Partida Rol por web

- Ay, ay, que golpe... - se queja Atelie mientras se incorpora, adolorida. Ya probó con hierbas para dormir, ¿qué queda, qué queda? ¡Ah, por supuesto! Siempre intenta dejar esto de pedir ayuda como último recurso, pero en una situación como esta.

La adolorida druida se arrodilló en el suelo y susurro unas palabras contra él. Hizo una pequeña ofrenda de una pequeña cantidad de tierra especial que recogió en otra ocasión, para entonces hacer uso de su hechizo característico: El Llamado a la Naturaleza. ¿Qué ha pedido? Ha hablado con las raíces de árboles cercanos, solicitándoles que cobren fuerza y se aferren al Caballero, ¡quizás así deje de golpear a todo el mundo, y de golpearse a si mismo!

El nuevo ataque de Farnad fue demoledor para la pobre Princesa, la cual salió revotando e incluso escupió una profusa cantidad de sangre…aquello debió de partirle una costilla como mínimo, pero aún así se levantó temblorosa.

-Far…Farnad…tienes que controlarte…estamos aquí…-Murmuró como pudo mientras se limpiaba la sangre de la boca con el antebrazo.-Vamos a ayudarte…solo espera…-Dijo tambaleándose antes de volver a correr hacia Farnad para tratar de detenerle junto a Atelie y su magia.

A pesar del gran esfuerzo por pate de la princesa...estaba  muy débil, apenas podía mantener un agarrón en el guerrero encolerizado. 

Farnad después del cabezazo que se dio contra el suelo, y las enredaderas que convocó Atelie para inmovilizarlo, terminaron por agotar al caballero, hasta el punto de por fin recuperar el control, pero al mismo tiempo perdió el conocimiento, debido a la sangre que perdía debido a la herida de su frente.

- P...perdonad...me... - musitó antes de caer redondo sin poder reaccionar más.

- Fuf, fuf... - dice la exhausta Atelie. Se limpia el sudor de la frente y se acerca. - Me duele todo después del golpe que me ha dado, caballero... - , se frota la espalda. Lo primero que hace es revisar las heridas de Astrid: Hará uso de sus ungüentos y trucos de bruja del bosque para asegurarse de que vaya a estar bien (léase: primeros auxilios), e inmediatamente después repite el proceso con Farnad, y luego la joven que yacía bajo el caballero cuando llegaron.

¿Que es un demonio? ¿Que los demonios son el enemigo, supuestamente? Bueno, sí, pero Atelie es una curandera: Si hay alguien herido e indefenso, lo va a curar. Es lo que hace.

- Aish... -, tuerce el gesto. ¿Qué pudo provocar que el caballero pierda la cabeza de esa manera? Y las heridas que ahora portan los cuatro, ¿podrá su medicina tratarlas a tiempo? Están todos muy débiles, y eso significa de que si les vuelven a atacar... Atelie está preocupada.

Farnad volvió en si y Astrid pareció relajarse, pero no se encontró mejor hasta que Atelie comenzó a curarla, entonces ya estaba como nueva…o al menos tan bien como le permitían las heridas del anterior combate y este.

-¿Qué…que te ha ocurrido?-Preguntó Astrid confusa, mirando la masa sanguinolenta que se encontraba en el suelo, parecían restos de un demonio al que Farnad había machacado hasta casi convertir en pulpa, era un tanto grotesco…

-¿Dónde está Blair?-Y es que estaba desaparecida desde el comienzo de la ceremonia, es más, tenía la espada de Farnad, ¿le habría ocurrido algo?

- ... ¿Blair? - se queda pensando. - ... La joven hechicera del pantano. - recuerda repentinamente. - Se ha marchado hace rato... -

- ... Cielos. ¡Podría estar en peligro! -

Tras acabar de ocuparse de los primeros auxilios, la joven se incorpora. - Iré a buscarla por la ciudad. Alguien tan... menudo y con vestimentas tan llamativas no pasa desapercibida, seguro la encuentro enseguida. Pero primero... Debería ayudaros a descender a la posada. -

Tras la curación de Atelie, Farnad recuperaría el conocimiento... aunque seguía con la cabeza que le daba vueltas. Veía como Astrid y Atelie hablaban, pero apenas entendía, hasta que por fin tras un breve lapso de tiempo empezó a comprender lo que le decían... - Usé... un hechizo como último recurso, pero tiene un alto riesgo de que pierda el control como un berserker... y eso es lo que ha pasado... - respondía a Astrid mientras miraba el amasijo de carne que fuese aquella demonio en su momento...

