Diana sonrió cuando le diste las gracias por venir, reconociéndole que ahora estabas más tranquilo.
-Claro que estás más tranquilo. Sé muy bien cómo hacerte sentir mejor que con dos valerianas -Te sonrió, guiñándote un ojo, y sabías que era verdad. Podía ser que fuera un método poco ortodoxo, pero muy efectivo
Al sugerirte que ayudaras a Esme a destensarte no pudiste evitar ponerte rojo, mirando a otro lado. No eras capaz de acostarte con ella, no en esos momentos… No querías aprovecharte de ella… Pero Diana negó a tus palabras.
-No hablo de follártela. Hablo de darle mimos. A las chicas nos ayuda eso -Te dijo antes de mirar el reloj- Tú sólo intenta que esté bien y tranquila. Nos vemos mañana -Volvió a despedirse antes de marcharse y que tú te metieras de nuevo en la casa.
En el comedor, Esme ayudaba a poner la mesa junto a Amber mientras hablaba con ella. Ambas parecían contentas y eso te animaba.
Pronto Jazz las mandó a sentar y Anke le dejó su sitio a Esme para que estuviera junto a ti, sentándose tranquilamente y sonriéndote al ver que te sentabas junto a ella. A tu otro lado, la silla estaba vacía, Dita se había sentado con vuestro padre a pesar de haber sillas de sobra.
Al parecer, la pequeña estaba enfadada por no haberte visto en todo el día, sabiendo que estabas en casa. No solía ser una niña celosa, pero tú eras su amado hermano mayor y ese día sólo hacías caso a la niña rubia.
Por suerte para vosotros, la cena no tuvo incidentes. Jazz habló mucho con Esme, sobre qué tipo de lobo era, su clan y distintas cosas de hombres lobo. Anke comía escuchando a Sam y Sephora hablar de la agenda de tu madre al día siguiente, algo como un chequeo… Y también que el merchandising estaba preparado y en camino. Daniel hablaba con Eve mientras Dita comía su pollo con patatas y Amber estaba a su rollo, como siempre. Estaba siendo una cena tranquila aunque tu hermanita no hubiera querido sentarse a tu lado. Bueno, ya la sobornarías.
-¿Y dónde va a dormir…? -Comenzó a decir Sephora, refiriéndose a Esme aunque, al no acordarse de su nombre, se quedó pensativa, intentando sacarlo
-Esme -Acabó diciendo Eve- Pues… Creo que lo mejor sería que durmiera con Ash. Al menos por hoy
-También podría dormir Ash con Anke -Sugirió Daniel pero una mirada suplicante de tu melliza hizo que cambiara de opinión- O con Dita. Le gusta dormir con su hermano mayor -Dijo, mirando a su hija pequeña que negó lentamente
-Si hace falta puede dormir en el cuarto que me dejasteis a mí -Dijo Sam, de pronto- Yo puedo dormir en cualquier sofá
Parecía que no había un acuerdo y, finalmente, fue Esme quien abrió la boca o, más bien, carraspeó.
-Yo… No me importa dormir en un sofá o con Ash. Cuando éramos pequeños dormíamos juntos. Somos amigos -Aclaró con suavidad y tanto Eve como Daniel se miraron, acabando por asentir
Diana antes de marcharse le aclaró a Ash que no tenía que acostarse con Esme, simplemente darle mimos ya que a las chicas les ayudaba ese tipo de cosas. Al menos ya tenía una pequeña pista de como ayudar a Esme…como fuera, ahora tocaba cenar.
Así que Ash vio como Diana se marchaba y puso rumbo al comedor, en muy poco tiempo estaba sentado junto a Esme y todo parecía ser normal, nadie parecía a disgusto con la invitada o estaba de malas, excepto Dita, Dita se había cambiado incluso de asiento y no paraba de mirarle claramente enfadada, lo cual significaba que estaba de morros por no haber pasado el día con ella.
Ash comprendía que era una niña pequeña, pero aún así Dita era algo celosa. Como fuera.
