Partida Rol por web

No creo que ese bestia les haya causado tantas bajas, algunos de esos desgraciados debían ser cómplices. Damian se adentró apartando el brazo de un cadáver con el pie hasta llegar al lado de Jimmy, se agachó al lado de de los heridos y los examinó con la vista, aunque no tenía mucho conocimiento pensó que sabría como parar posibles hemorragias. Un poco de presión continuada sobre las heridas y unas vendas tal vez les mantengan con vida el tiempo suficiente para llegar a un médico, y ahora... Se levantó de nuevo tan solo para sentarse en el lugar cómodo más cercano. Hablemos de negocios.

Espera un momento que termine de curar a mi gente -te dice bastante tenso.

¿Que cojones ha pasado? Os prohibi que tomarais droga hasta que descubrieramos la causa de la locura -grita a sus compañeros lleno de cólera.

No sabemos jefe, Lucas se encontraba normal, estuvo trabajando con el ordenador, recogió y leyó el correo y ordenó el escritorio, llamando a algunos contactos. Luego se quedó parado, cogió su escopeta y -el pandillero se para un momento, temblando al recordar la escena -empezó a disparnos.

Oye tio, no tengo todo el día, dame el trabajo y después podrás jugar a los detectives sin que te estorbe. La voz de Damian sonaba con determinación, como si sus palabras fueran a determinar el destino que correrían las vidas de los presentes.

Se oye una voz llamando a Jimmy que viene del primer piso del edificio.

Jimmy se levanta y con voz ronca pregunta -¿Quien anda hay? Entra seas quien seas.

Se gira hacia ti y te responde -en cuanto acabe con esto te daré un trabajo. Tal vez el de hay abajo sea un posible compañero para ti.

 ¿Un compañero? Joder, no me gusta tener que repartir las ganancias, por otra parte, si resulta útil lo podría reclutar para el grupo mercenario. Encendiendo un cigarro Damian se quedó en el sitio observando la puerta.

Esperais unos segundos y veis como se asoma la figura de un joven de unos 24 o 25 años, que mide aproximadamente 1,72 o 1,74, rubio, de complexión fuerte y vestido con ropas propias de la ciudad.

¿Has venido por el trabajo? -le pregunta Jimmy colocándose delante de él.

El joven lo mira y le responde -no exactamente, estoy buscando a Jimmy.

Con un rápido movimiento Jimmy le coloca la escopeta apuntándole a la cara y le contesta con aspecto feroz -aqui me tienes, ¿Quién te manda?.

Nadie, no me manda nadie. El caso es que he odio, ya sabes que en las calles pocas cosas se guardan, que estas teniendo problemas con esa nueva pandilla, esos “devastadores”,  y casualmente mi destino también se ha encontrado con ellos, digamos que los estoy buscando, pero no quiero ir solo, y como tengo entendido que tu también los buscas pues… aquí me tienes, tú me ayudas a mí, y yo te ayudo a deshacerme de ellos, soy… un busca líos, por así decirlo.

Muy bien, pero como entenderás, antes me gustaría saber donde me meto.

Perfecto, este tío parece un novato, eso me puede traer problemas. Damian se levantó sin dejar de fumarse el cigarro, un leve cosquilleo le recorrió la espalda, aunque no le gustaba que aquél novato le acompañara, ya podía sentir la emoción del tiroteo, y si todo salía como esperaba, con su apoteósico final. Jimmy, necesito explosivos, o en su defecto unas cuantas granadas e hilo de pescar.

Bueno chicos -responde Jimmy acercándose a vosotros con gesto serio - os traeré material para darle una lección a "Los Devastadores". Os pagaré bien, pero lo más importante es que estareis ayudando a la gente liberándolos de esos asesinos y camorristas.

Con una voz llama a uno de sus compañeros -Albert, traeles a estos muchachos el material necesario para realizar una buena masacre.

El pandillero sale de la habitación en busca de armas.