Partida Rol por web

Murkoff es una corporación dueña de varios manicomios y clínicas, donde en secreto torturan y hacen experimentos científicos a los pacientes y enfermos. Fundada por el Doctor Rudolf Wernicke y Alan Turing, como una compañía que experimentaba con nanotecnología. Pero grandes inversores y altos funcionarios del Estado compraron la empresa, para albergar crueles experimentos.

Después de comprar varios manicomios por los Estados Unidos, llevaron a cabo los prototipos diseñados por Wernicke y Turing, empleándolos sobre los pacientes e internos de los manicomios. Compañías como la CIA también estuvieron en el asilo, llevando a cabo el Proyecto MKUltra, que trataba de intentar controlar la mente humana.

La tarde era turbia como las anteriores, una nube cargada sobrevolaba las instalaciones del hospital San Lázaro para enfermos mentales y de cuidado especial. Los guardias de seguridad comenzaban su chequeo estricto y correspondiente antes de iniciar la hora nocturna que se encontraba a la vuelta de la esquina, pronto las bocinas pronunciaban el cierre de las habitaciones y el personal nocturno comenzaban sus rutinas en limpieza, chequeo de medicamentos y comida.

Una explosión se escuchó a la lejanía, o eso parecía ya que más bien se percibía ahogada como si hubiera sido bajo el agua, sin mencionar el temblor que provocó en todo el edificio. Pronto las alarmas comenzaron y unas horas después el caos había invadido el edificio por completo.

Un grupo de internos habían logrado encerrarse en una sala a la expectativa en espera de ayuda que suponían no tardara en llegar ¿cómo había ocurrido todo? ¿De verdad se encontraban seguros? Y ¿siempre tuvieron el mismo valor en la oscuridad de cuando lo hacían en la luz?

Uno de los internos se encontraba viendo a través de la ventanilla de la puerta que permanecía abarrotada, gritó y dió la vuelta hacia el grupo.

- Ss-s-son los Woopy, están matando a siniestra y diestra, los Woopy, los Woopy... - El hombre se notaba muy nervioso; era comúnmente conocido como "Axel", un hombre sencillo con alguno que otro trauma, siempre ha sido amigable con la mayoría y los conocía ya que es una de las pocas personas con privilegios de desplazarse de ala en ala sin vigilancia alguna, por el contrario muchos desconocidos entre sí habían quedados atrapados o resguardados gracias al ingenio de Axel.

Me encuentro vagando por el pasillo, justo antes de entrar con Molly a mi habitación cuando se escucha la explosión. - Ohhh... ¿Escuchaste eso? ¿Explosiones? Si uh jajajaja. - digo entre risas mientras sostengo a mi muñeca de trapo muy vieja, con quién mantengo una hermosa relación de amistad, casi fraternal. Aunque a veces tenemos discusiones y ella se queda sobre la cama, mientras yo hago la rutina. Odio cuando me aplica la ley del hielo y se queda allí, en silencio. Maldita bastarda. 

- Frances, esto es nuevo estate atenta. - susurra la muñeca, que soy yo haciendo otra voz, pero nadie me puede decir nada, porque mi muñeca habla y quién me lo discuta se puede morir por una maldición que Molly le lanzará igual que esas cosas feas que le sucedieron a Christine la semana pasada. Fue mi muñeca enojada, que no le gusta las agresiones o que se metan conmigo y ella hace cosas feas. La gente se muere sola... Bueno, en realidad los enfermeros dicen que falleció por vieja, pero para mí fue Molly y su enojo. Los enfermeros no saben nada. 

- Molly dice que tengamos cuidado, eso no es normal. Pero en el lugar que estamos... Jajaja puedo serlo. ¡¿No!? - pregunto con énfasis, y alzo la muñeca con ambas manos para que le hable a todos. - Dile Molly, dile lo que crees tú. - expreso mientras surge un silencio, es mi muñeca la que hablará ahora. - Puede ser que nos quieran matar a todos... Es un gasto para el gobierno el que vivamos aquí. Debe ser un ajuste salarial que nos impacta. Moriremos todos. MORIREMOS TODOS. - enuncia Molly, osea yo con otra voz, pero es ella. 

- Mi muñeca puede que tenga razón, tengo que debatirlo con ella. ¿Que opinan ustedes? - pregunto al mirar a los presentes. 

Shirley permaneció sentada, abrazando con aprensión sus escuálidas rodillas. Las explosiones no le agradaban. Se encontraba caminando tranquilamente por los pasillos, relamiéndose los labios con placer mientras exáminaba en un vaso de plástico el suculento botín de aquella tarde, que había capturado utilizando migajas de pan en una ventana que daba al jardín, cuando la explosión interrumpió su complacencia.

