Emily no sabía como reaccionar a eso. Ese guante no estaba antes allí pero tampoco era posible que hubiese aparecido así como así. Alguien había entrado y se lo había puesto mientras dormía.
-Eso parece claro. Hay alguien que quiere convencernos de que eres un asesino. Está bien, no te preocupes -te dijo, guardando su arma.
Se acercó un poco a mirar de cerca las esposas, pero estaba segura de que no se había soltado, así que era todo muy extraño, porque no había visto tampoco a nadie por allí.
-Mira, ahí fuera hay dos chicos y una mujer que dicen que te conocen. Una tal... Samantha, y Gaspar. Si eres capaz de permanecer tranquilo, dejaré que vengan a hablar contigo, mientras tu abogado y tu padre aparecen. Es lo más que puedo hacer. Después, preguntaré a ver si alguien a visto algo extraño porque ese guante.... maldita sea.
Entonces se acercó y agarró tu guante para sacártelo de la mano, pero para su sorpresa, no podía quitártelo.
-Es... como si estuviese pegado.
La joven policía tardó unos segundos en darse por vencida y te miró más asustada que nunca. Justo entonces, aparecieron detrás de ella, acompañados por el sargento, Samantha, Gaspar y una mujer a quien no habías visto nunca.
Mientras hablabais, el sargento que estaba en recepción se acercó a vosotros.
-Si me acompañan, les acompañaré a la sala de interrogatorios -os dijo, guiándoos a través del interior de la comisaría hasta llegar a la sala en cuestión.
Al asomaros, visteis a Ed que estaba esposado a una mesa, y delante de ella, a la policía de antes, que parecía mirarlo con sorpresa o terror. Al fijaros un poquito más, visteis el guante con cuchillas de Freddy... en una de las manos de Ed. Quizás por eso, la joven policía parecía estar asustada.
-No puede ser!- Dije volviéndome hacia Emma y Gaspar mientras nos conducían por los pasillos de la comisaría.- Acabo de hablar con la madre de Ed. He estado en su casa hace un momento!
Aquello era desconcertante. Y mucho mas cuando la cosa derivo en el asesino... o supuesto asesino.
- Fred Krueger.- Repetí su nombre tras un escalofrío que me recorrió la espalda. No podía ser que aquel sujeto de mis pesadillas tuviera nombre.
En cierto sitio leí que el subconsciente humano era tan poderoso que incluso en los sueños, la gente que aparecía en ellos, era gente que ya habíamos visto antes. Era como si, inconscientemente, se archivaran cosas dentro de nuestra mente que luego, en os sueños, se usara para recrear nuestras fantasias.
Pues menuda puta fantasía la que me cortó a noche, Joder!
Porque aún con esa teoría médica, no me sonaba de nada ese hombre y si encima estaba muerto, no lo habría visto en mi puta vida. Eso hacia de todo esto un cuento mas extraño. Hasta que vi tras al cristalera a Ed. Al principio alivio. Despues... terror de ver las cuchillas de ese hombre en sus manos.
visteis el guante con cuchillas de Freddy... en una de las manos de Ed.
¿EN la mano o PUESTO? Es... distinto XDD
Puesto, puesto. Disculpad la confusión :P
Miré a Emily más calmado cuando guardó su arma. Mis ojos estaban empapados en lágrimas y sentía como mi cuerpo temblaba. - No se quien coño me está haciendo esto... - Susurré a Emily visiblemente nervioso. - ... pero espero que lo encontréis pronto.
Permanecí todo lo inmóvil que pude mientras comprobaba las esposas y trataba de retirarme aquel guante lleno de cuchillas de mi mano, no sin antes avisarme de que Sam, Gaspar y alguien más estaban allí, esperando para verme. - ¿Sam? ¿Estás segura? ¿La has visto? - ¿Por qué me mentía su padre si ella estaba bien?
