Partida Rol por web

Chipp presiona el gatillo de su lanzabellotas, pero no dejan de sonar clicks. Clicks. Y más clicks. Eso no hace más que enfadar a la ardilla. ¡Y YA ESTÁ MUY ENFADADA! (*)

Observa la tirolina. ¿Para qué servía la tirolina? ¿Qué tenía que hacer con ella? Hmmmm... 

La ardilla recupera momentáneamente la lucidez y se encuentra sola en aquel palco rodeada de trozos de mutantes muertos. Lucius y Jimmy en la pared norte, esperándole. Ruby y Rook en el centro, abriéndose paso hasta Lucius y Jimmy. Sólo queda él.

¡AJÁ! ¡LA TIROLINA!

Chipp salta para alcanzarla. ¡PERO NO LLEGA!

-¡¡¡YAIKS!!!-. Adiós al modo bérserker. El pequeño Chipp, aterrado, no va a poder cruzar hasta sus compañeros. Escucha gruñidos a sus pies y contempla con horror como una docena de mutantes sedientos de sangre trepan con agilidad hasta él. 

-¡¡¡DOBLE YAIKS!!!-. Pobre Chipp. Era tan joven. Era tan pequeño. Tenía una familia tan numerosa... Eh... Bueno, podría tenerla. Algún día, quizás.

Entonces la ardilla recuerda un pequeño detalle... No va vestida de aviador por una cuestión cómica. ¡ES UN MALDITO PARACAIDISTA NATO! 

Chipp enciende su último cartucho de dinamita y lo deposita en el centro del palco. Acto seguido se ajusta su gorrito y sus gafas de aviador con gesto muy digno. Los Strigs ya han alcanzado su posición y empiezan a rodearle. La ardilla sonríe con gesto confiado.

-¿Y si hacemos esto según las reglas de Bangkok?-, Chipp mueve sus cejas arriba y abajo con rapidez. -¿No? ¡¡PUES ENTONCES JALAOS ÉSTA POR MI COLEGA ROASTY!!-.

Los mutantes se abalanzan contra Chipp, pero el pequeño Mayhem logra esquivar a uno de sus atacantes por debajo de las piernas y esprintar hasta el extremo del palco y extender sus membranas de ardilla voladora, planeando a gran velocidad hasta sus compañeros mientras una explosión destroza a los Strigs.

-¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!-, grita a pleno pulmón la ardilla, permitiéndose pensar que, desde algún recóndito lugar, Roasty sonríe por el caos que le están dedicando en su honor.

El despliegue pirotécnico del roedor desatado con su lanza bellotas explosivas y completamente enajenado por la reciente pérdida de su emplumado camarada sumado a la espectacular huida en tirolina con Lucius hace que se me dispare la adrenalina, si tuviese dos miniguns y un par de ataúdes llenos de munición a juego, tened por seguro que estaría vaciándolos sobre todos aquellos molestos mutantes que tanto nos habían costado.
 

Al ver a Ruby y Rook viniendo a nuestro encuentro, me pregunto cómo podremos salir de allí, estos masillas no parecen parar de multiplicarse, cuando de golpe soy consciente del fallo que habíamos cometido con Chipp. Aquella maravilla armada estaba demasiado pasada de rosca como para comprender el mecanismo de la tirolina, era canija y no llegaba suficiente riego a su cerebro como para recordar su capacidad de maniobra natural. Menos mal que la falta de munición y aquel tête-à-tête con el tema de las alturas le devolvió algo de raciocinio...

La teniente, giró sobre sí misma y con un certero golpe de su cuchillo de energía separó la cabeza del cuerpo del último de los mutantes, al tiempo que lanzaba un grito a todo pulmón.

“¡¡¡¡¡¡GRAAAAAAAAAAAAAARRHHGGG!!!!!!”*

De pie sobe un cúmulo de cadáveres destrozados, empapada en sangre mutante de pies a cabeza, con los dientes apretados y la mirada desorbitada contempló con satisfacción la carnicería que habían provocado entre aquellos monstruos y lanzó un escupitajo al suelo. Un digno sacrificio a la memoria de Roasty. Miró por sobre el hombro y vio como Lucius se disponía a llevarse al Armero a través de un agujero que habían practicado en uno de los muros. Todavía estaba sedienta de sangre y sintió la tentación de continuar con la masacre hasta tener la oportunidad de arrancarle el segundo corazón al jefe de aquellos engendros, pero era una profesional y sabía que la misión estaba primero.

