- Ah, ¿con que esas tenemos, eh? - dice mientras arranca el pesado motor con una sonrisa mordaz
De un manotazo metió al Vincent y a Ser Vesa en el auto, y comenzó la frenética marcha hacia lo que es vuestro nuevo destino.
Las luces pasan rápidamente para todos, ya que ambas naves llevan una velocidad demencial. Escuchais fragmentos de música que pronto se hacen lejanos. Y las calles se antojan frías y oscuras. Nada mejor que una misión alocada y un poco de alcohol una vez terminado el trabajo.