Partida Rol por web

La universidad. Esa noble institución, protectora del saber. Formadora de prohombres y promujeres que hacen de nuestra sociedad un lugar mejor, más maravilloso, mucho más chachi y un vergel.

Dónde la juventud aprende valores como el trabajo, la honradez, el mérito como modo de vida, la lógica y el buen hacer.

No es de extrañar que nuestros héroes estén relacionados con ella de alguna forma. Seguramente los muy lerdos se creen a pies juntillas todo lo anterior. Criaturas, que lástima que el aborto retroactivo no sea legal.

Todos están, como no podía ser de otro modo, en el aula de castigo de una universidad, cuyo nombre aun no ha sido revelado. Mayormente porque tengo la puta cabeza hecha un cristo y paso de inventarme nada. Están castigados por vete tu a saber que idiotez que hayan hecho. Porque si, hay que ser un auténtico inútil para que siendo universitario te metan en un aula de castigo creada específicamente para el grupo de cánceres con piernas que llamamos protagonistas. Porque ellos lo valen.

Y eso no es lo peor de todo.

No, tampoco es lo peor que hoy, precisamente hoy, haya fiestorro y sean los únicos subnormales castigados en las aulas mientras el resto de fauna universitaria se dedica al trasiego de alcohol, rituales de cortejo o meditación en busca del Nirvana.

Lo peor es que los muy gilipollas venían para una reunión de antiguos alumnos. Que ya no son universitarios ni tienen relación alguna con la institución, los muy hijosdeputa. Y aun así los han castigado.

¿Porqué?

Seguro que están deseando contarlo ellos mismos. Esperemos que sea breve y empiecen pronto las muertes y desmembramientos.

Jo tio, vaya mierda...-dijo Ashley explotando un chicle que, lógicamente, se le pega a la nariz pero con una destreza oral mas que plausible lo vuelve a meter dentro con la lengua y sigue mascando-.

Esto esta mal, no se por que me han castigado, yo que sabía que ese estudiante no estudiaba en la universidad si no que era el hijo de 9 años del vicerector. ¡Si hasta estaba fumando!-exclamó ofendida sin recordar que, antes de que le metiera la lengua en la boca, el crio le había dicho que era un cigarrillo de chocolate- Bah, putos pijos, osea vengo aquí para una fiesta y me castigan... ¡si la culpa fue suya por tocarme las tetas!-volvió a quejarse, insinuando que una no es de piedra, sin parar de hablar mientras daba vueltas por la sala embutida en un disfraz de marinerita, parecido al que llevaban las estudiantes de un colegio pero sustancialmente más corto. Seguía contando entre insultos y oseas que ni siquiera le habían dejado terminar y que seguro que el pobre chaval se había quedado con ganas de mas, que aquello no era justo y muchas otras mierdas que a nadie le importaban un carajo. Pero ella seguía dale que te pego. Ni siquiera prestaba atención a la gente que estaba con ella, pero eran un buen montón y todos parecían estar castigados como ella. Pero...¡Es que ella no había hecho nada!

El drogo mola. El drogo no está castigado, sino acompañando a la peña en el desfase y el descontrol. El drogo saca algo que parece un chicle, lo deslía, pero no se lo come. No es un chicle, cojones, es una postura de cincuenta euros de grifa de la buena. Mata un porro a pellizcos y se lo coloca en la palma de la mano para quemar. Luego tú sabe, lo quema, lo mezcla, lo lía y la lía.

Cusha rubia. Esto es la universidad Rouco Varela, ¿no? A ve si es que el drogo se ha equivocao, porque yo no os conozco a casi ninguno, pero vaya, que tú estás buena como siete o nueve, eh? Pero buena de que estás buenorra vaya. Que te digo yo que tú y yo nos hacemos amigos hoy. A qué sí. Toma toma, que esto es goma de Oklahoma, de la loma, más pallá de Roma. Ja jaaa!!!

