Los tipos reflexionaron durante un pequeño instante y se sonrieron mientras aflojaban en gesto.
—Así que eres de esos polis... —dijo el que parecía llevar la voz cantante—. No tengo ni puta idea de que le picaba a tu colega, pero no nos compraba a nosotros. Tenía negocios con ese otro tipo, el rarito. No se como cojones se llama.
Miro a su compañero y éste también se encogió de hombros.
—¿Y qué pasa con Germaine? ¿Se ha vuelto a pasar de vueltas?
Evaluar sinceridad es una habilidad de investigación, es decir, vale para obtener alguna pista clave o para obtener más información acerca de algo. No es una habilidad activa como las habilidades generales.
Por tenerla tienes ese instinto que te hace saber si una persona te está mintiendo o no, pero no hace falta gastar puntos para ello. Además, si haces un gasto, puedes hacer alguna suposición decente sobre sus motivos (lo cual podría motivar la entrega de una pista o una información más completa y no del todo necesaria para resolver el caso). En este caso no es necesario un gasto, Balmaceda ha tratado más de una vez con este tipo de gente y ha dado en el clavo con su aproximación. Los tipos colaboran y lo polis se mantienen fuera.
Parece que había funcionado... casi siempre funcionaba, pero durante los segundos en los que sueltas la bomba y esperas que sea recogida la tensión es brutal. Me relajo también, mostrando que al parecer hemos llegado a un acuerdo de "caballeros".
De momento sería mejor no decir nada de la mujer y de como había muerto, si era amiga de estos tipos podrían ponerse violentos y eso no le interesaba por ahora; así que decidí obviar su pregunta y seguí por el camino del tipo con el que hacía negocios.
- ¿Donde puedo encontrar a ese tipo?, con un poco de suerte tendrá algo que ver con mis asuntos y pueda quitaros de encima algo de competencia. - Pensé unos momento en como podría abordarlo si lo encontraba y seguí preguntando -¿Que es lo que vende?
Por ahora no creo que pudiera sacarles nada más de información, así que una vez respondidas esas preguntas no perdería más el tiempo y saldría de nuevo con Jalabert.
Perfecto. Gracias por la aclaración.
—Vende mierda en Zothique, el garito ese de los nazis —dijo antes de abrir la puerta invitando a José a salir.
Si te decides a salir fuera puedes describir tu acción marcando a Jalabert en tu turno
- Caballeros - Digo agradeciendo sus palabras y saliendo del baño tal y como me invitan. No tardaron en salir detrás mío los dos tipos que entraron justo después.
Busco donde se encuentra Jalabert, si se ha sentado en la mesa o sigue todavía en la barra, y por supuesto donde está mi copa. Esté donde este me la termino de un trago y directamente hablo con mi compañera.
- Tendremos que ir al otro garito, estuviera en lo que estuviera metido Sax tiene que ver con el Zothique -
Permanezco de pié, esperando que Carley se levantara y pudiéramos salir del bar.
Cuando ya había seleccionado el contacto de mi compañero y estaba a punto de llamar, aparece Balmaceda por la puerta. Le doy a cancelar en la pantalla táctil y levanto la mano para que me vea y acuda a mi lado.
Cuando acaba de hablar, sin levantarme digo - espera - rebusco en mi móvil el mensaje anterior y se lo doy a Balmaceda para que lo lea. - Se llama Zoey Williams, es psicóloga - me interrumpo para hacer una especie de sonrisa triunfal - especialista en análisis de conducta. Está ya viniendo, conoce a Sax - echo una ojeada alrededor - lo mejor es que la esperemos - doy unos golpecitos con la mano en la silla - venga siéntate, acábate el zumo de piña - me río para mi misma como si hubiese dicho algo gracioso.
- Ah, sí, el bar, me olvidaba - encojo los hombros ligeramente - parece que el dueño del bar o al menos el que lo bautizó debe ser fanático de la ciencia ficción, o fantasía, ya sabes - muevo la mano en círculos - el señor de los anillos y todo eso. -
Al poner un pie en la escena, un escalofrío sobrecogedor se extendió por los hombros de Zoey. La chica tenía la firme creencia de que con el tiempo terminaría por acostumbrarse al olor de la muerte, a los charcos de sangre y a los cuerpos laxos y fríos. Sin embargo, aquel momento todavía no había llegado y la mañana en que puso un pie por primera vez en la pensión de la calle Clinton, Zoey se sintió tan impresionada como fascinada por la escultura humana que se presentaba ante sus ojos.