La cena prosiguió con normalidad, al menos hasta que Sephora sacó el tema de como dormirían, luego entró Eve, Daniel, Anke e incluso Dita, la cual se negó a que Ash durmiera con ella, dejando consternado al chaval, el cual puso cara de pena al ver como su hermanita negaba con la cabeza. Incluso Sam se ofreció a ceder su cama al chico.
Pero fuera como fuera, Esme finalmente dijo que no le importaba dormir en el sofá o con el, eran amigos y cuando eran pequeños dormían juntos, por lo que no era tan raro para la chica y para el tampoco. Pero aún así, luego cuando se fueran a dormir, el chico preguntaría al respecto, a el no le importaba dormir un par de días en el sofá, el sofá era cómodo, podía ponerse la tele y escuchar algo de fondo, es decir, no estaba tan mal.
Aún así, Ash no dijo nada ante esa decisión, solo se fijó en como Eve y Daniel asentían. El siguió comiendo con tranquilidad, sin darle demasiadas vueltas al asunto.
La cena fue bastante bien y tranquila, parecía que, por ahora, el tema de dónde dormiría Esme estaba solucionado aunque te asegurarías en la habitación.
Tu amiga ayudó a quitar la mesa, igual que tú, y luego subisteis a la habitación, cerrando tú tras de ti.
-La cena estaba riquísima -Oíste que decía tu amiga mientras iba a buscar su pijama en su bolsa de deporte- Estoy… Estoy sintiéndome muy bien aquí. Me gusta tu familia, parece muy… normal… a pesar de todo -Te comentó refiriéndose con “todo” al hecho de ser un marido, tres esposas y cuatro hijos con madres diferentes y razas diferentes.
La tensión con tu madre era palpable, al igual que la de Sephora y Jazz, pero, aún así, no erais una familia disfuncional, y todos parecíais ser una piña. Era obvio que Daniel hacía un buen trabajo.
-Estoy muy agradecida porque habéis dejado que me quede… Y no os lo podré pagar -Suspiró algo triste por eso. Estabais siendo muy amables- ¿Te importa si me cambio aquí? Me daré la vuelta -Te dijo y a ti, en verdad, no te importaba
Tu amiga, entonces, te dio la espalda, quitándose su camiseta y sus pantalones. Esme era de las típicas chicas que no necesitaban sujetador y no lo llevaba. Nunca le habías visto los pechos y, ahora que estaba de espaldas a ti, tampoco se los vistes… Pero no pudiste evitar mirarla.
Tu amiga tenía una piel bonita, una espalda con alguna peca, una mancha de nacimiento… Y los moretones que ya habías visto. Ella aún movía mal el brazo pero no pudiste seguir fijándote en eso al ver cómo se deshacía del pantalón, quedándose con un apretado culotte de color negro que resaltaba un culito pequeño pero respingón, bien puesto… Ya habías sobado alguna vez ese trasero y sabías que era realmente apetitoso… Pero era la primera vez que lo veías.
Sus piernas eran bastante delgadas, al igual que su cuerpo, era obvio que esa chica necesitaba comer más… Pero no dejaba de ser muy bonita… Sus hermanos eran unos chalados.
Al fijarte mejor en sus muslos pudiste ver alguna marca, ya a punto de desaparecer, justo por debajo de la zona de su trasero… Quizá un fuerte agarrón de sus hermanos… Pero ella parecía despreocupada y pronto tapó todo un con pijama compuesto por un short y una camiseta.
-Lista -Informó, dándose la vuelta, mirándote- ¿Estás bien?
Una vez recogieron el comedor y subieron a la habitación, la chica no tardó en sincerarse, dijo que la comida estaba muy buena, que le gustaba la familia y lo bien que se sentía en compañía de todos. Ash sonrío y terminó negando.-No tienes que dar las gracias por nada, ya te dije que eres mi amiga, se que tu harías lo mismo por mi si lo necesitara.-Le dijo de corazón.-Así que nada de agradecer y de pagar, simplemente es algo que hacemos porque nos sale de dentro, ¿comprendes?, así que no te preocupes.-Le dijo de nuevo.
