Partida Rol por web

Roy regresó tranquilamente a su casa, disfrutando de un tranquilo paseo por las oscuras y desiertas calles londinenses. Solo se topó con algún joven noctámbulo que caminaba de aquí para allá en busca de algo más de diversión, pero nada peligroso. Regresó a su casa y avisó a conocidos y clientes. Estaría fuera por un tiempo indefinido. Seguramente a su regreso encontraría mensajes, unos de preocupación, otros de enfado tal vez, algunos simplemente curiosos. Cogió su caja de herramientas y se preparó con ropa cómoda para el viaje, antes de salir de nuevo.

Estaba listo, el viento fresco de la madrugada le golpeaba en la cara una vez más. ¿A dónde iría ahora? La mujer había dicho que se verían de nuevo en el mismo lugar de antes. Posiblemente Roy se encaminase hacia allí directamente, una vez más podía ir andando o coger el metro, o tal vez llamar a un taxi ya que ahora no podía correr, y la caja pesaba un poco. ¿Qué haría? Esa era su decisión.

Desde el momento de cerrar la puerta de su casa hasta salir a la calle la angustia de Roy fue en aumento. Miró hacia la avenida, donde vio la entrada al metro y a un par de taxis pasar. No dio un paso. Se dio cuenta de que lo que sentía no era angustia, era nostalgia. Sabía que quizás jamás volviera a ese lugar.

Comenzó a caminar hacia el edificio, quería disfrutar una vez más de las calles. Fue caminando despacio, relajado. Llegó al edificio en lo que le pareció aún menos tiempo que antes, aunque sabía que había pasado casi el doble.

Aguardó un segundo pero en esa oportunidad la mujer no le habló. La puerta estaba cerrada y allí no había nadie para abrirle, por lo tanto hizo lo que le pareció más lógico: tocó el timbre 6.

El timbre suena una y dos veces, pero nadie contesta. Escuchas un ruido en las escaleras, como de unas pisadas apresuradas. Entonces se abre una puerta. Aparece un hombre alto que te enseña una placa a la vez que dice. - Policía. El piso al que acaba de llamar ha sido allanado. ¿Sabe usted algo al respecto? ¿Conoce a la propietaria? - El policía tenía el aspecto de haber sido despertado en plena noche, vestía un chaleco negro con una placa identificativa sobre una camisa azul marino y unos pantalones largos de un azul más oscuro aún. No parecía mirarte con cara amistosa precisamente, dio un paso adelante de forma bastante intimidatoria.

A tus espaldas, procedente de un callejón crees oir un sonido que te resulta familiar. Lo que parece ser una TARDIS rematerializándose.

Me mantengo quieto ante el avance del policía, no quiero que note nerviosismo en mi. Al menos no me encuentro en ninguna situación comprometida. Si toco el timbre es porque claramente no soy el allanador. Los ladrones no suelen tocar timbre. Siento el peso de las herramientas en mi mano. Eso y un buen nombre pueden formar la excusa perfecta. Niego con la cabeza ante su pregunta.

_No, y de hecho pensé que era propietario, no propietaria. Me llamó un hombre que dijo llamarse Montgómery Burns diciendo que había tenido problemas con la cerradura.

Levanto la caja de herramientas para mostrarle que tengo herramientas para abrir cerraduras.

_Se ve que quería que yo llegara y me vieran con esto trabajando en la cerradura para que sospecharan de mi. Es una suerte que usted haya llegado antes oficial. Bueno, le deseo suerte con el caso, viendo que no voy a tener trabajo creo que regresaré un rato más a la cama. Adiós.

Me comienzo a girar, ya dispuesto a ir hacia la TARDIS. Allí adentro estaré a salvo.

El agente de policía te mira con cara de pocos amigos, pero después de un par de segundos de escrutinio parece relajarse. - Está bien, un ladrón no sería tan tonto de llamar al timbre, más si acaba de salir de la escena. Si ve algo raro, solo avisenos. - No parecía desagradable, pero ciertamente era una hora a la cual nadie suele tener una cara muy amigable, menos si te han despertado en plena noche por el robo en una casa cuyo propietario parece ostentar a todas luces.

Te das la vuelta y en el callejón encuentras la cabina azul, tal y como siempre ha estado, como si nunca se hubiera movido de allí. Sabes lo que te espera, es un umbral a otros lugares y otro tiempo. La puerta se abre en ese momento ¿La cruzarás?

_Claro que sí, oficial. Que tenga un buen día.

Roy se dio media vuelta y se alejó caminando con normalidad. Su sonrisa se hacía cada vez más grande. ¿Quién hubiera dicho que el Sr. Burns lo iba a salvar de ser arrestado? Se vio haciendo su gesto de "excelente" con las manos y apenas pudo contener la carcajada.

Finalmente llegó a la cabina. Sería raro entrar nuevamente y mucho más sabiendo que el Dr. no estaba allí. ¿En qué se habría metido?

_Bueno, allá vamos...