Partida Rol por web

Era un día como cualquier otro en Langley y eso era algo razonablemente bueno. “Bueno” si se tiene en cuenta que la anodina rutina de la Central de Inteligencia de Estados Unidos era mucho mejor que volver a darle vueltas al asunto de la familia de nuevo.

Eso era mejor dejarlo enterrado y listo

Al menos eso era lo que se decía a si mismo Colt mientras cruzaba el vestíbulo principal de Langley en dirección a su oficina en el 4º piso. Le habían citado para una reunión dentro de una hora en la oficina del Director (algo que bien eufemísticamente se podría llamar “importante") y el quería llegar temprano y prepararse mentalmente para tal acontecimiento.

Si tan solo pudiera sacarse el tema de su padre de la cabeza…

 Entré en la oficina sin muchas ganas, saludando con apenas un leve movimiento de cabeza a la secretaria o lo que sea que fuera, a veces no sabía qué cosas eran las personas que me rodeaban, a veces ni siquiera sabía si eran personas o quizás era que yo no les daba tal valor. Cerré la puerta con un golpe lento y seco y me senté, era aún temprano y no había ayudado nada el evitar en mi cabeza el tema de mi padre, pues sólo me había durado desde el momento en que subí el elevador, hasta cerrar la puerta de la oficina.

-Es como una maldición...

Primero su muerte y luego aquella maldita infidelidad que tuve a mal descubrir, quizás en el peor momento de mi vida. Nunca había podido superar eso y eso que había superado, precisamente cosas mucho peores, creo que nunca estuve preparado para ver a mi madre como a una mujerzuela o quizás, como me había dicho una de mis amantes: "estás siendo demasiado duro con ella, Ronnie". Claro, uno de esos nombres que tenía que usar, a veces uno más estúpido que otro. Me senté tras el escritorio y observé la puerta, rememorando a mi padre, a mi madre y su amante y a esa pequeña mujer, medio regordeta que me había amado y había conseguido que la amara, por lo menos unos cuantos meses hasta que tuve que irme pero a quien nunca olvidé. La vida era una caja de sorpresas.

Al cabo de un rato suena el teléfono y Colt atiende. Eran de la oficina del Director. Le informaban que el mismo debía comparecer ante el Comité de Inteligencia del Senado y que, por eso, la reunión tenía que realizarse en ese mismo momento. Sin dilación.

Agradeciendo la oportunidad de dedicarse a otras cosas en vez de “yasabesque” Julian se levanta y se dirige al despacho. A pesar de lo presurosos que decían que estaba el director le hacen esperar cerca de unos 15 minutos en la antesala. Finalmente las puertas se abren y Colt puede entrar al Sacro Santorum de la inteligencia nacional.

 - Por favor, tome asiento – dice el Director General en un tono neutral pero áspero a la vez.

 No estaba ni remotamente nervioso, estaba acostumbrado a aquellas cosas, al misterio, a las cosas dichas por lo bajo o por lo alto con otras tesituras, así que simplemente se sentó como le indicaron, acostumbrado a obedecer cuando más que necesario era un acto natural. Se desabrochó el saco y se sentó, cruzando la pierna y mirando fijamente a su interlocutor.

-Señor director.

Fue todo lo que dijo, sabía que lo habían citado para algo importante, dentro de la asociación todo era siempre importante y los detalles nunca quedaban a las buenas de Dios, no había casualidades sino causalidades, otras cosas muy distintas eran las que se gestaban en las cabezas de los componentes de dicho club por no llamarlo de otra manera menos ordinaria.

 - Voy a ser algo brusco - dijo - como sabe estoy algo apurado y no suelo tener paciencia con algunos temas ni me gusta darle vueltas a las cosas - hizo una pausa medio como para prepararse y respirar. Prosiguió - Hace unos cuantos años realizamos una black op, mejor dijo usted realizó una black op. Un asesinato para ser exáctos. Uno muy importante al parecer ya que todos los informes, datos de la misión, discos, minutas, todo ha desaparecido por completo. No queda nada de nada, ni siquiera su handler para esa misión. Nada salvo usted. Ni idea de que pasó ¿Verdad?

Se podría decir que el D.G. no estaba del mejor humor...

 Julian se mostraba seguro, nada ansioso, listo para cualquier cosa o casi pero cuando el director le soltó aquella retahíla de cosas, un ligero movimiento de su ceja izquierda delató cierta incomodidad con lo recién dicho. Se reacomodó en el asiento y miró fijamente al hombre que hacía las veces de su interlocutor. Se tomó un buen tiempo para responder, tragó saliva, pensó un poco y no encontraba la causa para que aquello estuviera sucediendo, así que se encogió de hombros y negó suavemente con la cabeza.

-Nada sé, señor pero si tengo que averiguar algo, no tengo ningún problema.

Pero si lo tenía, aunque claro, eso no se notaba. ¿Cómo mierda iba a desaparecer así nada más tanta información y demás cosas? ¿Por qué mierda dudaban de él? ¿Estaban dudando de él? Se pasó la mano por el cabello, se arregló el reloj esperando escuchar algo más que todas esas preguntas que se repetían una y otra vez en su cabeza.

- Ya veo - Dijo el D.G. claramente desilusionado - Estoy un poco apurado y usted no piensa colaborar. Es desepcionante Mr. Colt. Mucho. En fin, es claro que estoy perdiendo mi tiempo. Por favor, vuelva a su despacho hasta que lo llamén - Dicho esto hizo un gesto con los manos como ordenando que Colt se fuera inmediatamente de su presenecia.

 Julian salió de la oficina, no entendía a aquel hombre pero sabía perfectamente que no le daría oportunidad para explicarle el hecho de que no se estaba rehusando a nada, que de verdad no sabía qué podía hacer él. Volvió a su oficina un tanto más cabizbajo que antes, con la firme idea de que algo estaba pasando y de que, por supuesto, no le estaban diciendo todo. Dejó caer su pesado cuerpo sobre el cómodo asiento y se puso una mano en el mentón recargándose del escritorio mientras con la otra se ponía un cigarrillo en los labios y lo encendía.

-¿Habrá alguien que sepa algo? Siempre lo hay...

Finalmente se recostó sobre el asiento y esperó, sabía que de una manera o de otra, pronto tendría algo que hacer, para eso había nacido.