El ermitaño miró el reproche al de Zúñiga, e intentó organizarlo todo para enterrar al Iñaki.
Hay un cementerio antiguo tras la ermita -dijo-. Allí será el mejor lugar para enterrarlo. Venga, elevemos su cuerpo.
Y se acercó con la ayuda de Euxeo y el ballestero, y los condujo hasta el camposanto, donde tras una breve inspección del terreno, buscaron un sitio propicio para levantar la tierra con una pala de éste. En breves el cuerpo de Iñaki fue sepultado.
Antes de éste, hay un post importante (por si os lo saltais)
Al día siguiente, tras haber hecho las guardias oportunas (Diego durmio finalmente en casa del Ermitaño), el Baron Sancho de Landarria fue el primero, sorprendentemente, en levantarse. Dio una pequeña patadita a su ballestero, el cual despertó y a su vez os despertó, suavemente, pues en aquella jornada habríais de empezar el regreso a casa. Así lo había estipulado el Barón un día antes, pese a no tener la cabeza de esa vieja en una bandeja. ¿dónde diantres habíase metido?
Incluso don Sancho anduvo preguntando al ermitaño de la Peña y nada sabía de ella, pues largo tiempo había permanecido allí enclaustrado, en aquella colina. Tras apertrecharse lo mejor que pudieron, el Barón agradeció al ermitaño su recibimiento y éste que le trajérais aquellas reliquias encontradas de casualidad, que pertenecían a ese lugar. Como si fuera un pago o agradecimiento, el ermitaño os entregó un tosco mapa* para volver sin problemas y sin desorientarse.
En breves pusísteis pies colina abajo, mientras el ermitaño, ya desde lo alto, os daba su bendición
*Si alguien quiere tenerlo en concreto, que lo digo, de momento lo tomará el baron
Escena cerrada. Pasamos a la última escena (que es muy breve)