Luego empezaron a hablar de la ausencia de Blair: Sí... es extraño... pensé que estaría esperándome con mi espada cerca pero nunca apareció... deberíamos ir a buscarla... - dijo tratándose de poner en pie, pero las fuerzas lo fallaron en las rodillas y calló de bruces de nuevo, aquel combate lo había debilitado bastante y temía que si atacaban de nuevo, no estuviese en condiciones de defenderlas, aunque Atelie se puso rápidamente en marcha a buscarla.

Los tres estabais bastante tocados, pero teníais que dar con Blair…¿Cómo os las apañaríais?, fuera como fuera, Astrid, a pesar de estar tocada por sus dos combates, se acercó a Farnad y ayudó a levantarse.-Vamos, tenemos que dar con ella.-Y es que había algo bastante importante respecto a la desaparición de Blair.

Ella era una princesa, si había desaparecido…podíais estar en auténticos problemas.

Empezasteis a descender las escaleras del templo y observasteis a la gente que os miraban claramente asustados y preocupados, se apartaban de vosotros y es que se había creado el caos en la ciudad, además de que habían matado a algo o alguien en la entrada del templo, lamentablemente no sabían que era un demonio.

Pronto empezó a escucharse un murmullo entre el gentío. La ceremonia había fracasado, no habría princesa…y la ruina caería sobre el pueblo.

-No les escuchéis...es más importante Blair, es nuestra amiga.-Murmuró la princesa.

Farnad lamentaba en parte que el festival fracasara... pero aquello no significaba que no existiese una princesa allí, de hecho DEBIA existir una... lo cual lo dejó confundido. En condiciones normales le hubiese gustado preguntar a la gente que hacían en estos casos... pero encontrar a Blair era más importante en aquellos momentos.

- ¿Dónde la visteis por última vez? - preguntó casi sin aliento el caballero, todavía aquejado de sus heridas, mientras seguía dando vueltas a aquel asunto... ¿Quién sería la princesa? ¿Volverían a celebrar el festival?

La verdad es que a Blair no pareció hacerla gracia la presencia de Atelie, pero Farnad dudaba que aquello fuese a ser razón suficiente como para abandonarlos...

Ambas chicas negaron con suavidad al escucharte, no tenían idea de dónde podía estar Blair, pero aquello no pintaba nada bien, ¿Podría ser que la hubieran raptado?

Si se la habían llevado...estabais en un auténtico aprieto, principalmente porque ella podía ser la "elegida" y si el rey demonio lo utilizaba...significaba el fin para todos. 

Explorasteis toda la ciudad...hasta que llegasteis a la posada rendidos, agotados...y ahí encontrasteis que el lugar estaba destrozado, enormes arañazos en las paredes, el tejado hundido como si alguien lo hubiera golpeado, incluso salía humo desde ventana.

Atelie se llevó una mano a la boca, ahogando un grito. 

El que fue vuestro anfitrión estaba herido, con la camisa rota y cubierto de sangre. Se encontraba apoyado contra los restos de la puerta de la posada. Al veros dejó escapar un gruñido. Habían restos de botellas a su alrededor, lo que significaba que había hecho uso de su poción mágica para defenderse, pero aún así debió de ser un rival formidable, estaba hecho polvo.

-Se la han llevado...-Gruño.-La chica, la del sombrero ... volvió para coger unas cosas...botellas, iba a esconderlas con tu espada ...-Murmuro.-Entonces un...un gigante, reventó la puerta y la agarró con fuerza. Ella trató de escaparse, pero...no pudo ser.-Se quejó mientras Atelie se acercaba para curarle y cuidarle, pero el viejo negó.

-Dejalo...no servirá de nada, he tomado demasiado...ya es irreparable.-Exclamo.-Me enfrenté a el, pero...no pude, era demasiado fuerte.-Gruño para luego mirar a Farnad.

-El...el festival...¿Ya hay una nueva princesa?

El caballero al ver aquella escena no pudo evitar maldecirse de nuevo por su inabilidad para defender a todas... se había confiado, la presencia de Atelie le había provocado bajar la guardia, y no era culpa de la pequeña druida, sino suya y solo de él... Le hubiese gustado dar un puñetazo a una pared, pero tras ver como estaba todo apenas tuvo fuerzas para apretar su puño en medio de su frustración.

Luego vieron al posadero, herido hasta un punto que estaba más allá de cualquier curación y explicó lo sucedido... "Un gigante, no puede haber ido muy lejos" pensó ligeramente esperanzado Farnad para luego verse devastado por la pregunta del hombre con respecto al festival... pregunta que no solo haría que la culpa volviera a caer sobre sus hombros, sino que hacía surgir nuvas preguntas... "¿Nueva princesa? Debería haber una, TIENE que haber una..." pensaba para si mismo el caballero.

- Están... deliberando... una de las muchachas era una impostora... pero no tardarán en escoger a una... - dijo al posadero tratando de dar paz a su espíritu con una verdad a medias... posiblemente la primera y última que diría en mucho tiempo por su honor...

