Partida Rol por web

¡NO!

-¡Que yo no estoy inválido! -Dijo mientras se levantaba de la silla de ruedas ante la sorpresa de todos los presentes.

¡NO!

¡MALDITA SEA! ¡MALDITA SEA! ¡MALDITA SEA!

¡Pero he descubierto que tú eres el responsable del asesinato y desaparición de Lady Frances Carfax!

¡El Terrier de la Familia de la Baronesa BlackWoman!

Pero yo no tengo nada que ver con eso.

¿Enserio?

Enserio, de hecho estaba fuera del país cuando eso pasó.

Cometiendo otro crimen no relacionado con nada de eso.

¡Oh! ¡Pues al parecer habré cometido un error!

¡Jajaja! ¡Al parecer he ganado este "juego" Detective!

¡Aún así voy a tener que detenerte por las otras cosas!

¡Oh! De acuerdo...

Y así fue como el detective novato, Kenshin Nori detuvo a su primer sospechoso, aunque no fuera por el crimen que este estuviera investigando, logró atrapar al culpable de unos cuantos delitos, algo tal que cinco o seis, ni el propio detective había mantenido la cuenta de todas las cosas que este había dicho mientras lo esposaba y lo llevaba fuera de la habitación.

Cuidado, estas piernas han tenido poco uso.

Y con este último comentario, por parte del falso paralítico y aún más falso hijo y heredero del Duque Kano, su rastro de villanía al fin desapareció de las calles y de la Mansión del Duque. Sin lugar a dudas, un trabajo bien hecho por parte del detective novato, pero... la situación aún no había finalizado. Aún cuando este estaba fuera de la escena colaborando con los policías que esperaban en el jardín de la mansión para meter al que sea que Kenshin sacara esposado.

Pese a que todo había "terminado", la cámara siguió grabando, a fin de cuentas, Kenshin aún tenía que volver a quitarlas. Esta cámara grabó como la Baronesa avergonzada y adolecida por no haber descubierto quién era el culpable del asesinato de su querida Lady Frances Carfax, había salido de la habitación para irse a su vehículo y marcharse de ese lugar con la poca dignidad que tenía... Así como a los otros tres miembros de la familia del Duque Kano aún sentados cada uno en su sitio, inmutables ante la marcha de la Baronesa.

.

¡Menudo estúpido! ¡Normal que no sea mi hijo! ¡Pues a quién se le ocurre confesar sus crímenes!

¿Acaso me veis a mi confesar que en verdad fui yo quien mató a ese perro?

Ya sabéis, ese que atropellé cuando íbamos a tomar el té a la casa de la Baronesa.

Al que metimos en el maletero del coche y luego tiramos en el "viejo puente" a la vuelta a casa.

Ningún policía, detective, Inspector o Sheriff lograrán sacarme una palabra de mi boca.

¡Ni de las vuestras, familia! ¡Eso es un indicio más que evidente que compartimos sangre!

El Duque calló por un instante cuando escucharon los pasos del Detective llegar, y su rostro se volvió blanquecino, así como el del resto de la familia cuando vieron como el joven detective, avergonzado por no dar con el culpable del asesinato y desaparición de Lady Frances Carfax quitaba la cámara oculta que había colocado.