Partida Rol por web

Ante la llamada del lord tenebroso Gellert Grindelwald, uno a uno fueron apareciéndose a su lado todos los miembros de la Alianza, los fieles seguidores del mago oscuro más poderoso de todos los tiempos. Por alguna extraña razón, todos y cada uno de ellos habían logrado aparecerse en el mismísimo corazón del MACUSA, en la sala del pentagrama, cuando en condiciones normales las casi impenetrables defensas de Magicongreso no lo habrían permitido. ¿A caso al fin había caído el ministerio en su totalidad? ¿Qué había del resto de aurores y altos cargos de la institución?

Tanta Abelen como Rosier pudieron observar que justo en el centro de la estancia se estaba realizando un complejo ritual, en el que el mismo pentagrama se había tornado oscuro, y en el que se había grabado runas y glifos tanto por el perímetro como en el interior. Krall, Kraft, Abernathy y MacDuff ya ocupaban cuatro de los cinco vértices, y Krall parecía estar preparando el pentagrama imbuyéndolo de magia y haciendo iluminar con fuego las cinco líneas. 

Grindelwald en cambio estaba sobre es estrado, leyendo concentrado el Necronomicón, con la presidente Picquery a sus pies en estado de inconsciencia, o puede que muerta. Al ver aparecer a sus dos preciados acólitos, levantó la vista del Libro de los Muertos y les dedicó unas palabras cordiales.

- Oh, al fin ya estamos todos... Listos para completar el ritual... - mencionó sonriente, moviendo su mano sutilmente pero sin pronunciar nada en voz alta, abriéndose el Necronomicón por la página deseada, al tiempo que se dirigía a colosal auror - Abelen, ¿te importaría ocupar tu lugar en el pentagrama, mientras me explicas que tal te ha ido con el encargo que te encomendé? ¿Lograste acabar definitivamente con el traidor de James Sullivan? - y tras aquello, dirigió su mirada hacia la atractiva vampiresa y su brazo derecho, Vinda Rosier - ¿Y a ti que tal te ha ido, mi estimada Rosier? Por su mirada intuyo que al fin lograste unificar al clan vampiro y convertirte en su Princesa, ¿me equivoco? ¿Está el Príncipe Salieri cumpliendo con usted? ¿Qué hay de los aurores del escuadrón Montgomery que irrumpieron en vuestros dominios, alguno quiso unirse a nuestras filas o todos declinaron nuestra oferta? ¿ya son historia o siguen empeñados en interferir en nuestros planes?

Grindelwald parecía ser consciente de que no estaban atados todos los cabos por parte de sus fieles seguidores, pero aún con todo, no parecía indignado ni molesto. Quizá hasta era conocedor de que todo estaba siguiendo su curso de forma natural, y que las vidas de tanto Sullivan como los mimbros del escuadrón Montgomery en breves cumplirían su propósito.

- No importa, ellos no tardarán en venir a visitarnos, eso es un hecho... Y para entonces, les recibiremos como bien merecen... - expresó satisfecho, para de inmediato empezar a explicar con más detalle lo que allí estaban realizando aunque la mayoría ya tenía una idea bastante fidedigna - Al fin tengo en mis manos dos de los elementos indispensables para lograr nuestro fin, un mundo en el que los magos más poderosos gobernarán el mundo por el bien de todos. El Libro de los Muertos o Necronomicón que ahora veis frente a mí tenía engarzada la piedra de la resurrección, y con mi varita de saúco, ya tengo dos de los tres elementos para convertirme en el señor de la Muerte. Espero en breves hacerme con el tercero de los elementos, pero para ello preciso atraer a Albus Dumbledore, quién sin lugar a dudas vendrá a mi encuentro en cuanto levante la legión de inferis por todo el continente, para reducir y purgar a los nomajs por todo el daño que han ocasionado durante siglos al Mundo Mágico. Para ello, algunos magos deberán ser sacrificados mal me pese... - y con una sonrisa que ocultaba lástima, miró a la presidente Picquery a sus pies, pero se encogió de hombros para seguir hablando. Bueno, ¿estáis listos para dar comienzo y levantar juntos a este ejército de no muertos? 

A penas si me tomo un segundo notar lo que estaba ocurriendo, el maldito vampiro intentaba poner a Alma en mi contra, no podía permitir que usara la varita o estaría en problemas, por lo que sujete con fuerza la muñeca de Alma impidiendo así que pudiera movilizar la varita.

Mataría a Salieri por esto, en verdad lo mataría, esto para mi era algo de todos los días, inmovilizar a un sospechoso y golpearlo hasta dejarlo inconsciente, pero a diferencia de la mayoría de delincuentes que enfrentaba, Alma no era moco de pavo, ella sabía moverse, por lo que si iba a inmovilizarla, tenía que hacerlo en un único movimiento.

Con su muñeca sujetada no podía usar su varita, pero si se soltaba, estaba jodido, así que concentré toda mi fuerza en mantener la muñeca de Alma inmovilizada mientras me preparaba para sacarla de balance y derribarla en el primer forcejeo que ella intentase hacer.

Mi varita estaba preparada para detener a Alma, pero esperaba no tener que usarla.

No soy quien crees, recuerda el Delmonicos, sólo una persona sabe sobre ello. - digo mientras me preparo para lo que sea que Alma pudiera intentar hacer por culpa del vampiro.

Antes de que Vinda Rosier se marchara de la estancia visualizó cómo su ya esposo utilizaba su energía oscura para confundir a los aurores, viendo como la mujer que antes le había lanzado un hechizo a su propia persona se debatía ante quien le cogió de la muñeca, si era lógica en su proceder, seguramente le atacara con lo peor que sabía, o al menos así imperaban las leyes de la lógica.