Atelie observó preocupada al hombre y trataba de sanar sus heridas, pero los huesos rotos, la sangre y el malestar…era demasiado incluso para una druida como ella.

Desde luego la situación se había salido de madre, todo pareció haberse complicado desde el momento en que empezó el festival. ¿Habríais roto el ciclo de dar una princesa a la zona?, ¿Qué ocurriría entonces?...fuera como fuera, solo aparecían preguntas en vuestras cabezas…y ninguna respuesta.

Pronto Farnad trató de aliviar al posadero, comentando como estaban aún escogiendo a una princesa y el hombre asintió con tranquilidad.-Eso está bien…hay que mantener el equilibrio.-Comentó con calma.

-Caballero, en el sótano aún hay licor…deberías llevarte un poco para tus viajes, tratar de rescatar a vuestra amiga.-Tosió levemente.-Fue…un placer teneros como clientes…mis últimos clientes.-Murmuró mientras asentía nuevamente.

Pronto el hombre se fue apagando y finalmente dejó de respirar. Astrid guardaba silencio, con la cabeza baja y Atelie no tardó en confirmar que había fallecido.

-¿Qué…que deberíamos hacer ahora?-Preguntó la joven mirándote a ti.

Tu eras quien decidía los movimientos del grupo. ¿Cuál era el siguiente paso?, ¿debíais abandonar el lugar en busca de Blair?, ¿quedaros para ayudar a los lugareños?, ¿o buscar otra princesa y dar por perdida a vuestra compañera?

Farnad no pudo decir nada más... sencillamente vió comos e apagaba la vida de aquel amable huesped e improvisado "entrenador"... En aquel momento todo se oscurecía alrededor de Farnad, viendo los frutos de su excesiva confianza... daba igual lo fuerte que fuese, pues no podía estar en varios sitios al mismo tiempo... Necesitaba aliados, como aquellos que perdió en su momento, como Atelie y Astrid.

Luego fueron las palabras de Atelie las que lo sacaron de aquel pequeño trance. - Primero... deberíamos asegurarnos de que no haya una princesa aquí... Irnos sin asegurarnos sería una necedad... luego iremos en busca de Blair... - pero justo cuando pensó en rescatar a Blair recordó unas palabras suyas...

-Cuenta la leyenda de que hay dos objetos únicos, los que son capaces de matar al rey demonio o al menos desterrarlo, uno es un escudo de oro y el otro un enorme cucharón…¿o remo?, no estoy segura, pero es enorme y con un solo golpe es capaz de destruir a un demonio. Ambos están perdidos, pero…se rumorea que en las montañas de la manzana se encuentra uno de los objetos y el otro…el otro está en el mismísimo territorio del demonio, ¿están muy bien ubicados vedad?

Luego Farnad pensó un pequeño instante: Además... hay algo que me gustaría preguntar a los monjes del templo. Lo mejor será que nos dirijamos hacia allí, si alguie sabe algo sobre la princesa del lugar, deben ser ellos... - dijo poniendose en pie lentamente mientras echaba un último vistazo al cuerpo del posadero "Su muerte no habrá sido en vano... lo prometo" pensaría para si mismo el caballero antes de dirigirse hacia el templo que habían dejado atrás anteriormente.

Atelie estaba sin duda entristecida por el giro que habían dado las cosas. Rezó por el alma del pobre hombre abatido: Aunque haya fallado en mantenerlo en la tierra, desea que su alma llegue a buen puerto en el otro mundo. ¿Será aquél uno de sus poderes de druida misteriosa? Seguramente no, pero eso no le impide rezar de todos modos~

Lamentarse no serviría de nada: Tienen problemas entre manos, y hay que ser resolutivos.

— Hmm... Una princesa... — comenta pensativa. — No soy de este pueblo pero si de esta región, ¿y si resulta que la princesa soy yo~? — sugirió con un tono algo juguetón. ¿Será un intento de aliviar el ambiente y ayudar a levantar los ánimos? ¡Proteger la moral del grupo es importante, después del todo!

— Pediré a las aves que busquen indicios de aquél gigante que se llevó a la pequeña princesa del pantano. Mientras esperamos respuesta... Estoy a su servicio, Caballero. Haré todo lo que usted pida de mi. —. Dijo todo eso con un tono firme y serio, para luego romperlo con una sonrisilla pícara y guiñarle un ojo: — ... Excepto eso en lo que está pensando ahora, Caballero. Todo excepto eso. —. ¿¡También puede leer mentes!? No, lo ha dicho de forma aleatoria. Será divertido si acierta.

