Partida Rol por web

Empezó a comprar propiedades aquí y allá, eso es bueno, tiene dinero ya sabe... gasta en la ciudad. Creo, creo que estuvo en el ejército... tiene mucho dinero y tiene el hotel. 

Jane asintió con la cabeza, satisfecha con la información. 

el sr. Melville también tiene mucho poder aquí, no le gusta que extranjeros le digan lo que puede hacer, no sé si me entiende, no es un hombre muy razonable, cree que esta ciudad es suya porque él ha nacido aquí. Si no llega a ser por Duncaster, nadie le habría hecho frente.

La joven esbozó una mueca de comprensión. Parecía que el señor Wilker había errado sus inclinaciones en esta ciudad.

 La llegada del hombre mayor la sorprendió, tan ensimismada se encontraba Jane pensando en la rivalidad entre aquellos dos hombres.

 ¿entonces quería una manta de lana?

-No, señor, un poco de tabaco de mascar. Y la dirección de la oficina del sheriff, si es tan amable. Me gustaría ir a presentarme. 

Ningún problema, tabaco de mascar para la señora - se mueve nervioso ante la presencia del otro hombre cerca del mostrador, buscando en una estantería el producto hasta que por fin lo encuentra - aquí lo tiene, son 2$.

Puede encontrar la oficina del sheriff cruzando la calle, a unos 30 metros pasando el hotel, Eitham Cox, así se llama.

Muy bien, así me gusta - entra en la oficina, revuelve en un cajón, luego en otro hasta que por fin parece encontrar lo que estaba buscando, sale de nuevo con media sonrisa - aquí tengo su identificación, tome la estrella - ves que figura "ayudante" - en otros lugares la formalidad exige rellenar un documento para acreditar el mandato, pero aquí nos fiamos de la palabra dada. Ya es mi ayudante y con esa placa cualquiera de esta ciudad lo reconocerá como tal.

Voy a ausentarme de la ciudad para interrogar al sr. Roth, vive en una casa a unas millas del pueblo, mientras tanto, ustedes dos (Patt y tú) se quedan al mando de la ciudad, no se metan en líos ni los provoquen, la ciudad ya está lo suficientemente caldeada como para añadirle más tensión.

Oh, vamos. No me puedes dejar aquí de niñera Cox - te mira con bastante cara de desagrado - Roth si tiene algo que ocultar... necesitarás alguien de apoyo, te recuerdo que su guardaespaldas es el principal sospechoso del tiroteo, mejor sería que te acompañe. La ciudad creo que después de lo sucedido no va a empeorar.

Al final el sheriff Eitham Cox, consiente en que Harris lo acompañe a ver a Roth, quedándote tú como único representante de la ley y el orden en la ciudad. A priori, después del tiroteo la ciudad ha recuperado una calma demasiado aparente. En relación al pistolero que huyó de la cantina, no se sabe a ciencia cierta dónde se fue, es decir, pudo ir a la propiedad del sr. Roth como huir por libre, o bien quedarse en la ciudad (cosa poco probable). Aún así, no sería descartable que familiares de las víctimas aparezcan por la oficina para buscar una explicación a lo sucedido como para recuperar los cadáveres.

Marston esbozó una sonrisa pícara cuando el sheriff Cox le entrega la estrella de ayudante del sheriff. "Quien iba a decírtelo, Thomas" se dijo el pistolero, para sus adentros, pensando en el elevado número de oficios que había desempeñado a lo largo de los años. "Al final has acabado colocándote una estrella de ayudante de sheriff". Se la colocó bien a la altura del pecho, satisfecho de lo que había obtenido.

-No se preocupe, sheriff -le dijo Marston a Cox, levantándose levemente el sombrero, a modo de despedida-. No nos meteremos en líos. Ha dejado usted la ciudad en buenas manos.

El pistolero, ahora ayudante del sheriff, no se fiaba demasiado de Pat. Había estado en el Saloon y había dejado marchar a Roth y a su guardaespaldas, por lo que algo le decía que pese a su aparente amistad con el sheriff no se trataba de alguien en quien pudiese confiar, más ahora que él era representante de la ley.

Quedando como único representante de la ley en el pueblo, Marston recorrió la oficina del sheriff con la mirada y después decidió salir del edificio y sentarse en uno de los bancos de la entrada, donde había visto antes al sheriff y a Pat, para aguardar allí por si alguien se acercaba en relación con el tiroteo que se había producido en el pueblo.