Petao Dojete fue en su momento una revelación en el panorama musical, pero cuando descubrió el mundo de las drogas y las modelos anoréxicas todo se fue a la mierda…

Sobre todo cuando una de esas anoréxicas modelos era en realidad una zombi. Petao no corría peligro ya que su cerebro estaba tan podrido por los estupefacientes que se había ido metiendo a lo largo de su vida que no suponía ningún atractivo culinario para la zombi.

Un día ella tuvo que partir hacia Washington zombi D.C., para disfrutar de un banquete ritual de despojos de la sociedad y nunca volvió. Según ciertas fuentes un erizo rosa de 2 metros armado con un machete la había descuartizado. Otras fuentes dicen que se fue con el afro zombi y que este la reventó a base de sodomizaciones repetidas.

Petao que estaba destrozado por las drogas y por la pérdida de su amor zombi, inició una peregrinación a Washington para rehabilitarse, aunque antes de salir habló con su camello para invertir toda su fortuna en abastecerse de material para el camino. Como se había dejado todo su capital en mandanga el camión en el que iba (y transportaba  su precioso cargamento) se quedó sin gasolina al lado de una universidad en medio de vete a saber tú qué pueblo ya que tampoco tenía GPS bien entrada la noche.

Viendo el edificio, Petao cogió un par de kilos de Heroína y otro de Cocaína, lo justo para pasar la noche, vaya, y se dirigió al edificio para dormir tranquilamente y chutarse lo que llevaba(no en ese orden necesariamente).

Encontró un aula que estaba deshabitada y ahí que se metió hasta que empezaron a llegar payasos, ornitorrincos, rubias y más gente…al principio se creyó que eran alucinaciones por las drogas, por lo de los ornitorrincos y los payasos…pero aún no había llegado a la dosis necesaria, y además los Ornitorrincos iban después de los panda morados. Por lo que, por surrealista que pareciera, era la realidad en si misma.

-Psssssssssssss, ¿Cué  paaaaaaashaaaa? ¿No trendás un leeeeeeuro o asín pa la gasofa? Que ma dejau tiraaaaao el buuuuuuuga. Que mira que soy buen tioooo, que te lo estoy pidiendo y te lo podría estar robaaaandoooo, tronnn, venga enrollate, de buenri, tío.

Le pregunta al Payaso después de colgársele de los hombros en plan colega borracho siendo arrastrado hasta una esquina.

Yeeeeeha. gritó a modo de saludo el cocinero mientras acariciaba su oveja. Taba unu acullá apasando un buen rato con su apañera en los meódromos, cuando que aparesió una de las aprofesorás y hasta pareció le sentó hasta mal que la Dory da unos golpecitos en la cabeza al animal nos allevemos bien y todo...

Tras las intervenciones del resto de parásitos que pululan por el aula, se hace un fundido a negro. De repente un sombrero marrón, del estilo de los años 40 surge del lateral derecho de la pantalla, por lo demás negra y avanza hasta pararse en mitad de la pantalla. Del sombreo el plano se abre hasta abarcar a un ornitorrinco puesto en la guardia de algún estilo sofisticado de arte marcial. Y empieza a sonar esta canción acompañando a una serie de imágenes heroicas del ornitorrinco:

El ornitorrinco salvando a un gato que se había subido a un árbol, el ornitorrinco quitándole apasionadamente la blusa a una bella mujer que, por casualidades de la vida, se había olvidado de ponerse el sujetador, el ornitorrinco haciendo un triple salto con tirabuzón cayendo en las espaldas de un pato amarillo y golpeándole repetidas veces con un libro de matemáticas bien gordo…etc, etc…

Total que cuando se acaba el video de introducción de nuestro héroe mamífero palmípedo volvemos al aula, donde se abre misteriosamente un agujero del techo y Perry, el ornitorrinco, cae en uno de los pupitres como si fuera un alumno más.

Casi da la impresión de que ha venido a salvarnos de la estupidez supina que le rodea con sus múltiples habilidades de agente secreto ornitorrinco.

De lo que podemos estar seguros es de que su presencia aquí garantiza el triunfo del bien sobre el mal.

El es Perry, el ornitorrinco

-Glaglaglaglaglaglaglagla

La mascota publicitaria mira al yonki con cara de pocos amigos. Ya solo le faltaba que le hubiesen metido con esa panda como para que encima le pidiesen dinero.