Farnad decidió que era momento de mantenerse en el pueblo, de preguntar a los monjes por la ubicación de ciertos objetos “mágicos” y sobre todo sobre la princesa del lugar. Fuera como fuera, Astrid asintió con decisión, estaba preocupada, quería que Blair estuviera bien, pero teníais que manteneros unidos, era el único modo.

-No creo que puedas ser la princesa…debería haber sido escogida en el ritual de esta aldea.-Contestó Astrid a Atelie.-Si fuera así…tendríamos un problema menos.-Suspiró preocupada. Aunque cuando de repente Atelie bromeó y se insinuó a Farnad porque podía leer su mente…la princesa se cruzó de brazos y miró al hombre con el ceño fruncido.

-¿En que estás pensando, eh?-Preguntó en tono casi amenazante, dejándose llevar por las palabras de la druida.

Fuera como fuera, ya teníais un pequeño plan que seguir…ir al templo, hablar con los monjes y…¿luego?, ¿luego que haríais?

Farnad arqueó su ceja al escuchar como Atelie insinuó que estaba pensando en algo... ¿exactamente el qué? No tenía ni idea, el caballero no tenía la experiencia social suficiente como para entender las ironías, pero en lo que estaba de acuerdo era en que enviase a sus aves para buscar el rastro del gigante que se llevó a Blair: Sí... eso será lo mejor.

Luego Astrid parecía enfadada, aunque tampoco entendía el porqué: Estaba pensando en lo extrañas que son estas tierras... lo normals ería que la princesa fuese fácil de identificar... como una heredera... pero aquí no. Podría ser cualquiera, lo cual nos lo pone difícil... - dijo mirando el tatuaje del león que apareció en su mano cuando fueron escogidos para esta misión.

- Será mejor que nos apresuremos... - dijo empezando la marcha hacia aquella larga escalinata. Aun sabiendo que los monjes apenas se dejaban ver, en esta ocasión hallaría respuestas, fuese como fuese, intentando en principio apelar a su rango de elegido defensor de las princesas... de hecho... ¿cómo no se le ocurrió hacer eso desde el principio? El caballero se llevaba la mano a la cabeza con frustración...

-No creo que puedas ser la princesa…debería haber sido escogida en el ritual de esta aldea.-Contestó Astrid a Atelie.-Si fuera así…tendríamos un problema menos.-

— Yo creo que si fuese una princesa, me habría enterado en algún momento. — responde con una sonrisa despreocupada.

Una vez quedó claro que harían, Atelie procedió a apartarse un poco para tener un espacio tranquilo en el que comunicarse con las aves. A ellas les pediría que rastreen al gigante y la pequeña bruja del pantano, y que le digan dónde se encuentran, hacia dónde parece que se dirigen.

Una vez ha acabado su comunión con la naturaleza, la joven se vuelve a unir al grupo para subir la escalinata junto a Farnad y Astrid.

Astrid frunció el ceño y se cruzó de brazos. No estaba muy segura de esos pensamientos…pero se fiaba de Farnad. Tras haber comunicado a las aves lo que buscaban, el grupo empezó a subir las escaleras en dirección al templo. Había un tumulto generalizado donde todos se preocupaban por la princesa que no había sido elegida y una vez arriba y tras haber tenido que esquivar a campesinos y demás transeúntes, os encontrasteis con los monjes que limpiaban de sangre los adoquines del templo.

El cadáver del demonio no estaba a la vista…pero al veros, los monjes torcieron sus rostros, estaban enfadados, furiosos…al no haber princesa, el destino de aquella aldea y posiblemente del valle entero estaba decidido.

-Tú.-Dijo el monje más anciano, señalándolo con una mano huesuda.-Has derramado sangre en nuestro templo…maldecido estas tierras…deberías marcharte para no volver más.-Balbuceó.

Farnad frunció el entrecejo cuando escuchó la protesta de los monjes. Ya sabía que eran herméticos, pero no solo confirmaban serlo, sino que parecía que tampoco ponían atención a su alrededor.

- Esa sangre es la de un demonio que se hizo pasar por una de vuestras doncellas... De ninguna forma un caballero de Shanteen como yo haría algo para perturbar la paz de vuestras tierras... - dijo con bastante franqueza Farnad, tratando de despejar dudas. Luego acto seguido mostraría a los monjes el tatuaje de elegido que portaba en el dorse de su mano. - Además, porto la marca de aquellos que deben proteger a las princesas del regreso del Rey Demonio. Necesitamos averiguar quien es la princesa de este lugar, antes de que nuestroe enemigos se alejan más con la otra princesa que acaban de secuestrar... - el caballero no estaba para perder tiempo... obtendría las respuestas, o se marcharían rápidamente.

Con algo de suerte colaborarían, y trataría también de obtener el artefacto que se supone que se escondía en estas tierras según Blair.