Partida Rol por web

Purity 1 punto de infección.

Tirada > 1 → Sin infección.

Tras despertar de un mal sueño, me encuentro en otro peor: la realidad. Al menos hemos pasado una noche tranquila y sin incidentes, pudiendo descansar el cuerpo... pero no la mente. "¿Podré descansar a gusto y sin peligros alguna vez?", me pregunto, aún tumbada. Lo dudaba.

Me levanto y miro a mi alrededor: mis compañeros se empiezan a despertar y me fijo en que tampoco deben haber descansado mucho, porque tienen profundas ojeras. "Como las que debo tener yo", me digo.

- Vamos, chicos -me obligo a sonreír para contagiar un ánimo inexistente- Hay un autobús que nos espera. 

Acercándome a la única ventana por donde podemos salir, veo que el sol empieza a salir y su luz aclara todo lo que la noche anterior no dejaba ver bien, es decir, la situación en el exterior*.

Jonh se desperezó. Sacudió su pelo rubio lanzando a uno y otro lado los retazos de inconsciencia que todavía tenía y miró al resto. La ropa se le pegaba como siempre que dormía con ella y la sentía incómoda, sobre todo la ropa interior.

Necesito una ducha

Pensó mientras se incorporaba.

Sí. Ya voy. Respondió a Purity Todavía no soy persona

Y estiró los músculos desperezándose definitivamente. Su cuerpo la verdad es que estaba bastante bien formado, parecía un Miguel Angel vestido. Jonh no se daba cuenta de su propio encanto, incluso despeinado y ojeroso emanaba atractivo. Era un mesomorfo natural, hacía ejercicio pero no requería mucho esfuerzo para marcar la musculatura. Su mujer, ruborizándose, confesó una vez a su mejor amiga que ese y no otro era el motivo por el que se abalanzó sobre él en cuanto tuvo oportunidad. Jonh era un bombón mal envuelto, dentro estaba mucho mejor de lo que parecía por el envoltorio.

Así que se acercó hasta la ventana y miró a ver cómo estaban las cosas.

Ojalá haya pasado algo durante la noche. ¿No sería maravilloso que se les hubiesen agotado las pilas a todos los bichos?

Valeria abrió poco a poco sus verdes ojos y sonrió al ver que todos estaban bien, sobre todo Jonh que parecía estar "mejor" que ninguno, luego busco con la mirada a Tina, realmente se sentía muy segura cerca de ella.

SE acerco a Jonh por la espalda, apoyo una mano en su espalda, y susurro -siento ser la que te quite la ilusión, pero no cuentes con ello- y le sonrió guiñandole para quitarle gravedad.

- Cinco minutos más...-protestó Tina apretándose el sombrero contra el rostro para cerrar las brechas de luz que se filtraban por debajo del ala. Cinco minutos que se acortaron a apenas unos segundos al recordar dónde se encontraba.

"Joder, ¿por qué Texas? ¿por qué Midville?" refunfuñó buscando su escasa fuerza de voluntad para combatir el peso de sus parpados y abrir los ojos en cuanto su cuerpo se estira desperezándose. - Yo conduzco. - espetó en cuanto se creyó despierta poniéndose en pie, marcando su territorio ante las palabras de Purity y su ansia para alcanzar el autobús, remarcando su determinación en ese hecho señalando a sus ojos y a Purity alternativamente en señal de que iba a tenerla vigilada. - Yo conduzco. - repitió con más gravedad buscando al Sheriff con la mirada para comprobar que sigue con ellos.

Y después de dar los buenos días con una ligera inclinación de cabeza a la joven del grupo se acercó a la ventana en la que Purity observaba el exterior dispuesta a jugársela con la uralita.

- Te van a birlar botas y montura como te descuides. - le susurra a Purity satirizando el obvio encaprichamiento de la pelirroja con jonh. 

El sol de la mañana encuentra al sheriff sentado dormitando frente a la puerta revover en mano. Estaba claro que en algun momento de la noche decidio que no era necesario estar dormido para vigilar la unica entrada a la habitacion.

