Partida Rol por web

Todo mi cansancio se había esfumado, me sentía tan a gusto, tan tranquila como si por fin hubiese acabado la tempestad y ahora llegara la calma después de todo lo que había vivido, que sólo podía dejarme llevar.

-Ya había notado antes esta presencia cuando llegamos a la cueva, pero no sabía muy bien cómo gestionarlo. Ahora veo que no se trata de nada malo, si no, ya hubiera acabado con nosotras- comento a mi compañera mientras seguimos al oso etéreo.

Tras ver cómo el oso se gira hacia a nosotras y luego atraviesa el portal, siento que quiero seguirlo y me detengo frente a la entrada del portal -Skadi quiero seguirlo y descubrir quién estaba tratando de ponerse en contacto conmigo. Puede que si atravieso este portal, sea el único momento en el que no temo por mi vida . Tengo la sospecha de que se trate de druidas y su diosa Beory- 

Me giro hacia mi compañera para decirle -Entendería que no compartieras mis inquietudes y que en este momento nuestros caminos se separasen. Si así fuera, ha sido una auténtica satisfacción  haber compartido estos acontecimientos bajo el amparo de tu espada- le hago una reverencia. 

Y sin esperar su respuesta, cruzo el umbral.

Todo era tan extraño y a la vez tan natural... como si estuviese acostumbrada a lo que estaba viviendo en ese momento, tan solo dejándome llevar por un río de aguas cálidas. Mis heridas dejaban de doler y mi mente se despejaba tras el cansancio. La nieve era menos fría y el viento más amable.

Juntas recorrimos aquel trayecto acompañadas por aquel oso etéreo. Qué era o dónde había salido, eran preguntas que en cualquier otro momento me habría hecho. Incluso me habría vuelto a la defensiva por comprenderlo. Pero ahora junto a Militsa parecía que nada de eso importara. Hasta el punto en que nuestros pensamientos de regresar de nuevo a la aldea se habían esfumado y frente a aquel portal veía como uno tras otro desaparecían.

Miro durante unos largos segundos el camino que nos había llevado hasta allí. Nuestras pisadas en la nieve. Quizá regresar sea lo más seguro... volver a la vida que había conocido hasta ahora. Beber hasta caer rendida y abusar de algún pobre desgraciado por unas monedas. Pero había algo al otro lado que llamaba, una voz en mi cabeza que no podía acallar. Miro entonces el portal y las brillantes runas que lo rodean. Siento que debería estar aterrada ante todo aquello, pero no es así.

Tan solo cierro los ojos y me dejo llevar. Paso a paso. Notando como la nieve cruje bajo mis botas y la brisa mece mi cabello. Paso a paso. Hasta que cruzo el portal.