Manipulación mental.... Bien... - se dijo Vinda al escuchar las palabras de Salieri, él ya sabía dónde encontrarla, era el momento de marchar.

Rosier se retiró ante la llamada de Grindelwald, apareciéndose junto con los demás seguidores en la sala del pentagrama de MACUSA. La mujer sonrió, eso solo podía significar una cosa, que finalmente la magia protectora del lugar había caído. La mirada felina de la mujer se posicionó en el suelo donde se estaba llevando a cabo magia ritual, una de las más poderosas por el tiempo y la energía que conllevaba su preparación. Cuatro vértices de la estrella estaban ya ocupados y vio a Gellert observando el libro de los Muertos con interés supremo, como debía ser, de cumplirse su objetivo tendría un ejército de inferis que haría postrar a sus pies a cualquiera que deseara contradecirle.

Abelen debía ocupar su sitio en el pentagrama, mientras que la mujer fue instada a responder algunas cuestiones de cortesía, Grindelwald siempre se preocupaba por ella, y por eso Rosier le correspondía de la mejor de las maneras, con su fidelidad y devoción.

- Todo ha sucedido según el plan... - sonrisa sutil, seductora, combinada por una de aquellas miradas que podía destruir cualquier corazón -...El clan vampiro ha sido unificado, ahora lucha contra los aurores insurrectos que no han deseado apartarse a un lado... Los del escuadrón Montgomery intentaban huir cuando me retiré del lugar.... Salieri dirige el ataque y está siendo muy efectivo, como predije, aunque yo nunca doy informes hasta que no aseguro el final y cuando fui convocada, la lucha no había llegado al final... Estimo éxito, pero no lo confirmo... aún... - y ahí estaba el verdadero carácter de Rosier, nunca mentía, siempre era cuidadosa en las palabras que elegía para explicar las situaciones. El éxito no había llegado aún, pero los aurores estarían entretenidos mientras tanto.

Las últimas palabras de Gellert no eran exactamente las esperadas por Vinda Rosier, porque sus acciones podían suponer la no supervivencia de su propia especie, así que la fémina, con sus habilidades de persuasión características se atrevió a realizar una pregunta, siempre había actuado así ante él sin miedo y con naturalidad.

- Por fin os alzaréis como Señor de la Vida y la Muerte... - dijo la fémina con una sonrisa -... Albus Dumbledore vendrá, no dudéis de ello y podréis levantar vuestro ejército... Pero... Si matáis a los nomajs, ¿cómo pensáis que se alimentarán los vampiros?.... ¿Tendremos que cazar magos para ello?... ¿Otro sacrificio para la causa?... ¿O mejor será que desciendan los que comparten mi naturaleza?... - la mujer puso un tono de voz adecuado, como el de la discípula que deseaba aprender de su maestro, a pesar de que estaba sorprendida de que varios magos fueran a ser sacrificados y de su mano.

Magia ritual... Magia negra... Los sacrificios por levantar muertos es entregar vivos y dudo mucho que solo sea la vida de Picquery la que esté en juego.

Seguidamente la mujer posó su mirada en los magos que ocupaban las esquinas del pentagrama... ¿realmente sacrificaría a los suyos por poder?... Daba igual a quienes, si tocaba a uno de su bando, eso sería traición, tal y como algunos aurores habían vaticinado.

Nada de esto le gustaba si quiera un poco, en lo que respecta a Abelen que ya no sentia empatía por nadie, apareció en el lugar establecido, pero ante la orden de Grindelwald, se mostró algo reacio a responder, después de que hablara la mujer, el también respondió.

Me fue cómo el demonio mi lord

Respondió con una expresión de pocos amigos, de hecho, estaba empezando a lamentar no haberle matado, y haberse ido muy lejos.

El bastardo mostró ser más astuto de lo que parecía, tendió una trampa para distraerme y escapar, lo perseguí y cacé, pero desapareció, y con el tiempo cumplido, no pude terminar con el

Se agachó y mostró sumiso, sabia bien que no lo venceria en un combate, ya había matado antes.

Si desea matarme puede hacerlo mi señor.

Apretó los dientes con rabia cuando aquella maldita mujer se salvaba de sus hechizos, el ataque le habría llegado si no hubiera sido tan miserable como para haber sacrificado al pequeño elfo. La odio aún más, si eso fuese posible, y en medio de ese campo de batalla intentó nuevamente buscarla para atacarla, escuchando cómo se escabullía para ir a reunirse con su amo. Ese estúpido príncipe, aquella mujer daba cuenta de que todo lo que había dicho, era cierto, su lealtad estaba con el señor tenebroso y si le tocase elegir, esos vampiros serán simplemente polvo ante los pies de Grindelwald.

en medio de ese combate, Alma se sintió aturdida, no sabía la razón, pero los oídos comenzaron a zumbarle, alguien sujetaba su mano y la jalaba, siendo que segundos antes estaba buscado a Rosier pes acabar de una vez por todas con ella, sin embargo, ahora, detenida luego de la arremetida de los vampiros, intentó enfocar la mirada, pero se encontró con sus compañeros muertos, siendo devorados por los vampiros, la mano la sujetaba con mas fuerza, justamente la mano derecha en donde estaba su varita. La auror aún sentía que estaba detenida en el tiempo, o mejor dicho, que aquella batalla se había desarrollado sin ella y ahora, Jonathan le gritaba, pero lo hacía desde el lado contrario de las puertas que sus colegas habían derribado. 