Levanta su sombrero para indicar que esta despierto. Menos mal que el dia anterior habian traido lo que necesitaban y el autobus estaba listo para marchar. Entreabrio una minima rendija de la puerta pistola en mano para cercionarse de que el pasillo estaba despejado.

- Id cargando el autobus, me quedare cubriendo la entrada. Cuanto antes nos vayamos de este pozo de mierda mejor.

La idea de encontrar un lugar minimamente seguro se contoneaba en su mente igual que las camareras de la cafeteria de la calle 20.

Todo parece estar tranquilo, sin zombies a la vista. Si alguien intenta salir verá que la ventana se abre con facilidad. El porche, una mezcla de laminas de uralita y de metal oxidad que se han ido remendado con el tiempo, parece aguantar el peso de del grupo. Las opciones son claras: intentar saltar hasta el suelo, es un primer piso y hay algunos puntos desde los que agarraros, o, por contra, volver a adentraros en la casa y buscar otra salida.

Como era menester el sheriff fue el primer en asomarse y saltar. Tendria mejor angulo para cubrir a la gente desde el tejadillo de la gasolnera.

Se asoma y con cuidado trata de dejarse caer al vacio.

Jonh observa al Sheriff. Se gira y ayuda a Valeria y a las chicas a descolgarse.

Vamos, yo vigilo por detrás.

Y se descuelga el último.

Ricky se descuelga del tajado con algo de dificultad, pero una vez tiene los pies en el suelo puede ayudar al resto del grupo bajar. Jonh, haciendo alarde de su caballerosidad, espera a que bajen primero las chicas.

Purity salta la primera, una caída aparatosa hace que ruede contra un surtidor y se golpee fuertemente el hombro. Le siguen Tina y Valeria, que con algo de ayuda logran bajar sin problemas. Finalmente salta Jonh.

El grupo está junto a los surtidores de gasolina, y no puede verse ningún zombie por las cercanías. Aun así, podéis ver los destrozos que causó la horda que os acosó anoche, el escaparate de la tienda parece haber sido arrollado y muchas estanterías han sido volcadas, en el suelo se mezclan productos, cristales y algún miembro arrancado de cuajo.

Baja sin mucha dificultad, agradeciendo a Jonh la ayuda con una mirada y una sonrisa y le susurra, casi inaudible -no tardes, no estamos libres de ataques aún- y bajo con los demás.

-Deberíamos ver como coger gasolina para el bus ¿no?- dijo a los demás

Tina era precisamente la presidenta del club de fans de Purity, ni siquiera se presentaría a ese club aun con promesa de buffet libre. Pero ese día el sol brillaba más, el aire era más puro y los zombies parecían haber guardado distancias con ellos, así que la invadía el buen humor.

Paradójicamente, la caída de Purity la animó y preocupó a la vez. Rió antes de saltar de la uralita, rió al tocar suelo ilesa, río mientras se acercaba a Purity con prisas y aguantó la risa al preguntarle si le dolía.

Un hombro herido realmente era un problema, ya fuera ajeno o propio, aunque puestos a elegir mejor que fuera el de otro.

- ¿Buscamos hielo?- se ofreció mirando de reojo el edificio que acababan de abandonar con una mueca que deseaba no tener que cumplir su palabra - o podemos improvisar un cabestrillo y vas que te matas.

Guardó silencio un segundo al oír su expresión pero pronto se encogió de hombros obviando lo inoportuno de ella.

Tras la aparatosa bajada, me agarro el hombro con un gemido doloroso. Además, noto como el color me sube a las mejillas con vergüenza: soy la única que se ha caído intentando bajar al suelo. Sin embargo, al intentar incorporarme, un latigazo de dolor me sacude la parte superior del brazo.

- No... -respondo a Tina, con cierto recelo. "¿Hielo? ¿Dónde vamos a encontrar hielo aquí? A esta vaquera se le ha terminado de ir la olla", pienso. La idea del cabestrillo, sin embargo, no me parece tan mala aunque sería algo incómodo- Llevo unas vendas, espero que simplemente sujetándolo un poco... 

