perdí el control y eres el más sabio de los mandamientos, si quiero llevar a cabo lo que dije, proteger a Flora y a la iglesia con mi vida, entonces debo de hacerme más fuerte y aprender a controlar mi poder para poder usarlo para el bien-

 -¡Esa es la actitud! -exclamó el cazador con una amplia sonrisa antes de levantarse de su asiento, beberse lo que quedaba en su jarra de golpe, y hacerte un gesto con la cabeza para que fueras con él. -. Sígueme. Es fácil perderse si no conoces el lugar, pero ya verás que te sentirás como en casa…

 A pesar de que todos habían mostrado mucho interés en ti, con Karos dispuesto a enseñarte el lugar con más calma el resto de personas empezaron a separarse y a volver a lo suyo, siendo que incluso los niños que te habían acompañado saldrían corriendo hacia todas partes…

 El albino te guiaría entonces hacia una de las puertas de aquella sala, abriendo para pasar por ella y llegar a otro salón más grande que el anterior en altura. Este se encontraba dividido en una parte inferior ocupada por bancas y librerías que formaban varios pasillos horizontales y uno vertical central, concluyendo en el fondo con unos grandes escalones que se abrían como abanico desde la parte superior, la cual desde tu posición podías distinguir como una biblioteca más completa. Tanto la parte superior como inferior poseían puertas a los laterales, así como distintas personas de distintas razas ocupándose de sus asuntos de una manera más calmada que los que festejaban en la taberna, disfrutando también de la buena iluminación que daban las múltiples lámparas de aceite que habían repartidas por todas partes.

 -Esta es la biblioteca. Aquí hay copias de muchos de los libros que hay por todo el reino, incluyendo los del castillo. En la parte de arriba al fondo puedes encontrar tomos mágicos e información sobre criaturas extrañas, por si te interesa saber un poco de eso. Aunque tu ya sabes mucho de criaturas y magia, ¿no es así, Lucifer? ¡Ha, ha, ha! -te explico mientras andaba por el camino como si se tratase de alguien vendiendo un hogar, pero en lugar de ir hacia alguna de las otras puertas o subir las escaleras del fondo Karos se daría la vuelta y volvería a la puerta por la que llegaron, siendo que al tomar el pomo podrías fijarte como el símbolo que se encontraba grabado sobre la puerta, al igual que en todas las demás, empezaba a cambiar hasta volverse uno diferente. -. Todos los lugares de esta pequeña guarida están conectados por la magia de Jester, por lo que ninguna puerta lleva a ninguna parte si no piensas a dónde quieres ir; es decir, tú decides cómo moverte libremente.

 Al otro lado de la puerta, en lugar de la taberna se encontraron con un balneario bastante agradable a la vista en sentido de espacio, limpieza e iluminación, siendo que al tratarse de un lugar bajo tierra la única luz llegaba de unas pequeñas bolas de fuego que flotaban en el aire. El agua de la enorme tina desprendía un poco de vapor que recorría la sala, la cual también poseía múltiples puertas como las salas que ya habías visto. Por supuesto, el lugar ya era ocupado por varias personas de distintas razas y de ambos géneros, personas que disfrutaban de un baño sin incomodarles el hecho de andar desnudos ante cualquiera que pudiese entrar.

 -Hola -saludó Karos con una mano, siendo que todos los presentes alzaron su mano para devolverle el saludo. -. Aquí es donde todos pueden venir a tomar un baño. El agua llega gracias a unos magos creyentes de Aqua, por lo que siempre se encuentra limpia y a buena temperatura -pero entonces, el cazador mostraría otra sonrisa tonta antes de darte un par de fuertes palmadas en la espalda. -. ¡Pero tú no necesitas tanto lujo! Me enteré de que una vez te bañaste en las montañas del norte usando trozos de hielo que descongelaste con tu propia saliva. ¡Eres un monstruo! -comentó soltando una carcajada antes de caminar hacia otra puerta, cambiando sus escrituras al tomar el pomo y procediendo a abrirla para cruzar al otro lado…