Alma ahora, levantó la vista y su sangre se heló, la mano que la sujetaba era Grindelwald, la sujetaba con fuerza, Jonatan le gritaba desde más allá, desde donde estaban los vampiros y Rosier se había escapado diciendo que su amo la llamaba. Si corazón comenzó a latir con más fuerza.

Grindelwald le habla, ¿saber quien era? Pero si se había ocultado ante la vista de todos usando la cara de su maestro. Sus dientes se apretaron e intentó zafarse, y aunque su intensión era soltarse y lanzar un hechizo contra el ser que más despreciaba en este universo, algo en ese lugar no le cuadraba, y luchaba contra esa idea al mismo tiempo que intentó retirar su mano violentamente para atacarlo con todas sus fuerzas.

Alma intentó en vano zafarse de mi agarre, por suerte para mi, mi fuerza superior logró imponerse a la de mi querida Alma pero el peligro aún no pasaba, por lo que decidí zanjar el asunto de forma rápida y eficiente, un rápido movimiento de varita y todo estaría dicho.

Así que, tras sacar de balance a Alma para que no pudiera moverse con fluidez, apunté mi varita hacia ella y con toda la amargura de mi ser pronuncié el hechizo aturdidor. - ¡Desmaius!

Maldito Salieri me hiciste romper uno de mis tabúes, te mataré por esto y no usaré una varita para ello. ¡Oh no bastardo infeliz! Cuando esto termine, pediré vacaciones y te cazaré y luego te daré un jodido baño de sol que jamás olvidarás.

Te voy a despedazar con mis propias manos por esto.- pienso mientras siento como la magia hace efecto en el cuerpo de Alma quien, de no ser por mi agarre, habría caído al suelo como una hermosa muñeca de porcelana.

No sin esfuerzo, me llevo a Alma en hombros tal como suelen hacer los bomberos nomajs, esta era una humillación que el vampiro pagaría muy caro, había chocado contra una de las personas más valiosas en mi vida, sin embargo, esta vez sería diferente, a ella no la perdería.

La mezcla de rabia y adrenalina lograron que sintiera que estaba cargando un cojín de plumas, lo que me permitió echar a correr dejando atrás el salón. - ¡Rápido que alguien selle la salida para que no nos sigan! Ya luego llevaremos ante la justicia a ese bastardo de Salieri.

Como solía decirse en la ópera, el espectáculo no se acaba hasta que la gorda canta, y en aquel caso parecía que aún había repertorio para rato. Salieri estaba utilizando algún tipo de encantamiento para dominar a Rhydderch, que no había sido lo suficientemente fuerte como para resistir el encantamiento del príncipe vampiro. Dando por hecho que Riley se encargaría de ella y que lo tendría todo bajo control, el jefe Montgomery apuntó con su varita en dirección al salón en el que quedaban los vampiros.

-¡Fiendfyre! -exclamó, en tono grave-. Que ardan todos... -ordenó al fuego mágico con la apariencia de una enorme serpiente que acababa de convocar.

Ya había ganado la puerta con el cuerpo semiinconsciente de Glasier al hombro cuando fui consciente del caos que seguía desatado a mi espalda... y ese bocado de realidad me golpeó con la fuerza de un martillo pilón...

No se que fue exactamente, si ver el estado en que se encontraba Alma, entre dos mundos, por así decirlo, Riley, totalmente alienado, o el jefe Montgomery lanzando hechizo tras hechizo... pero el caso es que no podía abandonar la escena así como así... no, no podía... no debía... era un auror... y este era un momento crítico, quizás lo que ocurriera ahora tuviera repercusiones durante siglos...

Así que me planté bajo el dintel, acomodé la pesada carga y me concentré...

Estudie todas las opciones... eran muchas... y a la vez pocas... ¿qué podía hacer? 

Lo que necesitábamos era salir de ahí... todos... y de una pieza...

Y no fui yo quien eligió el hechizo... fue éste quien eligió a su conjurador... abrí los ojos y los volví a cerrar... alcé al brazo derecho, empuñando mi varita, y convertí todo objeto a mi alrededor en ese objeto nomaj tan mundano: canicas...

¡Oppugno vampyr!

Un auténtico enjambre de canicas volaron en todas direcciones... y yo me giré, saliendo al exterior

La sutileza en el hablar de la joven Rosier siempre lograba despertar una sonrisa al todopoderoso mago oscuro, quién leyendo entre líneas, no pudo más que aclarar algunas dudas que emergían de la letal dama, del todo comprensibles. Puede que a la vista de muchos magos y brujas Gellert Grindelwald fuese un ser despiadado y cruel, pero para con sus fieles súbditos, siempre era honorable y firme en apoyarlos. No, no se estaba gestando ninguna traición a los suyos, aunque la situación pudiese invitar a pensar en ello por lo extraña que resultaba a la vista de todos.

- No temáis, mi estimada Rosier. Entiendo vuestras dudas, del todo lícitas, pero trataré de ser más concreto y claro al expresarme para no conducir a equivocación... - expresó con aquel tono tan galante y presuasivo, como música melodiosa para todo aquel que lo escuchase hablar - Cuando mencioné purgar y reducir a los nomajs, no estaba refiriéndome a su exterminio como especie, nada más lejos de mi propósito, si no en menguar su población hasta que puedan ser unos números controlables y dejen de ser una amenaza para la misma existencia del planeta... - y dedicándole una sonrisa al mencionar Rosier a los de su especie, los vampiros, prosiguió hablando - ...y ahí tendrán un papel fundamental los tuyos, milady, en las generaciones venideras... Yo no excluyo a las distintas especies y criaturas mágicas existentes, en verdad me son muy preciadas y todas y cada una tienen su finalidad y propósito... 

