Partida Rol por web

Agarrada aún a quien ahora hacía llamarse Hares, empezaron las lagrimas a brotar cuando escuché lo de la promesa. Por suerte, eran lagrimas de felicidad al sentir que no perdería a aquello que me mantuvo viva durante toda mi vida. Sin embargo, las cosas fuera de aquel llanto seguían sucediendose y yo por mi lado no podía participar.

Ya no era solo porque no pudiera hablar, sino porque no tenía ni idea de lo que hablaban en general. Todo era caotico en mi mente, pero si de algo estaba segura, es que por lo visto aquel semi-bestia que antes parecía un perro, y yo estabamos ligados a Hares de alguna forma "Mascotas" nos había llamado, pero era algo que simplemente se me hacía imposible de pensar viniendo de alguien tan bueno... Era imposible que fuera un amo como los que había tenido hasta ahora ¿Verdad?

Lo ignoraría pues por el momento, pues al ver como Gladius se apartaba, me hizo inclinar la cabeza apartandola un poco de Hares para verle. Mi curiosidad incrementaba solo al saber de el, al oirle alejarse e incluso al verle con esa expresión tan neutra - Antes me sonrió... ¿Por qué? ¿Por qué siento... esto? ¿Qué es esta sensación? Solo... Siento que quiero conocerle más... - Algo me impulsaba a ello, a conocerlo mejor, a saber quien era, porque tenía un vago recuerdo de el, una sensación de familiaridad.

Pero no solo estabamos reunidos, sino que el consejo más bien era que nos fueramos a descansar. Miré entonces a Schwi y a O'Lupent. Este último parecía necesitar más que nadie descansar eso si... Pero si nos separabamos todos para descansar... ¿Con quien iría? No quería separarme de Schwi y O'Lupent... Tampoco de Hares... Y quería hablar con Gladius... Eran tantas las opciones y decisiones que debía tomar... Que ni siquiera sabía por donde empezar, por no sumar a todo ello que no podía hablar. Necesitaba comunicarme con algo y el suelo no era de arena para dibujar en el... Todo iba en mi contra.

Quizás por ese primer impulso, miré a Hares, y luego a Leviathan... Ellos seguro que iban a hablar y no quería molestarlos... Así que directamente me separé lentamente de aquella representación fisica de quien era la voz en mi cabeza, y me acerqué a Schwi y O'Lupent para tirar a ambos de las mangas intentando hacerles ver que quería "hablarles". Acto seguido me agaché al suelo y empecé a "dibujar" en el, aunque sin marcas que se quedaran grabadas no servía de nada... Quizás un indicativo de que quería algo para dibujar y que me entendieran - Jolín... así no puedo hablarles... - Pensaba para mis adentros mientras seguía intentando dibujar lo que quería decirles.

 La mirada del dios ígneo se posaría nuevamente sobre la maldita sacerdotisa al escucharla, enarcando una ceja momentáneamente antes de volver a su expresión neutral.

 -No necesito que nadie me venere: me conformo con observar sus vidas -explicaría, negando cualquier intención que tuviese la sacerdotisa de ganarse de él un favor o similar.*

 En ese punto, había muchas cosas por hacer y preguntar, y cada quién tenía sus prioridades sobre como actuar a otra, siendo Einar quién cargaría sobre sus hombros el cuerpo inconsciente de Sutr luego de que Nasai lo recogiese del suelo, disponiéndose a llevarlo a la enfermería por sí mismo luego de que el asistente de Leviathan negase tener que ir ahora.

 -Yo te ayudo -se acercaría entonces Azrael para ayudar al enano con su carga, cuya expresión dejaba en claro que estaba completamente perdido respecto a lo que acababa de suceder, pero era lo normal: se conformaba con saber que se venían cosas grandes si acababan de dar forma a un Dios...

 Por parte de Leviathan, esté no ocultaría su curiosidad al escuchar a Nasi solicitarle hablar a solas, ante lo cual el hombre haría un gesto de desinterés que se podía traducir como un "Okey", aunque su mirada entonces se posaría en el Dios del Fuego, quién con una mano haría otro gesto de desinterés, pues si bien Eli tenía razón al decir que la deidad tenía intenciones de hablar con la mano derecha del rey divino, no iba a ser impaciente al respecto, después de todo el también tenía varias cosas que hacer.

 Ante los tirones de la chica gato, Schwi le prestaría nuevamente atención, y leyendo en el ambiente que ya no era requerida la presencia del grupo en aquel lugar se dispondría a salir con ella y O´lupent, siendo seguidos de cerca por la hermanastra del batracio que, en silencio, simplemente observaba.

 Finalmente, si bien la curiosidad escalaba en Lavinia debido a las figuras que ahora habitaban el castillo, era consciente de que su presencia en la sala del trono ya no era necesaria de momento, por lo que también acabaría abandonado el lugar siendo seguida por Gladius.

 Poco a poco los presentes fueron separándose para atender sus propios asuntos, quedando únicamente Nasai en la sala del trono junto a su dueño, y el propio rey demonio descansando en su asiento...