 Lo que se encontrarían sería totalmente diferente a las tres salas que ya habías visitado, pues al llegar a esta tendrían que atravesar un ancho pasillo para acabar llegando a lo que parecía las ruinas de un antiguo templo, con múltiples pisos que llegaban más alto de lo que tu vista te permitía distinguir. Muchos árboles y maleza crecían de entre las paredes y el suelo, extendiéndose por todo el lugar y dañando su estructura. Lo que realmente llamaría tu atención no sería otra cosa que aquello que se encontraba en el centro de todo, tratándose de una especie de vieja y enorme jaula a la que estaban conectadas múltiples cadenas que se extendían por la sala. En su interior estaba encerrada la estatua de una hermosa ángel rezando al cielo, misma que obtenía una hermosa luz gracias a un cristal mágico que atravesaba la parte superior de la jaula. En aquella sala no había nadie más a excepción de ustedes dos.

 -Vaya, de nuevo aquí… -un tanto confundido, Karos se rascaría un poco la cabeza y miraría a los alrededores. -. A veces cuando bebo demasiado terminó aquí. No tengo ni la más remota idea de porqué… En fin… ¿Qué te trae por aquí, consejero…? -el cazador albino te dirigiría una mirada un poco más seria que las que llevaba haciendo desde que empezó el recorrido. -. ¿Qué…? Dije que tenía buen olfato. Ni siquiera la magia de Jester podría ocultarme tu identidad luego de haberte memorizado...

 Una vez en aquel lugar, el aventurero no podría contener una leve risa al ver la reacción tan natural de tu cuerpo ante la falta de comida.

 -Vaya, y yo que pensaba que aguantarías un poco más por comida -añadió bromista antes de que su propio estómago sonase incluso más que el tuyo y le delatase, provocando otra de sus risas. -. Pues sí que nos vendría bien parar a comer… -dijo antes de escuchar tu mención respecto al frío, así como tu opinión sobre la primera imagen que tenías de aquel lugar. -. El frío es debido a las montañas heladas aún más al norte. Ya que pararemos en un pueblo estaría bien buscar algo para cubrirnos del frío para cuando vayamos hacia allá -explicó mientras ponía nuevamente en marcha a los caballos para rodear el lago y dirigirse al pueblo en la montaña, siendo que su sonrisa se torció un poco cuando revelaste tu falta de dinero. -. ¿N-No pudiste decirlo antes de ponerme a regalar monedas de oro en el pueblo de antes…? -suspirando levemente, volvería a sonreír en un intento de mostrarse positivo y no bajar los ánimos, aunque ya te podías hacer la idea de que se encontraba en una situación monetaria similar a la tuya, por no pensar en que directamente pudiese andar peor... -. En fin, seguramente podremos ayudar en el pueblo con algo y ganar un poco de dinero. Será una buena manera para que empieces a prepararte como aventurera.

 Tras rodear las aguas y subir por el camino que estaba formado en la montaña, llegaron con el carro tirado por los caballos al interior de aquel pueblo, donde recibirían las miradas de las personas que vivían en ese lugar. A diferencia del pueblo que fue atacado por los slimes, en este se podían ver más enanos y bestias que únicamente humanos.

 -Veamos si aquí hay uno… ¡Sí! Estamos de suerte -exclamó Malzahar mientras avanzaba por la calle con el carro hasta detenerse en un lugar donde no fuese a estorbar, atando a los caballos para que no huyesen antes de llevarte con él hasta un tablón en el que estaban clavados varios carteles. Junto al tablón había una ventana de la casa que había justo detrás, ventana por la que estaba asomada una mujer con un uniforme similar al de las sirvientas. -. Es un pueblo muy bonito este que tienen aquí. ¿Hay alguna misión disponible que mi compañera y yo podamos hacer?

 -Por supuesto -respondió la mujer con una dulce sonrisa. -. En el tablón encontrarán todas las misiones que no han sido reclamadas por nadie. Tomen la que gusten y, cuando la acaben, podrán cobrar la recompensa.

 Sin pensarlo demasiado, el hombre a tu lado tomaría uno de los pocos carteles del tablón.

 -¿Qué tal este, Ilithia? Parece que alguien necesita que limpien la vieja biblioteca del pueblo. No es una misión precisamente emocionante, pero tiene una buena recompensa para ser solo limpieza. Luego podremos tener una buena comida.

 Tranquilo y silencioso como era tan característico de él, Ordinem escucharía tus motivos para presentarte ante él en aquel lugar, guardando las palabras durante algunos segundos antes de responder desde su posición.