Y mirando a sus allegados, incluidos los magos que rodeaban el ya preparado pentagrama, les relató un discurso digno del mejor orador.

Veréis...

Tras sus palabras, y viendo que la posible atmósfera tensa se había disipado por completo, Grindelwald quiso explicar con más detalle el funcionamiento del pentagrama. Al referirse a que más vidas de algunos magos serían sacrificadas a pesar de que le pesare, no se estaba refiriendo a ninguno de los presentes mediante el ritual que ya estaban llevando a cabo, si no a aquellos que no serían capaces de entenderle, y que se opondrían tratando de eliminarles.

- Este pentagrama está vinculado mágicamente a otros cinco pentagramas distribuidos en distintos puntos de la ciudad de New York, donde todos ellos discurren por una de las Líneas Ley, y estos a su vez a los cinco sacrificios necesarios para levantar al ejercito de Inferis que nos ayudarán a levantar el Nuevo Orden, pero que una vez hayan cumplido su propósito, simplemente permitiré que se desvanezcan como polvo...

Primero, en la calle cercana al Madison Square Garden IV, Krall marcó al alcalde John Francis Hylan con este mismo símbolo en el cuello a mi petición, y éste es el punto situado más al norte, en Midtown West pero casi colindante con el barrio de Upper west side. Desde allí la Línea Ley discurre recto y ligeramente en diagonal cruzando completamente el barrio de Midtown hasta llegar a la residencia del senador republicano Frank Dan Waterman en el barrio de Greenwitch, donde mi buen Kraft imbuyó con la misma marca al senador,... la línea continúa descendiendo en línea recta hasta el hotel Army Plaza en el barrio Soho, justo en la avenida Broadway, donde se celebró el acto benéfico del senador demócrata James John Walker y nuestro buen MacDuff realizó lo propio. Siguiendo la misma estela llegamos a la misma sede del MACUSA en el Distrito Financiero, donde La presidente Picquery será el sacrificio, y ya cruzando el muelle hasta Brooklyn, finalmente hallamos los muelles del astillero del señor Shelvin y el hotel Cotton Club, lugares donde Abernathy y Abelen han terminado con el líder mafioso Owney Madden y el capitán de aurores John Selwyn. La línea divide la isla en dos mitades y transcure exactamente por una de las Líneas Ley más importantes del mundo de la magia, una de las razones por las que he elegido este emplazamiento para realizar el ritual de invocación. También es la razón por la que los grande magos y brujas de la historia eligieron en su momento las ubicaciones de los colegios de Magia y Hechicería o la actual sede del MACUSA y de muchos de los Ministerios a lo ancho y largo del mundo. Son zonas de alta concentración mágica...

Una vez el ritual sea completado, la energía concentrada en los pentagramas trascenderá por la superficie de la Línea Ley, y desde allí a derecha e izquierda de todo el continente. Los cadáveres empezarán a levantarse en su forma Inferi de las morgues, cementerios y fosas pudiendo serles dadas órdenes específicas a través de este grimorio oscuro desde la distancia... 

Revelado en su totalidad el plan, restaba decir que obviamente Albus Dumbledore y algunos aurores del MACUSA que no habían decidido unírsele, tratarían de alcanzar el pentagrama del MACUSA para detener el ritual, momento que se les daría una última oportunidad o lamentablemente, deberían perecer...

La ágil mente de Alma Rhydderch fue capaz de procesar que algo extraño estaba sucediendo, y que desde que se hubiese producido la explosión de la Bombarda, algo de todo lo que le rodeaba no encajaba. ¿Cómo era posible que si instantes antes había estado rodeada de sus compañeros aurores huyendo de aquel infecto lugar, ahora se encontrase siendo sujetada férreamente por Gellert Grindelwald de la muñeca, con sus camaradas lejos de su posición? Puede que por las dudas que se le plantearon, una acción tan interiorizada como era el levantar la varita y lanzar un conjuro contra su oponente le fuese más difícil de realizar, como si estuviesen sus miembros engarrotados o más pesados de lo normal, y de no ser por ello, Riley no hubiese logrado inmovilizarla lo suficiente como para evitar un daño irreparable. Con verdadera lástima y pesar en su corazón, y viendo que de no actuar difícilmente podría lidiar con Alma y con los vampiros que se aproximaban, Jhonatan no tuvo más remedio que aturdirla haciéndole perder nuevamente la consciencia, para de inmediato tomarla en volandas y empezar a escapar mientras sus camaradas le cubrían.

Al mirarla a los ojos durante la carrera hacia el exterior de aquel antro vampírico, Jhonatan observó como aquellos preciosos ojos que presentaba Alma seguían en una densa oscuridad, pero a diferencia de instantes antes cuando la mirada solo rebosaba odio e intención de asesinarle, ahora derramaban lágrimas oscuras y su rostro reflejaba una tristeza y melancolía profunda e intensa. ¿Volvería a ser la misma la joven Rhydderch cuando despertase o quedarían secuelas permanentes? Difícil de augurar...