Pero más preguntas vinieron a mi cabeza. Sobre todo una: ¿Cómo sabían que estaba allí? - Ya se debió correr la voz. Adios a todo... - Pensé realmente jodido por lo que me esperaba. Tenía intención de devolverle el libro a Alex ese mismo día, no sabía si llevándoselo a la tienda de su padre o tratando de quedar con ella a solas, pero ya no me parecían buenas ninguna de aquellas ideas.
Cuanto más tiraba Emily del guante, más sentía que el cuero del mismo se aferraba a mi piel. No me dolía, pero... era extraño. Como si formase parte de mí. Y entonces sus palabras vinieron a mi mente. "júzgame y senténciame pero siempre estaré viviendo en ti". Miré el guante horrorizado.
- Tienes que quitármelo. - Dije asustado de verdad a la agente, pero enseguida quedó claro que no podía hacer nada con él. Sus ojos reflejaron el mismo miedo que tenía yo. Iba a pedirla que trajese unas tijeras y lo cortase, cuando les vi entrar.
Sam estaba tan radiante como siempre, pero me había propuesto olvidarme de ella. Gaspar entró con ella y luego aquella mujer que no conocía de nada. Les miré y miré el guante que llevaba puesto, idéntico al del cabrón de mis sueños, para luego volver a mirarles.
- Sam, deberías hablar con tu padre... dice que llevas un año muerta. - Fue lo primero que solté al verla, mirándola fijamente con mis ojos enrojecizos por todas las lágrimas derramadas durante aquella mañana. Luego miré a la mujer para mirar a Emily.
- Gracias por todo. Quizás necesitemos un serrucho para esto. - Me atreví a bromear tratando de sonreír a la agente. Era la única que se había portado bien conmigo desde la muerte de mi madre. - Sabré comportarme. - La dije refiriéndome a los demás. No me hubiese importado que se quedase, pero me había leído mis derechos y... "podía usarlo todo en contra mía". No podía estar allí.
- ¿Ya se ha corrido la voz? - Pregunté entonces a mis tres visitantes. - ¿Ya soy oficialmente el "asesino de mi propia madre"? - Les pregunté dolorido por aquello. Era la persona más buena y que más amaba en el mundo. ¿Cómo la hubiese hecho yo aquello? - ¿Habéis venido "a ver al monstruo"? Porque si venís a eso, aquí no hay ninguno que ver...
- Ed!- Corrí hasta él, pero me detuve a cierta distancia cuando recordé lo del guante.
Brillaba con intensidad bajo los focos de las lámparas de comisaría. ¿Por qué lo tenía el? Estaba tan desconcertada como la misma explicación que la vieja nos había dado.
-¿Mi padre?- Estaba desconcertada.- He hablado con ella, Ed. Está en tu casa, pero en cambio... me gire hacia el resto tan solo un momento, reculando hasta que mi espalda tocó la misma pared, contraria a Ed, aún fijándome en el guante de su mano.- ... dice que tu estás muerto. Que Delilah está muerta... que todos están muertos, joder! Hasta Dave lo dice!- Me volví a la vieja.- ¿Qué coño está pasando y quien narices es Fredy Krueger?- Miré de nuevo a Ed y le señalé con la mano.- ¿¡ Y tu que haces con ese guante?!
Antes de que Ed pudiese contestar, algo extraño sucedió ante vuestros ojos.
Gaspar pareció adoptar un gesto de asombro, como un grito silencioso, y de repente, todo su cuerpo pareció vibrar y difuminarse, como si se tratase de una imagen que iba desdibujándose. Su cuerpo no varió en forma o tamaño, pero su apariencia fue adquiriendo menos definición hasta que pareció algo así a un borrón y, después de unos segundos, desapareció completamente de vuestra vista.
Como si jamás hubiese estado allí.
Emily se giró entonces hacia Ed, casi indiferente por lo que había ocurrido, y siguió atenta al problema principal.
