Es verano en la región del Dorgogne, situada al sur de Francia. Los trabajos del proyecto del Dr. Johnston marchan viento en popa, gracias en gran medida a la financiación de la ITC. La ITC es una empresa que produce aparatos de alta tecnología, y que no sólo se limita a enviar dinero para patrocinar los trabajos de excavación y reconstrucción del antiguo monasterio de Sainte-Mère, sino que también está enviando todo tipo de aparatos experimentales que están resultando muy útiles para la investigación.
Son las seis de la mañana y Diane Kramer ha venido hoy a visitar las excavaciones. Teniendo en cuenta que se trata de una alta ejecutiva de la ITC, la empresa que financia la investigación, el protocolo dicta que debería haber sido el propio profesor Johnston el que la recibiese y se encargase de atenderla. No obstante, el profesor tenía otro compromiso para el día de hoy, puesto que Françoise Bellin, el Director General de Patrimonio histórico venía hoy de París. El gobierno Francés se tomaba muy en serio las excavaciones históricas.
La razón para salir tan temprano es que quieres aprovechar el viaje en helicóptero que obligatoriamente te toca hacer, para rastrear la zona con el magnetómetro de protones, que es un aparato que sirve para descubrir anomalías en el suelo que podrían indicar la presencia de paredes, cerámica o metales enterrados, y que funciona mejor al amanecer o al anochecer.
Te pido por favor que intentes sacar un poco de tiempo para resolver rápido esta escena, porque hasta que no estés acabando no pueden empezar los demás.
Cuando ya esteis todos juntos te lo puedes tomar con más calma si quieres, pero ahora ¿podrías hacer un pequeño esfuerzo extra?
No se cómo estás de liado ultimamente...
Diane observa con atención como manipulas la máquina.
- Debo reconocer que la campiña francesa es preciosa al amanecer, aunque me pregunto porqué era necesario salir tan temprano.
El frío de la mañana me hace temblar levemente, dejando la taza de café a un lado observo a Diane, sonrío.
-¿Preciosa?, es la primera vez que alguien me dice eso de una empresa, pero supongo que no te falta razón. Bueno es equipo funciona adecuadamente al amanecer o al anochecer, creo que levantarse tan temprano sólo es un pequeño inconveniente de este trabajo.
Termino de ajustar los últimos parámetros del magnetómetro y digo:
-Bueno, esto ya está. Subamos antes de que se nos haga tarde. Veamos las maravillas que se esconden bajo tierra.
El helicoptero despega con un gran estruendo de hélices. Lo primero que sobrevuela son unos despeñaderos de piedra caliza que eran una antigua playa, bajo los cuales hoy en día existe un laberinto de cavernas. Más tarde pasan sobre un bosque, una gran extensión de campos y granjas dispersas, y a lo lejos ven un pueblo enclavado en lo alto de un monte, constituido por algunas casas de piedra, carreteras estrechas y la torre de un castillo elevándose hacia el cielo. Marek sabe que este pueblo se llama Beynac.
A partir de ahí, la cuenca del río Dordogne se abre en un abrupto declive. Aun más lejos está Castelnaud. En la Edad Media el río Dordogne había constituido la frontera entre territorio inglés y francés, y en la zona se desataban hostilidades con frecuencia. Beynac había sido una plaza fuerte, y Castelnaud, el pueblo junto al que pasa en este momento el helicóptero, era la plaza fuerte rival. En aquella región los castillos de ambas facciones solían construirse emparejados a lo largo del río.
Actualmente Castelnaud está completamente restaurado. Destaca un castillo de piedra amarilla con tres torres circulares unidas por una alta muralla. A los pies de Castelnaud se extiende un bonito pueblo turístico.
Todavía falta un poco para llegar a los yacimientos arqueológicos en los que trabaja el equipo del profesor.
Mientras sobrevuelan los campos y enclaves, el equipo va rastreando el suelo, aunque Marek aun no ha empezado a tomar notas, ya que de momento no se encuentran en su área de interés.
Kramer parece muy interesada sobre lo que ve, y de vez en cuando hace preguntas sobre la historia de los pueblos que van sobrevolando.
- ¿Necesitan algo más de equipo? - dice mirando al magnetómetro con curiosidad -. Nos interesa saber si los aparatos que les estamos facilitando están siendo de ayuda en la investigación. Si tienen alguna queja o alguna petición, estaré encantada de atenderles y comunicarselo al señor Doniger.
