Asi fue como el caballero de las estrellas Asellus Nunki se encontraba en medio de la sala de reuniones del consejo de su familia, rodeado de los suyos que le estaban juzgando por ser uno de los caballeros de las estrellas dejando aparte otros cargos mucho más importantes por unos reaccionarios como ellos, por supuesto tus familiares más allegados como tus padres, hermanos y primos más queridos le defienden con uñas y dientes. Un anciano de barba larga y ojos cansados declama:- Asellus Nunki ¿Cuanto más vas a seguir con esa tarea que solo lleva miseria y mal nombre a nuestra familia? Tu eres el caballero Hajduk y como tal deberias olvidarte de esas pamplinadas.-
En las islas de mi memoria los caballeros no eran necesarios. Asellus dejó lo que hacía para volverse a quien le recriminaba de esa áspera forma. En esos recuerdos el cielo era negro y sobre su manto soplaba la luz de las estrellas. Pero todo eso quedó lejos. Son oceanos de tiempo los que nos separan de aquellos días.
Ahora el sol empaña nuestra visión. ¿Acaso no es así? ¿Acaso los demonios no escupen rencor en nuestros corazones? La gente necesita que alguien luche en el campo de batalla. Yo soy ese alguien. Yo soy el caballero de la orden de las estrellas.
Anciano... no oses volver a juzgar el designio. No te atrevas jamás a señalar mi cargo con ese dedo del reproche. Estás avisado.
El anciano que reconoces como a Sirius, uno de los consejeros de la familia con más antigüedad frunce el ceño e insiste:- ¿Que demonios? ¿Es que acaso la luz del sol es algo contra lo que puedas combatir? Se hablan rumores horribles de los caballeros, se los toma como descastados y se burlan de los ofrecimientos del consejo... Comprendalo, intentamos hacer lo que es mejor para nuestra casa.- Gestos de aprobación llegan de la mayor parte del consejo:- No nos gustaria tener que hacer una votación para terminar con su cargo, es algo que solo ha ocurrido 2 veces en toda nuestra historia, pero es nuestro deber guardar el poder del Caballero Hajduk, demuestranos el poder de los que llamas demonios y seremos cautos en nuestra resolución.- Tus familiares más cercanos siguen en silencio, pues no son suficiente numero para cerrar con sus votos esta situación.
Dejame solo. la mano del Hajduk se aferró a la Capa del anochecer boreal. Aquella capa era lo que más quería. Más que a nada ni nadie. Invocó el Viento del Oeste. Su garganta habló de su amlestar por los improperios. Sus palabras fueron truenso en mitad de una tormenta electrica.
Dejame solo y tendrás tu prueba. Asellus vio como el poder boreal empujaba a aquel impertinente lejos de su presencia
Solo si el resto de consejeros claman por una votación inmediata por haber tratado asi al viejo consejero, dispuestos a cerrar este violento capítulo, aunque huyen de tu presencia por la utilización del poder.
De ninguna manera. Aquello era demasiado pedir. Algo que no podía consertir
Yo soy el Caballero Hajduk y ningun consejo puede proclamar la celebracion de una votación sin mi permiso. ¡Va contras las normas! Asellus seguía erguido sobre el marmol del suelo como una estatua que desafia al paso del tiempo.
Uso el tema del cargo Hajduk para la frase clave $$Pides demasiado
Los consejeros rectifican marchandose asustados ante la majestad de Asellus Nunki, pero teniendo a tantos miembros del consejo en su contra es casi seguro que en otra ocasión terminen haciendo su amenaza efectiva, sino cambian las cosas ni siquiera tus poderes o el apoyo de tu familia más cercana te ayudara a salir de esa situación. Pero se acerca uno de los tuyos, tu querido padre tan anciano como sabio, que tocando con su mano tu hombro dandote apoyo, por un segundo puedes ver que sus ojos cambian a la luz de las velas, para convertirse en un negro monstruoso, mientras susurra:- Todos en esta familia deseamos que sigas al frente de esa casa.-
¡Tus ojos! Asellus apartó en un reflejo a su propoio padre al ver lo insondable de sus ojos.
Retiraos todos de mi presencia. Necesito descansar. el caballero de las estrellas estaba visiblemente alterado. Se llevó la mano a la cara en señal de fatiga. Todo esto está acabando por agotarme. Se encaminó hasta su sillón y allí fue a dejarse caer. Solo. Solo otra vez.
Y así fue como sucedió que Asellus Nunki, el caballero Hajduk, se quedó a solas con sus pensamientos y dudas. Dudaba que las estrellas fueran fuego, que la verdad sea mentira. ¿Este era el precio que debía pagar? El sol habia traido luces desde más allá del horizonte. Con su capa de colores y sombras habia ocultado las viejas estrellas. ¿Estaba todo acabado? ¿Era este el fin?
Asi fue como soslayando su expulsión de su cargo, se encontro con la disyuntiva de ver un brillo extraño en los ojos de su padre, ¿Acaso un demonio ha poseido el cuerpo de su padre por culpa de la posesión de su manto? Prefiere pensar que no es asi, pero tiene que encontrar un modo de expulsarlo sin que su padre sufra daño, ahora se encuentra horas después del suceso en la gran biblioteca de la familia, buscando entre los libros más infectos alguna pequeña muestra de esperanza.