 Durante el camino, Sutr no parecía dar indicios de que despertaría pronto, y al menos contabas con la ayuda de Azrael para cargarlo hacia la enfermería, donde encontrarían al doctor cambia-formas ocupado delante de una camilla sobre la cual descansaba la hija de Leviathan, siendo que con sus múltiples brazos Aurelion se encargaba de tratar todas las heridas visibles de la chica, y con uno de ellos en particulares parecía estar midiendo el agujero en el pecho de la híbrida probando distintos corazones de una caja.

 -Este tampoco... -tiraría entonces el que justo iba probando, antes de fijarse en vuestra presencia. -. Oh, ya llegaron, perfecto: déjenlo por allá -señalaría vagamente con otra de sus extremidades extras una camilla cercana. -. ¿También necesitan que los atienda?

 -¿Qué le haces a Tamiel...? -preguntaría directamente Azrael, sin entender muy bien que hacía el hombre intentando curar un cadáver.

 -¿No es obvio? Arreglarla: no sé que imagen inocente tienes del mundo, pero que te atraviesen el corazón no es el final... si tienes algo de suerte -aseguraría el hombre, insistiendo entonces con un gesto de cabeza que colocasen a Sutr en otra camilla, acercándose a atenderlo luego de unos segundos que se tardó en dejar el cuerpo de Tamiel siendo tratado por los corazones. -. Hmph... -examinándolo por encima, Aurelion observó el cuerpo del pelirrojo. -. Tardará un tiempo en despertar, pero estará bien -aseguraría, invocando más de sus corazones para tratar al ex-semidiós. -. ¿Qué hay de ustedes? ¿Tienen dolores, males... preguntas? -por primera vez desde que habías conocido a Aurelion, se le veía particularmente pensativo y curioso por tus intereses, o los de alguien más.

 En otra camilla más apartada también se encontraban tumbados los dos comandantes demoniacos que Leviathan atravesó en la reunión, ambos ya atendidos y en reposo, siendo el íncubo acompañado por su hermana que descansaba sentada junto a su camilla.

 Saldrían entonces de la sala del trono acompañados por Schwi, así como por Judith y el hombre de cabello flameante.

 -¿Querías decirnos algo, Eli? -preguntaría vuestra amiga, revisando sus ropas y los alrededores en busca de algo que pudiese servir para que la chica gato se comunicase.

 -Ten -en ese momento, Judith se acercaría con una vieja libreta, una pequeña pluma y un pequeño frasco con tinta. -. No soporto que intentes escribir en la nada... -aseguraría la mujer con cierto tono de molestia, antes de dirigir una mirada fría a O´lupent y revelar sus verdaderas intenciones. -. He ayudado a tu amiga, ahora me debes un favor.

  Cualquiera podría decir que el acto de la chica no fue la gran cosa, y que para andarlo cobrando mejor no hubiese hecho nada, pero en el fondo O´lupent sentía que las intenciones de la mujer realmente no fueron atarle a un trato, aunque ese mismo gesto de bondad seria lo que picaría al sapo haciéndole sentir en deuda de cumplir su parte.

 De esa manera, si no tenían nada que decirle, Judith se dispondría a retirarse, sin preocuparse por recuperar lo que había dejado a Eli.

 Si bien tenías la opción de ir a reunirte con Einar en la enfermería, aunque seguramente él ya buscaría el momento de volver a reunirse contigo, ahora contaba con un momento a solas con el arcángel que te acompañaba como el fiel perro ahora resultaba fue una vez.

 -Lo sentiste, ¿cierto? -preguntaría, con esa expresión vaga suya en el rostro. -. Cuando Nasai provocó a Sutr... Sentiste el abrazo del purgatorio...

  Ciertamente, el solo pensarlo te traía nuevamente aquella desagradable sensación en tu cuerpo, misma que el hombre allí presente te había estado provocando ya numerosas veces y que en ese punto no hacía más que enfadarte debido a tu falta de conocimiento sobre el tema: no entendías su pensamiento ni que relación tenían todas las visiones que habías sufrido contigo, pero él debía saber más de lo que decía...

 Una vez el resto abandonó la sala, Leviathan soltaría un pesado suspiro, y permanecería en pie con las manos en la espalda mientras miraba hacia otra parte, reflexivo.

 -¿Qué quieres decirme, Nasai? -preguntaría directamente, sin un solo tono de duda. -. Has estado muy raro últimamente, y eso hablando de ti...

  A diferencia de antes, había abandonado todo gesto amenazante en su ser, y simplemente parecía un hombre deprimido y un tanto aplastado por sus responsabilidades, pero que a pesar de todo continuaba en pie dispuesto a tratar todos los asuntos que requiriesen de su atención, como siempre había sido.

Me interrumpieron dibujando, para salir del lugar, aunque realmente no me importaba, seguiría o más bien empezaría a dibujar de nuevo en el aire... Por desgracia no podía usar otros metodos más convencionales, pero quería expresarme lo mejor posible para que me entendieran.

Ya una vez fuera, volví a empezar a dibujar en el suelo cosas inconclusas ya que no tenían una continuidad al no grabarse en ningún lado, pero entonces la hermana de cierto batracio me dijo de aquella forma que tomara esa especie de cuaderno raro... Era como un libro, pero todo en blanco... Muy extraño. También me dió una pluma y un tintero... Esas dos cosas sabía más o menos que era, pero no como se usaban.