Se obligó a sí misma a mirar con atención, fijándose en lo que se había y en lo que no. La ausencia de las manos significaba algo, de eso estaba segura. ¿Pero eran trofeos o parte de un juego del que aún no sabían las reglas? Era pronto para decirlo.
Tosió, conteniendo una arcada, y avanzó despacio, acercándose con pasos pequeños. Tomó aire lentamente antes de echar un vistazo rápido al lugar, analizando detalles más allá de lo evidente que ya habría sido más que registrado. Buscaba indicios de personalidad, claves para entender a quien había hecho eso. Terminó mirando de nuevo el cadáver, con el rostro ladeado, los ojos bien abiertos y la mano sobre la nariz. Aquello había sido obra de un monstruo, aunque no era eso lo que atraía una y otra vez la mirada de Zoey. Eso ya lo sabía. ¿Pero qué clase de monstruo era?
Motivo: Estabilidad
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 4 (Exito)
¿Puedo tirar Psicología o algo así para averiguar algo del autor a través de la escena?¿Tú me dices la dificultad y entonces decido si me gasto puntos?
Doy un suspiro al escuchar las palabras de Jalabert. Otra nueva compañera, y una de esas que te escudriñan la cabeza... no me gusta, aunque nos vendrá bien sin duda para el caso. Espero que se mantenga en el caso y no le de por psicoanalizarme ni rollos raros de esos.
Si ya habían quedado no hay duda que el bar de los nazis tendría que esperar. Procurando mantener la voz baja, para que solamente me escuche Carley hablo.
- Parece que Sax tenía algún tipo de relación con los tipos del otro bar. Debía de comprar alguna mierda al camello del Zothique, sea como sea no parece que frecuentara este sitio demasiado. En cuanto venga la loquera deberíamos movernos. -
Acaricio el vaso vacío, pensando si pedir otro o no. Finalmente decido dejarlo para más adelante. Si vamos a meternos en aquel tugurio prefiero tener la cabeza lo más despejada posible.
- ¿Que opinas? - Digo rascándome el bigote - No me gusta nada, pero el que Sax comprara lo que sea que vende el camello del otro garito; que no haya signos de pelea en su cuarto; que tenga las notas del diario arrancadas... todo esto huele muy mal. - Niego con la cabeza - No obstante no creo que debamos centrarnos en Sax como el principal sospechoso; al menos no todavía. Ha podido ser una trampa, en caso de que si que haya sido secuestrado, o simplemente se ha metido en algún lío... -
Golpeteo la mesa con los dedos de la mano
- Además esta la loquera, ¿te ha dicho si lo conoce porque lo ha tratado? ¿O son solo amigos?, puede que ella nos aclare alguna cosa más cuando llegue. -
La policía forense estaba metiendo el cadáver de la muchacha cuando Zoey entró. Un rápido vistazo al cadáver antes de que se cerrara la bolsa le permitió deducir la absoluta falta de profesionalidad con la que se habían hecho los cortes. La carne estaba hecha jirones, como si la mano del agresor hubiera temblado o los cortes no fueran del todo certeros.
Un instante después la bolsa se cerró pero Zoey pudo ver fijamente la cara de la víctima. Era de autentico terror, casi podría decirse que ella había visto como le hacían la mayoría de los cortes.
Una vez retirado el cadáver solo quedaba la cama llena de sangre. Zoey echó un vistazo alrededor y, sobre la mesilla, pudo ver el instrumental que había utilizado el asesino. Unas pinzas, un cuchillo... todo manchado de sangre seca.
Zoey recordó sus tiempos con Sax. Él era un agente muy metódico e increíblemente resolutivo. Todos los escenarios, por extraños que pudieran parecer, tenían algo que le daba una pista o que le hacía encajar las piezas.
¿Qué significaba aquella escena? ¿Querría decir algo aquella forma de preparar a la víctima? ¿Por qué estaba todavía el instrumental sobre la mesilla? Todo aquello era muy extraño y a Zoey no acababa de encajarle. Quizá los agentes Jalabert y Balmaceda habían visto alguna clave más en la escena, esa pieza que le faltaba para terminar de armar el puzle.
