Todo se reduce a este momento.

Puede que los Mayhem ganen la batalla, pero J4ck13 ganará la guerra si las viñetas se queman.

Fragmentos de papel quemado y restos de celdas y bocadillos de las últimas páginas de este épico cómic caen en una lluvia mortal sobre Nueva York.

El GRAVIS parece herido de muerte, pero aún conserva energías para terminar el trabajo. Y el Diablo sabe que lo hará.

En el cielo ardiente de Nueva York un portal se cierra. Quizás, la última oportunidad de Jimmy de regresar a casa.

-Sargento, Teniente, quiero deciros que ha sido un honor servir con vosotros y morir por la Resistencia-. Fitz adopta un gesto digno y solemne, impropio del siempre simpático gorila. -Creo que aquí acaba nuestra aventura...-.

El sargento guarda silencio. Desgraciadamente, parece el fin. Ha sido una guerra larga, pero el enemigo ha usado un arma implacable: un mechero alienígena. El zorro sonríe con aire melancólico.

Si voy al Infierno, al menos sé que Roasty reinará allá abajo...

Serpiente enciende con parsimonia uno de sus cigarrillos Lucky 7.

-Chaval. Esta no es tu guerra-. El soldado agarra de las tiras su jetpack y se la tiende a Jimmy. -Tiene combustible para un último vuelo a máxima velocidad. El hijo$%&" de J4ck13 salió de ese portal. El fuego empezó justo entonces. Según información del Alto Mando, tú caíste de un portal idéntico. No sé qué eres, pero está claro que no eres de aquí. Vuelve a casa. Nosotros te cubriremos. Siempre se ha tratado de eso-.

Serpiente exhala una vaharada de humo.

¿Qué diablos estaba pasando? Demasiada destrucción... Demasiado deprisa...

No tenía forma de enfocar todo lo que estaba teniendo lugar... LÑa X trazada con la goma parecía haber logrado algo, pero no lo suficiente, Chipp seguía desaparecido, los disparos de Rook habían acertado peor no habían sido tan contundentes como esperábamos, el ataque de pinza de Ruby parecía no haber llegado mucho más lejos...

Y DE GOLPE, SIN PREVIO AVISO...

FUEGO DESDE EL CIELO, CENIZAS DE PAPEL SOBRE NOSOTROS

Estabamos apostados en la última viñeta, no quedaban gutters por quemar y veía aquel pequeño esfínter en la estratosfera, cerrándose como culo de monja (Ay mi  yaya y sus discos raros)

COMO CULO DE MONJA... SI ¡ESO HE DICHO!

No loraba comprender qué lo causaba hasta que serpiente, mochilacobete en ristre, me daba la clave... El puto J4ck13 debía de haber hecho algo en el otro lado, ates de lanzarse en picado sobre nosotros...

¿HABÍA PRENDIDO FUEGO A MI ESTUDIO?

¿A MI COLECCIÓN DE CÓMICS Y MUÑECOS FIELMENTE CONSERVADOS EN SUS BLISTERS?

La Imagen de mi He-Man de colección derritiéndose dentro de su propia carcasa me abrasó el corazón...

DAMN YOU, J4CK13!!!

No... No... NO... NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

HABÍA PRENDIDO FUEGO A NUEVA YORK NUCLEAR

No a la ciudad, no a este lugar... A LOS ORIGINALES DE MI MAGNA OPUS... Y yo... Y LOS MAYHEM...

TODOS IBAMOS A MORIR CALCINADOS HASTA LA NADA IN SITU

A no ser... A no ser que hiciese lo que Serpiente decía... ¿No tenía siempre razón este hermoso hijo de la grandísima puta? Era tanto el desasosiego que al menos pude contener una nueva erección al pensar esta última frase...
Aún así las lágrimas acudían a mis ojos...

ROOK

RUBY

LUCIOUS

FITZ

CHIPP... ¿DÓNDE ESTÁS CHIPPPPPPPPPP???

