Partida Rol por web

Sales corriendo de casa con lo puesto. Cuando te alejas lo suficiente se te pasa el subidón de adrenalina y estallas en sollozos apoyada en un árbol.

Pasas minutos así hasta que empiezas a ver una sombra que se arrastra entre la baja maleza de la zona.

Algo se acercaba arrastrándose entre la maleza no logras darte cuenta hasta que es jodidamente tarde. Un zombie vestido con atuendos de trabajo, quizás fuese un jardinero de tu padre, se abalanza sobre ti a una velocidad alarmante sin apenas darte tiempo a reaccionar. Tiene la cara llena de espumarajos y los ojos en blanco con una obsesión. TU CARNE.

Abre los ojos como platos y levantándose cual un rayo, intenta corriendo poner la máxima distancia entre ella y el zombie. Corre todo lo rápido que sus piernas y la adrenalina le dan, pero sabe que seguramente esa cosa aguantara más que ella corriendo por lo que busca desesperadamente que puede haber alrededor, para  escapar, vio un árbol a lo lejos y decidió subir a lo alto de este, así por lo menos escaparía del alcance de este.

Subes al árbol como si nada, trepando entre las ramas y te quedas ahí esperando. Cuando el zombie te da alcance se queda mirando hacia arriba como si por un segundo intentara recordar cómo trepar. De pronto se encarama al árbol y rodeándolo con los brazos hace ademán de escalarlo, pero le es imposible. Puedes ver como vocifera gritos y alaridos de frustración mientras clava las uñas en la corteza y la hace saltar arrancándose de paso trozos de piel.

Se sienta en una rama donde esta segura que por mucho que el zombie salte, ni la rozara y respira hondo mirándolo, apartando luego la vista de lo desagradable que es todo en esa cosa. Se olvida del zombie sabiendo que no la cogerá y piensa que hacer luego, no podrá quedarse allí para siempre, además tendrá que dormir en algún momento ¿habrá más humanos por ahí? ¿o estará sola?

No conoces muy bien las fincas de tu padre, sin embargo sabes que por ahí cerca terminan sus plantaciones de árboles y de seguir caminando un tramo darás con el árido desierto tejano. Exhausta y superada por la situación te dejas caer en una rama que parece bastante solida y poco a poco te vence el sueño. La noche transcurre sin incidentes, te despiertas un par de veces, agitada en medio de la oscuridad recordando la imagen de tus padres, pero no sucede nada que te ponga en peligro.

Al alba, cuando el sol empieza a filtrarse por las hojas del árbol en el que te encuentras un ruido estruendoso te despierta. Te incorporas desorientada y por poco no te caes al suelo creyendo estar en una cama. Si miras abajo puedes ver que no hay rastro del zombie que anoche te perseguía, bajas con cuidado y paras atención: ¡Es un coche! Puedes oír claramente el motor de un coche acercándose hacia ti, ni siquiera ves la carretera, pero sin duda debe estar cerca.

-¿Un coche? dudo que un zombie sepa conducir- Quizás se sentía esperanzada, quizás había más humanos aún, pero... no sabía como podían actuar los humanos en esa situación. Dudo un momento si dejarse ver u ocultarse, definitivamente opto por dejarse ver, no quería estar sola, tenía demasiado miedo para seguir sola por ahí.

Así que aguardo a que el coche se acercara, escuchandolo sabía que seguramente se acercaría a su posición.
 

Tras andar pocos metros dejas atrás los árboles y cruzas una pequeña zanja, ante ti se extiende uno de los más áridos desiertos del mundo. Atrás dejas el pequeño paraíso terrenal de tu familia logrado solo a base de dinero y despilfarro de agua.