 -No debes restarle importancia a los otros mandamientos porque yo haya sido el primero en llegar… -fue lo primero que comentó. -. Pero entiendo que confíes en mí para intentar conseguir tus objetivos de superación, después de todo estoy seguro de que sabes que si te conviertes en una amenaza yo seré el primero en intentar matarte… -confesó antes de finalmente levantarse de su asiento y caminar hacia la tabla del fondo para ver los nombres allí escritos, así como su propio reflejo oscurecido por la piedra negra. -. Me encargaré de hacerte conocer el poder que reside en tu interior, pero controlarlo llevará mucho tiempo, tiempo en el que podrías perder el control y darme razones para acabar contigo...

 Dándose entonces la vuelta para dirigirte la mirada, Ordinem levantaría su espada al cielo de manera horizontal antes de recubrir su hoja con un aura de luz blanca, momento en el que avanzaría un par de pasos hacia ti para clavar el arma en el suelo y formar a su alrededor un círculo mágico el cual, tras sacar su espada del suelo, abandonaría.

 -Si estás dispuesto a correr el riesgo, te llevaré a la entrada del Palacio Blanco para entrenar un poco. Allí podré tenerte bajo control si sucede algo, pero desde el primer instante tendrás que soportar una presión mayor que la de la catedral… -habías escuchado cientos de rumores sobre Ordinem y el Palacio Blanco, siendo que se contaban historias sobre cómo su poder santo era tan alto que podía crear accesos a una dimensión de bolsillo formada por Magia de El Coloso. Por supuesto, todo en aquel lugar debía emitir una fuerte esencia que sería desagradable, por no decir fatal, para los demonios... -. Tú decides...

Asentí con la cabeza sobre comprar ropa, ya que aunque mi pelaje natural de la cola era calentito, en situaciones de frío no era de mucha ayuda. Si, será mejor comprar ropa, solo mirar esas montañas me da escalofríos, brrrrrrr. Me abracé a mí misma imaginándome a mi sola en esa montaña sin ropa.

Pues no te dije nada del dinero porque ellos lo necesitaban más. Fue lo primero que dije siendo sincera y también pensado para mi “tampoco pensé les darías todo pedazo bruto”. Tranquilo igualmente, estoy acostumbrada  a pasar hambre. Dije recordando mis días de esclavitud

Cuando entramos al pueblo me quedé observando tanto a enanos como otras bestias. Una cosa era haberlos leídos en libros pero verlos en persona, con mis propios ojos, era completamente diferente. Es increíble. Dije hablando para mi sobre todo lo que podía ver.

ME quedé observando la misión de la biblioteca cuando me la ofreció Malzahar mientras afirmaba con la cabeza. Bueno, parece fácil y mucho tiempo de mi vida ha sido limpiar, no creo sea un gran problema. Dije sonriendo pensando en quien era tan vago como para no querer limpiar. Seguro es una persona con mucho dinero.

El albino parecía encantado con mostrarle el lugar a…Satán, Ethan, lo que fuera, pero el chaval estaba en cambio muerto de miedo. No sabía que se encontraría o a donde le llevaría Karos, a fin de cuentas trató de matarlos en la sala del trono…aunque cualquiera en su situación hubiera hecho lo mismo, ¿verdad?. Lamentablemente no tenía ahí a Jester para decirle “No hagas eso, quédate bebiendo con los demás…” ni tampoco a los niños, los cuales se dispersaron tan rápido como se puso de pie.

Fuera como fuera, siguió al albino en aquel pequeño “tour” por los dominios de Jester. La primera sala le dejó maravillado, una biblioteca enorme, repleta de libros hasta donde alcanzaba la vista, Ethan no pudo evitar y detenerse, maravillado por aquellos sagrados tomos que hablaban de todo tipo de cosas, aquello era historia, era…era el paraíso para alguien como el…pero lamentablemente tenía que seguir a Karos, si no…posiblemente se hubiera quedado el resto del día estudiando y leyendo.

-Bueno…me…me he enfrentado a todo tipo de seres, así que…ya puedes imaginar, ja…jaja.-Río levemente mientras pasaban por una puerta mágica, la cual…¿parecía funcionar con la mente?, era cuanto menos intrincado, pero Ethan estaba encantado, estaba aprendiendo cosas de la magia que desconocía y era sorprendentemente interesante.