ROASTY... Mi dulce niño homicida de plumas

Todos se iban a perder... COMO CENIZAS EN LA BRUMA...
- Dame eso, Serpiente...- Contube una lágrima, invocando al poderoso ojo ausente de mi héroe... Me calcé la mochila, no sin dificultad y dejé que aquel gran hombre me tratase como a un borderline, explicándome cómo funcionaba el cacharro... Si, le había hecho uno igual a Chipp y le había explicado cómo usarlo, peor en ese momento no estaba tan emocionado-barra-perdido... Y además, quería recordar la voz de Serpiente, para... Cosas...

No fuí capaz de despedirme, no había tiempo, y todavía me quedaba una cosa por hacer... Se o expliqué a Serpiente, dejé que me ayudase a apuntar mi trayectoria, ya que iba a ascender a ciegas...
Y salí propulsado hacia las llamas, directo hacia aquel ano eléctrico que se cerraba entre las estrellas...
En mi trayectoria vi al G.R.A.V.I.S. y el MWB a mis pies, no quedaba casi mina ni tiempo pero mientras ascendía tracé un último círculo entorno al MWB... No podía atacar al mecha del infierno directamente, esperaba que ellos pudiesen hacerle frente... (CHIPP? CHIPPPPPP!!!!) pero si que podía darles una capa extra de armadura mientras yo trataba de recordar dónde coño tenía escondido el extintor... Si es que tan siquiera tenía un estintor en el piso... Dios... Puede que solo estuviese viajando hacia mi tumba de escombros llameantes en la Nueva York Pre Nuclear, pero tenía que salvar a mis amigos...

Ahora si que ya no podían ver mis lágrimas...

...Que fluyan...

YEAH YEAH YEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

Rook abrió de una patada a la puerta de su cabina. Con todo el daño que había recibido el vehículo las cerraduras se habían trabado sin responder a comandos de apertura. Los cañones del M.W.B estaban totalmente vacíos y ya no tenía nada que hacer ahí. Pero aún seguía vivo, y aún tenía otros pendientes. Como por ejemplo, aplastar al pedazo de ojalata que había caido del cielo.

—¡Eh Jimmy! ¿Qué haces con esa moch— *PFFFFFFFFRRRRRRRJJJJJJ* el sonido de los jets interrumpió su frase a la mitad, mientras el "gran" artista salía disparado hacia los cielos.

—¿Eso es el gran enemigo?— preguntó incrédulo señalando al J4ck13 lobotomizado a balazos en el suelo. Que decepción, se había quedado sin batalla. El rugido de la maquinaria del GRAVIS le recordó que no, que el gran enemigo era otro, y seguía en movimiento.

—¿¡Esa cosa todavía se mueve?! ¡¿Y Jimmy ya no está en la caminadora?! ¡Por mis cuernos que no voy a dejar que me asen vivo!— Rook corrió hacia el centro de la habitación y el dínamo que daba poder a toda la maquinaria crujió bajo su peso. —ALGUIEN QUE APRETE EL ACELERADOR, YO ME ENCARGO DE POTENCIAR LA MÁQUINA— y dicho ésto Rook comenzó a correr como nunca había corrido en su vida. Ni cuando tuvo que perseguir a las hembras en celo. Ni cuando tuvo que escapar de leones ni hienas, ni de aquellos cazadores que se lo llevaron al zoologico de lo que ahora era nueva york nuclear, ni cuando había tenido que topetear una marabunta de mutantes para rescatar los restos de Roasty. Rook corrió como si le fuera la vida en ello, porque probablemente le fuera la vida en ello. Pero si la máquina se movía fuera del alcance del GRAVIS antes de recibir el golpe final, quizás llegaran a contar la historia.

—¿Eso es el gran enemigo?— preguntó incrédulo señalando al J4ck13 lobotomizado a balazos en el suelo. Que decepción, se había quedado sin batalla. El rugido de la maquinaria del GRAVIS le recordó que no, que el gran enemigo era otro, y seguía en movimiento.

