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La franja norte del Rif es un avispero. Tras la entrada de los europeos en Marruecos, la hostilidad de los rifeños se ha hecho notar e incluso ha crecido. Tras la primera contienda de la llamada cómo "Campaña de Melilla" iniciada tras la masacre del Barranco del Lobo han puesto de manifiesto que no será fácil someter a las belicosas cabilas. La zona oriental parecía tranquila, preocupaban las constantes revueltas en el área de influencia de Ceuta, Larache y Tetuán donde Al Mizzian y Al Raisuni se habían sublevado reiteradamente, sin embargo ambas revueltas habían sido calmadas con operaciones de castigo y una política de negociación con las harkas y cabilas enemigas de las bandas rebeldes.

En 1920, tras salir de prisión por comentarios revolucionarios contra el Jalifa, el Sultán y el Protectorado Español, Abd-El-Krim (Antiguo funcionario, Cadí de Melilla y colaborador de un periódico) incitaba la revuelta y ponía a la cabila de los Beni Urriaguel en pié de guerra contra las tropas españolas. La Comandancia Militar de Melilla, bajo el mando del General Silvestre (Gozaba de gran prestigio tras su mando en la Comandancia Militar de Ceuta y su confrontación contra las bandas rebeldes en el frente occidental) inicia una campaña destinada a someter Aixdirt y Al-Hoceima para aislar y desabastecer a los rebeldes de Abd-El-Krim. 

La escasez de suministros, la excesiva dependencia de las poco fiables tropas indígenas, la escasa motivación de las tropas peninsulares y la obsolescencia de los medios españoles conducen a una campaña desastrosa. Las líneas de suministro son débiles, no hay establecidos puntos fortificados de retirada y las líneas de defensa, consistente en la construcción de blocaos, está más ceñida a criterios políticos que estratégicos. La mayoría de estas posiciones son indefendibles ante un asedio prolongado. 

Muchos militares muestran un amplio desacuerdo contra la estrategia y doctrina de la campaña. Por otro lado, las Juntas Militares, asociaciones militares de carácter pseudo-sindical, gozan de gran poder y usan su influencia para encubrir negocios corruptos como la venta de armas, despliegues de unidades por interés, permiten que muchas unidades entren en servicio sin material adecuado o sin instrucción adecuada.  

La linea de avance fija su objetivo en establecer una posición defensiva en los altos de Monte Abarran y defender el flanco sur y el desfiladero de Tizzi Azza con baterías en los altos de Igueriben y diferentes posiciones entre Zayudai, Chaif y el Uad Kert. A la larga se verá que está disposición es ineficaz. Igualmente, se fijan posiciones en la linea costera, apoyados por las Cañoneras Laya y Lauria y el Crucero Princesa de Asturias, así como por columnas móviles de la Compañía de Mar e Infantería de Marina que realizan pequeños desembarcos para apoyar la toma de posiciones en la costa mediterranea del Rif. Finalmente, Silvestre manda una columna para ocupar Monte Abarran y apoyar a una cabila aliada contra los belicosos guerreros insurrectos.

Esta columna tras tomar con éxito la posición dejó un destacamento para defender la posición fortificada. Sin embargo, esta posición está sitiada, sin posibilidad de refuerzo y se calcula que miles de guerreros cabileños se han lanzado contra Monte Abarran y Igueriben, se habla del inicio de una retirada hacía Dar Drius buscando posiciones más defendibles.