Partida Rol por web

Entonces el cable se cortó... 

El vacío sideral reclamaba su tributo una vez que las entrañas de la nave fueron expuestas a su voraz succión.
Los exploradores de la Medellín notaron, no ya la ingravidez, sino el salvaje latigazo de un tentáculo invisible arrancándolos de la bodega de la Alexis.

Sam había logrado heroicamente empujar aquella aberración de decenas de bocas y centenas de brazos hacia la puerta que medio minuto antes, justo cuando su corazón decidió dejar de trabajar con regularidad, había logrado abrir. Aquel había sido su penúltima victoria, la última fue conseguir expulsar aquello hacia la oscura nada. Una pena que su pinza se quedase prendida en el aquel icono de pesadilla, acelerando su salida al exterior.

Y una tragedia que el cuerpo de Amy saliese tras él, inerte como una muñeca, pero con unos ojos conscientes, tras los que su cerebro electrónico se preguntaba cuanto tiempo podría permanecer así antes de que la negrura también se hiciese hueco dentro de su perfecto cuerpo.

Lemon vivió un momento de ilusión al conseguir enganchar el cierre de fijación de su traje de vacío en un puerto de sujeción, pero al moverse la pala en la que había estado protegido hasta entonces, cortó esa misera esperanza de cuajo, dejando al científico a merced de la misma fuerza que ahora arrullaba a sus compañeros en el mortal exterior de la nave, casi en fila, flotando como las naves que orbitaban en torno al planeta de óxido.

Entre los humanoides flotaba una brillante figura amorfa, de bocas y ojos destellantes como plata líquida contagiada del fulgor de las estrellas. Y otra figura, no menos amorfa, se debatía, tratando de aferrarse a la vida mientras miraba con un odio indescriptible a aquellos que le habían arrebatado del útero de la Alexis, ahora marionetas a la deriva.

Curiosamente tanto Ochoa como Sam lucían unas beatíficas sonrisas en sus rostros, a medida que la escarcha estelar los tornaba de color índigo: uno por haber logrado su objetivo, con su último aliento y el otro por estar convencido de que una entidad superior a la que había dedicado buena parte de su existencia, le esperaba para abrazarlo por toda la eternidad.

El cuerpo de Amy giró en el espacio, mientras se alejaba, peor pudo ver cómo la compuerta de la bodega se cerraba. Un murmullo casi inaudible gorgoteaba en su auricular.

- No sé qué diablos habéis hecho, peor parece que funciona, chico. ¿Todo bien por ahí?- La voz de Ra 225 sonaba todo o emocionada que podía, atendiendo a las limitadas capacidades de su caja de voz. - El motor de salto se está reiniciando, peor parece que todo está bien. PODEMOS LARGARNOS DE AQUÍ... Tras saquera alguna nave más. Al final esto habrá valido la pena, ya veréis.

- ¡RA!- Amy reconoció a voz de Rex convertida en un grito roto. - JODIDO CACHO DE LATA. CIERRA EL PUTO PICO. No... No a vaido la pena... NADA DE ESTO A VALIDO LA PENA. No están aquí ¿Vale? Ni Sam, ni Amy, ni Lemon, ni Ron están aquí. NO ESTÁN AQUÍ. SOLO QUEDAMOS NOSOTROS TRES.

Justo al escuchar aquello, Ra pudo divisar, a lo lejos, los puntos que una vez habían sido sus compañeros perdiéndose en la nada infinita, como globos que ya ningún niño podría reclamar, flotando hacia una eternidad vacía.

- Menuda mierda... ¡MENUDA MIERDA! ¿Y ahora qué coño hacemos?

Si Ra o Claudia respondieron a Rex, Amy ya no fue capaz de oírlo. Una oleada de estática se la llevo hacia un nocturno mar infinito.