Partida Rol por web

Neonomicon

9. Epílogo

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06/06/2019, 11:59
Jay Perlman

Aquella noche nadie pudo dormir. El viaje de vuelta a Red Hook se hizo tremendamente largo para los tres agentes y la especialista. La lluvia, fuera de la cúpula, mojaba el parabrisas del coche de Balmaceda que conducía en silencio.

A la mañana siguiente Jay Perlman se reunió con el grupo.

—Menuda puta mierda lo de Sax. Era un buen agente... y un amigo —dijo con frustación—. Lo han ingresado en psiquiatría para valorar su estado, al igual que a todos esos lunáticos. No se muy bien como entender todo esto... ni siquiera se si lo quiero entender.

El rostro de Perlman se enrudeció y se levantó del asiento para caminar por la habitación. Se dirigió a uno de esos enormes bidones de agua y rellenó un vaso de plástico.

—Haced el informe y tomaos unos días de vacaciones. Despejad la cabeza. Y tú niña —dijo dirigiéndose a Zoey—, buen trabajo y... bueno, siento haberte metido en este lío. No es lo tuyo.

 

Desde aquel día probablemente los chicos de Perlman probablemente no pudieran olvidar lo sucedido. ¿Qué era aquella criatura? ¿Qué ocurrió con Carcosa?

Fuera lo que fuera seguro que trataron de olvidarlo... pero no fue fácil y, probablemente, alguno no lo consiguió.

Notas de juego

Me gustaría que cada uno escribiera un mensaje contándonos que ha pasado con su personaje después de este caso. ¿Dónde está? ¿Qué ha hecho? ¿Ha tenido algunas consecuencias en él? Vamos, lo que queráis. Podéis contadnos lo que ocurre inmediatamente después, pasados unos días, meses... ¡años! Lo que queráis.

Tras ello yo pondré un último mensaje y cerraremos la partida.

De verdad, muchas, muchas, muchas gracias por jugar esta partida :)

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06/06/2019, 14:08
Zoey Williams

Zoey cerró la puerta del sanatorio Haven a su espalda y suspiró, mirando hacia el cielo encapotado. Habían pasado tres años desde que había dejado de colaborar con el FBI, pero en días como aquel en que el olor a humedad flotaba en el aire, su mente siempre la llevaba irremediablemente a Salem. 

Durante los primeros había tratado de distanciarse, de evadir su mente. Se había esforzado por olvidar lo que había visto durante esos días. Incluso había ido a terapia. Pero las pesadillas no habían cesado. Esa voz se colaba en sus sueños, seductora, húmeda, noche tras noche, tratando de tentarla, de atraerla. Había terminado medicándose para poder dormir.

Y al final había cedido. Había vuelto al sanatorio. Había hecho lo necesario para conseguir trabajo allí y tres veces por semana se entrevistaba con Sax. Le había hecho una promesa y estaba decidida a cumplirla. Al principio se frustraba al verlo recitar esa letanía que le daba escalofríos, incluso se enfadaba en ocasiones con él por haber sucumbido. Le suplicaba que luchase, pero las sesiones terminaban siempre igual y sólo la promesa de aquel día la mantenía firme. 

Por las noches leía y releía los relatos de Clive Ellis, escuchaba la música de Stephen Simmons, buscaba en internet y trataba de entender. La aterraban los recuerdos, unas profundas ojeras subrayaban sus ojos y las migrañas habían empeorado. Pero, al mismo tiempo, sentía una atracción persistente, la necesidad de saber y comprender. 

Su vida social se estaba yendo al garete desde hacía meses y sabía que su cordura pendía cada vez de un hilo más fino. Pero esa adicción que la había mantenido enganchada a los casos del FBI ahora la sentía por los misterios que apenas había atisbado. Una vez sabía con certeza que había más de lo que siempre había creído, de lo que siempre había visto, quería saber más. 

Rodeó con sus dedos el colgante de su abuela y empezó a caminar hacia su coche. En los últimos tiempos necesitaba de gestos como aquel para aferrarse a la realidad, para anclarse y no perderse a sí misma. Para ignorar las sombras que sentía acechándola por el rabillo del ojo.

Se repitió mentalmente que iba a dejarlo. Que esa noche iba a poner la tele y dejar la mente en blanco. Tal vez salir a cenar fuera de casa. Pero sabía que se estaba mintiendo a sí misma. En cuanto llegase a casa se le irían los ojos y las manos y volvería a leer esos relatos una vez más, buscando lo que se le escapaba. Y en cuanto apoyase la cabeza en la almohada y cerrase los párpados, volverían las pesadillas. Volvería la voz. 

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06/06/2019, 23:22
Carley Jalabert

El fin de la investigación supuso un alivio para Carley, todo aquello había sido demasiado extraño. Nada más acabar la investigación le costó un esfuerzo ingente redactar el informe, se reunió junto a Balmaceda y Dominiq para esclarecer algo, simplemente tratar de describir al ¿animal? ¿criatura? les había llevado horas, había buscado las palabras para que aquello pareciera normal y así tratar de refrenar el run run que tenía por su cabeza.