Agarré la pluma con todo el puño y traté de dibujar en el cuaderno que me ofreció la chica, no sin antes hacer una reverencia como agradecimiento... Sin embargo no funcionó... La pluma estaba seca y por pura lógica solo hice una cosa si me dió todo aquello Judith, mojar de golpe la pluma en la tinta, y sin escurrir dejar un buen borrón en la hoja. Me asombré al verlo, era como la arena y me recordaba a como pintaba mi antiguo amo... Cosa que relacioné rápido y me puse corriendo a dibujar... Obviamente acabaría un poco manchada, pero no me importaba.

Aproveché la primera hoja para dibujar el rostro de un gato con su respectiva cola, también el de un perro con su respectiva cola, aunque el perro parecía más sin sentimiento que otra cosa. A continuación, dibujé una linea del gato al perro antes de dos especies de globos entre cada uno.

Quería hablar con el perro... si así no quedaba claro no sabía como dejarlo claro... Sin embargo, no quería que se pensaran que quería alejarme de ellos, y por eso después de enseñarles el primer dibujo, empecé a hacer otro. En este, dibujé al mismo gato, a su lado una especie de rana... Un poco amorfa, y a su lado una cara demasiado simple con un par de alas, y luego de mostrarlos los rodeé.

Literalmente era una niña pequeña queriendo expresarse... Pero esperaba que entendiera que quería seguir con ellos. Tan solo les "pedía permiso" para ir a hablar con el perrete... O más bien a encontrarlo pues ahora se había ido del lugar que sabía que estaba y me tocaba encontrarlo.

   Al igual que Schwi estaba expectante a lo que nuestra pequeña Eli nos estaba intentando comunicar y aunque a buenas y primeras creía que sus gestos eran para evocar alguna especie de  hechizo sobre la tierra usando complejos patrones de los que quizás nacían sus magicas habilidades.... la intervención de Judith me ayudo a entender que tal vez estuviera ligeramente equivocado con aquello.

   Ohhhhhhhhhhhhh~ohhhh... - comentaba con ligero brillo en los ojos ante las palabras de mi hermanastra, tal que no pude evitar dibujar una reverencia correspondiente, aunque esta vez sin dejarle de mirar en ningún segundo en que la iba realizando - Y encantado estaré en escuchar lo que estas dispuesta en pedir.... - viendo como esta se marchaba lentamente por su lado.

    Respecto al resto..

   Hmmmmmmm....- no iba a mentir, estaba ligeramente extasiado ante las practicas de mi pequeña compañera, pues en cada trazo cada movimiento podían notarse emociones muy vivas viniendo de ellas, y aunque no entendía del todo a que se quería referir si que era consciente de que los dibujos nos representaban a nosotros ... creo....

    Snifff....sniffff.... - dejaba escapar una lagrimita de satisfacción - que gloriosa muestra de talento es que ven mis dorados ojos, ve señorita Schiw.... pues si que retrato muy bien su sonrisa - le mentaba a mi compañera, aunque al notar que la pequeña se nos quedaba mirando por mas, aunque podía entender que podía ser -  De momento no tenemos ni rumbo, ni obligaciones, por lo que las prisas no nos están arrastrando, si necesitas ir a caminar, nosotros estaremos por los lindes del castillo, hay muchas baratijas de los terrestres que quisiera que Schwi me explicase para que las ponen así - mirando a esta ultima a modo de saber si no tenia problema con esto ultimo. 

Poco a poco, la sala del trono se fue despejando de gente, cada vez quedando menos. Antes de que Azrael se marchara llevándose a Sutr, me acercaría a él hablando en voz baja -Si pu-puedes Azrael... di-dime donde de-dejaréis a Sutr... y... ha-hablamos si no te... i-importa...- le diría al demonio albino si le parecía bien... dejándole marchar luego, hasta que al final en la habitación solo quedaríamos tres personas... Yo, el rey divino y Leviathan.

Al quedarnos así, Leviathan me preguntó directamente por lo que me rondaba por la cabeza... viéndose ya no tan intimidante como antes... Ahora si viéndose afectado por lo que le había pasado a Tamiel, o por lo menos eso si me parecía a mi. Me dijo que me veía más raro... -¿Ra-raro co-como...?- no pude evitar preguntar... aunque sabía que habiéndome preguntado que quería, no le gustaría perder el tiempo respondiéndome a eso...

Me quedaría mirando al suelo unos segundos... hasta al final coger y soltar aire -Maese Leviathan... he... he...- tartamudeé un poco... antes de atreverme a levantar la mirada -He co-conocido a-al se-ser que e-esta de-dentro de mi...- le diría de forma directa... sin saber como siquiera reaccionaría... y también queriendo ver como lo haría.