Al mismo tiempo, Joshua Woodbridge tuvo en mente realizar un hechizo poco habitual pero que realmente logró el efecto deseado, dado que los escombros y los fragmentos de madera de la puerta derruida no tardaron en transformarse en canicas que salieron disparadas con un potente Opuggno hacia los vampiros, forzándolos a detener momentáneamente su avance. Y aquello fue primordial para que el jefe Montgonery terminase de convocar un poderosísimo Fiendfyre en forma de serpiente de fuego, que carbonizó a los dos vampiros en vanguardia. La inmensa masa de fuego seguiría expandiéndose, al tiempo que Theseus Scamander y Porpentina Goldstein terminarían por bloquear la puerta haciendo caer el techo y las columnas adyacentes. Habían logrado evitar continuar ser perseguidos, al menos de momento...

Sin embargo, poco durarían los suspiros y exhalaciones de alivio al ver como al frente, prácticamente en la misma entrada, otro grupo de vampiros acababan de verlos y se disponían ya a arremeter contra ellos. Fue entonces que la puerta de la entrada principal saltó por los aires, entrando a tropel la manada de lobos de Schultz, la cual forzó a sus enemigos naturales a voltearse e iniciar una refriega descomunal.

Puede que los licántropos fuesen menos, a penas media docena, pero su ferocidad sin igual les dio a entender a los aurores que podían valerse por sí mismo.

- ¡LARGAOS DE AQUÍ! ¡NOSOTROS NOS HAREMOS CARGO DE ESTAS CRIATURAS! ¡GROAAAARGHH! - levantó la voz el que parecía el líder de la manada, el cual ya había acabado con su promera víctima perforándole con sus poderosos colmillos el cuello a una vampira - JAMES SULLIVAN VINO A NUESTRO ENCUENTRO Y NOS INDICÓ ESTE LUGAR, A PESAR DE ESTAR GRAVEMENTE HERIDO Y AL BORDE DE LA MUERTE. ME PIDIÓ ENCARECIDAMENTE QUE LE TRANSMITIESE UN MENSAJE A DIANA SELWYN Y LOS AURORES DE SU UNIDAD, ANTES DE PERDER LA CONSCIENCIA. ¿SOIS VOSOTROS?- Y tras ver algunos rostros de asentimiento, Schultz reveló la información que se le había encargado transmitir - MELKIAS ABELEN ES UN FIEL SEGUIDOR DE GELLERT GRINDELWALD Y EL ASESINO DEL CAPITÁN DE AURORES; JON SELWYN.

De seguro la noticia sería una puñalada directa al corazón de la joven aurora, pero al menos podría tener la consciencia tranquila al saber quién había sido realmente el ejecutor de se padre. Con la puerta abierta y los vampiros combatiendo contra los licántropos, el escuadrón Montgomery y los pocos supervivientes restantes podían desaparecerse de aquel lugar y aparecerse donde considerarse. Porpentina Goldstein y Theseus Scamander lo tenían claro, irían directos a a entrada del MACUSA.

Quiso la fortuna o la desgracia que pudiéramos abrirnos paso hasta la salida del lugar al tiempo que la manada de licántropos se unía a la reyerta y nos brindaba una información en extremo valiosa, el nombre de un traidor, una revelación que dibujó una enorme sonrisa en mi rostro, pues ahora podía matar al bastardo de Abelen sin ningún miramiento.

Por un momento miré a Diana y luego a Alma y tras ello la rabia me invadió al completo, pero a diferencia de mis tradicionales explosiones de furia, esta vez decidí que plasmaría toda mi rabia en una sola pregunta, pregunta que formule con una frialdad absoluta y alarmante. - ¿Tengo permiso para matarlo con cualquier medio posible o lo quiere vivo?

Tenía plena intención de asesinar a Melkias por cualquier medio posible, la muerte de ese traidor sería excesivamente dolorosa y brutal, el maleficio asesino era demasiado bueno y piadoso para ese traidor, no, para él tenía algo mejor en mente, quebraría cada hueso de su cuerpo, para luego arrancarle la piel a tiras con mis propias manos de ser posible.

El pobre infeliz no sabía lo que se le venía encima, pues si tenía la desgracia de caer en mis manos, lo haría suplicar por una muerte rápida, una que tardaría al menos ciento cuarenta y cuatro horas en llegar, eso si se me pasaba el cabreo que le traía, pues de lo contrario lo torturaría por un mes completo antes de darle misericordia.

Tras obtener la respuesta que buscaba, me giré hacia el medimago y con una mirada suplicante formulé una promesa de la cual posiblemente me arrepentiría luego. - Si la salvas te deberé un favor, uno que podrás cobrar cuando quieras.

Montgomery dirigió una mirada de agradecimientos a los licántropos, que decidían permanecer combatiendo a los vampiros y dándoles a ellos una oportunidad para escapar y enfrentarse a Grindelwald antes de que desatara un ejército inferi sobre la ciudad.

-Me encargaré personalmente de que la manada de Schultz sea recompensada por su lealtad a MACUSA -le aseguró a los hombres lobo, en tono solemne. Puede que fueran tan monstruosos como los vampiros, pero al menos los licántropos habían elegido el bando correcto en aquella contienda.

La revelación de que Melkias Abelen fuera un traidor no le sorprendía, dado que no era el primer auror que se había unido a Grindelwald en esos días, y había estado sospechándolo desde las palabras que le había dirigido Rosier minutos atrás. No obstante, había llegado a pensar que probablemente la vampira hubiera sido la que había convencido a Abelen de unirse a Grindelwald, quizá mediante sus dotes de seducción, capaces de engatusar a un hombre débil de mente. Pero no. Si Abelen había asesinado a Jon Selwyn, eso significaba que llevaba siendo leal a Grindelwald desde el principio.