Puede encontrar la oficina del sheriff cruzando la calle, a unos 30 metros pasando el hotel, Eitham Cox, así se llama.

-Muchas gracias -respondió Jane, dejando el dinero sobre el mostrador y metiendo toda la compra en una malla de algodón.

Antes de marcharse, sin embargo, echó una ojeada al hombre que acababa de entrar, preguntándose por qué el tendero había decidido virar la conversación tan bruscamente. 

El hombre que entra en la tienda y provoca un cambio en la conversación del tendero, no viste con ropas muy lujosas, pero tampoco desarrapado, tendrá unos 40 años largos, moreno, su atuendo no se corresponde con alguien que trabaje en ningún rancho, ni parece un hombre de negocios, eso sí, lleva un cinturón con su respectivo revolver enfundado. 

Su apariencia no responde a alguien peligroso, ni su rostro ni sus muecas reflejan provocación ni dan a entender que se encuentre nervioso o cauteloso. 

Del mismo modo que tú lo miras, puedes darte cuenta cómo él hace lo mismo por el rabillo del ojo, sin embargo no abre los labios para decir palabra. Eso sí, quien notas que está nervioso por su presencia es el chico joven que te acaba de atender cuando el hombre ha entrado en la tienda.

Una vez que te diriges camino de la oficina del Sheriff, te encuentras a éste, saliendo de su despacho en compañía de uno de sus ayudantes (ya habías coincidido con él en la cantina, era un hombre que vestía de oscuro). Nada más verte el sheriff, adelantándose a que le comentes algo - Ahora mismo no puedo atenderla, pero mi nuevo ayudante, no tengo la menor duda de que responderá todas las cuestiones que le plantee, está dentro... pase, pase - empuja la puerta de su oficina para que pases.

Jane se dirigió con paso firme hacia la oficina del sheriff, con el paquete de tabaco en una mano, y sus compras bajo el brazo, recogiéndose el bajo de la falda con la mano libre.

En cuanto divisó la puerta de la oficina aligeró el paso, y extendió una mano hacia ella para abrirla. Antes de poder hacerlo, sin embargo, esta se abrió súbitamente, y la viuda tuvo que dar un paso atrás para evitar ser arrollada por la impetuosidad del mismo sheriff, quien se dirigió a ella en un tono no carente de cierta brusquedad.

Ahora mismo no puedo atenderla, pero mi nuevo ayudante, no tengo la menor duda de que responderá todas las cuestiones que le plantee, está dentro... pase, pase

-No vengo a interponer una denuncia -respondió ella, mirándole con gesto adusto, como reprendiéndole por su falta de cortesía-. Me temo que no pudimos presentarnos en la cantina; mi nombre es Jane Darling, soy nueva en la ciudad. Me estoy alojando en el hotel del señor Duncaster.

Aunque su expresión era seria, extendió frente a ella el paquete que contenía el tabaco de mascar, como una ofrenda de paz.

-Espero que podamos volver coincidir en circunstancias menos funestas. 

Marston escuchó la voz de la joven del Saloon hablando con el sheriff en el exterior de la oficina cuando este se disponía a marcharse. Con una sonrisa maliciosa en los labios, decidió salir de la oficina para aproximarse hacia el lugar donde la joven aún se hallaba hablando con Pat y el sheriff.

-Vaya, vaya, Señora. Hoy ya es la segunda vez que la veo -dijo, mientras se aproximaba luciendo la estrella de su pecho, que le identificaba como ayudante del sheriff-. Así que es usted Jane Darling, ¿eh? No recuerdo haberme presentado en el Saloon. Soy el ayudante Marston.

Vaya, vaya, Señora. Hoy ya es la segunda vez que la veo

Jane se volvió hacia la voz masculina que no le era del todo desconocida. Aún no había podido sobreponerse por completo de la conmoción de la matanza de la cantina, y ver de nuevo el rostro del hombre que no había podido ayudarla a salvar al moribundo, le empeoró el humor. 

 Así que es usted Jane Darling, ¿eh?

Un recatado rubor tomó posesión de las mejillas de la viuda, recordando su tenaz resolución de no presentarse de forma tan informal ante el señor Marston. Al final, involuntariamente le había acabado revelando su nombre, y de nuevo, en lugar de esperar a que el propio sheriff les presentaba, él decidió adelantarse al protocolo.

 No recuerdo haberme presentado en el Saloon. Soy el ayudante Marston.