Tomaría algo de aire para continuar hablando luego -E-en ciertos mo-momentos... e-estoy te-teniendo... vi-visiones. Visiones de... fu-fuego negro... un va-vacío profundo... se-seres e-extraños, co-como a-angeles demonio con ro-rostros de-desfigurados. Si-sintiendo que... lo-los co-conocía de algo, pe-pero nu-nunca los vi a-antes...- le comenté a mi amo describiéndole todo aquello -Sutr, e-en un mo-momento del e-enfrentamiento... Me mi-miró y me pe-pegó un pu-puñetazo con... miedo... co-como si ta-también hubiera vi-visto algo... Y mi-mientras e-estaba i-inconsciente... e-es cu-cuando le vi...- le continué explicando...

Apreté algo los puños al recordar algo -Era u-un ser de llamas negras... e-enorme... con a-aspecto de demonio a-alado... Se... a-alegraba de que Tamiel e-estuviera mu-muerta, por ser híbrida... Yo se... se lo e-eché en ca-cara, di-diciéndole que no se lo me-merecía... se ri-rió de mi. E-entonces... dejó de re-reirse... al ver que... no co-consiguió... poseerme... por se-segunda vez. Le i-insultó a u-usted mucho... po-por... e-encerrarle en mi... maldiciendo ta-también a un a-arcangel...- intentaba explicarlo lo más preciso que podía... aunque sabía que eso no me aseguraría una respuesta sincera por su parte -Se que... mi co-compra no fue co-como la re-recuerdo... Que pa-pasó otra cosa, no se que...- le iría terminando de decir... atreviéndome a mirarlo a los ojos... cosa que muy pocas veces me atrevía... antes de... repetir una de las preguntas que ese ser me preguntó a mi, junto a otras...

Maese Leviathan... ¿Que... di-diablos soy yo? ¿Que e-es to-todo esto...? ¿Pa-para que nos estamos pre-preparando...? Po-porque que to-todo esto esté pa-pasando ahora... to-todo junto... No pu-puede... ser ca-casualidad...

 Asentiría con la cabeza ante el ofrecimiento de Azrael y no me molestaría en absoluto la respuesta de Nasai, se le notaba una convicción renovada en sus ojos, podía confiar en mis ojos, que podría manejar una charla con la serpiente mucho mejor que antes. Sin mas demora llevariamos a la enfermería al inconsciente semi-dragon, dado que habría perdido su divinidad.

 Con ayuda de Azrael sería todo mucho mas sencillo y al llegar nos encontrariamos con la pintoresca escena de el doctor Aurelion tratando el difunto cuerpo de la hija de Leviathan, buscando por lo visto una forma de volverla a la vida? zombificarla tal vez, o volverla una especie de golem de carne pero mas agradable a la vista que como eran los usualmente conocidos. Aun así dejariamos a Sutr donde se nos indicase esperando a su revisión, sintiendome tranquilo de que solo era cuestión de esperar y que su vida no peligraba realmente.

 -Males no pero preguntas si, me llama la atención tu trabajo, también eres nigromante a parte de medico o justamente usas tus conocimientos medicos para preparar el cuerpo para uno?.-

 La nigromancia no era un tipo de hechicería que hubiese aprendido pero que siempre resultaba curiosa cuanto menos.

 -Como pretendes reanimar a Tamiel, se de alguien que te venerara si lo haces hoo ho hoo.-

¿Por qué de nuevo? ¿Por qué vivir ese momento? Sus ojos se entrecerraron presa del fastidio que le provocó aquello, sintiendo en su interior como la intención de Gladius era al fin de cuentas: no estás conmigo, lo pasarás mal.  En definitiva era un constante recordar de lo que ya experimentó, siendo sumamente desagradable. 

—¿Por qué insistes con ello? ¿Que pretendes?—preguntó directa—. Si esto es una forma de... Tenerme dónde tú quieres, sé más directo.

Altiva como ella sola, le dedicó una mirada más intensa y esperó una respuesta a ello. Tantos misterios, tantas incógnitas, ella detestaba lo desconocido y por esa razón es que su paciencia se estaba agotando. 

 Si bien Schwi miraba con cierta desconfianza a Judith en todo momento, luego de ver que entregaba a Eli algo para facilitar su comunicación empezó a confiar un poco en ella, aunque eso de decir que O´lupent le debería algo solo volvía a alimentar su desconfianza hacia la misteriosa mujer...

 Por su parte, la hermanastra del batracio simplemente le dedicaría una mirada antes de voltearse y retirarse sin decir más, conforme con la respuesta de O´lupent y sin interés en lo que Eli tenía que decirles.

 Cuando la chica gato empezó a probar como usar la pluma, Schwi no pudo evitar sentir cierta lástima y ternura a partes iguales, aunque por suerte antes de tener que explicarle Eli pudo deducir por sí misma como se usaban aquellas herramientas; manchándose en el proceso, pero eran cosas del aprendizaje.

 -Oh... -observaría Schwi, visiblemente interesada por los dibujos de Eli. -. ¿D-De verdad? A ti también te dibujo bastante bien... -opinaría la chica con una leve sonrisa, sin deseos de lastimar a su compañera con un... -. Son horribles.

  -¿Ese es Gladius? -se acercaría entonces Hares, señalando el perro del primer dibujo de Eli. -. Lo vi seguir a la sacerdotisa, puedo sentirlo en el castillo... Yo podría llevarte.