-Permiso para matarlo, quemarlo, congelarlo, electrocutarlo, desmembrarlo... o lo que estime usted más creativo, señor Riley -le concedió al experto interrogador, sabiendo que muy posiblemente disfrutaría de ajustar cuentas con Melkias. Sabía que Jonathan era lo suficientemente competente como para acabar con el enorme auror. Dirigió una mirada hacia Diana Selwyn, sabiendo que la mujer estaría bastante afectada al conocer la noticia sobre el responsable de la muerte de su padre-. Por supuesto, usted también tiene permiso para ajustar cuentas con Abelen. No me importa cómo lo hagan, pero no muestren clemencia con Grindelwald y sus lacayos. Ellos no la mostrarán con nosotros.

Sin perder más tiempo, el jefe auror procedería a aparecerse en la entrada del MACUSA, con la esperanza de que aún estuvieran a tiempo de detener a Grindelwald.

Y yo que pensaba que las sorpresas habían acabado (de momento) al traspasar el umbral que nos permitiría huir de los vampiros...

Pero...

Cuan equivocado estaba...

Nos dimos casi de bruces con un grupo de licántropos que, dicho sea de paso, me sorprendieron, y no solo por su sola presencia, sino por ponerse de nuestro lado. Normalmente ellos no tenían lado, solo miraban por ellos mismos, por su manada, en concreto, fuera de ella, el vacío más absoluto... y los despreciaba por ello...

Pero no pude por menos que respirar cuando vi como reaccionaron. Teníamos un enemigo común, y eso nos vinculaba como nunca antes había visto.

Menos aun esperaba la revelación... sabía que alguien de muy dentro (o intuía) era quien orquestaba todo, bajo el amparo de Grindelwald... pero Melkien... no lo esperaba. Miré a Diana... la pobre debía tener un auténtico huracán de sentimientos ahora mismo...

Traté de aparcar todo, pues mis servicios se requerían de manera apremiante... asentí a las palabras de Riley... - no me deberás nada, Jhonatan - lo tuteé creo que por primera vez, pues por la educación recibida siempre le hablaba de usted a los compañeros, sobre todo en horario de trabajo... si es que un auror tiene horario de trabajo - deseo que Alma se recupere tanto como tú, amigo, haré todo lo posible... y un poco más...

Bien... señor Glaser - dije, dirigiendome ahora al hombre-fardo que seguí llevando echado al hombro - ya es hora de despertar... ¿o acaso espera que lo lleve a cuestas hasta el mismo MACUSA?

Lo deposité en el suelo con suavidad y me dirigí hacia Alma (que yacía en el suelo) y Riley. Puse mi mano izquierda sobre su cabeza, presioné suavemente varios puntos estratégicos donde se concentraba su chakra y alcé la varita con la diestra... noté como entrábamos en perfecta comunión y me puse a murmurar un hechizo incomprensible para todo aquel no versado en las artes de la medimagia...

Aszhn gnnnnu muuu taba orgh mmm...

Aszhn gnnnnu muuu taba orgh mmm...

Aszhn gnnnnu muuu taba orgh mmm...

ASZHN GNNNNU MUUU TABA ORGH MMM...

Ver a aquellas criaturas destrozándose unas a las otras hacía que la mujer sintiese una gran pena, pues siempre había sentido dolor por ver sufrir a cualquier ser vivo, pero... cuando vió como al fondo deboraban a sus compañeros aurores la pena fue disipándose sin remedio dando paso al odio, más aún cuando vio a la bella Alma siendo víctima de algún tipo de maldición que el príncipe había lanzado contra ella y deseó que el fuego maldito que el jefe había lanzado carbonizara sin piedad a cada uno de esos malnacidos vampiros.

Las verdades que reveló el lider de la manada al grupo de aurores fueron como un jarro de agua fría para Diana que apretó los puños con rabia hasta clavarse las uñas en las palmas de las manos, y un huracán de sentimientos se arremolinó en su interior, rabia y odio hacia Abelen, ese maldito hijo de la gran puta que se había hecho el inocente hacia apenas unas horas ante ella, le había dado el pésame incluso... había matado a su padre...

Por otro lado, James... al borde de la muerte... el único hombre al que había amado despues de tanto tiempo... no podía ser cierto, no podían arrebatárselo a él también, no debió dejarlo en el MACUSA, debía haber huido... Así, la desesperación y la culpabilidad la invadió también y notó como sus compañeros la miraron, escuchando las palabras de Riley y Montgomery. Diana asintió a este último agradecida y apretando los dientes respondió a Riley solo una corta frase.

-Que sufra. - le miró unos instantes intensamente, sabía de la lealtad de su compañero, y lo que debía estar sufriendo por Alma, deseó con todas sus fuerzas que Joshua pudiera ayudarla, no podían dejarla así, ella merecía su venganza, y era una mujer fuerte, tenía que salir de esta.

Diana se giró hacia el lider de la manada de nuevo, debían ir por Grindeluald pero...

- ¡¿Dónde está Sullivan?! Dime, ¿aún vive? - le preguntó y casi suplicó.

Vinda Rosier no había transmitido a Gellert sus dudas, pero Grindelwald, gran lector del alma de quienes le rodeaban, dio unas explicaciones para los presentes, los cuáles podían confiar o no en sus afirmaciones. La fémina escuchó cada una de las palabras del varón y asintió con convicción, estaba claro que la comunidad mágica necesitaba un cambio, un giro de dirección que bien podía venir de la mano de aquel a quien se había aliado. Reducir los nomajs a un numero adecuado era algo viable, exterminio que realizarían los vampiros y las criaturas mágicas que fueran superiores en la cadena alimentaria.