Luego ella preguntó si podía cambiarse ahí mismo, a lo que el no se negó. Simplemente dejó que la chica se diera la vuelta y comenzara a desnudarse tranquilamente, comenzando por la camiseta y los pantalones…Ash no pudo evitar mirarla de reojo mientras lo hacía, fijándose en su cuerpo, era…era muy bonita a decir verdad, tenía una pinta diferente a Diana, si, pero aún así Ash no había visto a más chicas desnudas, además de sus hermanas claro…como fuera, Esme le parecía atractiva.
Tenía un cuerpo delgado, una piel bonita…puede que no tuviera pechos, pero aquello no le importaba, la verdad. También le gustaba su trasero, sus piernas…era triste ver las marcas aquí y allá, o incluso los moratones, pero aún así…era atractiva, no le importaría dormir junto a una chica así, pero desde luego era todo un caballero.
Cuando ella se puso el pijama y se dio la vuelta, el hizo como que no la estuvo mirando.-¿Hmmm?, ¿ya?...vale.-Dijo con tranquilidad.-Estoy bien, estoy bien.-Exclamó mientras se ponía de pie y abría un cajón, agarrando una camiseta interior y unos pantalones de pijama. A el no le hacía falta darse la vuelta, obviamente, no tenía tetas que enseñar y tampoco iba con la polla al aire.
Así que se quitó la camiseta y los pantalones, quedándose así en calzoncillos. El no tardó en ponerse los pantalones y luego la camiseta, pero claro, Esme pudo ver (si estaba mirando) los moratones en el costado, el pecho, la espalda, el brazo…los moteros y los lobos le habían dejado para el arrastre, pero al menos sanaba poco a poco gracias a su vampirismo…solo que necesitaba más tiempo para curarse del todo.
Como fuera, siempre se regeneraría mejor y antes que alguien como Exael.
-Oye Esme…-Exclamó una vez vestido ya con el pijama.-De verdad, si te molesta a mi no me importa dormir en el sofá, ¿vale?, quiero que te sientas cómoda.-También estaba pensando en el tema de sus hermanos, a lo mejor no le hacía demasiada gracia dormir con un hombre a pesar de lo que dijera.-Así que…hmmm…tu no te cortes, ¿vale?, lo que te he dicho varias veces.
Esme no tardó en ir a sentarse en la cama mientras tú cogías el pijama y te desvestías, quedándote en calzoncillos frente a Esme que, lejos de mirarte el paquete, se centró más en tus golpes, mirándolos con algo de preocupación y pena.
No eran tan graves como los de ella debido a tu regeneración vampírica, pero tenías demasiados golpes y ella sólo pudo pensar en los moteros. Bajo ningún concepto imaginó lo que hiciste a sus hermanos.
Una vez te terminaste de vestirte no tardaste en girarte hacia ella, sacándola de sus pensamientos, preguntándole sobre lo de dormir juntos a lo que ella negó.
-No te preocupes. Me gusta dormir abrazada a algo. Y me siento bien contigo cerca -Te reconoció, haciendo ver que no le importaba. Si le hubiera importado… No se habría tumbado antes contigo en la cara… o no os habríais liado durante aquellos escasos segundos, por la mañana- Ash… -La oíste susurrar de pronto, mientras se ponía de pie, acercándose a ti, metiendo las manos bajo tu camiseta para acariciar con mimo tus golpes, algo apenada- ¿No te duele? No tiene buena pinta -Dijo con preocupación.
Esme era increíble… Ella apenas podía mover un brazo pero se preocupaba por tus golpes… Amon tenía razón, era una flor.
Tu amiga siguió acariciando tus marcas, levantándote levemente la camiseta, mirándolas, mimándolas… Era como si un sexto sentido la avisara de que algunos de esos golpes… Habían sido por ella… Pero no dijo nada.