Psicología es una habilidad de investigación, es decir, nunca se tira por ella (solo tiramos por las habilidades generales). Con las habilidades de investigación solo debemos usarlas, es decir, si en algún caso es necesario tener psicología para obtener alguna pista clave, yo te daré la pista simplemente porque tienes la habilidad. En otros casos, saber de un tema puede matizar una pista, obtener información adicional y simplemente obtener una pista que no es clave para la resolución del caso pero os ayudará a ello. En estos casos deberéis gastar algún punto de alguna habilidad de investigación para obtener esa "pista". Para usar las habilidades de este modo me vale con que me digáis "uso tal habilidad". Eso significa que estáis dispuestos a gastar un punto de esa habilidad si eso os diera información adicional. Yo os contestaré diciendo "quita un punto de ..."
En este caso, tu me dices que quieres usar tu habilidad de psicología y eso te podría dar una pista en el caso de que en esta escena la haya. No tienes que gastar ningún punto... eso puede significar que la información que te doy es una pista clave o que es simplemente tan evidente que no necesita ninguna habilidad para obtenerse ;)
El rostro de la joven drogadicta se había grabado en la mente de Zoey que supo en ese momento con una certeza ineludible que iba a tener pesadillas con ese caso. Sintió algo de fastidio por no haber llegado antes de que empezasen a recoger la escena, consciente de que se podría haber perdido alguna clave importante, y maldijo en silencio el despiste que la había hecho salir sin teléfono.
Pensó en Sax y en cómo afrontaba él el análisis de las escenas mientras echaba un último vistazo con mirada inquisitiva. Todavía le costaba asimilar que hubiese desaparecido pero no creía que pudiera sacar más de allí. Así que se puso en marcha con la sensación de que algo no encajaba cosquilleando insidiosa en su nuca y mezclándose con la curiosidad por conocer a sus nuevos compañeros.
Salió de la habitación y empezó a bajar las escaleras con intención de dirigirse hacia el bar. Iba pensativa, no le cuadraba el instrumental en la escena, demasiado a la vista, un descuido demasiado obvio. Casi parecía un regalo del asesino, pero alguien que se toma el tiempo de hacer un trabajo como ese no suele cometer ese tipo de errores. ¿O le daba igual que lo encontrasen? ¿Cuál era la pieza que se le estaba escapando?
Entendido :3. No he narrado cómo entro al bar por si pasa algo por el camino, pero si quieres que amplíe con ello, avísame y le doy ^^.
Escucho atenta a la explicación sobre las relaciones de Sax, frunciendo el ceño, resoplando y por último tamborileando con los dedos sobre la mesa.
- ¿Qué opino? Opino que mejor no decirle loquera - me interrumpo un instante, - no nos gusta esa acepción a los psicólogos, el trabajo psicológico es muy amplio y existen muchos campos de especialidad, no solo personas con enfermedades mentales - doy un sorbo al refresco y sonrío guiñándole un ojo - ¡ay! olvídalo - le pongo el puño en el hombro con un ligero y cariñoso empujón - ahora bien, ¿los psiquiatras? Esos sí - sacudo la cabeza - perdona, supongo que no te referirás a eso - abro la mano levantándola ligeramente hacia atrás - hace años trabajé de psicóloga, pero sobre el caso... parece ser que ha trabajado con él, debe ser una especie de consultora externa. -
Echo un vistazo a los hombres que han salido con mi compañero y después miro a Balmaceda para con gesto resignado responder - Sax está metido en todo esto de alguna manera, se inmiscuyó en algo en el mejor de los casos y en el peor... - niego con la cabeza - no veo un cartel o una banda haciendo asesinatos de este tipo, uno puede, muchos no. -
Cierro la carpeta de Sax - no he podido mirar mucho ahora, necesitamos tiempo. Hay que ir a Zothique y luego a entrevistar a los asesinos confesos. Lo primero corre más prisa, los otros... nos esperarán. - Miro la hora en el móvil - estará al llegar. -
Jalabert estaba guardando su teléfono cuando la puerta de aquella tasca volvió a rechinar. El tocadiscos seguía emitiendo una nueva canción que animaba esta vez a las chicas que se contoneaba frente a aquella diana vigiladas por esos moteros que parecían sus guardaespaldas más que sus novios.
En una mesa junto a una esquina se encontraba la agente Carley Jalabert y junto a ella un hombre ya pasados los cuarenta con un vistoso mostacho; probablemente el agente Balmaceda.
En la puerta, todavía ubicando a los parroquianos, la joven Zoey Williams trataba de localizar algo.
Todos juntos (por fin). Poneos al día si queréis... la escena es vuestra ;)
Levanto la cabeza en dirección a la puerta y el retrato que me han enviado confirma que es ella. Parecía buscar algo, supongo que nosotros así que me dirijo a Balmaceda – es ella -, me incorporo, levanto el brazo derecho y me acerco a su posición. Prefiero acercarme y evitar que alguien lo haga antes, así marco terreno.