Le dio una palmada en el hombro a Rook, artífice de buena parte de aquella carnicería.

“Vámonos Rook, ya volveré yo a por ese Alfa y veremos a quien le queda el cu/0 roto.”

Saltando entre cuerpos desmembrados, se dirigió hacia la tirolina que había armado Lucius. Cuando estaba cerca, se percató de que Chipp no estaba con ellos. Se dio la vuelta y al ver al soldado rodeado de mutantes, a punto estuvo de lanzarse nuevamente al ruedo en su rescate, cuando vio que se les aproximaba planeando. Se permitió una de sus raras sonrisas y movió el brazo, para indicar a grupo que avanzasen.

 “¡Bien hecho, muchachos! Vamos, salgamos de este foso de mier#@.”

La cosa se había torcido, Rook esperaba intimidar a la multitud con aquel despliegue, pero en su lugar había desatado un caos aún mayor.

Era claro que llevarse a Roasty iba a ser imposible.

El rinoceronte tomó unas plumas ensangrentadas del suelo y las guardó en un bolsillo de su chaqueta, el que solía utilizar para guardar barritas Krunchy-Munchy.

Tras haber conseguido aquel pequeño memento, con una voz sacudida todavía por la ira Rook pudo atinar a decir.
—¡QUÉDESE DETRÁS DE MI, TENIENTE!
Y entonces, cargó.
 

Con un salto, Rook dio rienda suelta a su instinto animal, y comenzó a correr a cuatro patas, como lo había hecho antes de tener pulgares oponibles.
En su carrera, atropellaba a cuanto mutante se le pusiese en medio, lanzandolos en el aire a diestra y siniestra, o arrollándolos y sintiendo el vicoso y desagradablemente tibio líquido que llamaban sangre filtrarse entre sus dedos, que escapaba de los cuerpos aplastados con gráficos sonidos de *¡Splotch!* y *¡Crunch!*.
El aire se llenaba con el sonido de las explosiones, y los escombros comenzaban a llover desde todas direcciones y aplastando mutantes como si fueran cucarachas. Pero Rook siguió avanzando, sin desviar su trayectoria ni un milimetro

Si alguien hubiera visto la escena desde arriba, y probablemente muchos Strigs pudieran, quizás el ver a Rook cargar contra la multitud abriendole el paso a Ruby les hubiera recordado a Moises despejando el Mar Rojo para su pueblo. Con la salvedad de que el rojo aparecía solo en el pasillo abierto una vez que Mayhem 5 pasaba, y que no había agua salada, sino una marabunta de mutantes.

Pero Rook no pensaba en eso, no. Rook solo pensaba en encontrar una salida para aquellos que todavía estaban vivos.

Faltando pocos metros para llegar a la pared debilitada, dio un grito que era en simultaneo una órden, una advertencia y un ruego —¡¡¡¡¡AAAAAPAAAARRRTTTEEEENNNSSEEEEEEEE!!!!!— El rostro de Rook se asomó de entre la multitud empujándo con la fuerza de un camión a un Strig esmirriado que salió volando. Los ojos encendidos en fuego dejaban claro que no iba a frenar.

—¡¡¡RRAAAAAAAAAAGGGHHH!!!— el rinoceronte bajó la cabeza como para dar todavía más impulso al golpe, y apunto de llegar al extremo norte de la habitación, la levantó para dar a la pared con los cuernos.

*¡PUM!* *¡CRACK!*
La pared debilitada por las explosiones cedió al topetazo de Rook, permitiendo pasar comodamente a cualquiera que midiera menos de dos metros.

La secuencia sucede a cámara lenta.

(SLOW MOTION KAAAAAAAAAAAAAAAAAAABLAMF!!!)

La pared metálica del foso, dañada por los explosivos de Chipp y rematada por el impresionante cabezazo de Rook "Ariete de Batalla" Fury, cede ante la fuerza en movimiento del rinoceronte mutante, abriendo un agujero con la silueta de un coloso hipermusculado de dos metros. Suficiente para que pueda pasar el pequeño Chipp, sin duda.