Su mente se dirigió a otros casos y pareció olvidar los sucesos. A los meses coincidió con Zoey en la entrada de una librería, el aspecto de la psicóloga la sobrecogió, y tras hablar con ella, por un instante se vio asomada a un abismo del que creía haber salido. Cuando se cumplía aproximadamente nueve meses desde el cierre del caso, llegó el informe sobre la criatura que tiró por tierra todas las tiritas que Carley había puesto en su cerebro. En el documento se hablaba de estructuras imposibles dentro del cuerpo, algo extraño sobre geometrías no euclidianas que no supo que significaba y además, parece ser, durante la autopsia los dos médicos varones que la estaban realizando acabaron matándose el uno al otro tras tener relaciones sexuales, sin embargo, no pudo acabar de leerlo puesto que mientras estaba pasando páginas en el archivo pdf de la intranet del FBI, la pantalla se le apagó y al volver a encenderla no existía el documento. De nada valieron sus quejas a Pearlman, pues aquel asunto había pasado a otro departamento.

Carley, en la soledad de su casa, volvió a releer aquellos relatos que le hicieron tener aquellos pensamientos tan extraños e incluso una noche pareció escuchar la voz de Carcosa por la calle, salió huyendo despavorida y en un ataque de ansiedad tiró todos los cuadros que tenía en casa por la ventana, por temor a que Carcosa apareciera por uno. Al día siguiente, por la mañana, se despertó completamente húmeda como si hubiera tenido alguna clase de relación sexual y había un extraño olor que reconoció instantáneamente como el de la casa de Carcosa. Tras ducharse unas cinco veces seguidas pensó que iba a perder la cordura. Se personó en el despacho de Pearlman y presentó una solicitud de excedencia. Se despidió de sus compañeros y abandonó su apartamento casi sin vaciarlo, había cogido temor a la ciudad. Necesitaba alejarse y volver a casa, la de sus padres.

Al llegar a su hogar pidió ser ingresada en una institución donde pudiera recibir terapia y tranquilidad. Cuando se cumplía un año desde el fin del caso, salió de la institución y redactó una carta dirigida al FBI donde renunciaba a su puesto, y retomó sus estudios de odontología para la algarabía familiar. De repente la normalidad y el aburrimiento parecían tener un gran atractivo, tras acabar pasó a ocupar el puesto de su padre en la clínica dental.

Para seguir adelante había tenido que dejar todo atrás, ahora, cinco años después era una mujer distinta que había superado el caso. Una madre de familia que había renacido, la agente del FBI era ya cosa del pasado, hace siglos, otra vida.

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07/06/2019, 00:03
Dominiq Johnson

Dominiq parecía el menos afectado por aquel caso; es cierto que su participación había sido corta, y todo se precipitó demasiado rápido. Su informe fue detallado, conciso y todo lo formal que pudo. Describió con todo detalle todo lo ocurrido, de forma milimétrica, sin obviar ningún detalle.

No se preocupó por cosas como la misteriosa criatura, él tenía un objetivo. Llegaría lo más alto que pudiera dentro del FBI y acabaría con toda la corrupción que pudiera en el camino. No se quitaba a su amigo Tom de la cabeza. Nunca lo haría.

Ayudado por el padre de Tom, fue escalando posiciones; y en poco más de un par de años ya le saludaban al pasar más de la mitad de los agentes con los que se cruzaba.

Fue un día cualquiera cuando llegó a sus manos el informe del primer caso que tuvo. Aquel incidente con el agente Sax. Al parecer todo lo raro que había alrededor del mismo no era nada comparado con otros casos, y alguien estaba buscando quien dirigiera un equipo para encargarse de ellos. El nombre de Dominiq apareció casi el primero de la lista, puede que por su buen hacer... puede que simplemente quisieran apartarlo y alejarlo para que no metiera las narices en asuntos que no era de su interés.

Aquel informe dejó a Dominiq tocado. Estructuras imposibles dentro del cuerpo de la criatura que mataron, algo extraño sobre geometrías no euclidianas; y para colmo durante la autopsia los dos médicos varones que la estaban realizando acabaron matándose el uno al otro tras tener relaciones sexuales. La criatura desapareció de la mesa, y en su lugar solo había cenizas y parte de la sangre de los médicos formando una extraña frase... Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn

En una de las investigaciones, Dominiq perdió a dos miembros del equipo que formó para estudiar esos casos en circunstancias confidenciales., Ahora busca a quien pueda sustituirlos, y a su mente no paran de llegar los nombres de los tres compañeros con los que todo comenzó. 