Con cierta dificultad, saco una venda y trato de mantener el hombro lo más recto que puedo mientras me la coloco alrededor del hombro y el pecho. Queda bastante aceptable, y aunque voy algo "tiesa", no me duele tanto. 

John se descolgó el último y se acercó a los surtidores. ¿Estarían en buen estado?

Vamos a echar un vistazo. Dijo comprobando si había algo de gasolina.

Pero miraba a uno y otro lado. Los zombis no sabían nada sobre horarios ni descansos y habría que ver si podían encontrar botellas vacías o recipientes para guardar más gasolina de la que cabía en el motor del autobus.

Mientras todos estaban ocupados recogiendo las cosas, Ricky fue a dar una vuelta al perimetro en busca de posibles amenazas y de suministros para llenar el bus o cualquier cosa util.

Los surtidores parecen funcionar perfectamente, como los dueños viven ahí mismo no necesitan bloquearlos. Tras los cristales rotos, en la tienda, podéis ver por el suelo alguna garrafas de 5 litros de agua, aunque la mayoría están rotas al haberles caído encima estanterías y zombies a la par algunas se conservan en buen estado. Cerca de la gasolinera podéis ver un pequeño cobertizo, dentro se ve una pickup vieja y oxidada, con ladrillos bajo los ejes en lugar de ruedas y el capó levantado. Al fondo hay una mesa con varias herramientas, pero los ojos del sheriff recaen en que hay hasta 6 bidones Jerrycan polvorientos pero que parecen en buen estado.

Recuperas los 2 puntos de daño. A pesar de que logras vendar la herida del zombie y ya no te duele sigue de un color negruzco.

Tina se quedó observando incrédula y boquiabierta como Purity se aplicaba la venda, ella sola, con una única mano y sin problemas. Incluso sintió el impulso de aplaudir como un crío en una feria de ganado cuando realizo el lazo final en la venda.

Reprimió todo elogio verbal y ocultó los mudos girando la cabeza hacia Jonh que parecía entretenido con los surtidores, y vislumbró uno de los bidones que habían aparecido en la búsqueda del sheriff. Aprovechó la excusa que el Sheriff cargaba para ponerse en marcha y se acercó para tomar uno de los bidones para rellenar.

- Uno de estos bastará para acercar el autobús. - justifico con ello que se lo arramplara de las manos para entregárselo a Jonh.

Dejó el bidón a los pies del surtidor y apoyó un lado de su cuerpo en la máquina al tiempo que se cruzaba de brazos. Repicó cada segundo de espera con los dedos de la mano derecha sobre el antebrazo contrario y la impaciencia se encapó en palabras.

- ¿Y los muertos? - preguntó al horizonte - No habrán encontrado una nueva residencia en el Bus ¿no? - sonrió de medio lado con resignación - Asco de señora y asco de gato. Veréis como se va a llenar el purgatorio.

Hizo rodar sus ojos hasta posarlos en Jonh - ¿Cómo va eso? ¿Falta mucho?

A buen ritmo Respondió el rubiales mientras vigilaba cómo se iban llenando los bidones.

Lo hacía lo más rápido que podía pero intentaba no atropellarse. Cada gota de gasolina era en aquel momento más valiosa que cualquier billete que le pudiesen dar.

Esto ya casi está. Se le notaba algo de nerviosismo en la voz. No podía evitar recordar que cerca de ellos podría haber más de aquellas cosas y que bastaba con que les viesen para que la situación se volviese desesperada.

Terminó de llenar el bidón.

Venga, traigamos el autobús y veamos si repostamos en serio.

El buen humor de Tina siempre la animaba, siempre tenia respuesta para todo y salida, sonrió viendo como traían los bidones, ayudaría, pero su fuerza era siempre escasa, miro a Tina -¿Cuando me enseñaras a disparar? no me gusta estar indefensa- miro al suelo algo sonrojada