- Así será Gellert... - era de las pocas personas que podían tomarse esas confianzas con Grindelwlad -...Los vampiros te apoyarán hasta el final en esta guerra. Tu lucha es la mía... - confirmó la bonita Declan antes de que su señor hiciera unas declaraciones sobre el futuro que estaba por llegar.

Sus palabras habían calado hondo en los presentes, tanto que el silencio parecía perpetuo, fue el mejor momento para hablar del pentagrama que estaba situado frente a ellos. Aquella mágica señal estaba vinculada a otros cinco pentagramas distribuidos por Nueva York, alcaldes y senadores marcados para el sacrificio por aquel poderoso mago, todo siguiendo el orden de las Líneas Ley, una conjunción que concentraba y potenciaba el poder. Vinda sabía que aquello no podía fallar una vez se ejecutara y el ejército se levantaría provocando el éxtasis mágico en Grindelwald, una excitación mucho más intensa que la de un vampiro al beber sangre o un humano al llegar al orgasmo, solo esperaba que Gellert pudiera controlar aquello y no se dejara llevar por sus impulsos.

- No deberíais tardar mucho más en dar el paso, muchos son vuestros enemigos y si la concentración de poder depende de cinco lugares físicos concretos, basta con que uno de ellos sea atacado como para poder no finalizar el ritual... El tiempo apremia y la necesidad de instaurar el nuevo orden también... - dijo Rosier siendo práctica -... Y bien sabéis que los miembros del MACUSA van a intentar parar vuestros planes, quizás debiésemos ponerles una trampa para impedir que alcancen esta sala..., ¿no os parece Grindelwald?...

Vinda Rosier, siempre se adelantaba a los acontecimientos, y en su deseo quería que, en aquel espacio, la magia tuviera su tiempo sin interrupciones, si alguien llegaba con pretensiones de atacarles, al menos encontrarían una gran dificultad, el no poder ver lo que sucedía. La mujer para ello hizo un encantamiento de invisibilidad que afectó a todo el área donde se encontraba el pentagrama y los magos más próximos, incluyendo a Gellert y su propia persona, esto evitaría ataques por sorpresa.

- Bien milord, cuando lo desee, podemos comenzar... - dijo Rosier con una enigmática y quizás invisible sonrisa.

Schultz, el licántropo, agradeció las palabras del jefe Montgomery y realizó un leve asentimiento de cabeza, para de inmediato responder con su siempre característico tono de voz elevado, propio de los de su especie.

- ES SUFICIENTE RECOMPENSA EL PODER, DESPUÉS DE TANTO TIEMPO, AJUSTAR CUENTAS CON NUESTROS ENEMIGOS NATURALES... - mencionó con una sonrisa siniestra el líder lobuno, satisfecho de que se hubiese levantado la veda establecida durante años, al haber roto el clan vampírico el tratado e iniciado la guerra. LLEVÁBAMOS AÑOS ADVIRTIENDO DE QUE TARDE O TEMPRANO ESTO IBA A OCURRIR, DESPUÉS DE LA ESCISIÓN DEL CLAN VAMPÍRICO EN DOS FACCIONES Y SU PROLÍFICO AUMENTO DE LA ÚLTIMA DÉCADA, SIN QUE MACUSA HICIESE NADA AL RESPECTO... NO NEGARÉ QUE NO ME ARREPIENTO DE LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO AHORA MISMO, SI nO QUE ME SATISFACE, PERO EN VERDAD LO SIENTO MUCHO POR EL ARDUO TRABAJO DE ALGUNOS MAGIZOÓLOGOS COMO LA JOVEN SELWYN AQUÍ PRESENTE, QUIENES SIEMPRE MANTUVIERON LA ESPERANZA Y FE EN PRESERVAR LA PAZ... - mencionó mirando a Diana Selwyn, de la que sabía que había estado mediando durante largo tiempo por el bien de ambas especies - REALMENTE LAMENTO QUE SUS ESFUERZOS POR MANTENER UN DIÁLOGO PERIÓDICO Y UNAS RELACIONES CORDIALES SE HAYAN ROTO DE SÚBITO. POR MI PARTE DIRÉ QUE PUEDE QUE EN UN FUTURO NO MUY LEJANO, SI LA SITUACIÓN ES DISTINTA A LA ACTUAL, NOS MOSTREMOS PROCLIVES A VOLVER A RETOMAR RELACIONES DIPLOMÁTICAS, JOVEN SELWYN.

Y con sus palabras, esperaba hacerle entender que no le guardaba ningún rencor a Diana Selwyn, si no que realmente agradecía de corazón que durante largos años hubiesen tratado de mediar entre ambas especies mágicas, no por lo que se podía lograr en sí, si no por hacerle ver de primera mano que había gente noble que amaba y respetaba todas las criaturas mágicas por igual, lo cual ya era algo francamente inusual en los últimos tiempos.

- ANTES DE SEPARARNOS Y VENIR HACIA AQUÍ, EL SEÑOR SULLIVAN TODAVÍA ESTABA VIVO... - le respondió a la joven magizoóloga, antes de que el grupo se desapareciese del lugar en dirección al magicongreso - ACABABA DE COMBATIR CONTRA ESE TAL MELKIAS ABELEN EN UN LOCAL CERCANO, El "BARÓN TUERTO". DOS DE MIS HERMANOS LO ENCONTRARON TIRADO Y DESANGRÁNDOSE ALLÍ DENTRO, PERO RECIBIÓ ATENCIÓN MÉDICA DEL DUEÑO DEL LOCAL A TIEMPO; POR LO QUE SERÍA DE ESPERAR QUE SIGA CON VIDA...

