Partida Rol por web

Aquel estudiante se había movido de la zona en la que estaba en aquella área particular para llegar a otra zona en aquella misma área, en concreto esta misma zona, quizás aquí podría tener más oportunidades de prevalecer y salir victorioso de todo este evento que se había montado demasiado rápido.

Mientras Hen Re se adentraba en aquella estancia, podía escuchar la voz de una niña cantar una canción un tanto tétrica; por desgracia este no podía identificar de donde venía, solo sabía que era algo del interior del edificio. Aquella canción incluso hacía que el aspecto abandonado del lugar diera aún más miedo.

Se encienden velas
Se queman velas
Príncipe y Hada y tu pájaro de fitcher
Las velas se apagan una a una.
Contar una historia
terminar una historia
Las sombras están borrosas

Oh, feliz príncipe
Oh, príncipe de buen corazón
¿Por qué estás llorando?
¿Quién ha robado tu corazón de líder?
¿Y te dejó tirado?
Ah y he aquí
Allí una dama está rezando por la lluvia.
Pero de repente
La lluvia ha parado

Goteando y goteando
¿Qué sigue cayendo?
¿Cómo es la belleza?
¿No pudiste volver a bailar?
Mi princesa traviesa,
¿Adónde vas?
Es posible que hayas sabido

todo eso es en vano

Jadeando y jadeando
¿Estas corriendo?
Corriendo para abrir la puerta
Lo prohibido
Mi princesa traviesa,
Gracias por venir
Y ahora el ultimo
¿Y ahora a quién le toca?

La la la la la
Es mi turno ¿estás listo?
A partir de ahora comienza mi juego.

Hen escuchó con atención la canción. Las alusiones a príncipes, princesas y pájaros le hacía imaginarse como un personaje dentro de la canción, lo cual hacía la canción más tenebrosa. Pero intentó ignorar sus escalofríos y dió un paso al frente.

-¡Que bien cantas!-exclamó, buscando entre las oscuras esquinas a la muchacha.-¡Yo soy Hen, de la academia de superhéroes! ¿Eres tú también de la academia? No te he visto antes, pero es que soy nuevo.

A pesar de que Hen Re parecía querer comunicarse con aquella muchacha que había visto, esta no parecía querer consentir a aquel aprendiz de héroe con una respuesta; pues aquella pregunta que había hecho no fue respondida si no con otra cosa más que el silencio.

De vez en cuando se podía escuchar la batalla que estaban teniendo Hinata Ryu e Hinata Ryu contra Noro Akikazu, se escuchaba al cuchillo chisporrotear por la temperatura y algunas pequeñas explosiones. Eso era su único consuelo.

De la muchacha de la canción, ni un sonido... ni siquiera parecía estar ahí.

Hen comprobó desconcertado que su intento de presentarse estaba siendo ignorado. Intentó buscar el origen de la voz, incluso si la propia canción no había parecido venir de un sitio en particular, y en buscar cualquier indicio de algo raro o alguna pista que le llevara ante la muchacha.

-¡Lo siento si te he interrumpido, no era mi intención! Si no eres de la academia, ¿es que te has perdido?

Detrás de él podía escuchar la pelea de los Hinatas contra Noro. No le agradaba dejarles solos pero Noro había insistido en que quería pelearse con Hinata. Al menos, confiaba en que si la cosa iba mal, Noro le llamaría. Después de todos, ¡eran aliados!

El interior de aquella ala del hospital no parecía ser ni cómoda ni estable; eso sí, parecía servir bien su propósito, siendo este guarecer lo suficiente de la climatología del lugar a un gran puñado de fantasmas... o al menos a unas cuantas sábanas con forma de distintos tipos de bultos.

Revelando lo que hay debajo de alguna de estas sábanas, se podría ver como no eran más que estatuas de piedra, todas ellas representando a personas en distintas poses y con gestos tristes, sorprendidos, asustados, agónicos, enfurecidos... un abanico de expresiones faciales y ninguna de ellas positiva.

Hen sintió escalofrios cuando descubrió las estatuas. ¿Qué clase de persona habría hecho unas estatuas tan tenebrosas? Pero el anuncio del ranking lo cambió todo.

-¡Noro!-exclamó, sin creérselo. ¿Qué habría pasado? Esperó unos segundos, por si de repente escuchaba el anuncio de que Hinata había sido también eliminado, una mutua eliminación entre sus dos compañeros. Pero no la hubo. Hen echó a correr hacía la puerta al exterior.

-¡Niña de la ventana, dame un segundo y vuelvo a por tí!-le gritó a la nada mientras desenfundaba su sable.

Aquel estudiante se había movido de la zona en la que estaba en aquella área particular para llegar a otra zona en aquella misma área, en concreto esta misma zona, quizás aquí podría tener más oportunidades de prevalecer y salir victorioso de todo este evento que se había montado demasiado rápido.