A la orden de la Teniente, el equipo avanza dispuesto a poner pies en polvorosa por los túneles subterráneos mientras los Strigs que aún conservan las piernas -sólo necesitan un brazo para matar-, les siguen a escasos metros de distancia. La persecución es extrema, pues los Mayhem están exhaustos de matar. Sólo hay un Mayhem que se retrasa: el sargento Sharp, que agarra como puede el cadáver de Roasty mientras lucha a brazo partido con los Strigs. Consigue zafarse de ellos y os sigue a varios metros de distancia mientras grita un épico: ¡NADIE QUEDA ATRÁS!

Si alguien los tiene de acero al rojo vivo, ese es Lucius Sharp.

Los héroes alcanzan las vías del metro dejándose los pulmones mientras un coro de alaridos a sus espaldas les sirven de recordatorio de que los Strigs están muy lejos de integrar la categoría de especie extinta en Nueva York Nuclear. ¡Esos mutantes son persistentes como el Infierno!

La munición escasea casi tanto como el oxígeno allá abajo. Entonces, se hace la luz. Un enorme foco ciega vuestros sentidos mientras una sombra de proporciones gargantuescas se recorta ante vosotros, indistinguible. Amenazadora. ARMADA.

Un característico olor.

Olor a...

Olor a...

¿Puro?

-SURPRISE, MOTHER%&**$...-.

La figura simiesca abre fuego. FUEGO INFERNAL.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAPE POOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOWAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!!! ROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRGHHH!!!

KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!!  CHICK, CHICK, CHICK... CHAD-CHICK!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! ¡¡¡ESTO POR MI JO%&*" NAVE, MAMO$%&!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! ¡¡¡Y ESTO POR MIS HERMANOS DE ARMAS, HIJOS DE %&$"!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!! KA-BLAM!!!

Entre cartuchos de escopeta personalizada, los Strigs se desintegran mientras chocan contra el muro de plomo y furia que es Fitz-Wallace. El inmenso gorila compone una estampa difícil de olvidar: cubierto con cintas de munición para escopeta, sostiene su temible AA12 Custom mientras ruge con su icónica bandana roja ondeando. No para de disparar. No deja que ningún mutante se acerque a sus compañeros. Simplemente, avanza disparando toda la munición que ha podido rescatar de la nave.

-¡Teniente! ¡La cabeza de metro de ahí delante está operativa, señora! ¡Subid todos! ¡Nos largamos de aquí!-. El simio prosigue su andanada de muerte y destrucción, ajeno a que la munición es limitada y hasta la suerte llega algún día a su fin.

La Teniente y su escuadra se percatan de que la fuente de la luz cegadora es, precisamente, un vagón de metro.

-Ioputa el mono, la que ha liado...-.

J4ck13 se sorprende comiendo palomitas mientras lee poseído por una obsesión impropia de una máquina el cómic NYC Nuclear.

Mira a ambos lados, no percibiendo amenazas o testigos. Suspira y sigue mascando esas crujientes y sedosas bolitas blancas preso de una emoción muy humana: ¡EL ANSIA VIVA!

-¿Qué ocurrirá a continuación?-, se pregunta el villano mientras se muerde con sus dientes de titanio sus dedos.

Todavia no había visto nunca al Gorila de la Muerte en persona, creía que había muerto en el impacto pero me congratula ver que conserva las dotes con que había querido imbuirlo (Manejo de armas masivas, capaz de cargar cantidades de munición más allá de capacidades sobrehumanas) aún tras las exageradas noticias sobre su viaje al cielo de los primates al volante de la cuchilla de fuego amorfa que los Mayhem empleaban como base de operaciones volante.

Era como presenciar esa escena en que un gorila amenazador casi se lía a leches con Sigourney Weaver en GORILAS EN LA NIEBLA, peor en este caso el gorila tiene una capacidad de fuego que haría palidecer a todo el batallón de Stallone en la próxima secuela de sus Mercenarios contra John Wick (Próximamente en las mejores salas).

- Bu... JU!!!

Fue lo poco que pude decir ante tal despliegue de casquillos y olor a muerte mutante. Los Strigs reventaban como espinillas de Nerd preparándose para su primera cita a nuestro alrededor. ¿Nadie queda atrás? Pues si... porque ATRÁS NO QUEDA NADA CON VIDA!!!

