Partida Rol por web

Vincent se encuentra en su puesto de trabajo. Tras el incidente de la base MGS-383 hace medio año la compañía de investigación para la que trabaja lo recolocó en la base de investigación terrestre, en vistas a iniciar un nuevo proceso de colonización espacial. Vincent trabaja ahora en un laboratorio especializado de investigación espacial, cartografían grandes regiones del espacio mientras trazan rutas estelares posibles y desarrollan nuevos sistemas de transporte aeroespacial. Vincent se encuentra en el equipo de investigación encargado de buscar nuevos planetas viables para la colonización humana. Se encontraba en el laboratorio de datos observando las últimas muestras de un planeta denominado como Gliese 581-g, el sexto planeta de la gigante roja Gliese que al encontrarse en el centro de la zona habitable de esta podría contener agua líquida, y por lo tanto, ser habitable.

Para entonces el comunicador del laboratorio transmitió un mensaje con cierta alarma, en la pantalla LED del comunicador podía leerse que el mensaje provenía del observatorio de la estación. Un científico de pelo cano y ropa algo desordenada hablaba con excitación a la pantalla.

"A todo el personal científico del departamento, se avisa del avistamiento de un objeto volador no identificado en un cuadrante cercano a la base, y aproximándose"

Vincent trabajaba en el departamento de estudio de planetas con posible desarrollo biológico, lo que incluía la vida no humana, por lo que no era de extrañar la excitación ante tal posibilidad. Al parecer era un hecho extraordinario y seguramente todos sus compañeros se reunirían allí para ver qué era lo que ocurría. La mayoría, a diferencia de Vincent, jamás había visto ningún ser no humano. El científico seguía retransmitiendo en directo, el mensaje prosiguió.

"Tenemos visual del objeto, es pequeño, realmente minúsculo para tratarse de una nave, pero está volando hacia aquí. Es... Una cabina azul, repito, se trata de una cabina azul"

¿Cabina azul? Seguramente estas palabras terminaran por captar totalmente la atención de Vincent. Él solo conocía una cabina azul capaz de hacer ese tipo de cosas.

¡¿Una cabina azul?! Vincent abrió los ojos como platos al escuchar las palabras de la persona que estaba retransmitiendo aquel aviso. ¡Una cabina azul!

Vincent no se había olvidado de lo que le había sucedido en la base MGS-383. ¿Quién podría olvidarse? Aquel incidente en el que había estado a punto de morir, aquella extraña raza llamada "los Sontaran" que intentaron matarlos a todos por querer colonizar su planeta... y aquel hombre, el Doctor. Un hombre extraño, de apariencia normal y corriente, vestido con una chaqueta de cuero negro... y que viajaba por el espacio y el tiempo en una cabina de color azul que era MUCHÍSIMO más grande por dentro que por fuera.

El Doctor.

No lo había vuelto a ver desde entonces, pero había intentado buscar información sobre él. Todavía no había obtenido ningún resultado, porque estaba muy ocupado con su nuevo trabajo... ¡pero puede que no le hiciera falta seguir buscando, de hecho! Aquella cabina azul sólo podía ser la del Doctor.

Sin perder un segundo, Vincent salió corriendo en dirección al cuadrante cercano a la base que el aviso había mencionado. ¡Tenía que verlo!

Vincent salió corriendo de la base. Atravesaba pasillos iluminados de impoluto color blanco con paneles de plexiglass transparente a ambos lados y científicos ociosos unos y curiosos otros por todas partes. Tuvo que apartar a alguno para no chocarse y cruzar varias compuertas automáticas. Finalmente llegó a la compuerta principal e introdujo el código de apertura. La compuerta se abrió dando paso a una zona rocosa y desértica de arena y algunos matorrales, con una pradera en alrededor y un bosque al norte. 