Con el tema del balneario…bueno, todos ahí parecían bastante relajados, pero el chico no pudo evitar tratar de clavar la vista en otro lugar que no fuera aquel, apenas se enteró de lo que le decía Karos, al menos hasta que sintió las palmadas en la espalda y…entonces sonrío débilmente mientras reía entre dientes.

No sabía muy bien que identidad le había dado Jester, pero…parecía que sus aventuras eran bien conocidas, al menos por el cazador de demonios, el cual le llevó a una última sala dejando atrás el balneario y a su agradable gente, mostrando esta vez una enorme  sala repleta de maleza y arboles, pero lo más interesante del asunto era una jaula en el centro de la sala, sujetada por cadenas y…una estatua angelical rezando desde el interior. Aquello dejó un tanto extrañado a Ethan, pero podía sentar como le rodeaba cierta “paz interior”.

-¿Q…que es este sitio?-Preguntó con genuino interés mientras daba pequeños pasos, observando el lugar y tratando de memorizar todo lo que había alrededor, ¿estaban siquiera en un lugar real?, ¿era un espejismo de Jester?...¿o estaban fuera del reino?. Fue entonces que Karos confesó que cuando bebía demasiado terminaba ahí y…que sabía muy bien quien era.

Ethan tragó con dificultad y retrocedió unos pasos, alejándose de Karos, abrumado porque el le había descubierto por su olor.-Jester…Jester me está ayudando.-Murmuró levemente tratando de llevarse la mano al interior del abrigo, pero ahí no tenía su libro, estaba desarmado frente a el.

No le quedaba otra, por lo que terminó manteniéndose firme y dejó de retroceder.-Karos…ni yo ni Frey hemos hecho daño a nadie, siempre hemos velado por el pueblo…si, tenía un libro mágico, pero jamás he hecho daño a nadie.-Murmuró levemente.-Si quieres matarme…yo…adelante, pero todo lo que he hecho ha sido por el reino-Terminó por decirle algo temeroso de cual pudiera ser su destino, pero no podía hacer nada al respecto. Si Karos quería matarle…moriría sin lugar a dudas. El era un luchador experto y Ethan...Ethan un erudito empollón.

-Estuve soportando la presencia de un ángel hasta hace un rato, así que mi respuesta es un Si, estoy dispuesto al entrenamiento que me quieras impartir por más peligroso que sea, si no nunca lograré estar a la altura de lo que se viene, sé que nunca seré un Mandamiento, pero nada me impide llegar al nivel de poder de uno, alguien tiene que ocupar el lugar de Anthony hasta que se decida a su sucesor- respondí con decisión a Ordinem.

 Aunque en un principio mostraría una sonrisa de orgullo cuando mencionaste que las personas del pueblo necesitarían el dinero más que ustedes, no pudo evitar mostrar una leve expresión de curiosidad y preocupación cuando revelaste tu resistencia a la falta de comida… En un momento como ese no querría darle muchas vueltas ni preguntar mucho de tu vida, por lo que intentaría disimular y continuar como si no pensase nada al respecto.

 Ya adentrándose en el pueblo, Malzahar soltaría una leve risa al ver como te asombrabas tan fácilmente por encontrarte con gente tan variopinta, siendo que podría hacerse la idea de que no solías viajar demasiado.

 -No necesariamente -opinó respecto al trabajo y quién ofrecía pagar por ella. -. Por lo que dice el cartel nadie va a la biblioteca, por lo que tal vez alguien que si le guste ir haya reunido dinero para mantenerla limpia y poder visitarla más cómodamente. Seguramente solo tendremos que desempolvar un par de cosas -aseguró entre leves risas.

 Pero la dura verdad les caería como un balde de agua helada cuando fueron hasta la biblioteca del pueblo, siendo que desde afuera se podía ver una cabaña cubierta de polvo, suciedad y maleza. Las puertas estaban rígidas y costaba un poco abrirlas, pero al lograrlo dejarían escapar una nube de polvo hacia el exterior de forma descontrolada. Bastaba con echar un vistazo al interior para encontrar una vieja biblioteca con las estanterías desordenadas, los libros tirados por todas partes, las mesas y sillas volteadas, todo cubierto por gruesas capas de polvo y mala hierba que se extendían como lianas de pared a pared, así como la madera del suelo y paredes podrida y rota en múltiples partes. El lugar como tal no era muy grande, pero sí que estaba en completo caos y desorden...

