Partida Rol por web

- Muchacho, lamento no recordarte. Ha pasado mucho tiempo desde entonces pero estoy seguro que soy el vendedor de juguetes de latón al que te refieres. Ciertamente agradezco mucho vuestra ayuda y, bien, es cierto que gracias a ella ahora mi caravana carece de guardias - con un leve movimiento de su brazo os muestra su caravana, cuatro ponis con pesados fardos que forrajean absortos por los alrededores del camino - Al decir que se habían hecho con mi dinero quería decir que me habían acorralado. ¡Por suerte habéis llegado a tiempo! Me dirijo la puerta del Bosque Negro, en los Valles del Anduin. Os puedo ofrecer un poco de dinero, o parte de mis mercancías, cuando crucemos el bosque.

Sin duda os vendrá bien nuestra compañía para este viaje. Me imagino que vuestra intención es recorrer el viejo sendero de mi gente hasta la misma Puerta del Bosque. No es un camino muy acogedor, pues esta parte del viejo bosque es la más oscura y asfixiante, pero mi señor Thranduil ha asegurado el camino, de manera que si marchamos con cuidado y sin acercarnos demasiado al linde, evitaremos peligros como las apestosas arañas o los lobos hambrientos que acechan en busca de viajeros descuidados. Conozco bien esa senda, mellon nîn, pues los mios la llevan recorriendo desde tiempos ya olvidados

Sarunniel también se ofrece a acompañarle e intenta calmar al hombre haciéndole ver que es buena conocedora del bosque negro y sus peligros, pues no en vano ha sido su hogar durante incontables años.

- No es de extrañar que no os acordéis, yo era un niño, más joven que su hijo, incluso.- Sonrío al jovenzuelo.- Si bien es verdad que hace muchos años que no sé nada de usted. Y es una lástima, porque me encantaban sus juguetes.

Agarro mi laúd, y lo afino despreocupadamente, mientras sigo hablando.

- Ni que decir tiene que ayudaré a hacer que los niños del bosque puedan jugar, pero... ¿Cómo es que tiene que marchar hasta el otro lado del Bosque Negro?

Una sombra traviesa los ojos ante las últimas palabras de Holdin. Sonríe forzadamente y empieza a reordenar los fardos que puedan haber quedado desorganizados tras el ataque.

- Gracias por querer acompañarnos, chicos. No creo que nos quite mucho tiempo. He planeado una parada en los salones del rey Thranduil donde me espera un amigo. Un grupo de elfos nos espera en un pequeño vado a poca distancia de allí. Nos llevarán al Reino del Bosque en almadías.

El viaje transcurre prácticamente en su totalidad en silencio. Baldor resulta ser un hombre muy antento a todo lo que ocurre a su alrededor, incluso preocupado por cualquier detalle, especialmente por su hijo Belgo. Este es un chaval de unos 10 años con ganas de participar en cualquier acontecimiento. Es animado y nervioso y no puede evitar ir de aquí para allá mostrando interés por todo.

Tras unas horas de camino, a medida que cae la noche, Baldor os propone acampar cerca de un vado del río. "He quedado en este punto con unos compañeros elfos que nos acompañarán por el río hasta las Estrancias del Rey Elfo."