Partida Rol por web

Pues yo, a la velocidad del rayo, vamos.

Veis que de debajo de un par de montones de grano se filtra sustancia como la que desprenden los dos seres visibles.

—Tened cuidado, hay algo ahí y allí *les digo a mis compañeros, señalando con un dedo frenético hacia los montones de grano*, no sé si son enemigos escondidos o qué porras...¡¡¡¿Pero no lo veis, estáis dormidos o qué?!!!

Está claro que va a haber pelea, así que preparo mi conjuro más rápido y apunto hacia el ente más cercano.

—¡Tomad, vais a recibir una buena, seres de ultratumba!

No sé si son de ultratumba o matones disfrazados, pero en todo caso queda bien soltar algo así, entre épico y temible. Parece que nadie se impresiona, quizá por ser un pequeño gnomillo con barba blanca el que lo dice. Bueno, no pasa nada, pelillos a la mar, ya me temerán cuendo los derrotemos.

El dardo de energía impacta inequívocamente en el camuflado enemigo, que gime de dolor y se incorpora, al igual que el otro señalado por Korav. Desaparecido el factor sopresa, los cuatro operativos del Nivel Negro avanzan al combate.

Se pone en posición para luchar contra las dos figuras que estbaan al fondo, cuando Korav se pone a gritar como un loco y aparecen dos más. 

-¡Oh, cielos! ¿Y esos?? -niega con la cabeza, no es momento de pensar estas cosas, piensa para si misma, ¡a por ellos!

Ve al mago lanzar un conjuro hacia uno de los enemigos. Eisa frunce el ceño y agarra fuertemente el bastón. Se lanza dispuesta a dar un bastonazo al que había recibido el daño del conjuro.

Saliendo desde su posición, oculto entre las sombras, el mediano lanzó un ataque a traición contra uno de los dos tipos que se enfrentaban al barbaro. Su intención era dejarlo inconsciente de un contundente golpe para poder interrogarlo después.

Eisa remata con facilidad al malvado que había sido afectado por el proyectil mágico de Korav, a la vez que Vedran, surgiendo sigilosamente de un rincón, se acerca por detrás al otro que enfrentaba al bárbaro y lo abate de un certero cachiporrazo.

Ahora que los veis de cerca podéis apreciar que son algún tipo de muerto viviente; apestan a cementerio.

Parece que casi nos sorprenden pero gracias a los buenos ojos de Korav, estamos sobre aviso, pero de momento tenemos problemas mayores. De este modo y enfrentándome a mi oponente, sin mediar medias acciones, doy un paso para adelante rápido y lanzo mi espada en una profunda estocada de abajo a arriba, buscando su pecho. Un ataque mortal, pero compasivo.

-Deponed las armas, antes que fallezca más gente- les encomio-.