  Dado que Hares parecía tener conocimientos sobre donde se encontraba la persona que buscaba Eli, y O´lupent tenía sus propios intereses para saciar su curiosidad, Schwi acabaría asintiendo.

 -Entonces puedes ir con él, Eli. O´lupent y yo estaremos por el castillo, pero nos reuniremos luego, ¿está bien? -con una dulce sonrisa, la chica le daría un abrazo a la ex-esclava, apartándose luego para ver a Hares. -. Sé que estará segura contigo.

  La deidad se limitaría a asentir, y dado que ya se había explicado lo que haría cada uno, el grupo finalmente podría separarse, siendo Hares quién guiaría a Eli por un pasillo mientras Schwi se iba con O´lupent por otro.

 -Hmph... ¿Dónde se habrá metido Astaroth...? -preguntaría en voz baja la chica mientras se separaban, a nadie en particular.

 Luego de separarte de Eli y la deidad que acababas de liberar de su interior, Schwi te acompañaría por los distintos pasillos del castillo, en su mayoría todos similares, pero con pequeñas y sutiles diferencias provocadas por el tiempo y no tanto por los planes originales de construcción. En todo caso, la chica no tendría problemas en explicarte las decoraciones y sus significados o funcionalidades, si es que tenían alguna más allá de simplemente estar allí.

 -Por cierto, ¿qué piensas de todo lo que está sucediendo, O´lupent? -se decidió a preguntar mientras continuaban caminando. -. Hasta no hace mucho solo conocías el interior de tu pantano, y ahora sabes de una guerra que no solo involucra a tres territorios más grandes de lo que pudiste imaginar, sino también a seres antiguos que existieron desde el inicio de los tiempos... No quiero que nada de eso te abrume, si necesitas decir o saber algo, sabes que puedes contar conmigo para eso.

  Desde que habían salido, si bien Schwi siempre mostró preocupación por ti, no fue hasta ese momento donde pudiste ver en sus ojos un auténtico sentimiento de que no quería ser quien te hubiese sacado de la tranquilidad y felicidad que te daba la ignorancia en tu pantano para meterte en un asunto que era grande incluso para ella...

  Luego de separarse del resto, Hares permanecería a tu lado caminando por los pasillos del castillo, irradiando una suave luz celeste proveniente de su flamante cabello.

 -Es extraño... -comentaría entonces mientras continuaba caminando. -. Hasta aquel momento fue como si todo mi tiempo junto a ti en esta vida fuese toda la mía, pero ahora... Es como si un pequeño recuerdo en mi larga lista de memorias... -revelaría, visiblemente pensativo sobre el tema, como alguien que está reflexionando sobre su vida, y siendo una deidad seguramente tendría mucho para reflexionar... -. Antes me la pasaba completamente solo, encerrado en mi taller entreteniéndome con la vida de los mortales, entonces un día él decidió regalármelos: Un perro, un lobo, y una gata -al nombrar esta última, su mirada se posaría en ti. -. A través de sus reencarnaciones han cambiado su aspecto, pero sus ID siguen siendo las mismas... -en ese momento, se daría cuenta de que igual no entenderías a lo que se refería, por lo que añadiría. -. Sus almas, por decirlo de alguna manera... El caso es que sin importar los aspectos que han tenido, en el fondo siguen siendo los mismos, aunque tu personalidad ha ido cambiando de cierta manera según la vida que has tenido: definitivamente, está fue de las peores... -aseguraría, levantando una de sus manos para posarla sobre tu cabeza, con una muy sutil sonrisa en los labios. -. Ojalá Nyhamda hubiese podido sellar mi consciencia en los tres, pero supongo que hubiese sido un infierno para mí vivir en la mente corrompida de Gladius y en la maldición de la linterna: al final le debo un favor a ese condenado gato... -no parecía muy contento con esto último, pero rápidamente se quitó el pensamiento de la cabeza mientras apartaba la mano de ti. -. Debe ser complicado para ti también, ¿no? Tanto tiempo con una voz en tu cabeza, y que ahora venga a decirte que soy un Dios y que has reencarnado durante varias generaciones conmigo acompañándote...

Antes de retirarse, Azrael te comentaría que seguramente lo dejarían en la enfermería, retirándose con Einar al igual que lo iría haciendo el resto.

 Ya a solas con tu amo, y la deidad durmiente, el hombre de gabardina enarcaría una ceja cuando respondiste a su pregunta con otra, como dudando de que lo dijeses en serio.

 -Hmph... No lo sé, tal vez sean tus ojos: se ven dos tonos menos deprimidos... -comentaría mientras se rascaba un poco la cabeza, pensativo: no parecía del todo convencido de su respuesta, pero tampoco del todo dudoso.

 Tan pronto como continuaste hablando, el hombre te miraría expectante, esperando escuchar lo que sea que él notaba estaba raro contigo, y si bien a ti te costó revelar lo que sucedió, él no se mostró sorprendido en lo absoluto.