-¿Diana… te ha hecho sentir bien? -Preguntó de pronto, de forma despreocupada, pero aún centrándote en tus golpes- ¿Os ha servido el rato que me he ido? -Te dijo con voz suave- Que sepas que no me ha importado que hicierais eso. Soy yo la que se ha metido en vuestro plan. Os entiendo. El impulso de Diana ¿No? -Te sonrió de corazón, con sinceridad, despreocupada. No parecía molesta para nada
Esme aseguró de que no le molestaba, quería dormir abrazada a el, a lo que el terminó asintiendo con suavidad, una cosa era dormir una siesta y otra estar durmiendo los dos juntos, abrazados y apretados en una cama…podía surgir cualquier cosa.
Pero aún así, de repente, Esme se le acercó y así de repente y de golpe comenzó a pasar las manos por debajo de su camiseta, acariciándole los golpes y provocando que a Ash se le escapara un gruñido de dolor.-Duele…pues…pues un poco, solo eso…-Murmuró mientras ella le levantaba la camiseta, fijándose en los golpes y las heridas, acariciándolos con las manos, aquello hacía que los pelos se le pusieran de punta, pero aún así…lo permitía, no hacía nada de nada para evitar que le tocara.
Y de repente soltó la bomba. Pareció enterarse de que Diana se había acostado con el, incluso se fue de la sala de cine para darles un rato a los dos y entonces volvió a la carga, comentando que no le importaba lo que hicieran, que ella se metió en el plan y lo achacaba al impulso de Diana.
Ash apartó levemente la mirada, como a un chico al que acababan de pillar haciendo una trastada, como si hubiera robado una galleta antes de comer.-Diana…bueno…-Trató de decir.-Ella…ella es como es, siento que…te hubieras enterado de lo que hicimos.-Susurró con un tono claramente avergonzado.-Me dejé llevar, como cuando estamos en el club…
Entonces soltó un fuerte suspiro de resignación y negó con la cabeza. No le importaba que la chica le estuviera acariciando el torso, era agradable sentir sus manos calientes, le gustaba. Pero aún así no podía evitar sentirse mal por ella y por lo que hizo con Diana en la sala de cine, tendría que haberse controlado un poquitín más.
No estabas acostumbrado a que te dieran mimos salvo, de vez en cuando, Diana y sentir cómo Esme se preocupaba por tus golpes, cómo te acariciaba… Eso realmente te ponía los pelos de punta.
Tu conflicto de sentimientos hacía que desearas que Esme siguiera tocándote, dejándote hacer… pero, a la vez, sentías que no querías forzarla a hacer nada o incomodarla… Era algo extraño.
Por otra parte tu corazón se paró por un momento al saber que Esme se había enterado de tu numerito con Diana y que, incluso, os dejó tiempo a solas. Ella decía que no importaba, no parecía preocupada… Pero tú ahora te sentías algo mal por ella, pensando en que se dio cuenta y que quizá era una falta enorme de respeto.
Avergonzado, pediste perdón a Esme por enterarse, diciendo que te dejaste llevar, como en el club, haciendo que ella sonriera y negara mientras seguía masajeándote los golpes, aliviándote, aunque no te dieras cuenta.
-Tranquilo, lo entiendo. Diana es una súcubo, es irresistible -Te indicó- No tienes que pedirme perdón. No es distinto a lo que haceis en el club. Y a mí me gustaba la película -Sonrió, alzando la mirada para mirarte a los ojos con sus ojos color azabache- Has hecho mucho por mí. Te he preocupado… ¿Cómo voy a quejarme de que quieras destensarte? Me alegro de que Diana te haya hecho sentir bien. Te merecías desfogarte -Te aseguró, sonriéndote de aquella manera dulce, directa desde el corazón, esa sonrisa que te hacía estremecer. Para finalizar, tu amiga se separó levemente de ti, bajándote la camiseta- Ahora te dolerá menos al apoyarte a dormir a ese lado. Cuando recibes un golpe tu músculo se inflama y te lo he desinflamado un poco -Te informó y, la verdad, ya no te daba tirón
Esme negó y sonrío al escucharle, no le daba importancia al hecho de que Ash se hubiera acostado con Diana, dijo que no era distinto a lo del club y que ya que había hecho tanto por ella…se merecía desfogarse.-Pero eso no es…-Trató de decirle pero le resultó imposible seguir, ya que ella terminó separándose de el, le bajó la camiseta y le terminó diciendo que ahora podría dormir sobre ese costado, había logrado desinflamar el musculo y la verdad es que ya no dolía tanto.
Ash miró a la chica un tanto desconcertado, tocándose a si mismo el lateral del cuerpo.-Huh…tienes unas manos mágicas, ¿eh?...¿donde has aprendido a hacer eso?-Murmuró con voz tranquila antes de mirarla fijamente.-Ahora si que te debo yo una.-Sonrío de forma cansada antes de terminar negando.
-Oye Diana…-Ash suspiró con suavidad, quería hablar sobre el tema de sus hermanos, de su padre…pero es que simplemente no podía, ya se lo dijo Diana, no podía hacerlo. No ahora. Ash se acercó a ella y le dio un beso en la frente.
-Me alegro mucho de que estés aquí…que estés bien, ¿sabes?...me gusta tener compañía, que estés aquí en casa, verte sonreír y en general verte relajada.-Admitió antes de carraspear, a el también le costaba sincerarse con la gente a decir verdad.-Oye…¿Qué…que estuviste haciendo cuando me dormí?, ¿dibujaste o algo?.-Preguntó cambiando de tema mientras se sentaba en la cama.
Esme sonrió contenta. Contenta y orgullosa. Había logrado sorprenderte, no esperabas que pudiera hacer ese tipo de masajes y a ella le había gustado sorprenderte.
-Algún día me gustaría ser médico -Te dijo, con una sonrisita- Médico, enfermera… Cualquiera de las dos cosas estaría bien -Comentó- Es un sueño que tengo… Pero para eso debo sacar buenas notas, porque yo no podré costearme la Universidad -Suspiró, haciendo una leve mueca
Tras eso quisiste abarcar el tema de lo que habías descubierto sobre sus hermanos y su padre, mostrarle tu apoyo, hablar con ella, decirle que, aunque no iba a haber próxima vez, siempre podía contar contigo… Pero decidiste cambiar de opinión, acercándote a ella y besándole la frente.
A Esme ese gesto le pilló por sorpresa y sus mejillas cogieron un tono carmesí, mirándote mientras le decías que te alegrabas de que estuviera ahí y que estuviera bien, sonriendo y relajada.
-Yo… -Empezó a decir tu amiga-Yo me alegro de que me siguieras al baño anoche… Me alegro… De haberte contado todo -Reconoció, apartando la mirada con el mismo rubor-Gracias por todo, Ash -Te dijo, antes de que os separarais y tú fueras a sentarte a la cama, interesado en lo que hizo mientras dormías- Oh, pues… Estuve haciendo los deberes de clase. Zaph me los mandó -Te explicó, sentándose a tu lado- Ya te dije, tengo que sacar buenas notas. Hacer todos los deberes… Necesito las becas. Así que me intento esforzar mucho -Sonrió, bostezando un poco
-Médico o enfermera, fíjate.-Sonrío Ash alegre por ella.-Eso son oficios muy buenos, seguro que te vuelves una doctora de la hostia, confío en ti para que en un futuro estés ahí para tratarme los moratones y heridas que me hagan, ¿me harás un descuento, verdad?, a mi me parece un buen trato.-Río levemente mientras ella seguía dándole las gracias por todo a lo que el le quitó importancia.
Finalmente se enteró de que lo que estuvo haciendo aquella tarde fue estudiar y hacer los deberes…había que ver…ella no dudaba en estudiar y hacer las cosas con ganas, en cambio el…aborrecía todo aquello, ¿se le podía recriminar?
Al escuchar a Esme bostezando Ash terminó pinchándole levemente el costado.-Anda Esme…que te vas a quedar ahí dormida, aprovecha y vamos a dormir. Solo te aviso, a veces ronco, así que espero no molestarte demasiado, si lo hago tu despiertamente o empujame, eso servirá para que me cambie de postura y darte tregua.-Le confesó mientras el se estiraba ahí mismo.
Parecía que el día iba a llegar a su fin finalmente…ahora tocaba ver lo que le deparaba el resto de días.