Partida Rol por web

Te acercas al ascensor bandeja en mano. En aquel momento no pasa nadie por el pasillo por lo que no llamas la atención. Esperas unos momentos hasta que la silenciosa máquina abre sus puertas dobles, entras en la cabina rectangular, el cual puedes ver que solo tiene otro botón, el del sótano. Al salir del ascensor en el piso inferior podrás ver un largo pasillo con varias filas de puertas a ambos lados y una al fondo, más grande que las demás y con una cerradura magnética. Junto a ella hay otra puerta más pequeña pero también con cierre de seguridad. ¿Qué habría allí abajo?

 Suspirando, pulsé el botón de retorno y volví al piso de arriba, para, usando la bandeja para ocultar mi rostro de nuevo, regresarla por donde la había dejado...

 Esto era un museo, seguramente había piezas importantes allí abajo, pero Gabriel Kerrigan no podía jugarse el tipo y ser sorprendido hurgando en cerraduras de seguridad, así que decidió que si quería ponerle a prueba, debía de buscarse otra cosa, porque no pensaba saltarse la ley a ciegas porque a ella le apetecía...

Gabriel abandonó el lugar y regresó a la fiesta. La velada continuaba como antes, gente caminando de un lado a otro, los camareros saliendo y entrando por aquellas puertas dobles que permanecían entrebiertas y que se abrían sencillamente empujándolas. Hombres y mujeres con ropas elegantes caminaban arriba y abajo, la mayoría con una copa en la mano, mientras continuaban con su vida social.

 Con mucho disimulo, mientras cogía una de las copas de la bandeja de los camareros, me mezclé entre la gente y miré por los alrededores, buscando un rincón apartado donde estuviera aquello que buscaba: Una alarma de incendio.

 Una vez que la encontrase, mi plan era sencillo: Ponerla en funcionamiento, procurando que ninguna cámara ni nadie me viese, al mismo tiempo que me aseguraba de no dejar ninguna huella dactilar. A continuación saldría mezclado entre los invitados, hasta llegar a mi coche, donde estaba mi equipo y mi ropa de Arquero. Luego volvería a entrar en el museo, mezclándome con las sombras y volviendo a bajar al piso de abajo...

Pudiste acercarte a una alarma sin que ningún invitado te viera, realmente era difícil extraer huellas de una superficie como aquella, por lo que simplemente por el hecho de accionarla con la mano cubierta bastaría. La alarma de incendios sonó, de modo que los guardias, anteriormente de incógnito y pasando desapercibido, salieron a escena y empezaron el plan de evacuación, mientras otros peinaban el edificio en busca del incendio. Los guardias comenzaron a indicar las salidas, manteniendo abierta la puerta principal para los invitados mientras el personal de hostelería abandonaba el edificio por la puerta de atrás. 

Las grandes luces se apagaron, empleando las luces de menor intensidad. Los invitados fueron saliendo en orden, dado que no había evidencia alguna de fuego, más de uno descontento por la situación al no apreciar peligro alguno. La puerta principal del museo estaba ahora vigilada por guardias, los balcones superiores estaban comenzando a cerrarse, pues tras la evacuación se iniciaban las medidas de seguridad. Tendrías que buscar otra entrada.

 Fingiendo la misma indignación que los demás invitados, salí con los demás invitados y fui a mi coche- A continuación arranque, haciendo ruido, como si estuviera enfadado, pero lo que buscaba era que los demás invitados me vieran irme. En realidad no fui muy lejos, busqué un lugar seguro donde aparcar y luego me cambié. Ya que no podía volver por donde había entrado, trataría de acceder desde la azotea... Me preguntaba si habría escaleras de incendios...

El museo estaba rodeado por altos muros de ladrillo, de un considerable grosor, tenía solo unas puertas dobles con rejas metálicas en el acceso principal para los visitantes, en el lado norte, y un acceso para trabajadores y transportes en el lado sur, que consistía en una cabina de guardia con una barrera levadiza que estaba vigilada las 24 horas del día. Los lados oriental y occidental no tenían accesos, tan solo el perímetro del muro separaba el museo de la calle. Por supuesto, toda la zona estaba vigilada por cámaras de seguridad.

 Me acerqué a la zona de la cabina del guardia y comprobé cuantos había y si había alguna cámara en la zona... Debía de tener mucho cuidado de no provocar la alarma, al menos no antes de encontrar a la doctora...

 Aunque me preguntaba si todo esto valía la pena y si no hubiese sido mejor volver a casa y meterme en la cama... O ir por los callejones, a dar palizas a los delincuentes para relajarme...

La zona de la cabina está vigilada por dos guardias y rodeada de cámaras de seguridad que enfocan a la entrada y a los muros. Los guardias no parecen demasiado atentos, más bien miran algo en el monitor e intermitentemente hacia el edificio, posiblemente alertados por la alarma de incendios.

 Observo las cámaras y cuanto cuantas hay. Dependiendo de cuantas sean, podría pensar en cargarme alguna de las cámaras más alejadas y luego, tras asegurarme de que no haya ninguna que enfoque, esperar a que uno de los guardas vaya a mirar y dejarlo inconsciente con un dardo anestésico...

Hay dos cámaras y ambas enfocan hacia la entrada. Hay dos más en muros cercanos que no te verían si no te alejabas mucho de la entrada. Rompes una cámara y el guardia se acerca a ver lo que ocurre. Desprevenido, queda dormido cuando le aciertas con el dardo somnífero. Ninguna cámara lo graba caer al suelo, inconsciente, sin embargo el otro guardia resulta estar más atento de lo que parecía y lo escucha desplomarse. Alarmado, corre para ver el cuerpo de su compañero, desenfunda un arma y llama por radio, lo escuchas pedir refuerzos y alertar del incidente.

 Rapidamente lanzo otro dardo al otro guardia, con intención de dejarlo fuera de combate y arrastrar a ambos a una zona apartada rapidamente. A continuación me subiré a un tejado, con la finalidad de observar a los refuerzos y ver cuantos son, y buscaré una manera de crear una distracción...

El segundo guardia, más alerta ya que su compañero, reacciona antes de que que le impacte el dardo y te dispara con su arma Taser, el proyectil sale disparado en tu dirección a una gran velocidad. Acto seguido, cae al suelo a causa del narcótico. Al acercarte te darás cuenta de que la radio estaba encendida, sus compañeros están al tanto de lo sucedido.