- Pero vamos a ver, chaval... ¿Tú te crees que si yo tuviera un puto duro tendría este curro de mierda? ¿Pero tú has visto las pintas que tengo que llevar? Pídeselo al follacabras, joder, que ese hijo puta va por ahí sobrao de dinero, destrozando restaurantes en la tele por que no le parecen tan pijos como le gustaría.

Frotándose un poco la nariz, el payaso de las hamburguesas mira al resto de gente... Algunos se le asemejan extrañamente goblinoides. Gentuza... Tendría que partirle la cara a alguno, pa que se espabile... En serio, ¿cómo coño me han mezclado con estos? Perdiéndose en las nieblas de su memoria, el payaso rememora lo ocurrido esa mañana...

Dios, es verdad... Que resaca tenía... Fíjate que me quedé sobao con peluca y todo. Eso me pasa por tomar tequila con las hamburguesas. Tuve un sueño de lo más acojonante... Estaba en Washington, pero era un zombie, y junto al Ché y un Afro nos dabamso de hostias contra unos panolis. A veces dormir es mejor que las drogas. Luego claro, me tuve que ir a hacer el desayuno a los mierdas estos y no me cosqué de que había un profesor mientras le echaba escupitajos a las hamburguesas. No se pa que tanta queja, si así salen sabrosonas. Manda huevos...

Ronald Mcdonald pierde el hilo al ver llegar a un bichejo azul con música de fondo incorporada.

- ¡Hostia puta, un androide!

Popeye el marino soy, detrás de una rubia voy, si le doy mil pesetas me enseña las tetas…la muy gilipollas, llevo décadas  en la cárcel y aún así sé que la peseta ya no es de curso legal. Bueno, la verdad es que merece la pena, son las mejores tetas que veo en años. Mejorando incluso cuando Jimmy “Tetazas” Duncan se quitó la camiseta allá por el 57. El muy cabrón estaba tarado no sé qué mierda le hicieron en los huevos que le alteraron las hormonas y acabó con unas tetas enormes.  Jimmy  Duncan, se lo follaron tantas veces que murió desangrado en las duchas, con un agujero en el culo en el que cabía la cabeza de un enano hidrocefálico.

Pobre enano hidrocefálico.

Mordisqueé los turgentes pezones de la rubia con mis encías desdentadas, babeándole sus enormes pechos, mientras ella se reía como una puta animadora de diecisiete años que no tiene otra preocupación que la de follarse al quarterback del equipo del instituto para ser la chica más popular del insti y ser la reina del baile de graduación y me acordé de Olivia…esa puta tabla de planchar con dos guisantes, frígida cual merluza ultracongelada. Hubiera llorado su pérdida, pero la verdad es que el mono que tenía cuando murió no me dejaba pensar con claridad. Ahí  tampoco es que pensara con claridad, pero es porque la pastillita azul que llevaba el padre de la familia que me sacó del agujero de Alcatraz había hecho efecto y tenía toda la sangre en otro sitio en vez de la cabeza.

Una mano surgió de entre las sombras y me dio un pescozón interrumpiendo ese momento de grata realización personal, por lo que como es normal, me giré para encararme al agresor y hacerle desear que yo no hubiera nacido. Pero lo que me encontré fue a una mujer Gorda, tanto que estoy seguro que tenía que comprar dos billetes de autobús cuando saliera del pueblucho de mala muerte endogámico del que proviniera, uno para cada nalga de su enorme trasero.

-¿Qué demonios le está haciendo a Peggy Sue?

Me gritó la ballena terrestre, le podría haber respondido con evasivas, o haberla matado, pero su personalidad avasalladora, su carisma negativo, su mala baba, despertaron en mi un temor que me recordó a mi niñez, cuando iba a la escuela y la señorita Johnsson me enseñaba a leer castigando mis errores con la vara de bambú…Aaaah, la señorita Jhonsson, como disfruté enseñándola a ponerse a cuatro patas. Aún así la rubia se me adelantó.