-Ed, oficialmente, solo queremos saber la verdad. Si hay un asesino allí fuera, lo detendremos, pero tú estabas allí. No podemos soltarte. En cuanto a ese guante, más vale que me digas la verdad porque ese guante no ha aparecido en tu mano por arte de magia.
En cambio, Sam y la otra mujer, parecían todavía afectados por lo que habían visto, sobre todo Samantha. La mujer parecía, más que sorprendida, preocupada.
Me hubiera frotado los ojos al ver como Gaspar desaparecía así de mi vista, pero entre que estaba engrilletado con ambas manos a la mesa y aquel guante, era más seguro para mí quedarme quieto. - ¿Pero que co...? - Fue lo poco que dije al verlo o más bien, al dejar de verlo.
- Emily... - La miré con gesto suplicante cuando me dijo aquellas palabras. No entendía nada. - ¿Acaso no has visto a Gaspar desaparecer? - Pregunté a la agente para luego girarme hacia Sam y la mujer que la acompañaba. - Debo de estar volviéndome loco... - Gruñí para mí entre dientes.
- No te pido que me sueltes. No te lo he pedido. Solo que me quites este maldito guante, que no se de donde ha salido ni como ha aparecido en mi mano. ¿Crees que si fuese el maldito Houdini no hubiese aprovechado para irme en lugar de ponerme algo así? - Miré el guante y sus relucientes cuchillas.
Y entonces recordé las palabras de Sam. - Por favor, Sam, no juegues conmigo... yo mismo vi a mi madre muerta y la sostuve en mis brazos. Ella también la vio. - Dije refiriéndome a Emily y mis ojos comenzaron a empañarse en lágrimas. - Y me acusan de su muerte... - Añadí destrozado por eso.
- Y no se que coño hago con este guante. Me dormí y al despertar, estaba en mi mano. - Sorbí la nariz, mientras que mis lágrimas de dolor se derramaban por mis mejillas recordando a mi madre con aquellos tres cuchillos clavados en la espalda y a mi padre llamándome asesino. - No se de donde salió... y así esposado, - extendí mis brazos hacia arriba, para que viesen que era imposible hacer nada con mis manos, - no podría ni habérmelo puesto, menos aún cogerlo de ningún sitio... snif... yo creo que algún cabrón me lo puso mientras dormía...
Ver como Gaspar desaparecía hizo que me quedara petrificada en mi sitio.
Entre eso y el guante de Ed, no sabía que narices estaba pasando. Pero al parecer a todo el mundo le parecía tan normal, salvo al propio Ed.
- Acabo de hablar con tu madre!- Dije saliendo de mi shock.- He estado en tu habitación Ed. Ella me ha dicho que el muerto eras tu, que todos habían muerto hace un año. Y joder... tu habitación parecía como si no hubiera estado nadie allí durante...ese tiempo- Me eché las manos a la cabeza y me gire hacia la vieja.
- ¿!Que cojones esta pasando aquí!? Por que nos hacen esto? - Miré por encima del hombro a Revok .- Alguien está jugando con nosotros Ed, no te dejes engañar.
Emma sonrió. Ni siquiera pareció inmutarse cuando Gaspar se desvaneció. En lugar de eso, colocó una mano sobre el brazo de Ed y otra sobre el de Sam, cerró los ojos... y al instante, todo cambió.
De repente, ya no estabais en la comisaría. En lugar de eso, os encontrabais en el instituto, de nuevo, y muchos de vuestros compañeros se dirigían por los pasillos hacia sus clases.
-Supongo que era completamente normal aparecer aquí. El instituto es demasiado importante para vosotros y forma el núcleo central de vuestras vidas. Pero ahora, debemos darnos prisa. No podemos detenernos o de lo contrario, nos ocurrirá lo mismo que les ha sucedido a los demás, a Gaspar, Delilah o DeShawn.
Se volvió, ahora sí, preocupada, hacia vosotros.
-¿Qué sabéis de Fred Krueger?
Y en aquella frase estaba todo resumido.