En aquel momento iba siguiendo a Frances por todos lados, bueno, a Frances no, a Molly. Hacía mucho tiempo que intentaba secuestrar a la muñeca pero no había tenido éxito hasta entonces, por lo que se alegró al comprobar que ambas habían quedado en la misma habitación. Y fue hacia Molly que dirigió su codiciosa mirada.

- Molly es muy sabia, oh sí, ¡muy sabia! - dijo abriendo mucho los ojos mientras masticaba sonoramente una mosca particularmente grande que extrajo de su vaso.

 L..los B..Boo..om.. _{s..son p-peligrosos..} p.pero s-sumamente... ¿ _{c..cual seria la...la...la palabra ?, Fa...fas...fas...fastidiosos..}  ¡¡ S..SI !! eso es lo que estaba buscando... d..debe ser eso... -Norman iba hablado sin importar si alguien le estaba prestando o no atención, caminando apegado a una de las paredes mientras daba la impresión de que se fuera a caer en cualquier momento en que diera un paso demasiado largo en su aletargado caminar.

P..pero n..no me engañan..e..esto...esto d..debe ser co.cosa de..de...e.eso p.pequeños...

_{c..co..con sus a..p-pequeñitas alitas...}

  T...¡¡ Y ESAS RISAS !!

_{e..esas malditas risas  que...}

  Se quedaba en silencio al mirar que no se encontraba realmente solo en el sitio

       N...N..Norman...- musitaba mientras movía la cabeza y seguía caminando bien apegado a la pared

_{T..tranquilo...d..de s.seguro q..que n...no nota..notaron na..nada...} 

Como buena parte de mis agradables compañeros, yo me encontraba por el pasillo haciendo de las mías; observando al resto, riéndome desde el rincón, esperando al momento en el que algo interesante sucediese... Y el día finalmente llegó.

¡BOOM!

Perdido en mis pensamientos, la explosión me tomó por sorpresa. Sabía bien que mis humildes ayudantes vendrían tarde o temprano a sacarme de aquel lugar de locos, ¡pero no pensé que seria tan pronto! ¡Si ni siquiera había recibido una visita de Batman! ¿A quién le contaría mi estrategia fríamente preparada para huir de ese lugar y volver a las calles? O tal vez... ¡El plan B: Venirme a rescatar cuando Batman estuviese aquí! Lo que significaba...

-¡Ha, ha, ha! ¡El murciélago a llegado! ¡Pronto comenzará EL SHOW! -aseguré entre una leve carcajada, dirigiéndome hacia mi habitación para encerrarme e intentar asomar la cara por los barrotes, ciertamente emocionado, más que cualquier día en aquel lugar. -. Molly, querida, no seas tan dramática: cuando nos saquen de aquí, te prometo que te presentaré a mi buen amigo Scarface -dije pensando en la bonita pareja que ambos podrían formar. -. Me pregunto si esa linda psicóloga habrá tenido algo que ver con todo esto...

- ¡El murciélago...! - repitió con voz soñadora Shirley mientras los restos de la mosca que estaba masticando se le caían de la boca.

- ¿Dónde? ¡Es mío! - suplicó con angustia, levantándose de un salto y comenzando a moverse como un gato mientras buscaba su nueva presa.

Las moscas estaban bien, pero un murciélago sería un verdadero manjar.

La risas se hacían presente cada vez siendo más estruendosa -Los van a matar a todos van a verlo todos morirán- me reía mientras abrazaba mis costillas que no dejaban de inflarse por las fuertes carcajadas -Tu,tu,tu,tu,tu,tu,tu,tu y especialmente tu morirá y será muy divertido- señale a todos los presentes indicando el especialmente en Flos Mariae -Todos morirán porque no logran ver lo que yo veo los Woopy trabajan para el gobierno y se desharán de todos ustedes mientras que yo seré el último y cuando vayan por mí me ire riendo por verlos caer primeros a ustedes y yo seré el último ¿por que me preguntan?,simplemente porque soy mejor- zapateaba intentando bailar tap algo en lo que claramente era pésimo.

Las hermanas “Flos Mariae” siempre iban juntas, conjuntadas con horteras vestidos sacados de una comunión gitana y colores chillones que herían a la vista, colocadas en una fila recta y tan quietas que, si pasabas por su lado, parecían sacadas de un museo de cera. Todas parecían un calco de una, con el mismo estilo, corte y color de cabello, diferenciándose únicamente por el color de su vestido al pasar de un rosa fucsia a un verde radioactivo. Igualmente, lo llevaban con mucho orgullo.

Ninguna pareció sorprenderse por la explosión, más bien parpadearon antes de que una de ellas, la situada en el extremo izquierdo, moviera uno de sus brazos y se dispuesta a hablar… o más bien a cantar.

Dios nos ama, él nos ayudará (¡Nos ayudará!) – Cantaron el resto al unísono, aunque bastante desafinadas si éramos sinceros.- Sólo tienes que tener fe y él te salvará. (¡Uuhhhh, sí, te salvará!)