 -Vaya, conque por esto querían que alguien más limpiase la biblioteca -comentó bromista el hombre intentando mantener una nerviosa sonrisa. -. Muy bien, parece que será un trabajo interesante a su modo. Si nos ponemos manos a la obra podríamos acabar en menos de… diez horas…

 Aquel comentario del aventurero sería algo que podrías debatir con acciones, pues a pesar del terrible estado del lugar tenías experiencia suficiente para ir armando todo en tu cabeza y decir con seguridad que tu sola podrías ordenar y limpiar todo en menos de siete horas; con su ayuda seguramente podrías reducir ese tiempo mucho más...

 -Uhm… No tengo idea -confesó el cazador sin darle muchas vueltas al motivo de aquel lugar. -. Aunque es la primera vez que llego aquí con alguien…

 Pero por más que sus intenciones parecieran puras hasta aquel momento, que revelase conocer tu identidad te haría verle con otros ojos, de modo que te encontrabas en una situación muy complicada…

 En silencio, el cazador te seguiría con la mirada percatandose de tu intento de sacar el libro que no llevabas contigo, esperando que dijeses algo en tu defense más allá de que Jester te estaba ayudando, siendo que escucharía con atención lo determinado que estabas a defender tus acciones y las de Frey, aceptando incluso la muerte si eso dejaba en claro tu inocencia...

 -...Pff… -Incapaz de contenerse, Karos soltó entonces una fuerte carcajada que resonaría por todo el lugar. -. ¡Ha, ha, ha! ¡Debiste ver tu cara! “Si quieres matarme… yo… adelante…” -soltó llegando a imitarte de forma burlona antes de continuar riendo, siendo que tras unos largos segundos recuperaría la compostura y te dirigiría una sonrisa relajada. -. Vamos, ¿crees que tengo interés en matarte? Eres mago, de eso no hay duda, pero no hueles a demonio... -decidiendo explicarse, Karos avanzaría hacia ti con la intención de pasar a tu lado y alcanzar una roca de tamaño decente para tomar asiento, dirigiéndote nuevamente la mirada. -. Sin importar lo que digas no podré ver de buena manera a tu mentor por lo que sea que haya hecho para acabar como demonio, pero tú simplemente eres un chico interesado en la magia: ya debiste haber visto suficiente para saber que soy de los que aceptan la brujería… -después de todo, había estado bebiendo en un lugar lleno de brujos. -. Jester es algo así como un guía para las personas de los bajos fondos, y las personas que están en contra de la creencia de que la magia es mala simplemente por ser magia. Si te ha traído hasta aquí es porque sabe que eres alguien bueno en quién podemos confiar… -justo entonces, soltaría un suspiro y su expresión, a pesar de seguir visiblemente borracho, se volvería más vaga y desinteresada. -. He de suponer que te ha traído con la idea de salvar a tu mentor, ¿no…? No tengo dudas de que lo va a hacer, pero… ¿Dejarías de seguir a quién te salvó de ser ejecutado si no lo hiciese…?

 -Si tu determinación es tan fuerte como dices, ven conmigo al palacio y te pondré a prueba…

 Una vez te adentraras al círculo de luz creado por Ordinem en el suelo, verías como la sala empezaba a ser recorrida por una fuerte magia de El Coloso que no tardaría en empezar a fragmentar y deshacer todo, provocando que el techo saliese volando mientras las paredes se caían en pedazos y el suelo se abría debajo de ti, haciéndote caer mientras el caballero de brillante armadura permanecía sobre un escombro del suelo que, a diferencia del resto, no se movió de su lugar por la falta de algo debajo.

 Caerías durante varios segundos mientras todo rastro del santuario y sus alrededores se desvanecen, hasta que finalmente aparece a algunos metros de ti un camino sobre el cual aterrizar. Habiendo tocado el suelo, te encontrarías en un lugar completamente diferente…

 Rodeado por un completo vacío blanco que desprendía un aura divina, tus pies se acostumbrarían a la sensación de aquel suelo rocoso de tono oscuro que se sentía extrañamente ligero a pesar de ser un material duro y resistente. Al ver hacia atrás verías otro sello de Ordinem en el suelo, como el que usaste para llegar allí, pero tu atención seria llevada hacia adelante con la presencia de dicho caballero.