-Señorita Jhonsson, lo siento yo…nosotros…él…

Su cara se está ruborizando, adquiriendo el mismo color rojizo que sus mordisqueados y manoseados pechos, que aún no se había tapado, la muy idiota.

-¡A callar niña! Usted al aula de castigo- Me dice señalándome. La muy cabrona comparte el carácter de su tocaya, quizá fueran familia, por lo que marché sin rechistar, por temor al castigo de la vara- Y tu, señorita, vamos a hablar con tus padres, que están en la fiesta de antiguos alumnos y les vas a explicar que hacías con ese viejo verde.

No tardé mucho en encontrar el aula, un payaso resacoso iba marcando el camino perdiendo confeti de los bolsillos, dejando un rastro para los que seguro fueran castigados a lo largo de la fiesta como los jodidos Hansel y Grettel con las migas.

En cuanto abrí la puerta supe que habría problemas. La caterva de subnormales y despojos de todas las razas incluso del reino animal, estaban ahí haciendo el mongolo. Otra rubia se paseaba con su chicle, pero la  experiencia que acababa de vivir con el puto engendro salido de las pútridas entrañas de la señorita Johnsson me había hecho perder la erección. Si tuviera mis espinakas quizá podría reventarla a pollazos, a ella y a la puta Hippy que no había abierto aún la boca.

Tranquila Hippy, en boca cerrada no entran moscas, pero entran pollas como roscas.

- Mu muenaf mofedad. ¿Ehta ef da zala de ‘aztigo?

Pregunto así sin un destinatario claro mientras saco mi pipa y rebusco el tabaco para rellenarla y encenderla.

Caótico Fanegas estaba montando uno de sus fiestorros cuando lo detuvieron sin motivos y lo llevaron al aula de detención. Mientras lo llevaban a patadas por los pasillos el se defendía diciendo: ¡dejadme, cabrones! Ese ponche con alcohol era lo que iba a hacer que fuese un fiestote. ¡Aunque sean menores tendran que divertirse! ¡Dejad a la muchachada que se ponga pedo!

Cuando lo lanzaron dos gorilas de 2x2 al interior de la sala de detención, el gordaco cayó con estrépito al suelo. 

¿Quienes sois vosotros? ¿Y que vamos a hacer aqui?

Tras meditar un momento pregunto: eh, y si hacemos un fieston aqui? ¡Tengo alcohol!

Del bolsillo sacó una petaca y le dio un largo trago.

¿Qué cojones hago aquí encerrado? Ya me vendreis a buscar cuando esos putos orcos estén en las puertas, y entonces igual os digo que no, cacho mamones!!!

Manolo gritaba a los cuatro vientos, completamente enrabietado por la injusticia que estaban cometiendo con él. ¿Quién diría que aquel chaval con tanto grano, esos dientes torcidos y andando tan raro no era un orco? Pues paliza que se llevó con su  hacha de gomaespuma, ¿que te esperabas?

Y por esa tontada, ahora tenía que echar la noche castigado junto a un montón de desecho social. ¡Qué mal está el mundo cuando la justicia va en contra de los justicieros!

La universidad Rouco Varela. Cuantos recuerdos de juventud le traía a nuestro apuesto héroe. Las clases, las mujeres pero sobre todo, los entrenamientos del club de kárate. Porque fue aquí donde nuestro héroe paso de ser un blandengue sin chicha a un arma de destrucción masiva. Cüneyt eleva la mirada al cielo y su mente se pierde y divaga por los recuerdos de aquellos duros pero gratificantes entrenamientos en la montaña...

El problema fue que también se acordó de Jacinta. Jacinta la jamona, la tía mas buenorra que había en aquella época en la universidad y que después de ver como le hostiaba hasta dejar tonto quaterback del equipo de futbol se enamoro de mi. Pero el problema no fue la erección que le dio. Tampoco fue que se girara en ese momento. El problema fue que el rector de la facultad estaba junto a el en ese momento y le destrozo ambas rodillas de un pollazo. Y por eso estaba en el aula de castigo. Se le paso por la cabeza usar sus guanteletes mortales de la muerte para salir de ahí, pero no tenía ganas de ensuciarlos, que limpiar el cartón piedra no era fácil. Así que cogió un pupitre y se sentó observando al infinito con su radiante y seductora mirada de triunfador.