Por su parte, el viejo Woodbridge estaba haciendo todo lo posible por analizar y restaurar el estado de Alma, pero la situación distaba de ser favorable para la aurora. La maldición no parecía desaparecer pese a las atenciones iniciales del medimago, y como si se tratase de la misma ponzoña con que había sido envenenado Pug MacCarthy por el vampiro del Hotel Army Plaza, la vida parecía estar evaporándose lentamente.

Fue la joven Porpentina Goldstein quién habló, también analizando la situación.

- Usted es el experto, señor Woodbridge, pero juraría que Alma Rhydderch adolece la misma afección que Pug MacCarthy antes de que le tratase. ¿Qué hizo en aquel entonces para salvarle la vida? De seguir así, no creo que logre sobrevivir mucho tiempo... Como sea, regresemos al MACUSA, no podemos permanecer aquí si queremos evitar el apocalipsis que se avecina...

Alma recuperó la consciencia y ya no parecía tener el ánimo y afán de matar a Riley, lo cual era señal de que finalmente los efectos de manipulación mental habían cesado. La contraparte era que interiormente estaban siendo destruidos sus órganos internos por alguna especie de ponzoña vampírica. De no ser tratada con éxito, probablemente terminase por perecer inexorablemente...

Quedó estupefacto, no solo no le dio importancia a sus palabras, si no que pasó a explicar su plan, maldijo en su corazón no haberse ido de ahí cuándo pudo, debió haber mandado Nueva York al demonio.

Pero ya no había tiempo, la luxha estaba cerca, y uno de los dos bandoa pereceria bajo el poder del otro, debió haberse convertido en mercenario, solo que la suerte estaba tirada, no atreviendose a preguntar nada, no por temor, si no por espectativa.

Gellert Grindelwald en todo momento analizó los rostros de sus fieles seguidores, entendiendo que llegado el momento más crucial, en el que la fina separación entre el mundo de los vivos y de los muertos era tan ínfima, las dudas entre ellos empezarían a aflorar de sus corazones. ¿Realmente habían hecho todo cuanto estuvo en sus mano? ¿Habían sido lo suficientemente eficientes y determinados para lograr los planes de su maestro y mentor, en busca de un Nuevo Mundo en el que la magia dominase la existencia de las especies? ¿y si el mago oscuro Grindelwald no los consideraba dignos?

Sin embargo, lejos de criticar sus posibles errores o el haber fallado en determinados propósitos, al mago Grindelwald no se le veía molesto de ningún modo, si no que casi parecía abrazarles desde la distancia con calidez y reconfortarles con sus dulces palabras, las cuales calaban hasta lo más profundo de su ser, haciéndoles partícipes por igual del plan establecido y de todo lo que estaba por llegar. Una a una, las dudas y miedos se fueron disipando como llegaron al percibir la magia que empezaba a imbuirles y los hacía sentir poderosos, proveniente del pentagrama que acababan de activar, siendo todos profundamente conscientes de que estaban juntos en aquello, que eran un todo.

- Buen trabajo, mis preciados aliados... El círculo ya está activado y el ritual será completado en el instante en que la presidenta Picquery sea transportada hasta el centro del pentagrama... - mencionó con su tono de voz sosegado, denotando tener todo bajo control pese a que al mínimo error podían desatar el caos y ser ellos mismos afectados. Mi querida Rosier, ¿harías el honor de acercar a la difunta Seraphina Picquery hacia el centro del pentagrama usando un movilicorpus? Desde este instante, todos dad un paso atrás y que nadie vuelva a pisar el círculo mágico...

Y tras sus palabras, todos dieron un paso atrás obedeciendo las órdenes del mago oscuro, el cual susurrando unas últimas palabras hizo que los grifos y runas desapareciesen como siendo absorbidas por el suelo. Desde ese preciso instante, un fuerte temblor empezó a remover los mismos cimientos del MACUSA. unas llamas de fuego incandescente prendieron fuego al círculo mágico, y el mismo centro empezó a agrietarse.

Obediente como nadie, la princesa Rosier hizo levitar el cuerpo ya sin vida de la presidenta del Magicongreso Único de los EEUU, y tras movilizarlo hasta el pentagrama y depositarlo tumbado en el centro, todos pudieron ver como las llamas lamieron su cuerpo pero este no se consumía. Al instante, y como si el aliento de vida de todo ser vivo accediese en su interior, la presidente Picquery abrió los ojos y empezó a levantarse del suelo hasta quedar de pie, todos quedando sorprendidos de que hubiese regresado de entre los muertos a la vida, en forma de Inferius, pudiendo ser controlada cual marioneta.

- Mi estimada presidenta Picquery, es un placer volver a tenerla entre nosotros... ¿Sería tan amable de salir al exterior e ir a recibir a nuestros invitados junto a su séquito, como bien merecen? Cortadles las extremidades y traedlos con vida para que puedan escuchar de primera mano cómo será este nuevo mundo que tanto hemos anhelado pero que por fin tenemos al alcance de la palma de nuestra mano... Seguro que se alegrarán de volver a verla y de que les reciba en persona la mismísima líder del MACUSA...

La mujer no habló, solo un sonido gutural a modo de asentimiento fue proferido haciendo vibrar sus cuerdas vocales, revelando que ya no era la misma maga de antaño aunque su apariencia pudiese dar a entender que era la misma de siempre. Al instante, empezó a desplazarse pesadamente hacia la puerta, encabezando la marcha de otros tantos inferius que poco a poco irían levantándose desde distintos puntos de la sede para unírsele en su cometido...