Al ver aquella dama sobre raíles, aún operativa no pude más que abalanzarme por delante del resto de los Mayhem, uno de mis muchos 'padrinos' (como lso llamaba mi... em... desaparecida madre) era conductor del metro y me había llevado aun día a la cabina para dejarme mover algunas palanquitas que hacían que se encendiesen luces rojas y verdes, pan comido.

- Dejad esto en mis manos... Yo controlo.- Les dije como el mismo nerd de antes, pero esta vez tratando de convencer a la gente de que no estaba borracho tras tres ponches cargados de alcohol a dolor, dijo aquello justo después de vomitar sobre la falda de la profesora de Geografía que vigilaba el baile. - Vamos... VAMOS... ¡¡¡VAMOS!!!- Preparé todos los controles, giré el chimpófono, obturé al mamotretix y aquello empezó a ronronear como un gato tratando de darse fuerzas al saber que le queda una última bocanada de aire en este mundo...

El vagón de metro arrancó con un chirrido estridente cuando Jimmy tocó algún botón. O quizás alguna palanca. Qué más daba. El objetivo estaba cumplido: ESTABAN EN MARCHA.

Desde las ventanas, los Mayhem siguieron disparando las últimas balas de sus cargadores en una atronadora sinfonía de destrucción. Pero los Strigs seguían llegando. En avalanchas. Había tantos cadáveres en las vías que éstos obstaculizaban el avance a las nuevas oleadas. 

Jimmy lanzó un incontrolable "YAAAAAAAAAAAHOOOOOO!" cuando la maquinaria vetusta y olvidada de aquél subterráneo oscuro y nauseabundo comenzó a acelerar. Dejaban atrás a los mutantes y ponían rumbo a ninguna parte, puesto que bajo la ciudad, bajo NYC Nuclear, el siguiente paso conducía a un mundo de sombras y muerte.

CLANG, CLANG, CLA-CLA-CLA-CLANG.

Diversos sonidos metálicos golpearon la estructura del vagón. Jimmy notó cierta inquietud en el estómago.

-Atentos, Mayhems. ¡Nos abordan! ¡Preparen bayonetas!-, el sargento vociferaba órdenes manteniendo a su jauría en un estado de excitación bélica pero ejerciendo las labores de un auténtico alfa. -Vamos a enseñarles a esos mutantes por qué somos el Escuadrón Mayhem...-.

El zorro desenvaina su cuchillo de combate y su pistola. Adopta una pose peculiar, brazo de pistola firme, brazo de cuchillo bajo la culata.

A su lado, por la izquierda, Chipp extrae unos nunchakus de su chupa de cuero y empieza a gritar como si le acabasen de capar. Curiosamente, lanza sus chillidos como si quisiera amenazar a los Strigs o darse moral a sí mismo.

Detrás del sargento, emerge la imponente figura simiesca de Fitz-Wallace. El gorila se ajusta su bandana y se golpea varias veces el pecho mientras lanza un rugido aterrador.

Por la derecha, aparece Rookie, con su ametralladora ya vacía y la bayoneta cargada. El rinoceronte barrita y frunce el ceño. Ahora tendrá que demostrar que también sabe repartir a corta distancia.

Finalmente, delante del escuadrón, se coloca la Teniente Rose, su cuchillo de energía desenvainado y refulgiendo en la oscuridad. Sus ojos se posan en los Strigs que comienzan a colarse por las ventanas del vagón.

-Señora... Aguardamos órdenes.-. El sargento Sharp luce una sonrisa vulpina en su rostro.

-Mis órdenes, sargento, son las siguientes: proteged con vuestra vida a Turner; traedme las espinas dorsales de esos cabr*%&" y honrad la memoria de Roasty con la matanza subterránea más salvaje que haya visto la Gran Manzana Radioactiva... Jamás.

La Teniente frunce el ceño y lanza un grito que magulla sus cuerdas vocales mientras arenga a su escuadrón en una carga contra los Strigs.

Antes de que ambos bandos choquen, la oscuridad se cierne sobre el interior del vagón cuando atraviesan las entrañas de Nueva York Nuclear.