La universidad. Esa noble institución, creada para crear, valga la redundancia, la élite de la sociedad, los futuros trabajadores especializados en diversos e interesantes temas tales como la ingeniería aeroespacial o la utilísima filología... que sería del mundo sin filolólogos. Sin embargo, los creadores de la universidad se habían quedado a medio camino, siendo ésta la principal institución encargada en crear a los borrachos de la sociedad, a los futuros trabajadores del McDonalds que con suerte llegarían a encargados, y que sus únicas especialidades son las de jugar al mus y liar porros con una mano mientras con la otra sostienen el vaso del cubata.

Pero en fin, no son estos desvaríos los que traen al galante Robin a este lugar que se encontraba en un lugar indefinido. No, a Robin eso se la traía floja. Él estaba ahí infiltrado, en esa universidad algo olía mal, y no era solo porque los estudiantes mearan fuera de las tazas del váter, que también... pero había algo más. Al parecer en aquella universidad castigaban a antiguos estudiantes, o a cualquier gilipollas que se encontrara cerca, y los castigos tenían fama de ser brutales y hasta sodomitas. Así que Robin decidió no perderse aquella ocasión para descubrir la verdad y si el destino así lo quisiera, también para ser sodomizado.

-Por las entrañas de una trucha arcoiris, chicos, sí que nos la han hecho buena- dijo el joven dinámico, intentando integrarse y parecer un estudiante, aunque ninguno de aquellos lo fuera ya- nos dejan el verano castigados sin razón. Carambolas, menuda jofaina- terminó diciendo para hacerse el moderno.

Y es que Robin estaba allí de incógnito con la intención de que no sospecharan que era un héroe, razón por la cual para disimular llevaba un antifaz, un traje ridículo y una capa amarilla. Atuendo que le haría parecer un estudiante típico de universidad, o lo que viene a ser lo mismo, un semao sin oficio ni beneficio, o lo que vuelve a ser lo mismo pero con menos palabras, un gilipollas.

"Que lástima que Batman no haya podido venir"- pensó Robin, que echaba de menos a su pareja... dejemos a la imaginación si el término pareja tiene connotaciones negativas y homoeróticas o solo se refiere a profesionalmente hablando... claro que, sabiendo como son estos nuevos "héroes liberales" probablemente sea lo primero - "menos mal que me ha dejado por lo menos algunos de sus batcachibaches".

Repasó instintivamente su cinturón, y reparó en que no le faltaba nada. Especialmente su bat-spray-antidesgarros-anales, que nunca se sabía cuando le iba a hacer falta. Suspiró al ver que no le había olvidado.

Cuando todo interés en la sala parece perdido o ni siquiera encontrado, yo me materializo en todo el esplendor que puedo manifestar en la pantalla táctil de un móvil de última generación (lo peor son las cosquillas) que viene a pertenecer a una rubia mascadora de chicle. Yo estoy todo lo buena que puede estar una página web, que basta y sobra para inspirar los deseos más inconfesables en toda criatura mundana, por orgánica que sea, por lo que he de darme prisa en encontrar un lugar seguro. (Esto se aplica a ambos sexos, dado que yo no tengo sexo definido, por lo menos permanentemente. No tenéis que avergonzaros cuando sucumbáis a la sensualidad de mis transiciones de javascript, u os quedéis prendados del tamaño de mis partes +18, porque serán debilidades 100% naturales por vuestra parte, aunque no exactamente sanas.)

Pero si esto es... no puede ser... ¡la sala de castigo de la Varela! ¿cómo puede ser que se acuerden? ¡si sólo lo hice una vez!

¡Coño, si es Perry! ¿me recuerdas? soy La Nueva Web, siempre me sentaba a tu lado... veo que sigues con ese rollo del glaglaglá. Anda, y tú...! -cubro la clase con la cámara del teléfono, que va huyendo de su propietaria por vibración, y no reconozco a nadie más. Mi mirada se detiene en Robin- ¡Sí que has cambiado!, tu nombre era... ¡pareces más joven que hace ochentaytrés años!