 -Hmph... -lejos de intervenir, dejó que explicases todo lo que te había estado sucediendo, y que expresases tus dudas y preocupaciones. -. No puedo tomarme un respiro, ¿no? -suspiraría pesadamente, adoptando una posición más relajada. -. Tienes razón cuando dices que tu compra no fue como la recuerdas: en realidad, varios momentos de tu vida no son como los recuerdas -iría explicando, abriendo junto a él un pequeño portal de sombras del cual sacaría con una de sus manos una copa de un antiguo vino cuya etiqueta se encontraba borrada por el tiempo, así como una copa sencilla de cristal para empezar a servirse tan pronto como sacó el corcho con uno de sus tentáculos sombríos. -. Verás, realmente eres algo así como un proyecto personal mío: muchas veces hubo posibilidades de que perdieses el control, por lo que cuando anticipaba que podía suceder me adelantaba alterando tus recuerdos, pero supongo que lo de hoy era inevitable, y con lo que se viene ya seria una perdida de tiempo volverte a modificar... -haría una breve pausa para tomar un sorbo del vino, siendo un líquido de un oscuro pero brillante color púrpura. -. Ahh... Esto me trae buenos recuerdos -comentaría mirando la copa de la que acababa de beber, con una ligera sonrisa de nostalgia en el rostro, antes de volver a su expresión vaga para mirarte. -. No eres un humano cualquiera: llegaste arrastrado a las costas de la ciudad por el mar luego de una noche tormentosa, y fuiste recogido por un vendedor de esclavos que decidió tomarte como su mercancía. Cuando te recogí tenías unos... ¿12 años? No lo recuerdo bien, fue hace unos 200, pero el caso es que cuando te encontré yo estaba buscando un recipiente para encerrar a esa entidad que viste: llevaba ya cientos de años buscando un recipiente que no se rompiese a los pocos minutos, y a pesar de que al principio enloqueciste y asesinaste a todos, de alguna manera te las arreglaste para recuperar la consciencia, aunque tu cuerpo te hizo caer inconsciente de inmediato. Desde entonces, te he tenido como mi mano derecha para tenerte vigilado y ver los resultados de mi investigación: un recipiente que pudiese manejar el poder de un ángel del purgatorio -tras aquella explicación, el hombre volvería a tomar de su vino, tal vez por ganas de hacerlo o para darte tiempo de ir procesando todo: en todo caso, luego continuaría. -. Verás, además del plano mortal, existen dos planos a los que solo acceden ciertas entidades: Heaven, hogar de los dioses de la luz, y el Hell, hogar de dioses de la oscuridad. Entre ambos siempre existió una separación inquebrantable, una puerta que dividía ambos mundos para mantener la paz y el orden, pero un día dos dioses decidieron ver que había más allá de dicha puerta, y de alguna manera, sin conocerse ni comunicarse de ninguna manera, fueron capaces de quebrar el umbral entre ambos planos. Lo que abrieron fue un tercer plano conocido como el Purgatorio, un lugar habitado por unos entes que no pueden ser clasificados únicamente como demonios, como ángeles, ni como ambos; estos seres vendrían a ser los guardianes que impedían que el mundo perdiese su naturaleza, siendo que para ellos todo lo relacionado con un híbrido, una combinación, o algo nuevo creado a partir de otras cosas, es una traición contra el orden natural, y desean erradicarlo. Eso explica el odio que tiene la entidad en tu interior hacia Tamiel -en ese punto, realizó otra pausa a pesar de que no bebería de su vino, simplemente se quedó mirando la copa mientras la agitaba un poco. -. Poco a poco la curiosidad de los habitantes de ambos planos empezó a llevarlos a atravesar el purgatorio para conocer el otro lado y su gente, algo que no agradó a los ángeles del purgatorio dado que haciendo esto la naturaleza de ambos planos se empezaría a mezclar, así que, viendo que nadie les escuchaba, pensaron que acabar con todos era la mejor solución. Hubo una terrible guerra, muchos dioses murieron y fueron olvidados, pero con el paso del tiempo los ángeles del purgatorio fueron perdiendo fuerzas, y cuando el Rey Divino derrotó en combate al Rey de ellos le persuadí para capturarlo en lugar de eliminarlo; una manera de enviar un mensaje al resto de sus compañeros y que no molestasen más, y ya de paso me seria un valioso material para mis experimentos. Justo ahora, te encuentras enlazado con el rey de los ángeles del purgatorio que está sellado en una habitación oculta en las profundidades del castillo: esto de por sí es imposible, pues para haber logrado eso tu ID debe coincidir con la suya, y esas nunca se repiten... Pero oye, eso solo significa que mi plan con ceros posibilidades de éxito, resultó serlo -revelaría, ahora sí bebiendo de vuelta de su copa, esta vez un sorbo más largo hasta dejarla vacía para luego volverla a llenar. -. El purgatorio aún existe entre ambos planos, y con ayuda de las entidades de los otros planos los mortales pueden acceder a él y cambiar su naturaleza: Gladius nunca fue un ángel, pero cuando cayó en manos del Coloso le hizo ascender en el purgatorio para ser bendecido como un ángel y, posteriormente, volverlo un arcángel. Nunca alteré sus recuerdos, solo desbloqueé los que la deidad había bloqueado -añadiría, soltando ahora un suspiro antes de beber un último sorbo de su copa, y pasar a ofrecerte tanto está como la botella de vino. -. Sobre lo que sucederá a partir de ahora... Digamos que los Dioses y las entidades que más influencia tuvieron en la guerra querrán terminar el asunto de una vez por todas...

