Partida Rol por web

En el momento que se dispone a huir, caigo sobre él como un relámpago. Me aferro a su cuerpo, aunque me recuerde una araña que se retuerce y que trata de huir de la llama de un mechero. Le golpeo contra el suelo y pongo mi rodilla contra su garganta.

- Maldito imbécil, ¿de que demonios estás hablando?

La marine incrustó al pelirrojo contra el suelo de la nave, hecho a base de parcheados provenientes de decenas de naves distintas, haciendo crujir la cobertura metalizada de la plancha rellena de estopa sobre la que cayeron.

- Son los señores de la creación, ¿Vale? Nosotros solo somos un triste accidente en sus conjuras, somos moho en la platina de su microscopio y quieren solucionar el mal que nos han hecho, quieren terminar con esa enfermedad que es la vida, pero necesitan que alguien les abra la puerta ¿No te sientes pesada bajo esta carga que nadie te ha preguntado si querías llevar? ¿No te seduce la idea de descansar... PARA SIEMPRE?

Rex hablaba, resollando bajo su peso, tratando de librarse de su presa mientras seguía desvariando, pero ella permanecía fija, impasible, reteniéndolo, otra cosa es que un cierto brillo verdoso comenzase a emanar del espacio entre el cuerpo de Klaus y el suelo, como si él emitiese aquel fulgor.

- ¿Qué dices? ¿Quieres unirte al club de los grandullones?

- Eres un hijo de perra.

Abro mucho los ojos al comprender que este maniaco trama algo. Le aplasto contra el suelo y trato de alejarme de él lo antes posible.
Si explota que se muera él solo.

Una vez que ella se separó de él, liberándolo, el brillo verdoso no cesó y la marine pudo comprobar cómo los ojos de Rex habían perdido todo rastro de iris o pupila, convertidos en dos esferas a juego con el desagradable brillo, mientras el pelirrojo comenzaba a recitar entre dientes una especie de oración en un idioma que Claudia no había escuchado en su vida.

El pelirrojo parece imbuido de alguna energía extraña y aunque pretendo apartarme con la rapidez suficiente, para evitar ser pasto de las llamas místicas, tropiezo con los pies del demente y no logró apartarme a tiempo.

A medida que el pelirrojo repetía aquel enfermo mantra, algo comenzó a vibrar en la atmósfera de la nave, viciándola, dándole un olor aún más putrefacto. Una abertura a alguna otra parte, como una luna en miniatura, parecía abrirse como un sol en miniatura en el centro de la sala. Era como si aquella abertura mostrase una grabación de vídeo en la que se buscaba a alguna persona... O a algo... El frío también cayó en picado en la sala, haciendo que tanto Rex como la marine expulsasen vaho por la boca.

- ¡Maldito cerdo! - grito mientras trato de ponerme en pie y escapar apresuradamente - ¡Ojalá te pudras en el puto infierno!

Busco algún tipo de cobertura mientras me dirijo a alguna nave auxiliar de salvamento, si es que tenemos alguna.

Solo había una cápsula de escapar, pero recurrir a ella significaba jugársela por completo, por no decir que era un suicidio absoluto, ya que puede que dispusiese de algún alimento para sobrevivir unas cuantas semanas, pero la cápsula no disponía de sistema de criosueño y supuestamente seguían estando a 25 años del mundo conocido.

Por un instante soy consciente de que no tengo salvación. La capsula de salvamento se convertirá en una lenta agonía. No puedo morir así. Sin luchar, como si fuese un ratón dentro de una trampa.

- Malnacido... -susurro.

Doy la vuelta y trato de empujar al maldito demente hacia esa irregularidad que se forma ante él. Si tantas ganas tiene de ver a ese dios, no seré yo quien retrase su encuentro.

Tras maniobrar alrededor de la nave, esquivando al maldito Rex meintras buscaba una posible cápsula de salvamento, que allí estaba, peor suponía una muerte seguro, la marine acabó aceptando que tocaba un enfrentamiento directo con aquel vector del caos al que en el pasado podía haber llamado (O al menos considerado un...) amigo, aquel portal parecía tener fuerzas tractoras y fuerzas repeledoras, dependiendo del ángulo desde el que se enfocase, pero si quería terminar con aquello antes de que, lo que fuese que se podía mover al otro lado, irrumpiese en la nave, Claudia no tenía demasiado margen para cálculos, DEBÍA ACTUAR YA!

Al intentar empujar a Rex, se queda enzarzado con él. Si el tiempo se detuviese un segundo, parecería que están bailando una lenta danza previa a la muerte.

Antes de poder reaccionar ante un movimiento inesperado de Rex, que la hizo trastabillar hacia el lado del que las fuerzas que el pelirrojo invocaba parecían succionar, en vez de expulsar, la marine se vio empujada hacia el peculiar torbellino de energías que se arremolinaban en un punto indeterminado, entre a propia nave en la que trataba de sobrevivir y algún otro lugar, oscuro, grumoso y rojizo que desconocía por completo.

Claudia vio el reflejo de unos ojos rasgados, horribles e inhumanos que iban a su encuentro, pero estos pasaron a través de ella, no sin hacerle notar el mayor escalofrío que jamas hubiese sentido, antes de que todo su cuerpo pareciese darse la vuelta, de dentro hacia fuera, aferrando a su consciencia y su sistema nervioso en el proceso.

Todo su ser fue hilado en una única hebra de conocimiento que todavía podría responder por su nombre mientras era absorbida como si de un vulgar espagueti se tratase. A su espalda pudo escuchar a Rex gritando en un estertor terrorífico que con toda seguridad indicaba su muerte a manos de aquella cosa que se había cruzado con ella, lejos, muy lejos, en la Lucifer, de la que provenía. Peor ella ya estaba a años luz de aquella olla a presión ensamblada con mil naves bastardas, escupida, como un ángel caído, al suelo de algún otro lugar, en el que el silencio de su atmósfera parecía ser un aviso del terror que allí se podría desatar.

Cuando recobró su quebrada consciencia, no sabría decir cuánto tiempo después, Pink se encontraba en un planeta rojizo, de aspecto orgánico, más que mineral, repugnante y poco esperanzador, con una luna plateada a la que si creía recordar brillando sobre su cabeza. ¿había caído en aquel planeta que habían visto desde la colonia 75 años atrás? ¿Habían vuelto a arrojarla en el corazón de aquella pesadilla, más cerca ahora de su desgarrador corazón inhumano? La marine tenía el corazón atravesado en plena tráquea, costándole respirar ante tal revelación...