Aunque no duermes, sí que notas cómo tu mente divaga por el cansancio, entre aullido y aullido de lobo. Imaginas un estrecho camino sobre la nieve. Imaginas que llega a un antiguo templo. Puede que sí te hayas dormido algún momento, aunque ciertamente no has descansado nada. En los sueños puedes sentir una presencia, bondadosa, cálida y poderosa. En los sueños, que has tenido mirando al fuego, esa presencia necesita tu ayuda.
Durante la noche aprovechas para recoger algo del carbón formado por la leña quemada. Sabes que eso puede serte de utilidad para desinfectar heridas si lo usas junto a otra hierba curativa.
Tirada oculta
Motivo: MM
Tirada: 2d6
Resultado: 10(+6)=16 [6, 4]
Obtienes:
Has dormido como hacía tiempo que no lo hacías. La verdad es que el vino, combinado con el guiso y las bayas de escaramujo te sumieron en un profundo y agradable sueño. Tanto es así que has soñado que danzabas sobre la nieve con un juguetón y amigable oso blanco.
El sueño profundo te ayuda a sanar 1 Herida adicional. Te quedas en 7 Heridas.
Hago caso a las palabras de Militsa y reposo junto a la hoguera para pasar la noche, una que logro pasar mejor de lo que había imaginado incluso con las heridas aún recientes. Al día siguiente cuando despierto puedo ver como algunas haces de luz se cuelan por la entrada taponada y me levanto aún dolorida, pero con las fuerzas recuperadas.
—Debiste haber dormido tú también, aunque solo fuera un rato —digo somnolienta mientras con la mano me acaricio el rostro y empiezo a incorporarme.
Descongelo un poco de nieve para beber por la mañana y me visto de nuevo con la armadura que llevaba. La sangre está seca y pueden verse las anillas de metal rotas por donde entró la espada. Cojo también el caldero y por último la espada con la que había dormido al lado, lista para salir.
—Al menos hoy veremos por donde vamos.
El viento de ayer había desaparecido y juraría que podía ver el sol a través de las nubes.
—¿Sabes hacia dónde debemos ir ahora? —pregunto girándome hacia Fardhinn.
Aún no es de día y ya estáis despiertos. El fuego aún calienta la cueva de los cazadores. El bloqueo del acceso os ha mantenido a salvo y no se oyen aullidos al otro lado. En algún momento de la noche, cuando el frío se hiciese más intenso, debieron retirarse a sus cubiles.
Rectifico un poco el hilo narrativo. Creo que era un error privaros de este momento. Perdonadme.
Mis ojos se abren y buscan rápidamente la entrada de la cueva. Esos malditos sueños me han dado la noche, aunque siento que he podido descansar. Mi mirada se traslada hacia la persona que parece haber velado nuestro descanso durante toda la noche.
Me acerco a Militsa. Estoy tentado de posar la mano sobre su hombro como gesto de agradecimiento, mas mi timidez no me lo permite.
—Gracias —respondo de forma escueta entre susurros, tratando que mis ojos se crucen lo menos posible con los suyos—. ¿Estás bien? ¿Y ella...?
En lo que Skaldi se despierta yo me aparto, me quito la capa que me ha arropado durante la noche y la sacudo con cariño para tratar de quitar nieve y tierra. Me ha acompañado durante mucho tiempo y me ha salvado en numerosas ocasiones. Está algo ajada por el uso pero no la cambiaría por ninguna otra prenda.
—¿Te encuentras bien? —pregunto en alto y quizás aún con cierto resquemor, mientras termino de preparar la mochila y tomo algo de agua.
Durante mi guardia estuve pensando en que ya llevaba dos días fuera de mi casa, nunca había salido de mi aldea y ahora me encontraba pasando la noche en una cueva, velando por dos desconocidos que no nos atacasen lobos, casi no me lo podía creer.
-No os preocupéis por mí, no se me ha hecho la noche tan larga como pensaba- respondo a ambos por la preocupación que muestran ante mi falta de descanso.
