Partida Rol por web

Mientras el nigromante se dirigía al castillo con sus compañeros, pudo notar la presencia de un ser extraño.

De pequeño tamaño, y apariencia que en otro momento al joven le habría causado gracia, montando un lagarto, a Ainzel le costaba aceptar que ese fuera el gran terror del cual habían hablado anteriormente.

Sin embargo, el joven sabía que aquel ser comandaba un ejército de demonios y por ende estaba claro que no era ningún debilucho a pesar de su ridícula apariencia.

No perdería el tiempo. En cuanto notó aquella amenaza, el joven consideró que era momento de prepararse para una batalla dura. Observando a su alrededor, buscando algún cadáver cercano, intentaría levantar a algunos sirvientes no muertos para atacar al merodeador albino. De lo contrario, usaría su magia de muerte para atacarle con alguna maldición que le ayudara absorber la vida de su enemigo.

El Merodeador parecía estar realmente distraído, pero cuando se le acercó Eikatsu, no pudo evitar quedarse un tanto…”perplejo”.-¿Huh?...¿y tu quien eres?.-Preguntó mientras se giraba lentamente, provocando que su enorme montura soltara un grito de lo más gutural y comenzara a olisquear el aire, como si quisiera saber si aquel muchacho era amigo o enemigo.

Pero para colmo, Farnad desenvainó su espada y la cubrió de magia, al igual que Ainzel se preparaba para atacar a el Merodeador, el cual chasqueó la lengua.-¿Eeeeeeeh?....¿con que esas tenemos, eh?...muy bien…-Rápidamente y con un grácil movimiento, alzó su lanza, se dirigió hacía la brecha en la entrada del castillo y sonrió girando de repente y cabalgando hacía vosotros a gran velocidad, mientras su lagarto agitaba la cola de izquierda a derecha y siseaba ansioso de sangre.  

Farnad saltó con precisión por encima de aquella criatura, pudiendo esquivar así su peculiar carga... Pero a Farnad le había quedado clara una cosa... si tan poquita cosa tenía tanta autoconfianza, es que realmente lo habían subestimado... pero si alguno de sus compañeros conseguía esquivarlo, serían dos para contraatacar y podrían dar la vuelta al combate...

- ¡Saltad cada uno hacia un lado! - grito esperando que le hiciesen caso, ya que si saltaban bien, el golpe solo lo recibiría uno de ellos en el peor caso... o eso quería creer el guerrero...

Mientras, echa un vistazo rápido al interior del castillo y su estado...

El nigromante parecía bastante concentrado en comenzar a crear muertos con los cuales atacar al Merodeador, por lo que no esperaba la carga ofensiva de su oponente habiendo varios de sus compañeros a su alrededor. El desconocer la personalidad de su oponente durante una batalla le había tomado por sorpresa.

Ainzel solo pudo observar un momento como el Merodeador se le venía encima con su montura.

Oh mierda... Solo alcanzó a decir esas palabras sabiendo que aquello le iba a doler bastante. Había tardado demasiado en reaccionar.

Tanto Farnad como Ainzel sacaron sus armas yo no tenía así que simplemente intenté hablar con el merodeador, la cosa no funcionó del todo. El otro alvino me miró extrañado para preguntar, -yo soy Eikatsu, un merca-me vi interrumpido por el fuerte grito de su mascota o montura, era ensordecedor y me hizo tener que tapar los oídos levemente para no recibir del todo daño.

Aunque después de aquello parecía que la guerra estaba lista para comenzar entre el merodeador y nosotros, por mucho que yo no quisiese ni pelear ni ser un héroe, pero me había tocado y tenía que apechugar. Apenas tuve tiempo para ver venir aquel ataque de la mascota del merodeador, aquello ya si me concernía completamente pero dudaba poder esquivarlo

Aquel ser iba a la carga sin siquiera detenerse, estabais tan cerca de ser aplastados…pero de repente y para vuestra propia suerte, el lagarto pareció olisquear algo en el aire…pero no se detuvo, ¡cambió de dirección y se fue corriendo por las calles mientras gritaba como una especie de pavo!.

-¡POR AHÍ NOOOOOO!.-Gritaba el Merodeador el cual no podía detener la carga de su bicho, ya lo había espoleado demasiado y ahora sería imposible pararlo.-¡GYAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaa_{^aaaaaaaaaaaaaah}!...-Se escuchaba en la distancia mientras parecía irse perdiendo en la lejanía. ¿Un toque de suerte?...tal vez teníais un ángel de la guarda.

Por unos instantes creí que me iba a arrollar aquella montura del merodeador, por suerte debió de llamarle algo la atención porque tras olisquear un poco salió corriendo en otra dirección dejando atrás los gritos del merodeador.

No me esperé aquel, giro, esperaba ser golpeado o algo así pero aquello no. Me giré algo perdido, -esto, se que no estoy muy puesto en esto de ser un héroe o un guerrero pero ¿se supone que ocurra esto es normal?- pregunté señalando levemente para la lejanía donde se escuchaba al Merodeador

La cara de Farnad mostraba una mezcla de confusión y decepción... "¿eso era el famoso merodeador?" pensaba mientras casi le costaba un gran esfuerzo no reír tras haber llegado a pensar que era un rival al que tener en cuenta...

- Bueno... será mejor que nos aseguremos de que la princesa está a salvo... aunque esa bola de pelo haya errado el ataque, sus demonios si pueden seguir merodeando por la zona... - dijo tratando de recuperar algo la compostura mientras observaba a su alrededor la situación...

Luego respondió a la pregunta de Eikatsu... - No... no es lo normal... pero podemos estar agradecidos... nos ahorrará muchos problemas... - dijo mientras echaba una última mirada hacia donde se había ido corriendo el Merodeador Albino con su montura desbocada...

Al ver como evitaba semejante confrontación con aquella montura, el nigromante suspiró aliviado. La suerte parecía sonreírle ya que no había resultado herido y el Merodeador ya no se encontraba frente a ellos. No tardó demasiado en enfriar su cabeza y comenzar a pensar nuevamente en su objetivo.

Eso ha estado cerca... vayamos cuanto antes a buscar a la princesa antes de que alguno de estos demonios ponga sus garras sobre ella y esperemos no encontrarnos nuevamente con esa maldita cosa blanca. Expresó mientras comenzaba a moverse nuevamente para buscar a la mujer que debían proteger como era su misión.

Tendrían que pulir mejor sus habilidades y entrenarse más, si bien, él sabía que no era apto para un enfrentamiento de combate cuerpo a cuerpo. Debería haberse posicionado lejos del Merodeador y depender pura y exclusivamente de sus no muertos o lanzar hechizos en una posición que aquella montura no pudiera alcanzarle con una embestida. Era la primera vez que había tenido un enfrentamiento de vida o muerte con alguien. Después de todo, anteriormente había sido un joven dedicado únicamente al estudio de la nigromancia.

Al parecer aquello no fue normal, aunque al verdad, desde que nos tocó aquel rayo de tatuajes gratis las cosas no había sido muy normales, ojala pudiese ir a casa y dormir en la tienda. Pero ahora lo importante no era ver como corría el señor merodeador a lo lejos con su rara montura, lo importante ahora era ponerse en marcha a por la princesa.

-Entiendo, no es normal, entonces deberíamos correr.  Parecía buscar con muchas ganas a la princesa y estará en peligro- dije algo pensativo como si me intentase convencer mentalmente a mi mismo. -Si nos damos prisa acabaremos pronto y podremos descansar- dije para empezar a correr (a mi lento ritmo) hacia el castillo, seguro que por allí en algún lugar estaba la princesa

Entrasteis por la brecha en las puertas del castillo, todo parecía estar destrozado, quemado o profanado y podíais escuchar a lo lejos el ruido de unos terroríficos seres…¡malditos goblins!  

Aquellos seres eran famosos por sus emboscadas, sus inquietantes canciones sobre desmenuzar pollo...y su altura. Serían unos contrincantes perfectos para vosotros.

-¡EY AHÍ AHÍ!.

-¡Cosas humanas, humanas!,

-Hora de matar, hora de matar

-Te vooooy a descuartizaaaar~

Malditos bellacos…como cantaban

Mientras avanzaban, el nigromante, junto con su grupo, observó la presencia de un buen número de goblins.

A los ojos del joven, estas criaturas no eran más que seres despreciables y cobardes que solo sabían combatir en número. No planeaba morir a manos de semejantes oponentes así que tendría que ponerse serio, el encuentro con el Merodeador le había dejado un mal sabor en la boca.

Lo mío no es el combate cuerpo a cuerpo, ese trabajo te lo dejo a ti. Expresó a Farnad mientras se retiraba a la retaguardia y comenzaba a invocar un hechizo de muerte contra uno de los goblins, confiando en la capacidad del guerrero para bloquearles el camino a un par. No esperaba mucha protección pero al menos la suficiente distracción para comenzar a liquidar a un par de los pequeñajos.

El hechizo comenzó a acumularse alrededor del nigromante como una especie de humo oscuro, un aura de muerte parecía presente en aquel humo, dando la sensación de que lo que fuera tocarla, perdería la chispa de la vida. No se necesitaba a alguien demasiado inteligente para saber que no debían entrar en contacto con aquella manifestación mágica.

Ainzel, sin decir una palabra mientras invocaba el hechizo, no tardó en dirigir ese poder hacia el grupo de goblins que les amenazaba, esperaba que al menos alguno perdiera la vida, para poder comenzar a levantar un par de cadáveres.

-¡A One, a Two, a One, Two, Three, Four!.-Empezó a canturrear un pequeño ser con una navaja, la cual lanzaba al aire y agarraba con total precisión, como si hubiera nacido con ella.

-¡Gruñili, gruñili, GRU, a tu vida di...TURURÚ!-Otro no tardó en sacar una pequeña hacha de mano, y os miró con fiereza mientras la hacía entrechocar con su pequeño escudo de piel y madera.

-¡Im Green dabadee daba da!~-¡Un goblin arquero, y además tuerto...posiblemente no tenía muy buena puntería...¿o tal vez si?

-¡CAN'T TOUCH THIS!-Gritó un goblin de color pardo con un enorme martillo entre sus manos.

Sin esperarse ni un solo momento, el goblin con el martillo se lanzó a por vosotros.-¡STOP, HAMMER TIME!-Fue directo a por Farnad. Mientras a su espalda el goblin arquero sacó una flecha de su cinto y apuntó directamente a Eikatsu.-¡Quedate quieto que no te veo!

-¡Im gonna stab you sucker!.-Dando una voltereta en el aire, el de la navaja fue haciendo cabriolas para entonces intentar apuñalar a Ainzel. Y por ultimo el guerrero después de soltar improperios, levantó su escudo con fuerza mientras se intentaba proteger como podía.