Todo sucede en un vibrante, explosivo y catártico instante.

El GRAVIS somete al cadáver humeante del MWB a una operación a corazón abierto con ánimo de atrapar a los Mayhem con sus manazas mecánicas. La fortaleza rodante dibujada por Jimmy apenas coordina sus ataques, ahora descabezada, pero el brutal impulso que cobra la máquina cuando Rook toma los mandos de la cinta motora motiva una bestial colisión entre ambos titanes. Nueva York tiembla en una sacudida telúrica mientras las llamas lo consumen todo.

Jimmy sale disparado en el jetpack de Serpiente a toda velocidad, su rostro descompuesto por el vertiginoso ascenso a los cielos. Está solo en un vuelo sin motor, rezando porque el combustible de la mochila alcance para llegar a su destino: el misterioso portal que chisporrotea sin pausa.

Puede que sea la última oportunidad de regresar a casa.

El GRAVIS aplasta las pinzas del MWB con furia descontrolada, sólo para percatarse de la huida relámpago de Jimmy. Enfurecido, el titán cromado trata de alcanzar a nuestro improbable héroe con su enorme mano lanzando un salto con sus propulsores de espalda.

-¡¡¡TUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUURRRRRNEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRR!!!-.

La voz gutural, robótica y cavernosa del coloso inunda la ciudad radioactiva en un ensordecedor crescendo de odio. 

La mano se cierra sobre Jimmy implacable. Jimmy cierra los ojos.

Es el fin.

¿No?

-No en mi guardia...-.

Chipp presiona el detonador. 

Lo demás, da igual.

La cabeza del GRAVIS estalla en mil pedazos con la explosión más devastadora jamás vista en los cuatro números de Nueva York Nuclear.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡KAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

La onda expansiva ofrece a Jimmy un impulso que le alza en el cielo, todavía más cerca de su destino.

Abajo, en lo que antes era el cráneo del GRAVIS, un pequeño héroe, demasiado inesperado para haber recibido el reconocimiento que merecía, da su vida por lo que ha sido su familia durante esta gran aventura.

-¡NO! ¡CHIPP! ¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!-. El sargento, malherido, surge entre los escombros que quedan de la cabina de mando del MWB. Abatido, cae de rodillas observando al GRAVIS desplomarse de forma atronadora. Una nube de polvo se levanta cuando el titán cae sobre Nueva York.

Demasiada muerte. Demasiada guerra. El fuego lo devora todo. El sargento Sharp cierra los puños y aprieta los dientes hasta sangrar.

-No puede ser en vano... Todo esto no puede ser en vano... Jimmy, estamos en tus manos. Por algún motivo que no comprendo, siento que estamos en tus manos...-.

El zorro nota la presencia de Serpiente a su espalda.

-Ha caído como un héroe. Ahora sólo resta aguardar el fin del mundo. Tenemos asientos en primera fila-.

Si era alguna clase de chiste, al sargento Sharp no le hizo la más mínima gracia. Pero Serpiente, en el fondo, tenía razón en dos cosas. Chipp había cambiado el curso de la batalla, y el fuego, ciertamente, era imparable. 

Serpiente dio una calada a su cigarrillo y extendió el paquete de Lucky 7s a Lucius.

El hombre se llevó de forma instintiva la diestra a su arma.

Algo se movía.

Algo que no debía moverse.

Como una dantesca comedia, el armazón cibernético de J4ck13 se alzaba tembloroso ante los últimos supervivientes del Escuadrón Mayhem. Su cabeza estaba destrozada, pero un ojo rojo observaba con pura maldad a los intrépidos héroes.

