Partida Rol por web

La reverencia y lo de alteza me toca las narices mas de la cuenta, como si no hubiera tenido bastante con Montero y compañia. Meto las manos en los bolsillos y miro tranquilamente a Vasquez.

-Su alteza no piensa mover un dedo, estoy acostumbrada a que me pidan las cosas por favor...Aunque claro, puedo hacer excepciones, si me lo pidiera aquel por ejemplo- alzo la barbilla y señalo a Leroy- no harian falta tantas formalidades.

Desde luego tengo intencion de hurgar entre lo que queda de los vehiculos, pero la prepotencia y las formas de la morenita me sacan de mis casillas.

- Veeenga chicas, dejadlo, y vamos hacia el pueblacho - dice Ozzy con tono conciliador - ¿Soy el único al que le habían dicho siempre que no había supervivientes en la Tierra? ¿No tenéis curiosidad por saber qué ha pasado realmente? - Dice mientras mete cosas en la nave - Imagino que hemos caído en lo que en su tiempo debió ser México... 

Mi cara parece haberse congelado, no muevo un solo musculo de mi rostro mientras miro a Vasquez y a Jorge. Finalmente suspiro y me dirijo a ambos.

Voy a dar un paseo, avisadme cuando todos tengan claro a donde vamos a ir- Bebo un poco y camino despacio hacia donde han quedado los vehiculos de los de Montero. Examino el motor, las ruedas, el interior y el blindaje exterior sin dejarme nada por revisar.

Después de examinar las armas, me dirijo al comunicador en susurros:

-Ey, estas armas no nos van a servir para nada. Las armas son anticuadas y la munición también, nos irá mejor con las que tenemos.

Luego levanto una motocicleta del suelo, me siento y pruebo si funciona.

-Allí está La Pueebla. -Dice sin dejar de señalar hacia la montaña. -Viven alguunos campesinoos que se establesieeroon tras la guerra. Desidles que vais de mi paarte y que esos Monteero ya no viven por aquiii y seguro que os traatan bieen. -Rie una vez más antes de dirigirse a sus hombres, que montan de nuevo en las motos.
-Un plaseer haberles conosiido, weyes de las estreellas.

Wolf observó al grupo. No sabía que sucedía, pero apuntó hacia Chafarote, no sabía de qué estaban hablando, pero tampoco se fiaba de ellos.

-Recibido. Podéis dedicarme un breve resumen de la situación?

Por el intercomunicador al escuchar a Wolf acercándome le micro a la boca:

-Wolf, nos vamos y te toca ir con le doctor de paquete en una moto. ¿No nos oyes por el intercomunicador lo que hablamos? Cambio.

El sonido de mi pierna metálica anuncia mi llegada justo cuando el huey se larga con viento fresco. Observo las motos con desconfianza mientras cojo el intercomunicador.

- No nos oye si no enviamos la señal conscientemente, Vásquez -digo con tono fatigado, matar siempre me ha dejado tan vacío como un buen polvo- Creo que puedes bajar, Wolf. Al parecer hay una población de cierta entidad por aquí cerca y tal vez podamos encontrar allí algo de ayuda para reparar la nave.

"Si es que queda barco cuando volvamos", pienso con pesimismo, "porque está claro que no estamos solos en este planeta, y son tan humanos como los que hay ahí arriba, para bien y para mal".

- Créeme, Jorge, cuanto menos te creas de lo que te cuenten los capitostes, mejor te irá -digo mientras saco un cigarro de mi pitillera y lo prendo sin ceremonias- Si dicen que no hay nadie aquí, puedes dar por seguro que estará lleno hasta los topes. Solo me pregunto si todo el planeta está en las mismas condiciones.

Empiezo a tener curiosidad por esa ciudad ¿estará construida con materiales reciclados, como esos vehículos? ¿Y de dónde sacan la gasolina y las municiones? ¿las fabricarán ellos o aprovechan las gasolineras y las armerías antiguas?

Después recuerdo el grandullón del panzerfaust y la curiosidad se esfuma tan rápido como hay llegado. Si todo lo que queda es así... va a costarnos mucho volver a casa.

Sentado en la moto, enciendo el motor de una patada al pedal y sonrío al oír el ruido arcaico. Es como la de aquella serie antigua que vi hace años. ¡Qué guai!

-Bueno, ¿quién se viene conmigo? -pregunto por el comunicador mientras presiono el acelerador como un niño con un juguete nuevo.

Suelto una tosecilla para disimular mientras aspiro el humo del tabaco.

- Um... yo mismo, chaval -digo- Llevaría una cosa de ésas, pero en la Estación no abundan, ya sabéis...

Y sin contemplaciones me encaramo detrás del jovenzuelo intentando no arrimarme demasiado.

- Recibido. Ahora bajo.

Wolf lentamente se retira de su escondrijo y empieza a encaminarse hacia el resto del grupo.

- He visto que el lugar está repleto de ruinas y edificios antiguos. Deberíamos tener cuidado. Podríamos tener una emboscada fácilmente. - dice mientras camina hacia el lugar en voz baja.

Cuando llega, Wolf mir primero a Vasquez, esa bruta marimacho que le ha hecho fallar ese tiro... Suerte que no va a pasar mucho tiempo con ella. Tras esto se dirige hacia el doctor y la moto y tras guardar convenientemente su fusil, se sube a la moto.

Sin abrir la boca hasta ahora, observo como se reparten los vehiculos y como suben uno tras otro a las motos. Pacerece que Vasquez esta decidida a viajar conmigo y no tengo inconveniente ninguno a que lo haga si no fuera porque parece que se han olvidado de algo. No puedo creer que un grupo como el nuestro, supuestamente preparado para la mision se disponga a viajar como si de una excursion al campo se tratara.

-¡Que bien! ¿Ya estamos listos para partir? Wolf con el doctor, Leroy con Ripley y se supone que yo llevare a Vasquez, no? Y ya esta? Ni provisiones, ni herramientas, ni nada por si necesitamos acampar, ni si quiera equipo medico por si tenemos que salvarle la vida a alguien? Creo que alguien deberia ir solo y cargar con lo basico por si las moscas. En la otra calle quedan dos motos aun, seria mas sensato que dos de nosotros fueramos sin compañia y como paquete llevar mochilas con lo que podamos necesitar. Pienso en que tendre que llevarme algunas latas conmigo, considerando las dimensiones del arma de Vasquez , dudo mucho que pueda cargar con mucho mas a su espalda. No se cuantos dias estaremos alejados de la nave pero en caso de que no regresemos pronto cuantas mas cosas llevemos con nosotros mejor.

Una vez decidís cómo viajaréis y qué llevaréis con vosotros, comenzais la marcha en la dirección indicada por Chafarote. Dejáis atrás vuestro maltrecho vehículo y avanzáis lentamente por las enormes avenidas evitando socavones y grietas por las que crece la vegetación de forma totalmente descontrolada.
A medida que os alejáis del centro de la ciudad, los árboles van apareciendo con más frecuencia, hasta que llegáis a un punto donde la selva ha invadido las calles por completo, reclamando las tierras que una vez fueron suyas.
No os resulta difícil encontrar un pequeño camino, perfectamente practicable por vuestros vehículos, que aciende hacia la ladera de la montaña. Con un poco de suerte, encontraréis el pueblo antes del anochecer.