Partida Rol por web

El dios de cabellos blancos suspiro ante las palabras del joven Feé, eso realmente dolió, él sabe que no ha tenido el mejor acercamiento con su gente, pero no esperaba esas palabras, por lo que dijo,- mi nombre es Mond y supongo que no te gustan las manzanas que cree para ustedes, o los pequeños conejos a los que les di vida, ni el idioma que hablas, ni el conocimiento de como plantar las semillas de manzanos, tal vez debería privarte de todas esas cosas, ya que no me necesitas ni a mí ni a mis trucos, el dios con orejas de gato miro fijamente al joven Feé, esperando una respuesta de su parte

Se encogió de hombros. 

- La mayor parte de nuestro lenguaje lo creamos nosotros, probablemente lo único en lo que has participado y por lo que parte de la gente que lleva más tiempo aquí aún te está agradecida. Las nuevas generaciones no te necesitamos. Tus manzanas y tus conejos no nos aportan nada, a parte de lo que decoran. Tus conocimientos sobre el cultivo no lo podemos usar, no tenemos forma de hacerlo, ni necesidad. Asi que sí, llévate lo que nos has aportado, trabajaremos por nuestra cuenta para reparar los agujeros que nos dejes. 

Otra de las Feés se interesó en la conversación.

- Si ibas a hacer de este tu hogar, deberías haber estado más tiempo aquí y haber hecho algo más...útil. Está claro que tienes otro sitio en el que residir, así que deberías quedarte allí. Este no es lugar para ti, sólo eres una anécdota, un cuento con el que explicarles a los niños lo importante que es explorar y ver lo que hay más allá.

Estaba claro que no le veían como una parte de su sociedad.

Las palabras del joven Feé enfurecieron al dios de cabello blanco, estaba a punto de maldecir a aquel impertinente, pero una Feé más apareció y llamo su atención disipando su ira con sus palabras.

- Estás equivocada, yo nunca quise convertir este lugar en mi hogar, mi plan era hacerlo un lugar acogedor para ustedes, admito que no he sabido como acercarme a ustedes y que en mi primer visita tuve graves problemas de comunicación con ustedes. El dios con orejas de gato empezó a caminar alrededor de la gente,- entiendo que no he sabido acercarme a ustedes para ver cuáles son sus necesidades.

Volteando a ver con ojos determinados a la chica,- Sé que el conocimiento de la agricultura fue algo prematuro, luego desviando su mirada hacia el altanero joven Feé,- Pero planeo darles a futuro más semillas, sin mencionar que, con su curiosidad innata, ustedes seguirán explorando y encontraran muchas semillas, entonces será cuando ese conocimiento que tanto menos precian mostrara su verdadero valor.

Los fee se aburrieron en cuanto el dios comenzó a dar explicaciones.

- Bla,bla bla, bla bla bla.- se burlaron ambos antes de alejarse volando.- Excusas. ¡Qué no te queremos aquí! ¡Largo! No has hecho nada y ahora pretendes que estemos aquí de cháchara contigo. ¡Déjanos en paz! Tenemos mejores cosas que hacer que perder el tiempo. 

Las palabras de los Feé realmente fueron duras para el dios de cabello blanco, pero no era el momento para rendirse, se levantó y fue juntando varias ramas quemadas de las antorchas y fogatas, camino hasta encontrar una gran piedra, entonces tomo una de las ramas quemadas y empezó a trazar líneas en la roca, haciendo un dibujo burdo de las cascadas para continuar con otro dibujo, esta vez un par de Feés, siguió haciendo más líneas y formas, árboles, conejos, manzanas, machaco algunas hojas para tener color verde y usando su dedo como pincel le dio color a las hojas de los árboles y para finalizar el dibujo agarro otra rama quemada para dibujar una luna menguante.

Los feé miran con curiosidad la labor del dios. Comentan su labor sin halagos, pero algunos parecen interesados en poder dibujar lo que ven en su entorno.

La mayoría de ellos no tardan en abandonar al dios a su labor quedándose en el entorno a penas una docena de ellos que observaban el proceso. Pero parecieron desencantados cuando los colores resultaron inefectivos y sólo parecía que la carbonilla de a madera quemada tenía cierta utilidad

- Necesitas otros materiales. - Aportó uno de ellos.

- Deberíamos investigar que cosas tienen color y como extraerlo.-comentó otro

El dios de orejas de gato observo con emoción como los Feé miraban con curiosidad su labor, desafortunadamente el color verde no funciono como él esperaba, por lo que varios de los presentes se desanimaron, uno de los Feé sugirió que buscaran otros materiales por lo que el dios de cabellos blancos con una sonrisa en su rostro dijo -tienes razón y yo conozco unos frutos que tienen esas cualidades, por lo que haré crecer algunas que nos servirán, aparte se pueden comer, Mond concentro su poder para crear arbustos que dieran, fresas, arándanos y moras

El tiempo pasa:

El acto de hacer surgir los matorrales sorprende a los feés y el grupo de pupilos artistas con los que Mond se codea comienzan a extender la noticia de su obra. Eso que había hecho era algo nuevo e inesperado, lo que hizo que se acercasen más miembros de la población con curiosidad de verle realizar nuevos milagros. Sin embargo, el resquemor por haberlos abandonado tanto tiempo seguía en sus corazones y podía notarlo en la energía que recibía de ellos, como un sabor amargo al fondo de la boca. 

Como habitualmente tomaban turnos haciendo dibujos, los feé habían aprendido una serie de secuencias de palmadas que usaban para animar al pintor de turno. Aunque por ahora, sólo con negro, la mezcla era bastante pobre. 

