Neulens al ver al mal nacido correr no duda ni un instante en seguirlo, no banadona a su presa jamás. No obstante la pierna pasa factura y ve como el sacerdote huye a toda velocidad, a una que ella no puede seguir y se detiene junto a la puerta jadeando y aguantando su pierna entablillada. Debía reconocer que esta vez había perdido. Se apoyó resoplando.
Se toma unos instantes para recuperar el aliento. Entiendo que es una tontería perseguir al sacerdote con la tirada que hecho y yo con penalización en la Agilidad.
-Aaaaaahhhhrrrrrggggg -concentrado como estaba en llevar a cabo su plan, Filippo había descuidado su retaguardia dándole al cultista que quedaba en pie la oportunidad de asestarle un tajo en el hombro. ¿Cómo había permitido aquello?
Vio que a pesar de las dificultades, el fuego comenzaba a prender. Él no iría tras el sacerdote porque no era tan temerario. Tampoco quería acabar todo cortajeado, por lo que se giró para enfrentar a su oponente, antorcha en mano. Por un momento estuvo tentado de hacer lo mismo que con el sacerdote, pero entre la falta de combustible y que no quería acercarse demasiado, el ladrón usó el fuego para mantener a raya al atacante. Por aquel día ya había tenido suficiente y lo único que quería, era salirse del combate sin perder más sangre. Poco a poco, interponiendo la antorcha entre los dos, comenzó a retroceder. Seguramente Varek se encargaría de ajustar las cuentas con él.
Yo huyo del combate XD
La velocidad de la abominación tomó a todos por sorpresa, el flexible y musculoso cuerpo serpentino impulsó al pérfido sacerdote del Innombrable lejos de los maltrechos aventureros, dejando a un enloquecido cultista atrás para cubrirle la retirada.
Una vez solos, los cuatro aventureros pudieron dar cuenta del guardaespaldas antes de que este pudiera causar más daño, entre Varek, quien pagaba la frustración que le dejara el sacerdote, y la siempre eficiente espadachina la cosa quedó finiquitada.
A las luces danzantes de las llamas prendidas en los charcos de aceite del suelo, los magullados compañeros pueden ver como una oscura mancha se expande bajo el cuerpo del misterioso acompañante, ese chico de Farb... Equis.
Pero cerca, a un lado del terrible altar, una queda tos salida de una reseca garganta, un desnutrido Lucius delira con evidentes marcas de tortura en su cuerpo. A pesar de su lamentable estado, estaba vivo, y por él habían venido, y ya empezaba ser hora de largarse de ese lugar peligroso no fuera a ser que el mil veces maldito Milos o aquel otro hombre serpiente, regresara con más lacayos. Un combate más, tal fuera el último para ellos.
Así pues los menos heridos ayudaron a llevar el paso del resto, Neulens apoyada sobre la Botas, y Lucius sobre las anchas espaldas del norteño, con Filippo asegurando la marcha atento.
La huída fue rápida, pero no precipitada, pasando por la sala del tesoro para cargar tanto como fuera posible antes de salir por donde habían pasado, dejando un rastro de cuerpo caídos aquí y allá.
Un deslumbrante amanecer acompañado por los graznidos de las gavinas recibieron a los aventureros cansados, insuflándolse la suficiente energía como para llegar a la Pluma del Estudiante. Para recuperarse y ente sus muros y los cuidados de Desi y sus chicas. Y esperar a que encontrarse con el hermano Egil y dejar atrás ese lugar cuanto antes.
El resto del siguiente día pasó como en un sueño, Desi los recibió y mandó a Shyria para ir en busca de los servicios de un sanador, mientras os manteníais ocultos en un reservado, comiendo y montando guardia por si llegaba de imprevisto alguien del Templo del Saber buscando explicaciones con respecto a Milos, quien Varek y Neulens contaron a Filippo y a la Botas que era el mismísimo secretario del Sumo Sacerdote del Templo del Saber, Thudor. Sin lugar a dudas tarde o temprando su desaparición llamaría la atención.
A lo largo del día Lucius recuperó la consciencia, cuando su amigo, el hermano Egil, ya estaba con vosotros, agradecido por habñer encontrado, y rescatado, a su querido Lucius.
Por su lado, Lucius, parece recuperarse rápidamente con abundante comida y bebida, y unos cataplasmas. Agradeciendoos vuestra gesta una y otra vez, pero siendo su agradecida mirada, más que suficientemente clara de que ese agradecimiento es de lo más sincero. Cuenta, de forma un tanto inconexa y desorganizada, como Milos, como secretario de Thudor, mandara a Lucius a la casa tapiada para hacer un intercanvio y en cuanto se percató ya estaba entre las garras de esas terribles criaturas... luego... luego empezó la pesadilla.
Al parecer un demonio había hecho posesión del cuerpo del bibliotecario tras su contacto con un antiguo libro, eso hizo que se comportara de forma extraña años atrás y se embarcara por los mares a bordo del navío del Capitan Scarbelly, viajando a distintos lugares de los que guarda vagos recuerdos... recuerdos que Milos intentó rescatar a base de amenazas, embrujos y torturas. Para intentar recabar cualquier resto de información que pudiera rebelar la debilitada mente de Lucius, quien por algún motivo volvía a ser dueño de su cuerpo y voluntad, no habiendo ni rastro de su antiguo huesped demoníaco.
Una vez Milos consideró que ya no quedaba nada más para sacar del bibliotecario se disponía a sacrificarle como presente a su maldito diós.
-Hasta que unos verdaderos héroes entraran en el templo del Innombrable y sacaran a patadas a esa maldita serpiente de allí... ¡que se pudra en el infierno!
Por su lado los aventureros fueron recompensado con el dinero acordado con el hermano Egil, quien además les garantizó su ayuda si en algún futuro precisaran de ella.
Por su lado, los aventureros, con los bolsillos llenos, suficientemente recuperados, y con algún nacido de mala madre tramando una venganza en algún lugar, decidieron que tal vez sería bueno... visitar otras tierras por algún tiempo.
Pero esto, amigos, esto es otra historia.
Fin