-Me cag% en vuestro pu%$ estilo de Bangkok y su pu%& madre en triciclo. Os voy a matar a todos... Al zorro lo voy a usar de felpudo. Al gorila lo voy a usar de alfombra. Al rinoceronte lo usaré de saco de boxeo. A ti, tuerto de los cojo$%&, te voy a usar de diana de tiro para mis cuchillos. Y a ti, Teniente Rose... Ooooh... ¡¡A ti te voy a dejar viva para que veas cómo despellejo a tu mier&% de escuadrón!! Pero antes... ¡¡¡VOY A MATAR AL JODI$% JIMMY TURNER!!!-.

J4ck13 avanzó. Se dejó las nodachis en el suelo. Lo cierto es que no las necesitaba. Su medidor de tecnoira mariachi estaba tan lleno que cualquier cosa que se pusiera en su camino era carne picada.

Serpiente le vació el cargador. Lucius y la Teniente le acuchillaron. Lo intentaron, al menos. Fitz y Rook trataron de romperlo a golpes.

Dio igual. 

Cuando frente a ti tienes a un secundario de nombre ridículo lleno de rencor que lanza 240 puñetazos por minuto, tienes las de perder.

Aunque le hayas vencido al estilo de Bangkok.

Antes de abandonar la cabina de mando con un despegue fulgurante, el villano miró al resto del escuadrón Mayhem, todos por los suelos con hematomas y fracturas óseas de diversa gravedad. Podría decirse que estaba ¿sonriendo? No, era una mueca demasiado siniestra.

-YO. SOY. EL JO%&$". GRAN. ENEMIGO-.

J4ck13 se alzó en vuelo a una velocidad increíble. Su objetivo estaba al alcance. 

La hora de la venganza había llegado.

* * * * *

Jimmy tenía cerca el portal. Tan cerca que tenía que entrecerrar los ojos para no quedarse ciego con los deslumbrantes chispazos de energía que emitía. Entonces, una voz demasiado familiar resonó siniestra a sus espaldas.

-¡¡¡YA ESTOY AQUÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, JIMMYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!!!-.

J4ck13 volaba a una velocidad absurda. Tan absurda, que casi había alcanzado a Jimmy en apenas unos segundos. 

El villano empleó un truco sucio que venía guardándose en la manga desde hacía tiempo: un láser de muñeca. Un arma vil y traicionera, propia de un antagonista de su calaña.

El láser lanzó una pequeña pero precisa ráfaga que perforó la mochila cohete de Jimmy. 

-¡¡¡EN EL BLANCO!!!-. Graznó J4ck13. Comenzó a reírse como un poseso. Su risa sonaba como la carcajada de un psicópata.

Jimmy lo notó. Sintió que perdía velocidad y que comenzaba a precipitarse al vacío. La caída, sobra decirlo, iba a ser mortal de necesidad. Aunque, mirándolo por el lado bueno, era bastante probable que palmase antes de golpear el suelo de un infarto. 

Dudoso consuelo.

J4ck13 se situó justo al lado de Jimmy.

-¿Unas últimas palabras... Jimmy?-. La venganza había llevado a J4ck13 al límite. Ni siquiera él era ajeno a las cicatrices de la contienda con los Mayhem. -Observa bien mi cara, James Turner. Es el vívido rostro de la GUERRA-. No le faltaba razón. Serpiente le había dejado hecho un cromo. -Creíste que era un secundario, un matón de tres al cuarto. Ahora sabes la verdad, tonto de los coj%&$. Incluso el más insustancial de tus enemigos puede ser tu némesis con la chispa adecuada...-.

J4ck13 lanzó la última gran verdad sobre los cómics de superhéroes antes de que el inevitable final diese un giro copernicano.

Pequeño.

Imperceptible.

INSUSTANCIAL.

Una ardilla con una cinta kamikaze surcó los aires directo al pecho de J4ck13.

Sus ojos no adolecían de bipolaridad.

HOY NO.

Brillaban como dos soles eclipsados. Serenos. Firmes. DECIDIDOS.

J4ck13 cruzó una breve, fugaz mirada con Chipp McClusky. La mirada que se lanza a algo que no se comprende. A algo que te sorprende más allá de sus posibilidades.