Por su parte el Doctor en Geología Mineral Mischievous MedicalSchool estaba observando atentamente las reacciones de cada uno de los pacientes de aquel manicomio, que al igual que él, otro paciente más, habían quedado atrapados en ese lugar. Pese a ello, este no parecía del todo sorprendido, a fin de cuentas, el era un Doctor en algo, en caso de cualquier problema, como un apocalipsis zombie, el sería una persona a rescatar entre tantos locos.

¡Qué melodramáticos!

Exclamó ante las reacciones completamente exageradas, lógicas y entre medias que estaba escuchando. A fin de cuentas, el comprendía en dónde se encontraba, rodeado con una panda de locos de atar. Por lo que decidió no darle demasiada importancia, al menos no más de la debida a todo eso que estaban comentando. A fin de cuentas, la explosión escuchar la escuchó.

¡Seguro que fue la caldera que ha explotado por exceso de carbón!

Rainbow permanecía allí en pie con una mano en la cadera, mientras con la otra acomodaba su pelo.  Miraba al grupo con el que había tenido la mala fortuna de quedar encerrado.

Tras un tiempo estático, empezó a pasearse entre ellos contoneándose, echándoles un buen vistazo a todos de arriba abajo. -Mmmmm. Nada. No veo nada.  Coloco sus manos formando un triangulo y volvió darse otra vuelta mientras miraba a través de él. -No funciona ¿era así? Se quedó pensando mientras miraba sus manos e intentaba variar la posición, pero no lograba obtener el resultado esperado, así que frustrado empezó a patear el suelo.

¡Esto es imperdonable!

La expresión de la señorita Anderson era irritada y no le importaba que todos lo notaran.

Yo iba a darme un lujoso baño de burbujas pero alguien decide hacer una jugarreta con petardos en mi casa y acabo en otra habitación con chusma.

La sola mención de los petardos mostraba el pánico en la cara de Fancesca Anderson, como si su anterior "casa" hubiera ardido a raíz de un experimento pirotécnico.

¿¡Y qué narices es un Woopy!?

Bridget había permanecido sentada en el sofá de la sala, mirando fíjamente el televisor que desde el momento en que se había producido aquel sonido sordo de explosión alejada, no daba señal y simplemente se veía una imagen continua distorsionada en blanco y negro, con un par de líneas negras que continuamente parecían ascender por la pantalla. La vieja no dejaba de contar "uno" y "dos", como si aquello fuese la mayor diversión del mundo, al ver pasar las líneas, y después decía "ahora" en el momento en que se producía un parpadeo. ¿Por qué lo hacía? Esa sería una buena pregunta...

- Un, dos,... ahora. Un, dos,... ahora. Un, dos,... ahora.- seguía y seguía en su particular monólogo aparentemente sin sentido, observando la pantalla que prácticamente era la única leve iluminación de la sala. Sólo cuando alguien de los allí presentes les señaló uno a uno gritando "Tú", y les dijo que iban a morir, se puso a reír de forma descontrolada e histérica, casi con los ojos ensangrentados, y preguntó divertida. Shh... ¿Quiere que le cuente secreto? Hoy no he tomado las medicinas... - pero de inmediato se puso a mirar la pantalla del televisor, y seguir con su rutina. Un, dos,... ahora. Un, dos,... ahora.

Los internos se encontraban algo confusos o simplemente siendo ellos mismos, como un día normal en el parque, algunos les preocupaba la situación y otros sólo la evitaban con excusas disparatadas, Alex pasó al medio de la sala para tratar de llamar la atención del grupo.

- L-los Woopy, ellos dos... Es, es primera vez que los veo fuera de sus lugares, normalmente siempre están en las habitaciones subterráneas... - Axel se dio cuenta que los internos no tenían idea que el manicomio contenía habitaciones subterráneas, luego recordó que le habían pedido guardar silencio luego que éste se escabullera donde no tenía que estar. - Yo los vi, sí, yo los vi, los Woopy, los Woopy... - Se llevó la mano a la boca para comerse lo que quedaba de uña en el dedo índice.

- N-no t-tienen idea ¿verdad? Debajo, debajo hay... Hay... - Las lámparas de aceite se extinguieron mientras que los focos de luz sólo dejaron de funcionar, algunos gritaban, incluyendo Axel. De un momento a otro el hombre comenzó a gritar de manera desgarradora.

- ¡¡¡AHHHHHGGGGHHHH!! ¡¡¡AAAAAAAAGGGGGHHHH!!! - Un sonido como si derramaran una cubeta de sangre se escuchó impactando con alguna superficie y Axel ya no gritaba...

Las luces se encendieron parpadeando pobremente y ahora los alrededores de la sala se encontraban llenos de manchas de sangre y en medio estaba Axel, o lo que alguna vez fue de él, echo pedazos y como si lo hubieran revertido de adentro para afuera, dejando ver los músculos, venas y demás nervios de su cuerpo.