 -Espero que en el futuro pueda mostrar mayor diligencia de la que tuvo en el saloon, señor Marston -respondió ella, inclinando la cabeza como presentación-. Le he traído tabaco de mascar al sheriff como gesto de buena voluntad. Quizás tenga la amabilidad de compartirlo con sus empleados.

Se acerca con cara de pocos amigos un hombre con pinta por las ropas de ser un hombre acaudalado al que le van bien los negocios. Golpea levemente la puerta de la que la abre y poco menos que se sorprende de encontraros tanto a ti (Marston) en la oficina como a la sra. Darling - ¿dónde está el sheriff? ¡¡Exijo ver al sheriff!! O a su ayudante, ¿dónde está Pat Harris? - Por el tono de voz, podéis notar que está bastante nervioso, agitado; y por las formas, pues ahora mismo no se controla. Aunque por fortuna, no parece que vaya armado.

Señora, perdone pero no la había visto - acto seguido te saluda brevemente, aunque vuelve a tomarlas con Marston - ¿usted qué hace ahí, quién es usted, dónde está el sheriff Cox?

Marston observó al hombre con aspecto acaudalado que acudía a la oficina, justo en el momento en que el nuevo ayudante del sheriff estaba conversando con la señora Darling. El pistolero observó de pies a cabeza al desconocido y supuso que debía de tratarse de un individuo bastante influyente en Tombstone.

-Me temo que el sheriff Cox y el ayudante Harris tardarán en regresar -dijo Marston, aunque sin querer revelar mucho más al respecto-. Soy Marston, el nuevo ayudante del sheriff. ¿Lo ve? -se señaló a la estrella que el sheriff Cox le había concedido no hacía mucho-. ¿En qué puedo ayudarle, señor?

¿dónde está el sheriff? ¡¡Exijo ver al sheriff!! O a su ayudante, ¿dónde está Pat Harris?

Jane se sobresaltó ante la voz del caballero, y se volvió hacia él mientras este exigía ver al sheriff en un tono de absolut necesidad. 

Señora, perdone pero no la había visto

Ella inclinó la cabeza como saludo, retrocediendo para que el señor Marston y él pudieran hablar.

 ¿usted qué hace ahí, quién es usted, dónde está el sheriff Cox?

¿Todo el mundo en Tombstone era tan grosero?

 Me temo que el sheriff Cox y el ayudante Harris tardarán en regresar. Soy Marston, el nuevo ayudante del sheriff. ¿Lo ve? ¿En qué puedo ayudarle, señor?

Sin saber si retirarse o no, Jane decidió entrar en la oficina del sheriff. 

Mire jovencito, me he enterado de que en la cantina se ha producido un tiroteo y han matado a varios de los hombres más importantes de la ciudad y encima el principal sospechoso es un rival que no sólo no ha sido detenido sino que el propio sheriff ha permitido que se vaya a su casa ¿acaso cree que puedo estar tranquilo con semejante incompetencia?

(Al sheriff/ayudante) - Está a punto de llegar a la ciudad, el hombre que nos puede impulsar más allá de nuestras fronteras y ocurre esta desgracia. Mire, creo que lo han hecho para sabotear los negocios que tengo con la empresa del ferrocarril, hoy va a llegar a la ciudad uno de sus representantes para firmar un lucrativo acuerdo y - baja el tono de voz para que no lo escuche la señora Darling - resulta que ocurre el tiroteo. Es como si lo hubieran hecho adrede. Exijo que el sheriff resuelva este problema y de una imagen de orden y justicia a la ciudad, sino cómo van los hombres del ferrocarril a fiarse de nosotros??!

Me acerco a la oficina porque he visto al patrón entrar y no me fío de que le hagan una encerrona. Ya he visto como se las gasta el sheriff y sus ayudantes con la escena de la cantina como para fiarme de ellos; está claro que aquí mandan las pistolas y yo tengo dos buenas razones en cada mano.

- ¡Eh, sr. Melville! ¿Tiene algún problema? ¿Le ayudo?

He visto marcharse al sheriff con uno de sus ayudantes, no sé con quién puede estar hablando dentro, y sino le escucho, entraré con todo. De todas maneras, a plena luz del día tampoco me interesa entrar en plan salvaje, así que, después de hacerle las preguntas me dejo caer de manera indiferente por la oficina, por ver qué se cuece allí.