-Chipp McClusky. Escuadrón Mayhem. Graduación: tuercebotas. Lo que tienes pegado al pecho es mi último paquete C4 personalizado con bellotas de Dakota del Norte. Le llamo Roasty, porque él lo habría hecho mejor que yo. Esta es mi chispa, cabr"$/$%. ¡BANZAAAAAAIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!-. Chipp asestó un mordisco salvaje a J4ck13 en su último ojo. Como buen roedor, lo sacó de la cuenca entre un inquietante chisporroteo mientras empujaba al tecnomariachi con sus patitas. Con el impulso, saltó en un espectacular vuelo hasta agarrarse a Jimmy. 

-¡MOTOR AUXILIAR EN CAMINO, JIMMY! ¡TE TENGO, HERMANO! ¡TE TENGOOOOOOOO!-. 

El joven artista inicia un último vuelo a máxima potencia gracias a la providencial intervención de Chipp, directos ambos a atravesar el portal. A su espalda, escucha los gritos de dolor de su némesis, ahora ciego y con un explosivo plástico personalizado por Chipp a punto de explotar.

-NO PUEDES VENCER, JIMMYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY. TU CREACIÓN ARDERÁ, MUAAAAAAAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAAAAAAA. LA GUERRA LA HE GANADO YOOOOOOOOOOO. LA HE GANADO YOOOOOOOOOOOO*-.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡KA BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!!!!!!!!

* * * * *

Cuando Jimmy atravesó el portal, todo cambió.

Se encontraba en su estudio, su viejo estudio de Nueva York, tirado boca abajo en el suelo y con la sensación de que le habían dado una paliza de varios días de duración. Había una carga estática considerable en el aire. El vello de brazos y nuca y su cabello se erizaron. Un fuerte olor a quemado le alertó de que la mesa de dibujante estaba en llamas y de que su cómic, su creación, se había calcinado casi por completo. Apagó como pudo el fuego y, sintiéndose exhausto, se desplomó sobre el sillón.

El cómic había quedado destruido por completo. J4ck13 tenía razón: había ganado la guerra.

Todo lo que había ocurrido carecía de sentido.

Todo.

Hasta aquella ardilla que le observaba con curiosidad desde la cocina.

¡¡¿¿??!!

Había salido de una especie de chupa de cuero tamaño miniatura y tenía puesto un ridículo gorro de aviador con gafas. Era una ardilla en el sentido literal de la palabra. No era un cartoon ni nada parecido. No llevaba lanzagranadas. No era Chipp. Era... un ardilla.

Entre sus manos, sostenía un lápiz que estaba empezando a roer por la parte de la goma. El lápiz bullía con un halo de energía azul...

Tras salvar las pocas raspas que quedaban de mi (difunta) obra maestra, me tocó lidiar con aquel inesperado roedor...

- Santas bellotas, Chipp... Eres... ¿Eres...?- No, aquel roedor no se había criado en los mutágenos de Nueva York Nuclear, pero no por ello resultaba menos peligroso, seguro que tenía la rabia o algo peor... Y SE ESTABA COMIENDO MI LÁPIZ MÁGICO. - Bais... Baisssd... Bicho... Sigh.- Cogí mi papelera, en cuyo fondo reposaban bolas de papel higiénico depositarias de mis hijos no nacidos, dibujos en pelotas de Ruby y los descartes de cómic desde los que había ascendido J4CK13 y me las apañé para atrapar al bichejo antes de que se comiese todo el lápiz. Tras ponerlo a buen recaudo, lo solte y compartimos una barra de cereales prensados. - Chipp... Eres el héroe silencioso del cómic, justo lo que faltaba para el gran final.