Con una sonrisa saludo a unos metros – hola – una vez estoy a su alcance extiendo su mano para estrechársela – supongo que usted es Zoey Williams, soy la agente Carley Jalabert – después señalo hacia donde está Balmaceda, - el que se acerca es el agente José Balmaceda -.
- ¿Puedo tutearla? – señalo nuestra mesa – acerquémonos – observo su atuendo, informal, - bonito colgante – con ligero gesto de resignación le comento - a nosotros no se nos permite llevar pero déjame que te diga que tienes buen gusto -.
Tras sentarnos - ¡uy¡ perdona, ¿Quieres tomar algo? Pongámonos al día antes de salir de aquí –
No quiero hacer yo toda la conversación xD
En cuanto la chica levantó el brazo, Zoey dejó de analizar el local para empezar a caminar hacia ella. La sonrisa que le dedicó era contagiosa y sus labios se curvaron en respuesta con naturalidad. Estrechó su mano y asintió con la cabeza.
—Soy yo —confirmó—. Es un placer, agente Jalabert. Agente Balmaceda —extendió su saludo hasta él, ofreciéndole la mano.
Le gustó la petición de tutearla y se sintió cómoda y algo aliviada con la familiaridad que eso le daría en el trato con la que iba a ser su compañera. La siguió hacia la mesa que señalaba y su sonrisa se amplió con la mención a su colgante. Lo rozó con los dedos mientras caminaba.
—Gracias, la verdad es que tengo suerte de no tener que vestir con tanta formalidad como vosotros.
Le gustaba la vitalidad que desprendía Carley. Había oído hablar de ella en otros casos, aquí o allá, y ciertamente la chica parecía tal y como se la habían descrito. Al llegar a la mesa Zoey hizo un gesto al camarero.
—Una tónica, por favor.
Tras sentarse asintió a las palabras de Carley, alternando su mirada entre ella y el hombre del bigote.
—Sí, por favor. He subido a ver la escena y he llegado justo a tiempo antes de que retirasen el cuerpo, pero del caso apenas sé lo que ha salido en la prensa. ¿Qué debo saber?
Habían pasado más de una hora charlando en aquel bar de mala muerte. Durante aquel tiempo habían podido poner al día a Zoey y habían podido conocerse mejor.
Las cosas todavía eran confusas. Por un lado tenían el decimosexto cuerpo asesinado con el mismo patrón. Zoey ya había tenido la oportunidad de ver ese macabro dibujo y Balmaceda insistió en la poca profesionalidad con la que se había hecho. De los dieciséis asesinatos trece habían sido confesados por sus autores: Clive Ellis, un muchacho de veinte años que trabajaba como dependiente de una vieja librería; Stephen Simmons, un crio de quince años y Arthur Cline, un vagabundo de treinta y ocho años. Faltaban los autores de los tres últimos asesinatos.
Sobre la mesa reposaba aquella hoja de la libreta con las letras AKLO escritas a mano. No había nada claro sobre ese hilo. Unas rápidas búsquedas apuntaban a un extraño lenguaje inventado citado principalmente en las obras de Los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft o a un rapero japones.
Por último estaba Zothique, una bar de nazis situado en el estómago de la vieja iglesia. El olfato de los dos agentes al cargo apuntaba hacia allí. Quizá no había ninguna pista clara, pero muchas veces los agentes trabajaban a base de instintos y el instinto apuntaba hacia allí en ese momento.
Dejo esta escena abierta por si queréis añadir algo que me haya dejado o que tengáis en vuestras notas pendiente.
En paralelo seguimos en la escena: 2. Zothique
La charla sobre el caso había quedado más o menos resuelta, habíamos hablado sobre los dieciséis crímenes, los asesinos confesos pero aún quedaban varias preguntas.
Con una sonrisa cómplice hablé sobre parte de mi vida – no sé si lo sabes, pero yo también soy licenciada en psicología, no ejerzo actualmente como puedes imaginar pero he tenido ocasión de tratar con otros perfiles psicoclínicos de asesinos, estudiando qué delimita al asesino de un ciudadano normal. Este caso es muy extraño, un crimen ritual que es repetido una y otra vez por asesinos sin aparente conexión entre sí – miro a Balmaceda – tenemos que mirar a fondo eso, ver si en verdad hay alguna relación – y volví a mirar a Zoey - si no existieran asesinos confesos podríamos estar detrás de un asesino en serie pero no es así. ¿Qué opinas? – y añadí - ¿Una secta de nazis del Zhotique? un buen título para película de serie B - bromeé.