- No pasa nada, chico. Todo está tranquilo - el nuevo es demasiado impulsivo e impaciente, espero que se vaya aclimatando al pueblo o tendré que prescindir de él, tarde o temprano cometerá un error y me pondrá en la diana de la justicia y lo que menos quiero es acabar aquí dentro esposado y viendo todos mis negocios cambiar de mano.

- Como le digo, están a punto de llegar y necesitamos que la ciudad aparente estar como si nada hubiera ocurrido. Hay cadáveres todavía en la cantina ¡¡haga algo!!

-Señor Melville -dijo Marston, dirigiéndose al hombre rico con el nombre con el que le había hablado el tipo al que había conocido en el Saloon-, el sheriff Cox y el ayudante Harris acaban de acudir a visitar al principal sospechoso. Si ellos lo estiman oportuno, detendrán a ese hombre y lo traerán a los calabozos de la oficina para ponerlo entre rejas.

El pistolero se imaginaba que a esas alturas Melville ya sabría quién era el principal sospechoso del tiroteo que se había producido en el Saloon, pero aun así decidió omitir su nombre.

-De acuerdo, señor Melville. Busquemos la forma de solucionar este problema -indicó Marston al oír que Melville quería evitar que los hombres del ferrocarril tuvieran una mala imagen de Tombstone. Se fijó en el hombre que parecía trabajar para Melville, Jonas Wilker-. Usted, venga conmigo al Saloon. Nos encargaremos de recoger los cadáveres y trasladarlos aquí hasta que los familiares vengan a reclamarlos o se los entreguemos al sepulturero. Son nueve en total.

Marston decidió entonces salir de la oficina y dirigirse al Saloon. Pasaría antes por los establos y recoger a su caballo, en el que trataría de cargar cada cuerpo para llevarlos a la oficina del sheriff.

Wilker: ¡Eh, sr. Melville! ¿Tiene algún problema? ¿Le ayudo?

La conocida voz del señor Wilker hizo alzar la cabeza a Jane, quien se encontraba vertiendo un poco de café en polvo en dos tazas de líquido humeante. Mientras el nuevo ayudante del sheriff hablaba con el desconocido, había decidido hacer algo de provecho y prepararles un buen café. 
Salió con ambas tazas en la mano para ofrecérselas a los hombres, y miró con la ceja alzada al señor Wilker.

Así que este es el famoso señor Melville...

Melville: Como le digo, están a punto de llegar y necesitamos que la ciudad aparente estar como si nada hubiera ocurrido. Hay cadáveres todavía en la cantina ¡¡haga algo!!

Marston:  Usted, venga conmigo al Saloon. Nos encargaremos de recoger los cadáveres y trasladarlos aquí hasta que los familiares vengan a reclamarlos o se los entreguemos al sepulturero. Son nueve en total.

Jane interrumpió el paso de los hombres alargando las manos con las tazas, esperando que las cogieran.

-¿Quién es ese hombre tan prolífico que va a llegar hoy? -Preguntó inocentemente- Señor Melville, si cree que le están saboteando quizás sea conveniente escoltar y proteger a ese inversor, ¿no cree? -Acto seguido, se volvió hacia el señor Wilker-, ¿quiere una taza de café?

La trama en esta ciudad la desarrollé en 3 vías, había 4 jugadores así que se suponía que las 4 se iban a explorar. Por un lado Jane iba a formar parte de la plantilla del sr. Duncaster (veterano de la guerra, del norte, yankee) y se iba a ver involucrada en los conflictos de poder de la ciudad (Duncaster vs. Mellville + Tucson).

Por otra vía estaba Marston que había presenciado el tiroteo (aunque resultó que no lo presenció pero estaba allí) en la cantina, ahí era donde el poder de las minas había quedado desbancado hacia los intereses de la ciudad rival (Tucson). De hecho, de una mesa de negocio, sólo sobrevivió un adinerado que era el que no iba a negociar con esa ciudad la venta alguna de los yacimientos.

Aparte estaba el conflicto entre el sheriff Cox y la minería, tratando de beneficiar a una compañía en detrimento de las otras. 

Y la última era que el ferrocarril iba a pasar por el pueblo (la negociación iba por ahí), ¿problema? que iba a pasar cerca de las minas, eso suponía un gran progreso para los afectados, salvo para aquellos que implicaba la expropiación de esas tierras.

También había otro camino que procedía de Laverne, pero el jugador que iba a llevar el ganado cerca desapareció.