Marek está concentrado en comprobar el funcionamiento del magnetómetro, y no responde a la pregunta de Diane Kramer. La mujer, al verlo tan ocupado, mira hacia el exterior, disfrutando del paisaje aéreo.
El vuelo del helicóptero continúa sobrevolando más bosques, un pueblo llamado Envaux y luego gana altura de nuevo para introducirse entre las montañas hasta llegar a unas ruinas. Esas ruinas son las de Castelgard, el lugar en el que se está llevando a cabo la investigación del profesor Johnston.
En realidad es muy poco lo que queda de la plaza fuerte de Castelgard: unas cuantas paredes y poco más.
- ¿Eso es todo lo que hay? - pregunta Kramer, un poco desilusionada -. Pensé que quedarían más restos, o que quizá habrían comenzado ya con las obras de reconstrucción. Al escuchar halbar de su trabajo, pense que sería algo más... tangible.
El vuelo continúa adelante y vuelve a encontrarse con el río Dordogne. En una isla en el centro del río hay otras ruinas tan lamentables como las de Castelgard, que resultan pertenecer a un molino de agua, en el que en este momento se encuentran trabajando el profesor Johnston y Chris.
Por último, algo más lejos hay otro conjunto de ruinas dispuestas en forma de rectángulos, como si fuese un pequeño pueblo. Se trata del monasterio de Sainte-Mêre, uno de los más ricos y poderosos de su época, pero que quedó asolado en un incendio en el S. XIV. Es el lugar en el que se ve más gente trabajando y el yacimiento más importante de los cuatro que conforman el proyecto.
Finalmente el helicóptero alcanza el cuarto yacimiento, que son las ruinas de la fortaleza de La Roque, enclavada sobre el pueblo de Bezenac. Aunque se haya situada en la margen francesa del río, en realidad la construyeron los ingleses como cabeza de puente permanente. Son las ruinas que se encuentran en mejor estado de conservación, pero desde el helicóptero se aprecia que toda la zona está llena de turistas, a pesar de lo temprano que es. En realidad tener las obras abiertas al público es un imperativo del gobierno francés. Cuando comiencen la reconstrucción, el yacimiento se cerrará al público.
-No se preocupe señorita Kramer, no tardará en quedar sorprendida por los resultados. Este equipo, nos permite avanzar rápidamente, si hay una cuchara ahí abajo, personalmente la desenterraré para usted.
Me afano con las lecturas que escupe el magnetógrafo. Mis ojos no se apartan del aparato al sobrevolar los yacimientos. Minuciosamente examino los resultados, sin prrestar mucha atención a Diane.
-Al sobrevolar el último yacimiento, mi cara pierde la sonrisa, la Historia es maravillosa, aunque es complicado trabajar rodeado de tantos curiosos, ¿no cree?
- Sí. La verdad, yo preferiría que los yacimientos no estuviesen abiertos al público. ¿No retrasa esto sus investigaciones? Me imagino que llevar a cabo las obras de reconstrucción con la gente mirándolo todo y tocándolo todo no será fácil.
Te da la sensación de que Kramer parece algo frustrada y nerviosa al ver la lentitud de vuestros progresos.
Una vez que Kramer ha visto desde el aire todo lo que quería ver, y declara sentirse satisfecha con la visita, el helicóptero emprende el vuelo de regreso al helipuerto de Domme, desde el que partisteis.
Marek, mirando la hora, piensa que, si se da prisa, le dará tiempo de llevar en coche a Diane Kramer hasta el yacimiento, para que pueda entrevistarse con el profesor, y aun llegará a tiempo de asistir a su clase de mandoble.
-Señorita, supongo que querrá entrevistarse con profesor, a nuestro regreso, supongo que sino le importa que yo haga de chófer... (dejo la frase inacabada asumiendo que Diane la entendido)
Observo nuevamente las lecturas del magnetógrafo, tal vez pueda ver algo en ellas que resulte tremendamente interesante.
¿Qué tipo de lecturas se obtiene de aparato?
¿Se obtienen imágenes?
¿hemos usado el aparato en cada localización que has dicho?
El magnetómetro rastrea el calor. Durante la noche todos los cuerpos se enfrian, pero al amanecer la tierra se calienta, mientras que las estructuras de piedra, metal o cerámica que puedan haber enterradas debajo se mantienen frias algo mas de tiempo. Al anochecer, funciona de la menra contraria: mientras la tierra se enfría, las estructuras siguen calientes. Por tanto, la lectura que se obtiene es una imagen de colores diversos.
