Partida Rol por web

Ojala esto termine pronto Pienso intentando mantenerme al margen por ahora.

Entra Sol acompañada de Irene y al escuchar a Israel, pregunta. ¿A qué le buscan una explicación?

Luego, mientras se acomoda el cabello y lo sujeta con un broche, mira a Sara. ¿Y el capullo..? ¿Qué pasó con él?

Escucha la sirena de la ambulancia. ¡Al fin! Qué mierda, era hora...

Se fue, dice Sara, intentando parecer despreocupada, mientras abre la puerta para indicar a los sanitarios que la urgencia es allí.

Ainara escucha la conversación de sus compañeras sin intervenir, ahora sólo pendiente de que los médicos entren en el instituto lo más rápido posible y ayuden a José Luis.

Al ver que Sara abre la puerta para que entren los médicos, Ainara se acerca por si tiene que echar una mano. 

Sol echa una mirada hacia donde yace José Luis y luego hacia la puerta que abrió Sara. Al fin, qué día de mierda...

Vuelve los ojos hacia el director, lo van a expulsar al Rulo por esto, y tiene suerte si no le echan una denuncia... ¿Alguna sabe dónde vive el Rulo?

Por fin, los sanitarios hacen su aparición. Con cuidado, colocan a Jose Luis en una camilla, levantándole de manera que no pierda la lienalidad de su columna y comienzan a sacarlo de allí. Los acompañáis afuera, donde veis que el microbús ya ha llegado y el conductor está pasmado ante la escena que tiene delante.

-Yo, si queréis me quedo a hablar con la policía. Podéis iros ya en el microbús, les puedo contar lo que vi y supongo que con eso tendrán de sobra.-

Creo que ya no queda nada por hacer Digo mirando a los demas. Yo me voy, fue un dia largo

Digo mientras me dirijo al microbus.

Sol echa una mirada en torno, murmura algo inentendible y se trepa al micro. Saluda con una palmada al chofer, no sé nada, no preguntes, no me jodas, se tira sobre el asiento y extiende sus piernas hacia adelante, prende un cigarrillo y echa una larga bocanada de humo, pero qué día de mierda...

Sonríe al chofer, avisame cuando lleguemos, suspira y cierra los ojos.

Miro a Sol levantando una ceja, ¿vas a ir a su casa?, me aparto de la escena, mirando a Israel. Si no hablas tú con ellos, no sé quién lo va a hacer, yo no he visto nada... No tengo nada que contar. Observo a los sanitarios actuar desde la distancia. Finalmente, subo al microbús. Me siento en el último asiento, y empiezo a liar un cigarrillo. Echo un ojo a las otras desde atrás, sin decir nada.

 Ainara, al igual que el resto de sus compañeras, decide que ya es momento de marcharse a casa. El día había sido agotador, entre tantas cosas que habían pasado.

Mirando a Israel, se despide con un leve movimiento de cabeza, y entra corriendo al autobús, sin mediar palabra sentándose en los últimos asientos, junto a sus compañeras.

Despatarrada sobre el asiento, Sol termina su cigarrillo. Recuerda la pregunta de Sara y se inclina hacia atrás para mirarla, ¿y por qué no?, ¿hablaste con el Rulo?, ¿te dijo qué pasó?, claro que de ir, convendría hacerlo otro día, probablemente no llego a su casa aún. ¿Qué mierda había pasado? No es que le importase el Rulo ni el director pero... La curiosidad siempre podía con ella.

Con una mirada interrogante, espera alguna respuesta de Sara.

Y aún no averigué donde vive, aunque... Echa una mirada hacia el conductor del micro.

Nada, salió corriendo, dice Sara, incorporada sobre el asiento de delante. No creo que haya mucho remedio, todos vieron que lo hizo él, ¿no?, con pereza, echa un vistazo a Ainara y a Vanessa, buscando respuesta.

Mientras Israel y su novia se quedan para hablar con la policía, las demás, tras dar veustros nombres por si se necesitan vuestras declaraciones más adelante, subís al microbús y salís en dirección a Oviedo de nuevo. Parada por parada, el vehículo os va dejando en vuestras respectivas casas y os separáis con el agridulce sentimiento de no saber del todo qué ha ocurrido.