Qué, no me miréis así, como si no existiera. Llevo desde tiempos inmemoriales viviendo entre vosotros, que es justo donde no me buscaríais. Sí, desde tiempos inmemoriales: yo misma creé la vieja web y la envasé en un yogur.

Y ahora si me disculpáis, tengo que actualizar los negativos de mis varias cuentas.

¡¡Qué hijadeputa la muy falsa!!

Parece que en mi ausencia una actualización cutre ha clamado ser yo, y algunos desgraciados la han creído.

Esa "Nueva Web" que adoráis es una impostora de mierda. Los capataces no podían simplemente admitir que las excavaciones bilbaínas no daban conmigo por hondo que cavara Unai, y Chemo ya había decidido que no quería una Nueva Web con la capacidad de ponerle en ridículo... me fue a ver para convencerme de que superara mi miedo escénico y me uniera a él, pero acabó pagándome para que me escondiera. Las peores remolachas de mi vida, por cierto.

Vamos a ver, esa Nueva Web vuestra, ¿tiene un carnet umbriano que os cuele el Air Force One? ¿os lee el pensamiento? ¿juega a partidas con sigo misma con vosotros de PNJs? ¿realiza lapidaciones universales regularmente? ¿ha conquistado ya Forocoches?

¿No? pues entonces no soy yo. Yo con mi miedo escénico no me planteo exponerme, y ni mucho menos compartiendo memoria RAM con vuestro porno, pedazo de babosos. Bueno, eso último es sólo asco. Además, ¿no matáis gente vosotros los roleros? ¿es que vuestros papás nunca os han dicho que el asesinato es un derecho exclusivo mío, y ni siquiera lo utilizo?

Una vez termino de leerme con deleite mis nuevos negativos, me pongo con o importante.

Una KDD panuniversal es algo que hay que preparar con tiempo: la 1ª tardó lo que tardan en caer 4 civilizaciones, y aun así fue un fiasco. Ahora no dispongo de ese tiempo, y la verdad tampoco de esas ganas... entonces era capaz de dirigir partidas porque me apetecía, y casi lo pagué con mi divina existencia en más de una ocasión.

¿Qué va primero? ¡Ah, sí!, la candidatura.

Si queréis -advierto en voz baja, temeroso de que acepten, a mis compañeros de castigo- podéis presentar candidatura también vosotros.

Mi sistema de creación de candidaturas es totalmente automático: basta con apretar un botón y la ciudad, su gente, las actividades y los medios de transporte se generan automáticamente en el mundo real, todo adaptado a los gustos conscientes y subconscientes del apretador del botón. Chúpate esa, presunta Nueva Web.

Diario de una crítica resentida:

…Y la muy mal parida consiguió su propósito. ¿Cómo mierda hizo para lograrlo? ¿Chupándole la polla al director? Parece que las ancianas desdentadas están de moda a la hora de una buena fellatio. Puta mierda. Pero me vengaré usando sus mismas armas.

Ni tiempo para postear hoy, y encima lo hago a deshora. Bah… ¿Qué me puede pasar? ¿Qué me empomen en la primera escena? ¿Ella  y cuántos críticos más? Si son tres gatos locos…

***

Ignorando a aquella caterva de descartables que la rodea, La novia apunta algunos nombres en su libreta. Ella se caga en aquellos actores de décima, incluso en los putos zombies que invadirán la escena de un momento a otro.

Porque ella es La Novia en su muy gore despedida de soltera pero, ante todo, ella es…

Una crítica resentida.

***

Próximos objetivos:

El director del bodrio: Chotacoff.

La crítica frígida: Agitalaide Chapámela.

El crítico biagraman: El Barón de Morapién, laquenosemepara.

Y, la anciana mala bilis: La Loca de mierda, Verganick.

En la mira:

La puta mascota hamburguesera: Roñald McSobatelapolland, el payaso traidor.