Cuando acabó su respuesta saqué otra pregunta que tenía en el tintero - nos han dicho que habías trabajado con anterioridad con el agente Sax – le comenté, - ¿Cómo lo definirías? Su desaparición es… - miré al agente Balmaceda – muy extraña.
Durante aquella hora, Zoey había ido tomando notas en su libreta sobre los detalles que los dos agentes le contaban. Sin embargo, cuando terminaron de hablar tenía la sensación de que en lugar de resolver los interrogantes, estos se habían multiplicado. Demasiadas dudas y demasiadas posibilidades.
Asintió con la cabeza, todavía algo pensativa, cuando Carley habló de sí misma, pero enseguida se le contagió la sonrisa de la otra chica.
—Sí, me habían hablado de ti. La verdad es que tenía ganas de conocerte.
Después sus ojos se desviaron hacia Balmaceda, siguiendo la mirada de Carley, y asintió de nuevo, esta vez con más firmeza.
—Tiene que haber un nexo entre ellos, algo que los una. ¿Tal vez unos son imitadores del primero? ¿Podrían ser cabezas de turco, convencidos o sobornados para confesar los crímenes de una sola persona? ¿O de alguna forma es gente que se ha puesto de acuerdo entre sí? O es como dices... una secta, o un grupo organizado. —Se quedó callada un instante—. ¿Por qué los nazis del Zothique? ¿Cómo habéis llegado a esa idea? —preguntó al darse cuenta de que ese cabo se le había quedado suelto.
Después su sonrisa se crispó un poco al pensar en Sax. Todavía le costaba creer que hubiese desaparecido. Él siempre parecía tenerlo todo bajo control y ahora... ¿Dónde coño estaba?
—Estuve con él en alguno de mis primeros casos. Es un tipo muy metódico, meticuloso, ¿sabéis? Pero sobre todo resolutivo. Es capaz de encontrar una pista o la pieza que le falta en cualquier escena, incluso en las más extrañas. Lo analiza todo y ¡zas!, de repente se le iluminan los ojos y ya sabes que ha encontrado algo. Aprendí muchísimo con él. —Se notaba cierta admiración en la voz de Zoey al hablar de él, y, entonces, la chica frunció un poco el ceño—. ¿Sabéis algo sobre su desaparición? Supongo que alguien ha ido a su casa... ¿Han encontrado algo raro allí?
No me sorprendió que hubiera oído hablar de mi, es normal teniendo en cuenta que tengo la misma formación y he acudido alguna vez a seminarios que se imparten a profesionales.
Cuando se dirigió a Balmaceda, atendí a sus teorías, de momento estaba como nosotros, bastante perdida y con falta de información, a su segunda cuestión moví con la cabeza negando mirándola – no, no, no sabemos nada de que hayan sido ellos. La pista está un poco verde aún y simplemente hice un comentario sobre un grupo de nazis – repasé un momento mis notas y encojí los hombros - es un sitio de donde tirar, tenemos un rastro que ha obtenido Balmaceda de un grupo que trapichea allí, o algo así. –
Había leído el expediente de Sax y parecía un agente muy cualificado, formal y serio. No perdí ningún detalle. – Por lo que nos han dicho parece que simplemente desapareció, solo hemos encontrado la libreta con las palabras "AKLO" y los expedientes del caso. Nada más – a continuación seguí – en la habitación contigua a la suya, donde estaba la víctima había una bolsa con algo que podría ser droga, de ahí que pensemos que la hayan podido conseguir en Zothique.-
Balmaceda asintió mientras apuraba su bebida.
—Según esos tipos —dijo dirigiendo una discreta mirada a los tipos que acampaban junto a la diana—, Sax tenía ciertos negocios con un tipo "rarito" en el Zothique. El camello, supongo.
PNJ
El reloj de Jalabert marcaba las 21:30. La noche ya era completa y el bar donde se encontraban cada vez se llenaba más de gente y de ruido. Ya no era cómodo para seguir hablando de aquellos temas y los agentes decidieron ponerse en marcha hacia aquel extraño local: Zothique.
Tenían varios hilos de los que tirar pero el tiempo avanzaba inmisericorde.
Cerramos ya esta escena. Si necesitáis aclarar algo podéis hacerlo sobre la marcha en la otra escena ;)