El dios de cabellos blancos se alegró de ver que más Feés se acercaban, para que el pigmento fuera mejor necesitaba poner a hervir la mezcla, para ello serían necesarias ollas, obviamente conseguir una olla de metal con la tecnología actual era poco viable, por lo que decidió optar por el barro,  al mirar a su alrededor el dios gato noto que faltaba el material principal, así que decide usar su poder para crear arcilla,  cerca de donde estaban los Feés del suelo comenzó a surgir la arcilla, Mond tomo un poco del nuevo material en sus manos y dijo - muy bien Feés, Esto es arcilla e intentaremos hacer ollas de barro

La tierra se volvió un poco más verde donde señalaba el dios, un poco más allá el barro se volvió rojizo y tomó una mayor densidad. En la desembocadura de uno de los manantiales se formaron diversos depósitos blancos. Los fee comenzaron a manipular la sustancia, era más consistente que el barro, y al manipularla perdía agua y poco a poco se hacía maleable en vez de deshacerse como ocurría con el fango del río o el mero barro.

-Feés, ¡presten atención!, hablo con entusiasmo el dios con orejas de gato, -les enseñaré como hacer ollas, tomando una porción del nuevo material lo llevo a una roca amplia y plana donde poder trabajarla con mayor comodidad, caminando al rededor de su olla a velocidad constante, -esto puede parecer ridículo, pero permite darle una forma más simétrica, lo primero fue empezar a ahuecar el monte de arcilla, luego se enfocó en darle forma y finalmente el acabado, -deben esperar a que endurezca un poco más para despegarla y hacerlo con cuidado, si está muy fresca se romperá. Luego con un poco más de arcilla creo un par de agarraderas, -con esto se podrá agarrar para retirar del fuego, eso solo cuando esté terminada, preparo una fogata para poner su obra junto a ella, una vez consumida la fogata cubrió la olla con más ramas y hojas secas, una vez consumido el nuevo fuego usando un palo saco la olla de las cenizas, dando unos ligeros golpes con el mismo palo dijo, -como pueden ver ahora es más sólida y pueden poner muchas cosas dentro de ella.

( Algo parecido al video)

La habilidad divina para manejar el barro resulto deslumbrante para los locales, sin embargo estaba claro que no sabían manejarse con tanta habilidad como lo hacía el dios. 

Algunos de los artistas comenzaron a jugar con la arcilla, descubriendo sus límites y los del material.

Otros más prácticos, habían comenzado a hacer bloques y les daban una mayor consistencia mezclándolo con ramas rotas y raíces secas.

Parecía que la curiosidad natural de los Feés se llevaba bien con la fuente de conocimientos que había resultado ser el dios, lo que les motivaba a dejar sus propias opiniones sobre el dios dentro de sus cabezas. Sin embargo, la búsqueda de pigmentos, el sílex y el manejar este nuevo material eran demasiados frentes a la vez como pare decidirse en aprender a manejar uno de ellos de forma eficiente.

El dios de orejas de gato estaba feliz de que los Feé se abrían un poco más a él, también esta consiente de que tomara más que esto ganar su confianza.

Una vez hubo hechas varias ollas, el dios de cabellos blancos procedió a tomar una de ellas y poner la mezcla que había hecho antes en el interior de una de ellas, preparo una fogata rodeada de piedras improvisando un área para poner la olla, al fin podía reducir e intensificar los pigmentos para hacer mejores colores, tomando una rama removió constantemente el líquido para evitar que se queme, después de un buen rato quito la mezcla del fuego y la dejo enfriar, lo vació a una tabla de madera, para poder usarlo con mayor comodidad al pintar.

Unos parecen interesarse en el manejo de la arcilla mientras los otros se interesan más en la extracción de los pigmentos. Intentan imitar los gestos del Dios y van probando diferentes porcentajes de agua y arcilla con la intención de generar a priori bloques estables, mientras que los otros tratan de desarrollar colores concentrados con los que poder trabajar. 

El tiempo pasa

Los fee parecen especialmente interesados en el barro, aunque no lo usan como el dios esperaba, parecía que la idea de hacer globos con ello era demasiado compleja. Para ellos era tierra blanda, pero tierra al fin y al cabo, y eso significaba que era pesada y ahuecarla sólo una forma de pedir que viniera abajo. Así que hacían bloques, y los apilaban formando muros, y los cubrían con techos de vegetación. 

Mientras enseñaba, Mond se dio cuenta de que los fee le veían cada vez más como alguien a quién consultar, y cada vez menos como un extraño, aunque seguían sin dirigirse al él por su nombre y mucho menos como dios. Seguía sintiendo rechazo por parte de algunos de los fee, especialmente cuando comenzaron a morir. Sencillamente no se despertaban de su sueño y entre susurros acusaban al dios de las muchas colas.

El dios de orejas de gato se sentía feliz de que los Feé se abrieran un poco más a él, bueno el hecho de que prefirieran hacer bloques en lugar de cazuelas, saco un suspiro al dios, por lo menos ya tienen un mejor lugar para descansar, fue lo que pensó.

Como todo mortal algunos de los nativos empezaron a fallecer, por lo que el dios de cabellos blancos tendría que hablarles sobre la muerte por lo que se dirigió al centro de la aldea, al lado del gran pilar de plata, con un poco de nervios, tomo un poco de aire y trato de ordenar sus ideas, ya que el tema que va a abordar es delicado - Feés sé que no entienden del todo el porqué algunos de ustedes no han despertado, la razón de eso es que llego su momento de que emprendan su viaje al más allá, por lo que su esencia se desprende de su cuerpo para iniciar esa aventura, desafortunadamente ellos no regresarán, por lo que solo queda con ustedes los recuerdos de las cosas que vivieron, cuando llegue el momento de que ustedes emprendan ese viaje, los volverán a ver y ya no se separaran