En el cielo ya se podía ver acercándose a la "nave" que habían mencionado. Una cabina azul de policía como la que Vincent había visto en otra ocasión. Tras él, la cúpula de observación giraba sobre su eje poniendo su ojo telemétrico sobre el objeto, siguiéndolo en toda su trayectoria frente a la base. La nave pasó de largo mientras aminoraba, girando sobre si misma en su eje vertical. Finalmente aterrizó un poco más al sur, entre unas colinas, quedando fuera de la vista de la estación.

¡Ahí! ¡Está AHÍ! Vincent estaba emocionado e impaciente. ¡Realmente era la nave del Doctor! ¿Cómo la había llamado durante su breve viaje? ¿La TARDIS? ¡Sí, eso era! ¡La TARDIS! ¡Y estaba ahí, por fin, al sur de la base!

Importándole poco lo que pudiesen pensar sus superiores, Vincent siguió corriendo en dirección al sur, donde había visto aterrizar a la nave del Doctor, intentando ocultarse de posibles agentes de la autoridad que quisieran impedirle el paso. ¡Era un científico brillante, tenía derecho a un descanso!

Vincent echó a correr. Corrió y corrió en dirección a las colinas del sur. Había seguido la trayectoria de la nave con la vista, al menos hasta que se había perdido detrás de la colina. No podía andar muy lejos, seguramente hubiera aterrizado entre ambas colinas. Sin duda, allí debería estar. Vincento corrió, aunque un agente de seguridad le salió al paso. Al parecer ya había un grupo de seguridad de camino hacia las colinas. Pero Vincent, si no fuerte, era ágil, y ahora estaba poniendo todo el empeño que podía. 

Corrió y corrió sin que los guardias llegaran a alvanzarle. Estos se dirigían también al lugar del aterrizaje. Una nave desconocida y no identificable había pasado sobre una base secreta del gobierno, por lo que tendría muchas cosas que explicar, quizá el ocupante y dueño de la misma iba a tener muchas explicaciones que dar. Pero Vincent siguió corriendo, hasta llegar a las colinas y rodearlas, justo donde debía estar la nave.

Pero, para su sorpresa, allí no había nada. La cabina no estaba, la nave había desaparecido ¿A caso no la había visto? ¿No la habían visto todos? Pero no estaba allí, y escuchaba los pasos del grupo de al menos cinco guardias de seguridad del gobierno armados que caminaban con paso firme y pesado hacia allí. Vincent estaba fuera de su puesto, corriendo en dirección a un avistamiento posiblemente peligroso. Ahora iba a tener que ser él el de las explicaciones, además de estar faltando a su puesto. Su horario había empezado hace 5 minutos, y aunque todos sus compañeros seguramente estarían en el observatorio, él no tenía una excusa para estar fuera en el lugar donde debería estar una nave desconocida.

¿Cómo? ¿No está aquí? ¡Imposible! Pero si yo... yo vi que aterrizaba por aquí. ¡Incluso dieron un aviso en la base! No puedo estar equivocado... ¿verdad? Vincent se mordió el labio inferior, contrariado. Estaba seguro de que había seguido a aquel objeto extraño no identificado hasta el lugar donde debería haber aterrizado... ¡pero lo cierto era que no había nada por los alrededores!

Miró su reloj. Tarde. Demasiado tarde. Cinco minutos tan solo, pero demasiado tarde. Tenía que estar trabajando, pero aquella oportunidad... ¡no la podía dejar escapar! Sacudió la cabeza. Tal vez se estaba equivocando.

Vincent miró a su alrededor y empezó a hablar, al principio algo tímidamente, luego en voz algo más alta, pero sin llegar a gritar.

-¿Hola...? ¿Hay alguien ahí? ¿Hola? - repetía. - ¿Hay alguien ahí? ¿Doctor? - se atrevió a decir. Si no obtenía respuesta alguna tras preguntar durante unos minutos, correría hacia su puesto de trabajo.

Vincent buscó y llamó, pero no había rastro alguno del Doctor ni de su TARDIS.

La nave había desaparecido y en el lugar donde debería estar solo quedaba él, sabía que un grupo de guardias se acercaba, podía oír sus pisadas. Intentó correr, pero era demasiado tarde. Estaban bien entrenados y ya estaban rodeando la colina.