Dejo al roedor suelto por mi cocina para hacer evaluación del desastre. Queda poca cosa, poco más que algunos rostros medio calcinados de Ruby, Rook, Fitz, Lucius, la G.R.A.V.I.S. e incluso J4CK13. Por un momento tengo la tentación de tirarlo a la basura o quemarlo, pero el puto mariachi se ha abierto el paso alcanon a katanazos, así que tendré que aceptarlo y dejar que los Mayhem lo destrocen aún con más ganas. - Hay cosas peores que la muerte, amiguito, y apartir de ahora las puedes llamar por los nombres de los días de la semana, reza para llegar al domingo.

Estaba hecho mierda, pero debía ser precavido... Puede... Puede que todo fuese real y ellos aún... estuviesen allí. Tomé un A3 (granformato europeo para las splash pages) y comencé a garabatear nervioso: una viñeta pequeña para poner la explosión de la GRAVIS enrelación con el resto de la ciudad y en la siguiente viñeta, el corazón de la MWB abriéndose como una flor en medio de los escombros, con cada uno de sus tripulantes ascendiendo a la luz: Rook es el primero, ayudando a Ruby a salir al exterior. Realmente no he visto lo que han hecho para lograr este gran final, pero todos están ahí. Ambos sacan a Fitz de los restos, este lleva a Lucius en brazos para facilitar la salida. Creen que Chipp ha muerto, nunca imaginarían que está ramoneando la basura en mi cocina...

Tras terminar la doble caí rendido sobre la mesa. Me desperté dos días después, en mi cama,regado por la acre orina de mi nueva compañera de piso, Chipp-la-Puta-Ardilla-Peluda, cual entrenador de boxeo venía a exigirme que me pusiera en pie para un training montaje...

Tras la explosión, hubo un silencio de muerte. El propio M.W.B. no la había sobrevivido, aún si todos sus tripulantes (protegidos por la suerte, la divina providencia, Jimmy, el plot-armor o todas las anteriores juntas) si seguían respirando.

Bueno. No todos. Resultaría que entre todo aquel desastre tanto los cadaveres de Chipp como de Roasty se habían perdido para siempre, entre los escombros de metal y el mar de ácido.

Las cenizas lloverían sobre la nueva york nuclear durante meses antes de parar, cubriéndolo todo de una capa gris como una versión más cutre, más amarga y descolorida de aquellas escenas de navidad al final de toda pelicula familiar yankee, donde la nieve cubre Manhattan en su totalidad. Pero así y todo era mejor que la lluvia literalmente ácida que el apocalipsis nuclear les había dejado originalmente.

La guerra había terminado, y dos monumentales colosos destrozados eran el monumento a todas las almas perdidas en el proceso. Todavía habría algunas escaramuzas más contra los últimos tecnomariachis, pero ya nada que el ahora reducido equipo Mayhem no pudiera enfrentar. Como buen grupo de desquiciados Rook; Ruby; Lucius y Fitz, con la ocasional colaboración de Serpiente, descargaron sus penas y tramitaron sus duelos una cabeza de ojalata aplastada a la vez.

Y cuando todo estuvo finalmente en paz, tan en paz como lo permitía el postapocalipsis al menos, pudieron finalmente montar un funeral. Una fotografía de Chipp con los cachetes inflados de bellotas junto a otra de Roasty, serio y cubierto de sangre, fueron colocadas a los pies de la Estatua de la Libertad, en lo alto de la escalinata. No tenían fotos de Jimmy, pero Rook con su pobre vista y sus torpes dedos hizo lo mejor que pudo por retratarlo. Y allí el equipo Mayhem pudo finalmente sentarse y descansar en paz, tanto los vivos como los muertos.

Hubo muchas discusiones  sobre cómo debía ser el homenaje, pero eventualmente todos llegaron al acuerdo de que debían despedir a sus compañeros con un clásico del rock menos horripilante de lo que Fitz proponía originalmente. Llevo semanas montar un equipo de música lo suficientemente potente y bien distribuido como para lograr que el sonido no dejara de inundar un solo rincón de la ciudad, pero el reactor nuclear interno del GRAVIS había sobrevivido relativamente bien y permitió dar poder a todo el sistema de cableado y altavoces. 