 Poco antes de partir, verías a Nasai acercarse para preguntar a Azrael en donde dejarían al pelirrojo, lo cual el albino respondería diciendo que seguramente acabaría en la enfermería, tras lo cual pudieron retirarse de la sala del trono.

  -Como tal la nigromancia no es mi area, pero he estudiado a los no-muertos y conozco lo necesario para poder utilizarla si decidiese aprenderla un día -explicaría el doctor respecto a su tratamiento del cuerpo de Tamiel. -. Para empezar, no es la primera vez que hay que reanimarla... -revelaría entonces con ese tono neutral suyo de poco interés. -. Los ángeles poseen un don natural para regenerarse, purificar las impurezas en sus cuerpos, entre otras cosas. Por supuesto, el caso de Tamiel es especial por su mitad demoniaca: bloquea parte de sus dones angelicales, pero abre la puerta a permitirse métodos oscuros sin que su cuerpo se haga pedazos... Con las partes correctas, y algo de magia negra de alguno de los brujos de confianza de Leviathan, su cuerpo puede empezar a recuperarse por sí solo, y al tiempo estaría lista para otra batalla como si nada hubiese sucedido, pues parte vital de la "resurrección" es que no recuerde siquiera que murió, algo de lo que se encarga Leviathan mientras ella descansa: en realidad Tamiel es mucho más vieja de lo que parece, solo que sus recuerdos han sido modificados para que piense que ha estado durmiendo desde hace mucho tiempo-con esas explicaciones, el hombre terminaría de examinar a Sutr, regresando a la mesa donde había dejado a Tamiel. -. Hmph... Igual eso último no debía decirlo, hagan como que no dije nada...

 Por su parte, Azrael era incapaz de disimular su mirada al cuerpo de Tamiel, pensativo sobre lo que el doctor acababa de revelar.

 -¿Qué tanto nos oculta Leviathan...? -se atrevería a preguntar.

 -Bueno, es complicado afirmar algo sobre eso cuando hablamos de alguien con el poder de alterar recuerdos -concluiría el médico, continuando con su prueba de corazones en el pecho de Tamiel. -. Hmph... Este servirá...

 Tu reacción no tomaría por sorpresa al albino, quién lejos de seguir dando vueltas alrededor del misterio que traía, simplemente respondería a tus preguntas.

 -Para empezar, aunque no esté contigo, seguirás teniendo las visiones... -explicaría el hombre con un tono neutral. -. No es algo que yo haya decidido, ni que pueda cambiar: TÚ tomaste la decisión en algún momento, tal como yo lo hice en el pasado... Alguien te ofreció una mejor vida a través del purgatorio, y tú lo aceptaste a pesar de que no lo recuerdes -su mirada penetrante estaba puesta sobre ti, manteniendo en pie de manera firme mientras su gabardina ondeaba ligeramente por las corrientes de aire frío que recorrían los pasillos. -. Ambos compartimos una maldición, la cual a su vez compartimos con otros cinco: cuando estallé la guerra, nuestro papel ya habrá estado escrito, y no nos quedará otra que enfrentar a nuestro destino para tener la vida que realmente deseamos... Dime, Lavinia: ¿qué estarías dispuesta a sacrificar por tus objetivos...?

Puesto que la voz de mi cabeza, ahora en estado físico, sabía reconocer mi dibujo de Gladius y además podía localizar al mismo, aproveché para dejarme guíar por el. Además, confiaba mucho en el. Sonreí a Schwi y O'Lupent mientras me despedía y entonces comenzar el camino junto Hares.

El camino, al principio, se hizo extraño. No sabía como definirlo, pero simplemente Vox... Perdón, Hares, permanecía callado. Tampoco es que pudiera haberlo solucionado, pues además de evitar hablar, no sabía como iniciar una conversación desenfadada. Pero entonces el empezó a hablar y con sus dos primeras palabras, me hizo mirarle inclinando la cabeza sin llegar a entenderle. Aunque la cosa no mejoró con su explicación... Quizás era debido a que no podía entender como de amplia era su memoria.

Lo que si podía sentir quizás, fue su soledad. Al principio yo pensaba que Vox llegó a mi mente como un consuelo de estar sola y encerrada como una esclava maltratada, alguien con quien poder hablar tras mucho tiempo sin poder articular palabra... Ahora se que siempre estuvo conmigo, solo que posiblemente durmiendo hasta que lo necesitara de verdad... Almas solitarias eramos los dos... Me preguntaba si incluso Gladius y... ¿Quien sería el tercero? ¿También lo serian? Podría añadirlo a las cosas que quería decirle... más bien dibujarle a Gladius.