Habeis usado el aparato sobre las zonas que se están investigando, pero aun quedan muchos terrenos alrededor en los que pueden haber restos y que no habeis podido investigar. Vais poco a poco.
En la Edad Media no habían automóviles... tu sabes pelear con espada, tirar con arco, equitación, incluso podrias participar en una justa, pero no sabes conducir un coche. En cierto modo estás un poco desconectado del presente por tu gran afición al pasado. Será mejor que el coche lo conduzca el piloto del helicoptero.
-Sabe usted señorita, algún día de estos podríamos mirar las cuevas de caliza con el aparato. Visto el auge turístico del área, podríamos hacer un mapeado de la zona y hacer excursiones.
Digo medio en broma y medio en serio.
Miro a Diane y prosigo hablando.
-Es extraño y a la vez grato que una empresa como la ITC se fije tan exhaustivamente en el trabajo del profesor. A veces me pregunto que interés tiene la compañía en esta excavación.
Me quedo como esperando una respuesta.
La idea de tener a un montón de gente en la zona haciendo turismo de aventura, parece espantar a Kramer durante un par de segundos.
- La verdad es que el señor Doniger es un enamorado de la historia - explica la mujer, subiendo al coche -. Él siempre ha dicho que, mientras que las ciencias han sufrido numerosas revoluciones, los investigadores históricos utilizan hoy en día prácticametne los mismos métodos y herramientas que se utilizaban hace cien años. A Doniger eso le parece injusto.
Por eso, como la tecnología que investiga la ITC tiene múltiples aplicaciones en el campo de la historia, preferimos utilizar este tipo de proyectos como campo de pruebas de nuestros productos. Invertir en trabajos como el que ustedes están desarrollando aquí, es como realizar una inversión en Investigación y Desarrollo, con la ventaja de que los beneficios obtenidos con los resultados no solo redundan en nuestra empresa, sino en toda la humanidad. Y, ademas - añade con una sonrisa burlona -, desgrava.
Me quedo pensativo un instante, mientras digo al piloto que sobrevuele las cuevas de caliza nuevamente.
-Señorita Diane, será sólo unos segundos, quiero ver como funciona el magnetómetro en las oquedades de las cavernas. Sabiendo como se monitorizan las cavernas, tendremos datos contrastar resultados futuros.
El ruido de las hélices me hace esforzar la voz, inclinando mi cuerpo hacia delante grito al piloto:
-Capitán, ya hemos sobrevolado los yacimientos y las cuevas, supongo que será suficiente por hoy...
El piloto hace virar el helicóptero, regresando sobre el terreno, ya que hace un rato que sobrevolasteis las cavernas en el camino de vuelta hacia el helipuerto. Sin embargo, ni al piloto ni a Kramer parece importarles demasiado demorarse un poco en regresar hacia las cavernas. El trabajo es lo primero y, al parecer, los dos se fían de tu buen criterio.
El magnetómetro no sirve para detectar las zonas huecas en la tierra, sino que útil para obtener información sobre estructuras arqueológicas que hayan estado sometidas a altas temperaturas y localización de cuerpos metálicos en general. La pantalla de tu aparato permanece en blanco.
Pongo una imagen tomada con un magnetómetro de verdad, para que veas como son.
Mapa de anomalías del yacimiento arqueológico de Garbín (Baza, Granada)
Yo diría que los magnetómetros no se pueden utilizar desde el aire, subido en un helicópetro, pero bueno... esto es ciencia-ficción. Hay que darle un cierto margen a la fantasía.
Pues editemos el comentario acerca de las cavernas. tendré que pillarme el manual de instrucciones del cacharrito
Regresais al helipuerto de Domme, y el helicóptero toma tierra con suavidad. El piloto te ayuda a transportar el equipo hasta el coche, y, una vez que Kramer y tú habéis subido a él, arranca en dirección a los yacimientos.
No hace falta que te leas el manual de instrucciones, si tienes alguna duda, pregúntale a David Stern (lo encontrarás en la sección de pnj).
Si no se te ofrece nada más en esta escena (como por ejemplo, comentarle algo a Diane mientras vais en el coche, pásate a la escena de "Día de visitas").