El guardia embutido en su traje de combate giró la esquina tal y como tenían ensayado cientos de veces. Con un compañero detrás cubríedole giró despacio con el rifle apuntando hacia el frente. Al girar miró y se extrañó, esperaba encontrar aquella extraña nave que parecía acercarse a ese lugar, pero en su lugar solo encontró un hombre allí plantado que parecía empezar a correr. Éste vestía una bata blanca como las del laboratorio ¿Qué haría allí? ¿Y qué había sido de la nave? Era una situación de vulneración de seguridad de Nivel 4 al tratarse de una base secreta, desde luego tenía que llegar al fondo del asunto.

El soldado levantó su rifle y Vincent escuchó cómo se cargaba la batería láser. - ¡Alto! ¡No se mueva! - gritó inicialmente el soldado, que parecía dirigir el pelotón. - Dese la vuelta ahora y venga hacia mi sin hacer ningún gesto extraño. - Comenzó a acercarse a ti mientras otros dos guardias le flanqueaban,  y los otros dos del grupo de cinco giraban por el otro lado de la colina, a tu espalda. 

- Me acompañará dentro y responderá a nuestras preguntas. ¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? ¿Y qué ha sido de la nave? - Preguntó el guardia mientras se acercaba para custodiarte de vuelta a la base. Claramente ahora mismo eras sospechoso de lo que quisiera que su cuadriculada mente estuviera temiéndose. Si no intentabas huir, los guardias te flanquearían y te dirigirían hacia la base.

-¡Tranquilo, tranquilo! - dijo Vincent, algo alterado por la repentina aparición del guardia. Bueno, por eso y porque le estaba apuntando con su arma. Se giró hacia él, intentnando aparentar tranquilidad, y se ajustó sus gafas para mirar a los ojos al guardia. - Trabajo en la base, soy científico. Mi nombre es Vincent Emmerich. - añadió, llevando su mano al bolsillo de su bata de laboratorio, buscando su tarjeta de identificación. - Aquí tengo mis credenciales.

Vincent se ajustó las gafas una vez más mientras entregaba su tarjeta al guardia para que la examinara y viese que no le estaba mintiendo, mientras pensaba qué podía decir para que no le hicieran volver inmediatamente a la base para un más que probable interrogatorio.

-He venido al escuchar el aviso en la base... estaba buscando el objeto volador no identificado. - confesó. - Curiosidad científica, ya sabe. - intentó bromear un poco, aunque no sabía si al guardia le haría gracia o lo enfadaría más. - Lo cierto es que no la he encontrado, pero me ha parecido ver algo por allí. Se... se movía. - finalmente, Vincent alzó un brazo en una dirección cualquiera, que le pareció lo suficientemente oculta como para que realmente pudiese haber algo oculto a lo lejos. Esperaba que los guardias fuesen a buscar la nave en esa dirección y se olvidasen de él.

- Bien, vosotros dos, comprobad aquella zona, llamaré a dos patrullas para inspeccionar el perímetro. - El soldado da órdenes y sus subordinados obedecen. Los dos que tenías a tu espalda se giran con aire marcial y marchan hacia donde habías señalado, dispuestos comprobar la zona. Compruebas como el que parece liderar la expedición comunica por radio para pedir dos patrullas más para peinar la zona, especificando los cuadrantes. Después toma con la mano tu identificación y la lee con un escaner láser que saca de la muñeca de su traje.

- Emmerich, Vincent. Científico de la base, investigador del departamento de vida extraterrestre. Sin embargo no explica su estancia en el exterior. Si bien tenía usted que empezar en su puesto hace cinco minutos, el resto de sus compañeros están en el observatorio ¿Qué explica su presencia aquí fuera? Me acompañará para presentarse ante un interrogatorio. - Responde el jefe del equipo con un tono militar, aunque con un deje de suspicacia. Indica entonces que camines delante de él, en dirección a la base. ¿Les acompañarás para ver hasta dónde te lleva esto? ¿O tratarás de huir?