Más allá, en dirección al desierto, ves un desnivel y por encima de éste cruza la carretera. A lo lejos se aproxima el coche, es un sedan azul oscuro, no logras ver quien hay en su interior ya que el sol refleja en las lunas. Se aproxima a toda prisa y pasa a tu lado zumbando, ¿Quizás no te han visto? Una sensación de abandono te sobrecoge, sin embargo veinte metros más allá puedes ver como el coche se detiene y espera unos segundos, unos segundos que se te hacen eternos, finalmente ves como se encienden los pilotos de la marcha atrás y el sedán recorre la distancia hasta quedarse a tu altura.

De la puerta del conductor se baja un hombre, de edad media y con una espesa barba. Te suena de haberlo visto en Midville, el pueblo que está a unos pocos kilometros de la hacienda de tu familia. En la mano lleva una recortada que deja delicadamente en su asiento al verte.

- ¡Buenos días señorita! - Se levanta el sombrero en gesto cordial. - Es un alivio encontrarse gente por estos lares. ¿Está usted sola?

Dejó escapar de su labios un enorme suspiro al ver que el coche volvía a donde ella estaba, por fin un humano, un rayo de esperanza de que no fuesen esos horribles zombies.

Asintió al hombre -Si, sola- al momento se sintió como una estúpida, ese hombre parecía amable pero no todo era lo que parecía y acababa de confirmarle que estaba sola. Se volvió solo para asegurarse si podría salir corriendo en caso de necesitarlo. -Mis padre murieron y yo salí corriendo de mi casa, escapando de esas... cosas. ¿Sabe usted si hay más humanos?- y lo miro quizás con un hilo de esperanza.

El hombre se gira inquieto mirando alrededor, se le nota nervioso.

- Pues nosotros no hemos visto a nadie desde que salimos del pueblo, aquello fue un auténtico infierno. ¿Porqué no te vienes con nosotros? Hay espacio de sobras - Ladea la cabeza señalando hacia el coche - Soy Ted ¿Y tu eres...?

-¿Vosotros?- miro hacia el coche ¿había más gente dentro? no se había fijado -Me llamo Valeria, pero todos me llaman Valery- Sospechaba de todo el mundo, pero... estaba sola, no quería estar sola y menos con esas cosas vagando por ahí, así que cuando le dijo que si se iría con ellos, simplemente asintió, algo más tranquila al no verse sola.

- Vaya, que nombre tan bonito.

Puedes ver que Ted cada vez está más nervioso. Oyes cómo se abre la puerta del otro lado y alguien la cierra de golpe.

- ¡¿Eh Ted a que esperas?! Terminemos con ésto . -Es Bred, no puedes verle bien la cara, pero se parece mucho a Ted aunque sin barba, deduces que son hermanos.

- Cállate Bred, y vuelve al coche. Estamos negociando los términos de su salvación

- Caramba hermano vaya novia te has ido a encontrar eh.

Fue a responder gracias a lo de su nombre, pero al escuchar al otro hombre, se le heló la sangre, ¿como que novia? podía ser solo una broma... o no ¿condiciones se su salvación? empezaba a ponerse algo nerviosa y retrocedió unos pasos. Valery respira hondo, piensa ¿donde puedes ir sola? pero  aveces es mejor sola que en mala compañía, no estaba segura de las intenciones de esos dos y menos estaba segura de ir con ellos.

-¿términos? ¿que términos?- le dice a Ted dudando, no había dicho nada de términos en ningún momento.

Al ver Ted que te pones nerviosa se gira y mira por encima del coche.

- ¿Lo ves? ¡Ya las has asustado, eres imbécil! - Le grita a su hermano.

Sin demasiados miramientos te agarra por un brazo y recogiendo la escopeta con la otra mano te golpea fuertemente la cabeza. En un instante sientes como tus piernas fallan y caes desplomada. Todo se vuelve negro.

Al notar como la agarra del brazo intenta soltarse cual fiera acorralada desesperadamente, pues estaba aterrada, pero poco puede hacer ante la fuerza del hombre, nota un fuerte dolor cuando la golpea y poco a poco va perdiendo la poca fuerza que podía ejercer para soltarse, e irremediablemente se desmaya.