De nuevo al hablar de las personalidades, el cambio, el alma, las reencarnaciones, volví a ladear la cabeza, esta vez tratando de hacer un esfuerzo por entender a que se refería por completo, pues ni siquiera sabía que otra personalidad pudiera tener antes de esta. Hasta que finalmente posó su mano en mi cabeza y mi cuerpo dio un pequeño respingo de gusto, arqueandome un poco y presionando más contra la mano de Hares. ¿Que era aquella sensación? Era... algo muy extraño y... distinto a lo que había llegado a sentir hasta ahora... Y de hecho que quitase la mano se sintió terriblemente mal, tanto que, sin saber como, mi mano se posó en la suya, agarrandola como no queriendo que se alejara, y al ver lo que hice la retiré y me disculpé con una inclinación.

Fue extraño, pero agradable. Que fuese un dios o no, me daba igual, ahora tenía en la cabeza todo lo nuevo que estaba sintiendo, y el era alguien en quien podía confiar.

      Soy una criatura simplista y tal como le había prometido a la pequeña, toda mi atención estaba inmersa en las palabras que mi compañera iba aderezando para mi curioso paladar, aunque esa ultima pregunta me dejo un momento pensado.

   Hmmmmmmmm.... - agarrando mi bigote desde su tallo hasta la punta - quizás... nunca haya estado en algo de escalas tan grandes... pero, creo que puedo responder a eso con cierto cuento -  para sentarme en los lindes de los jardines interiores - hace tiempo conocí a dos anguilas muy curiosas dentro de las profundidades de mi estanque, una... brillaba casi como las esferas del cielo siendo imposible agarrarla pues me entumecía la mano... la otra... tan rápida que cuando llegaba a su ubicación esta ya había surcado dos o tres veces la misma distancia...

  El único problema que tenían ambas criaturas.... su necesidad por el territorio - comentaba mientras me brillaban los ojos - fue hace muchas lunas... un extraño ruido me despertó de un agradable letargo y para cuando abrí los ojos estaban ambas anguilas mordiéndose intentando someter a su adversario.... cuanto poder... cuanto voluntad... todo... para que se olvidaran del mayor problema en aquel estanque - para comenzar a dibujarse poco a poco mi sonrisa a la vez que caía una ligera hilera de baba.

   Esto... solo me recuerda a eso mismo mi querida Señorita Schwi... y cada poder solo me recuerdan a esas anguilas... - para entonces levantar la mirada mirando hacia el cielo - solo espero que no haya algo peor esperando  que los poderes se encuentren mermados...

Asentiría a Azrael sabiendo ahora donde estaría en la enfermería... más tarde después de hablar todo aquello con Leviathan. Al decirme aquello de los ojos... que parecían menos deprimidos... Realmente no supe que contestar -No e-es que me si-sienta me-menos deprimido re-realmente... Pero...- fui pensando si lo que iba a decir tenía sentido o no -Ya no cre-creo que pueda pe-perder... na-nada más que me i-importe...- sería mi respuesta... sintiendo que había tocado fondo, y que de ahí ya no creo que pudiera deprimirme más... solo ir hacia arriba, o quedarme allí estancado.

E-eso parece...- terminaría respondiendo a mi amo mirándolo... esperando a ver que me responde. Sinceramente lo de que varios momentos de mi vida no eran como recordaba... era algo que realmente ya me hacía una idea y no me pillaba de nuevas... Pero lo que si me sorprendió, fue empezar a saber de mis orígenes -E-era... ¿e-era un "extranjero"?- pregunté... sabiendo de ese termino por los libros. Quizás explicando, aparte de que Leviathan trastocase mi memoria, el hecho de que apenas recordase nada antes de que me pusieran como esclavo. Pero fue su información la que me hizo sorprenderme -¡¿Do-doscientos a-años?! ¡¿Te-tengo más de do-doscientos a-años?! ¿Co-como es que no he mu-muerto a-antes?- le pregunté a Leviathan... llevaba... ¿Doscientos años de miserable vida en vez de veintitantos?

Antes de mirarle un momento y luego bajar la mirada... -¿De ve-verdad me co-considera su mano derecha...?- no pude evitar preguntar con inseguridad, inconscientemente llevándome la mano palpando donde tenía el colgante que el mismo me dio hace nada bajo la sotana... Pues siempre me lo he tomado no a broma... sino a burla de la demás gente, o que lo hacían por buscar motivos para meterse conmigo. Pensaba que era... un esclavo más... al que no paraban de pegarme.

Angel del purgatorio...- repetí su nombre, antes de escuchar su larga explicación sobre esos seres y su mundo. Sin duda toda aquella información era mucha que procesar... por lo que intenté condensar todas mis dudas en unas pocas preguntas... sabiendo ahora que al parecer estaba enlazado con un Rey de Ángeles del Purgatorio -¿A que se re-refiere con "mi ID y el suyo", y que si-significa que co-coincidan y no puede re-repetirse? Y... estar e-enlazado con un... Rey del Purgatorio... ¿e-es la ra-razón por la que... aún vi-vivo y... aguanto ta-tantos go-golpes y se u-usar magia?- le preguntaría al hombre con seriedad...

Antes de seguir escuchando la explicación extra sobre Gladius, o sobre lo que venía a continuación -¿Qui-quien... pu-puede sa-saber todo e-esto... A-aparte de no-nosotros...?- obviamente sabía que había muchas más cosas que él no me contaría... dudo que me haya dicho todo... Pero tampoco es que se me ocurriera nada más que preguntar.