Por la mañana me sentía bien, supongo que el cansancio se haría visible a lo largo de la travesía y apenas tenía que recoger nada, buscaba entre los troncos que aún no habíamos prendido, uno de un tamaño mediano y fácil de transportar, me lo llevaría como posible escudo.
A mi cabeza regresó la idea de la añoranza del hogar, más bien de la falta que aún no sentía y casi sin pensarlo las palabras salieron solas -¿Vosotros tenéis un hogar al que regresar?- al preguntarlo en voz alta me sonó más indiscreto que en mi cabeza, y para suavizar un poco, expliqué -Veréis, es que yo jamás salí de la aldea donde vivía, entonces llevar dos días fuera de mi hogar y no añorarlo...pues no sé si es normal o si tiene que pasar más tiempo para que se empiece a añorar algo- miraba a mis compañeros expectante de su respuesta.
Con la mochila preparada y viendo que mis compañeras aún necesitarán un poco mas de tiempo, dejo mis pertrechos cerca de la entrada y me dispongo a salir cuando escucho la pregunta de Militsa. Dudo entre contestarle o salir al exterior.
—Y-yo... Si —respondo reflexivo, con el pensamiento puesto en los bosques de mi hogar, donde realmente me siento feliz, y en mi hermano—. S-supongo que si no lo echas de menos es... p-porque realmente no lo sentías como propio, o porque tu ansia por conocer es mas fuerte que ese... sentimiento.
Tras haber soltado eso, me mantengo en silencio por unos segundos meditando sobre lo expuesto, mientras se me nubla ligeramente el gesto.
—V-voy a buscar algo de leña, para reponer lo que hemos usado. Ahora vuelvo —comento sin mirarlas antes de salir.
Portando únicamente mis armas y con el arco listo, rompo la capa de nieve y antes de salir reviso el inmediato exterior.
Al escuchar la pregunta de Fardhinn me giro y siento suavemente. Aún me encontraba dolorida y necesitaba reposo y tiempo para que mis heridas sanaran, pero las hierbas Militsa me habían aliviado parte del dolor y estaba lista para continuar con nuestra aventura.
—Estoy bien —respondo haciéndome la dura, no me gusta que nadie se preocupe por mí.
Aunque es la pregunta de Militsa la que me hace girarme del todo con algo de sorpresa. Nunca habíamos hablado de nuestra vida personal, yo no al menos. Supongo que las penurias unen a la gente.
—Sois afortunados entonces, tenéis un sitio al que regresar. Yo me crié en las calles, así que... ¿Qué es tan importante de encontrar en estas montañas para que hayas abandonado tu hogar?
Me dirijo yo también al exterior para marcharnos lo antes posible, ya que sería mejor aprovechar las horas de luz que tuviéramos por delante.
—Si estás cansada puedo llevar tu mochila y quitarte algo de peso.
Entiendo que Fardhinn ya nos dijo cual era su motivo, si es que venimos por su plan y lo de su hermano.
Entiendo que Fardhinn ya nos dijo cual era su motivo, si es que venimos por su plan y lo de su hermano.
Fardhinn sólo ha contado que necesita un objeto para salvar la vida de alguien muy cercano. Y que allí donde os lleva ayudándose de un mapa, donde se encuentra ese objeto, hay más riquezas y secretos.
Fardhinn y Skadi salís al exterior. Militsa recoge un tronco del tamaño apropiado y os sigue.
Seguimos en 02 Colmillos y garras.
Dejo esta escena abierta por si queréis terminar la conversación. O por si Fardhinn, visto que os vais, quiere volver a por el resto de sus cosas xD
Ah sí, eso había dicho a Skadi antes, con el cabreo. Podemos decir que durante el camino salió el tema y también lo sabe Militsa.
Si, si. Si os vais dejo lo de la leña, apaño mis pertenencias y salgo. No sin antes tapar la entrada.
Pongo el palo / antorcha en tu inventario: