¡Buenos días!
Un sol resplandeciente y la alarma que habíais programado os despertó. Ya era el segundo día desde que aquellos nuevos amos habían llegado, y no podíais quedaros atrás, había que averiguar quién de ellos tenía que abandonar el lugar. Además, cada día la lista de cosas para hacer se renovaba, y había que hacer cosas nuevas, a veces, claro.
Estáis todas en el mismo cuarto, en literas, muy bien acomodadas mientras os vais despertando, ¡Buenos días!
Masaki, que duerme en la habitación contigua se levanta y acude a vuestro cuarto para ver si estáis todas vestidas para vuestras labores.
Tu vestido se estropeó cuando estabais en el baño, así que tendrás que gastar parte del tiempo en repararlo si quieres que no tengan penalizaciones tus tiradas.
Como cada mañana desde hace años intento levantarme y preparame antes que ellas. Una vez he comprobado en el espejo de la puerta mi aspecto impoluto salgo al pasillo diriguiendome al cuarto de las Maids.
Pico a la puerta entrando inmediatamente. – Un nuevo día, ¿preparadas?
Un día tendré suerte y entraré antes de que se vistan, lo que con mi suerte ya tendremos mas de noventa años.
Tras despertarse se viste como siempre con tranquilidad, una vez ha terminado el mayordomo entra por la puerta tras llamar, ella le mira de reojo y escucha su pregunta para responder:
Mira al mayordomo con su habitual frialdad y añade:
Decía mientras se dirigía hacia la puerta
Utsukushi había solicitado ocuparse de las cocinas pero es evidente de que los amos deben tener el desayuno preparado y Azumi puede hacerlo.
– Preparales el desayuno pues, cuando acabe de darles las instrucciones hablamos.
Me quedo expectante a que estén preparadas sobretodo Snowrella.
La noche anterior me había costado dormir. La emoción de estar de vuelta en la casa me había tenido toda la noche dando vueltas, imaginando como serían los días que vendrían.
Por la mañana me había costado un poco levantarme de la cama y cuando entró Masaki aun estaba cerrando la cremallera del vestido. Al verle entrar en la habitación terminé de prepararme a toda prisa y corrí a presentarme ante él, algo avergonzada por no haber estado lista a tiempo.
-Estoy lista - anunció haciéndo una pequeña reverencia cuando llegué delante de él - ¿Hay algún asunto urgente que atender?
Me desperté y me puse a cambiarme en seguida. Cuando estaba casi lista el mayordomo llamó a la puerta, así que terminé de ponerme el vestido de Maid, no sin antes coger mi arma de la justicia. Una vez estaba salí por la puerta y la dejé abierta, sin darme cuenta de que la mayoría de las maids estaban en ese momento poniéndose el sujetador...
- ¡Ups!.- dije cerrando la puerta rápidamente.- Espero que no haya visto nada, señor.- dije avergonzada por mis compañeras.
– No, no he visto nada. Tranquila.
Sigo con mi misma suerte, no si hasta que no tengan mas de 90 años...
– Esperar un momento Utsukushi y Snowrella. Utsukushi aunque ahora no te da tiempo preparar el desayuno, ya lo esta haciendo Azumi, después volverás a la cocina a seguir preparando las otras comidas. Primero revisa la despensa y los productos de limpieza con Snowrella apuntando lo que nesecitamos para aprovisionar la casa con tres amos se incrementara el consumo de todo.
Mirando directamente a Snowrella. – Tú te encargaras de ir a comprar en el vehículo del antiguo amo Desmond Warcraven, nadie mas que tu desde su desaparición lo cuidas y amas tanto. Él sólo lo dejaba en tus manos y no tengo ningún motivo para cambiar esas ordenes.
Haber cuando se despegan las hermanas.
En el momento en el que me detuvo el amo me quedé perpleja.- ¿Comprar?.- dije algo desanimada
Aunque luego escuché la palabra "coche" y me dio un subidón.- ¡Vamossss!.- dije mientras agarraba de la mano a Utsuki y le tiraba con la fuerza de un mamut.- VAMOOOS.
—¡Ohayoooooooo~!
Pegué un respingo e hice un saludo marcial con carita de niña seria mirando al mayordomo. Masaki-san me inspiraba mucho respeto... se le veía un hombre tan serio y tan dedicado a su trabajo que me daba mucho miedito. Nunca se había enfadado conmigo, pero...
Entonces me di cuenta de algo, ¡¡¡¡¡aún no estaba vestida!!!!! >///<
—¡KYAAAAAAAAA!
Sin poder evitarlo, le lancé la almohada con toda la fuerza del mundo mundial a la cara de Masaki-san, y me tapé mis peritas... que no eran muy grandes, pero bueno. Además, yo solía dormir con un camisón largo, pero a mí me seguía dando vergüencita que un hombre me viera vestida así (sí, ilógico teniendo en cuenta que normalmente iba vestida con falda y ligueros, algo más provocativo supongo)
—Masaki-san, ¡eres un hentaiiiiiiiii! >//////<
Motivo: Tirar almohada a la cara del mayordomo
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Tirar almohada a la cara del mayordomo: 3 x 2 (Atletismo) = 6
– Buen… – Estoy contestando a Miyoko cuando recibo un golpe de cojín en la cara.
No intento cogerlo y lo dejo caer clavando mi mirada en ella.
Con mi voz mas severa. – Miyoko Watanabe, a mi despacho ahora mismo. Si ya esta preparada tal como esta para atacarme, también lo esta para venir conmigo.
Tu dirás si existe.
Sin dejar de ocultar con mis bracitos mi pechitos, puse cara de pucherito.
Masaki-san... me daba miedito, mucho más ahora. Era un oni malo, al menos para mí sí que lo era. ¿Por qué querría que fuera a su despacho? Seguro que para castigarme por haberle lanzado la almohada T.T
—He-hermanita — me giré para mirarla con toda la cara de pena penísima —. *Snif*
Sin embargo, cogí mi uniforme roto, me tapé los pechitos con él, y salí del dormitorio para irme al despacho con la carita pálida de terror y arrastrando los pies totalmente abatida. Si me tenía que castigar, no quería meter a mi hermanita por medio y que ella también fuera castigada. Yo podría soportar el castigo solita...
—Hai, Masaki-san *Snif* T.T
Masaki desaparece y se va dirección a su despacho, seguido de Miyoko, que va con la cabeza agachada y en paños menores, aunque tapada parcialmente con su vestido roto. Lo que no podía ocultar era su cara de vergüenza, ya que era muy tímida para que la vieran en ese tipo de ropa. Mientras tanto las demás maids se vistieron y se pusieron a hacer cada una su trabajo. Snowrella parecía realmente excitada por poder volver a conducir, aunque fuera en un breve momento. No hacía más que meter prisa a su compañera para que se vistiera.
Me queda Miyako.
A los demás os abro tema.
-ZzzzZzZz... -Miyako seguía durmiendo mientras las demás se preparaban- ZzzzZZzzzZz... -y siguió durmiendo mientras Masaki les daba los buenos días- ZzZzzZzzz... -e incluso mientras su hermana lanzaba una almohada a la cara del mayordomo...
-¡Yo también soy muy mala! ¡Castigueme a mí también, Masaki-sama! -gritó al aire mientras se incorporaba como por un resorte. La única prenda de ropa que llevaba era una cuerda bondage que no solo no cubría ninguna de sus partes, sino que las apretaba y resaltaba...
Miyako miró alrededor, confusa... estaba sola, ya se habia marchado todo el mundo.
-Me pareció escuchar... en fin... -se vistió, miró la hora y decidió ir a la cocina. ¡Hoy sí que iba a hacer unos dulces de rechupete!