Partida Rol por web

Tras ordenar todos mis pensamientos, y tomarme ademas el tiempo de descansar para que se me pasara tan tremendo dolor de cabeza, volví a la realidad. Ya era hora de volver con los demás, aunque me sentía un poco decepcionado. Ese sujeto no sabia mucho de verdadera importancia, en realidad nada en absoluto que valiera la pena después del alto precio en dolor que tuve que pagar.

Al encontrarme con los demás, estaban comiendo. Ahora con tranquilidad en mi mente pude concentrarme en aquel olor que desprendían los platos, aquellos colores. Debo admitirlo, me despertaron bastante el apetito. Por lo que me senté en silencio y con tranquilidad. Aba también querría comer después de todo.

-No se quien hizo esto, pero le ofrezco mis felicitaciones, se ve muy bien.- Mire a mi alrededor. Ahora todos sabían lo que era yo, o bueno, en realidad tenían una parte de lo que era yo. ¿Como se lo tomarían? ¿Dirían algo? Ralts había sido la primera en darse cuenta.

Volví levitando cerca de Gin. No tenía por qué ocultar nada. Si alguien no sabía lo que estaba sucediendo, no lo iba a saber por mucho que quisiera. Sin embargo, si alguien ya sospechaba qué podía estar sucediendo conmigo, posiblemente iba a ver confirmadas sus sospechas. Al parecer, Sasori había hecho comida. Qué considerado por su parte. Comí del arroz sin pestañear, y sin comerme ningún trozo de piña. El sabor ácido de la misma me molestaba, así que la fui apartando a medida que iba comiendo. No era una comida completa, ni mucho menos, pero mi cuerpo necesitaba algo con lo que llenarse y el arroz era un candidato perfecto. Comí quieta, haciendo levitar un poco de arroz cada vez y llevándomelo a la boca. Para hacer más amena la comida, hice que la botella de agua que el Charmander sostenía entre sus uñas se escapara, yéndose a la otra punta de la habitación.

Tras el humano de la capucha regreso Aba. Ambos se sentaron a comer, apenas roto el silencio de ambos por un comentario del humano. Salude a Aba con la mano, en un momento que creí que me miraba. De pronto la botella se elevó y como si estuviese siendo llevada por alguien fue volando hasta el otro lado de la habitación. Por lo que fui corriendo y protestando tras ella.

-Chaaaar…- Cuando la atrape, la sujete entre los brazos y mire ceñudo a Sweet y a Aba. Seguro que debían haber sido alguna de las dos… o quizá el humano psíquico… no sabía. Bebí un largo trago mientras regresaba y sujetaba el recipiente con abrazándolo con fuerza.

Acepté el agua de Mark, así cómo el pan de Sasori (tipo Roca), pero cuándo iba a coger la botella que me ofrecía Charmander también, ésta salió volando. Sin duda eso era un "ataque" psíquico, y si daba por hecho que no había enemigos cerca, había sido Aba. El picor se había calmado mucho, pero no habrá desaprovechado otro trago si me lo daban, así que me giré mirando a Aba.

"Tal vez quiere jugar."

Mientras Charmander salía corriendo tras la botella y la agarraba con recelo, yo hice que un trocito de verdura del plato de Aba le saltase hacia la frente. Al contrario que ella, siempre estóica y silenciosa, yo no pude evitar soltar una risita al hacerlo.

Se me cierran los ojos. Ha sido un día aún más agitado que ayer. Tengo que rezar antes de dormir, pero lo cierto es que corro el riesgo de caer aquí mismo. Además, Charmander me está dando un calorcito muy confortable...

- ¿Alguien sabe algún cuento de miedo? - pregunto con voz pastosa -. Nada de historias de guerra, Doc - añado con un guiño

Las mías podrían ser incluso peores. Lo bonito de los soldados es que raramente tienen que hacer auténticas atrocidades, o ver lo que significa de verdad la guerra. Unos beneficios, unos favores o simple venganza, es así de triste. Y por esas tres cosas yo sí que he cometido verdaderos pecados. Claro que Kate Manson no.

-Yo se uno. Un cuento de terror quiero decir.- Levante la mano, ante la peticiond de Kate.- Pero no se si es apropiado para jovenes pokemons y humanos sensibles, pues mi cuento puede ser... Escalofriante.- Dije en mi mejor voz tenebrosa, mientras levantaba una cuchara de madera como si de un cuchillo de carnicero se tratase y sonriera como un maniaco bajo el pañuelo.

El agua sabe rara ¿Tendría que saber el agua? Me acurruco en el regazo de Kate, y escucho algo de un cuento… no sé qué es eso. Pero por alguna razón me encuentro bastante… contento. Aunque noto como si el suelo se moviese, pero no me importa demasiado, es divertido. No puedo dejar de reírme.

Me giro quedando bocarriba y jugando con las patas, demandando algo de atención. Algunas llamas minúsculas escapan involuntariamente de mi boca entre las pequeñas risas erráticas y me cuesta un poco mantener la vista fija en un lugar. Me incorporo un poco para darle un lametón a Kate, y el equilibrio me abandono rápidamente, lo cual... es extrañamente divertido.