Cada uno tuvo una oportunidad de hablar, y Rook no dejó la suya pasar.

—Chipp. Te quitaron tu puesto como maestro de demoliciones y te pusieron de compañero con el Mayhem más novato como castigo por hacer reventar la cocina de la base no una, sino cinco veces. Afortunadamente, no pudieron quitarte ni tu conocimiento empírico ni tu capacidad para escabullirte hasta la armería y llevarte tres veces tu peso en explosivos. De lo contrario hoy no podría decir estas palabras.— dijo haciendo una pausa para recomponerse—Te extraño, amigo. Extraño despertarme con tus gritos psicóticos a las tres de la mañana, y extraño tener que revisar si has olvidado avisarme que rellenaste mi almohada con C4. —Un par de lágrimas rodaron por las mejillas del rinoceronte, algo sin precedentes.—Extraño verte hacer volar una máquina expendedora con una explosión lo suficientemente controlada como para que las Krunchy-Munchy de dentro siguieran medianamente intactas. Tu has redefinido eso de "irse con un gran ¡Bang!". Espero que te lo estés pasando bomba en la otra vida.

El discurso era una curiosa confesión. Si la guerra siguiera en marcha podrían acusar a Rook de complicidad para con las actividades ilícitas de la ardilla, o en el peor de los casos como un traidor. Pero la guerra había terminado.

—Roasty. No te conocí bien. No me agradabas, y me dabas algo de miedo. Pero eso era lo que querías a fin de cuentas. Espero que estas palabras te alegren en tu pequeño pedacito de infierno, donde imagino que debes estar destrozando infinitas hordas de strigs y demonios a partes iguales. También te debemos nuestra vida, y nuestra victoria.

—Jimmy. Fuiste una solución caída del cielo, y ahora a los cielos has retornado. Si alguna vez existió un dios, estoy seguro que tuvo algo que ver con tu llegada a nuestra Nueva York. Es una pena no haber charlado más. Quizás detrás de esa locura cobarde y extravagante tan irritante había un verdadero amigo.—y mirando la foto de Chipp agregó— No sería la primera vez que veo algo así.

Tras estas palabras Rook tomó a Peluche y descargó un cinturón de balas entero hacia los cielos siempre grises de la ciudad. Un minuto de ruido (en lugar del habitual silencio) y 500 balas en honor a aquellos que no pueden escucharlas.

Antes de retirarse del estrado hecho de los restos de tecnomariachis reciclados y dar el micrófono al siguiente, Rook dejó una barrita Krunchy-Munchy frente a cada una de las fotos, hizo la veña, y luego se retiró.

Durante los siguientes meses volví a calzarme la banda kamikaze durante más de catorce horas al día, el tiempo que estaba encadenado a mi tablero de dibujo en cuerpo y alma. Terminé vendiendo mis consolas, videojuegos y muñecos de colección, tanto por falta de uso como para poder costearme el poder dibujar todo el día a tiempo completo.

Nueva York Nuclear volvía a ser una realidad de papel, la línea básica de mi historia volvía a ser la misma pero ahora estaba narrada en pasado por servidor y los personajes del comando Mayhem habían ganado en una profundidad que no había intuido hasta conocer a the Real Thing. Ya no marcaba los pezones de Ruby en todas las viñetas (solo en una de cada tres) y había añadido algo del caracter taciturno que me había parecido entrever en Rook, aparte de incluir alguna discusión de este con Peluche, como esas que se suelen narrar de los guitarristas de blues con sus guitarras, a las que han puesto nombre de mujer.

Al finalizar la primera parte pasé a narrar la historia en presente y con bastantes menos cajas de texto, es lo que pasa cuando eres introducido en tu cómic y pasas a ser parte del elenco protagonista.