 Parado en medio de lo que parecía un largo puente decorado por largas luces blancas, al final del camino podrías observar un tipo de portal que emanaba el mismo aura divina que todo aquel lugar, mismo aura cuya sola presencia te causaba una incomodidad desagradable. A vuestro alrededor no había nada más en particular, aunque se podían identificar algunas figuras altas de tono negro similares a torres o montañas.

 -Esta es la entrada al palacio blanco, no pasarás de aquí -declaró el caballero que en esos momentos no llevaba su espada consigo. -. En este lugar podrás desatar tu poder sin temor a causar estragos en la catedral o la ciudad. Si determino que no eres apto para este entrenamiento no dudaré en echarte con el sello detrás de ti… -Entonces, totalmente desarmado, Ordinem haría un gesto con su mano como invitación a un combate. -. Debes aprender a combatir de manera normal en un ambiente dañino como este antes de intentar conocer tu poder interior... Vamos, consideraré que estás listo cuando seas capaz de moverme...

Karos estuvo manteniéndose serio, mirándole fijamente mientras hablaba…y así de buenas comenzó a reírse a puras carcajadas, provocando que el chico se comenzara a sonrojar en cuestión de segundos mientras repetía lo que había dicho.-O…oye…-Murmuró claramente desconcertado, muerto de vergüenza.

Y entonces, Karos habló. No tenía interés en matarle, solo era un mago, no un demonio. Así que pasó por su lado y se sentó en una piedra, provocando que el chico casi se cubriera por si le iba a golpear a traición, pero por suerte no ocurrió. Fue entonces que Karos tomó asiento y comenzó a hablarle.

Le habló de su mentor, la magia, Jester…y como el era alguien en que podía confiar gracias a Jester.

-Yo…bueno, pero eso…-El chico guardó silencio unos segundos y terminó negando.-¿Entonces porque no me defendiste en la sala del trono?, ¿Por qué no dijiste que yo no tenía nada que ver?...es decir…yo…de todas formas hubiera hecho todo lo posible para defender a Frey, el me ha estado cuidando desde que mi padre me mandó lejos, el me ha enseñado todo lo que se, es decir…me…me ha enseñado sobre política, sobre mis deberes de consejero, sobre todo…y ahora…ahora lo pintan como si fuera un traidor o un enemigo.

Aquello le dolía, era la pura verdad, era algo que le parecía claramente injusto, ¿es que acaso no podía darse cuenta la gente de ese gran error?.-Cuando…Cuando me atacó ese caballero en el castillo, yo tuve que defenderme…estaba dispuesto a matarme, fue…fue el libro el cual me ayudó, pero aún así Frey me creyó, se dio cuenta de que no era culpable de nada.-Confesó antes de sentarse en el suelo, negando.

Su vida se había truncado en un solo día y había descubierto cosas que ojalá no hubiera visto jamás. Pero entonces, el cazador volvió a hablarle, preguntando si seguiría a Jester si no pudiera salvar a Frey.

Ethan alzó la cabeza, manteniendo la mirada con Karos durante unos segundos antes de volver a bajar la mirada y quedarse pensativo.-Frey es mi mentor y mi amigo…Jester me ha salvado la vida y me ha prometido que me ayudaría si yo me unía a el. Yo ahora mismo estoy en deuda con Jester, así que…si puedo ayudarle o seguirle para poder saldar mi deuda así lo haré.-Admitió.-Pero en un futuro, si el no consigue salvar a mi mentor, yo lo haré, cuando pueda saldar mi deuda iré al castillo y haré todo lo posible por salvarle, porque no se merece morir.

Entonces volvió a mirar al peliblanco a los ojos.-Puede que no te fies porque odies a los demonios y quieras matarlos a todos, pero Frey tiene buen corazón y estoy seguro de que todo esto se trata de algún error…es…es incluso posible que hayan demonios buenos por el mundo, no se puede simplemente juzgar un libro por su cubierta, ¿verdad?