Son las diez de la noche, su gabardina cubre completamente su traje. Las solapas ocultan una fuerte y extraña quemadura en su rostro provocada por solo los dioses y él saben qué. Da el último bocado a su barra de kitkat y saca su teléfono. En efecto, esa es la casa de Jalabert, la primera de su lista. Su vida ha cambiado, cualquiera estaría feliz aferrándose a ella, pero Dominiq sabe que una vez has abierto un ojo y visto la verdad, aunque solo sea el reflejo de una débil luz, nunca puedes sacártelo de la cabeza...

Noc noc Carley...

Notas de juego

Yo por mi seguimos en otra partida xD, ahí dejo una posible semilla :)

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10/06/2019, 17:19
José Balmaceda

Balmaceda parecía ser de los que mejor habían encajado los golpes. Es cierto que había cosas que no había presenciado directamente (la desaparición de Carcosa en el cuadro se la contaron) y cosas que había conseguido racionalizar (al fin y al cabo, la criatura podía ser extraña, pero había sangrado y muerto como cualquier otra criatura de este mundo). Es cierto que Sax era poco más que un compañero para él, casi un desconocido y su estado le daba lástima, pero no le afectaba directamente.

Y es cierto que se tomó casi un mes de permiso, y que desapareció de la ciudad.

El caso es que al volver parecía estar del todo recuperado. Parecía. Nunca uno se recupera del todo. Y cuando se cruzaba con Dominiq por los pasillos casi evitaba saludarlo, por si sacaba algún tema incómodo. Pero por lo demás, simplemente José ahora era un poco más cínico, al menos en opinión de sus compañeros...

Cuando llegó el informe del laboratorio ni siquiera lo abrió. No esperaba que nada explicara lo que falló. Y aunque lo explicara posiblemente José tampoco entendiera; los términos solían levantarle dolor de cabeza (y cabreo, ¿no podían hablar de un modo comprensible?). Se limitó a copiar toda la documentación disponible en su pulsera, donde guardaba mucha documentación de otros casos, sin decírselo a nadie, sabedor de que aquello podía costarle un expediente o incluso una denuncia. Allí seguía desde entonces, quizá**

Notas de juego

***

Quizá haya aún una copia disponible del informe... O no... El informe de Schrodinger.

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11/06/2019, 16:12
Director

En algún lugar, más allá del espacio y el tiempo

El sonido del agua al romper sobre las rocas inundaba aquel lugar imposible, onírico. En mitad de la playa, bañada con aquellas aguas negras, un gigantesco árbol de carne vibraba al ritmo de inexistente viento. Frente a él, una figura arrodillada parecía conversar con aquel árbol

—El culto de Zalem ha zucumbido, maeztro —dijo aquella figura—. Era un mal necezario. El agente del FBI ezta zembrado y era la última zemilla, como ordenó.

El árbol volvió a vibrar, como emitiendo una respuesta incongnoscible.

—Azi ze hará —asintió la figura—. Dezpuéz de trez lunaz los trez planetaz eztarán alineados y podremos traerle a la tierra. Muy pronto. Iä, iä Nyarlathotep.

La figura se levantó y caminó hacia las aguas negras. El abrigo rojo se deslizó por sus brazos cayendo al suelo, abandonado en mitad de la playa. Al poco, un pañuelo amarillo formó parte de la triste decoración de la playa.

El cuerpo desnudo de Johnny Carcosa comenzó a caminar sobre el agua oscura de aquella extraña playa. Tras unos pocos pasos y como si de un reptil se tratara, la piel de Johnny Carcosa se desprendió de su cuerpo revelando otro rostro conocido, para luego desaparecer en el horizonte.

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Diez años después

El agente Jay Perlman tamborileaba los dedos sobre la mesa. Sobre el monitor de su ordenador estaba el informe de caso de Sax. Johnson y Balmaceda estaban informados. La especialista Williams también, aunque se mostraba reticente a aceptar. Pero Jalabert estaba siendo más difícil. Habían perdido su pista y estaba siendo difícil de encontrar.

Pero era necesaria. Perlman la necesitaba. Ellos habían tenido el contacto. Solo ellos lo entenderían.

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En algún momento...

La figura de Carcosa atravesando una pintura en la pared se repetía noche tras noche. Era un sueño recurrente que te hacía sudar cada noche y despertarte empapado y con el corazón acelerado. Pero aquella noche fue distinta. La mirada de Carcosa se clavaba en la tuya, esa mirada desquiciada que parecía hablar con solo mover los ojos. De repente Carcosa se quitó el velo que le cubría la cara y su figura se transmutó. Zoey, José, Dominiq, Carley, Jay... varias figuras conocidas se repetían en el rostro cambiante de Carcosa, una y otra vez, atormentando tú delicada mente. El viento susurraba unas palabras constantemente que amenazaban con permear el último estrato de tu inconsciencia: Iá, iä Nyarlathotep!

Afortunadamente el sonido del despertador logró despertarte cuando estabas a punto de sucumbir en aquella espiral de locura. Pero aquello no fue lo único sorprendente de aquel día: Aldo Sax había muerto de un repentino ataque al corazón.

== FIN ==

Notas de juego

Muchas gracias, de corazón, por jugar esta partida.