Con el tiempo me convertí en un experto comprador de bellotas a terceros vendedores por Amazon y otras tiendas similares. A Chipp no le servía cualquier cosa y si no le gustaba la mandanga, me despertaba de madrugada, casi asfixiado con la laringe y toda la boca llena de bellotas, asomando por debajo de las dos que cubrían mis fosas nasales.

Estos gastos me obligaron a buscar un trabajo a tiempo parcial en una tienda de cómics. Los adolescentes me tenían por un vejestório recalcitrante por estar dándoles siempre la vara con la era dorada del noveno arte: los primeros años de Image Comics. Al menos allí conocí a Stacy (Malibú en la intimidad), una freak desengañada algo más joven que yo que, sin ningún reparo, me ayudó a dar buena cuenta de algunas asignaturas pendientes.

Por desgracia la cosa no duró demasiado tiempo. Seguía siendo un inmaduro y le aburría que dedicase todo mi tiempo libre a dibujar aquel 'cómic mediocre'. Si ella supiese... Pero tenía que terminar aquella obra, tenía que llegar a unos minuyos más allá de lo que pasaba tras la doble página que dibujé la noche de mi vuelta. 

Aparte de eso, tenía que hacerme cargo de un amigo. Así que, tras ver cómo se las habían apañado los Mayhem tras mi accidentado despegue y mi vuelta al hogar, me tocó volver a dibujar aquel chisporroteo sobre el cielo de aquel Nueva York, un poco menos Nuclear.

Tomé algunas prendas que había conservado en una caja: mis harapos y algo que sólo podría haber lucido un enano sexual o una ardilla bombardera con graves problemas de contención y continué dibujando la apertura del portal, viñeta a viñeta, durante dos páginas, parecía una secuencia dibujada por un dibujante porreta de fanzines psicodélicos dibujada con el pie izquierdo de Daniel Day Lewis, pero así tenía que ser.

Al terminar, mi dedo índice se humedeció distraidamente en mi lengua antes de toquetear la superficie del papel como en su día había toqueteado la parte exterior del sexo de Stacy, y el portal respondió según lo previsto, abriéndose a mis duchas artes masturbatorias, pero comenzó a absorberme como un torbellino eléctrico, casi consiguiendo que dejase en tierra a Chipp, que se debatía envuelto en un nudo de prendas que no comprendía.

Y medio segundo después estábamos lloviendo desde aquel cielo de dayglo tornasolado, noté cómo la patita de la ardilla crecía dividiéndose en dedos más humanoides mientras un gritito que había echado de menos cada vez que miraba al roedor casi sin reconocerlo, seguía la línea cinética que marcaba nuestra trayectoria....

BELLOTINES DE ORO

Tras besar el polvoriento suelo y sacudirnos la caída de la ropa, nos descubrimos ante la Gran Dama de Nueva York, allí estaba el monumento mortuorio que los Mayhem habían erigido a sus caídos y tocaba comunicarles que no nos encontrábamos entre esas filas. Cogimos los Crunchy Munchis que Rook había dejado ante nuestras efígies y los mordisqueamos entre risas y anécdotas de mi primera visita. Tras prepararnos, me calcé la mochila cobete que hasta ahora cargaba sobre un hombro y tomé a Chipp en brazos.

- Vamos, bellotín. Me da que, conociéndolos, Fitz, Ruby y Rook ya se habrán enzarzado en una pelea contra los mutantes contables de Wall Street de la que no podrán salir bien parados sin apoyo armamentístico aéreo, y además estoy deseando enseñarles cuánto he mejorado mi estilo de dibujo, haciendo un Roasty rajaculero que jamás podrían haber imaginado.- Me aseguré de llevar en la riñonera todos los lápices que había comprado para la ocasión, brillaban como un nuevo amanecer de bolsillo, de un tono azul que nunca había existido en la naturaleza. 

Teníamos un mundo por recuperar, tan sólo tenía que haber esperado el rato suficiente a ser no tan joven y no tan virgen para saber que mis dotes artísticas habían mejorado lo suficiente para hacer justicia a

NUEVA YORK NUCLEAR