Partida Rol por web

Al ver que el cangrejo atacaba esta vez a Astrid, o al menos intentaba agarrarla, no tardaste en intentar lanzarte a por el, dándole un buen golpe e intentando desviar aquella enorme pinza de la princesa. Tu golpe fue bastante certero, provocó que la pinza no llegara a tocar a la princesa, la cual aún seguía desmayada.

Entonces, volviste a volver contra aquel ser, preparándote para esquivar, pero nuevamente la criatura se lanzó a por la princesa, esta vez no usó las pinzas, no…empezó a moverse a gran velocidad en dirección de la susodicha, tal vez no te podía vencer, pero desde luego te haría pagar cada golpe que le habías hecho.

El caballero miró sorprendido como aquella criatura lo ignoraba y atravesando el muro de fuego que había levantado volvía a cargar contra Astrid, desde luego aquella criatura no parecía muy inteligente... aunque en esta ocasión las patas de aquel ser serían su objetivo...

Según la criatura cruzaba el muro de fuego, Farnad cargó con toda su fuerza contra una de las patas del cangrejo, esperando partirla para que la criatura perdiese el equilibrio y dejase de correr de un lado para otro, y así también alejas a Astrid del peligro...

- ¿Qué sucede criatura? ¿Tanto me temes que solo vas a por una muchacha desvalida? - bramó burlón Farnad mientras golpeaba la pata del cangrejo para derribarlo...

Cargaste con todas tus fuerzas en dirección a las patas del cangrejo, buscando partirla o romperla en un intento de que aquella criatura se rindiera o al menos terminara ralentizándose .

No lograste partirla como esperabas, pero el daño pareció ser suficiente como para detenerle en mitad de la carga, lamentablemente aquello no hacía más que enfurecer a la criatura, la cual ahora chasqueaba las pinzas con fuerza en tu dirección, tal vez en un intento de alejarte o intimidarte, a fin de cuentas aquellas cosas parecían ser capaces de partir a un hombre por la mitad, pero no hacía nada más allá de eso.

El combate iba bien, pero también se alargaba demasiado... el cangrejo estaba malherido y maltrecho, pero su resistencia era mucho mayor que la del caballero, que empezaba a estar cansado, no solo por el combate, sino por tener que mantener sus hechizos de fuego... el combate debía terminar ya... y el cangrejo parecía estar de acuerdo... con sus amenazantes pinzas...

Con un gesto de su mano, el fuego que había formado el muro de fuego se concentró en su espada, cambiando del color de la llama a un azul brillante... - Este... es el final... - el caballero se colocó en posición de estocada... ya que para su fortuna la criatura le estaba enseñando el vientre de nuevo, el cual sería sin duda el objetivo...

Con un impulso casi sobrehumano se lanzó a por la criatura, clavando con todo su ser la espada y hundiéndola con energía en el vientre de la criatura... debía caer... tenía que caer... o no le quedarían fuerzas para poder enfrentarse a la bruja...

El cangrejo no iba a resistir mucho más, pero tu también estabas bastante cansado, el estar usando magia constantemente te estaba causando mella y tenías que mantenerte entero para terminar con aquel cangrejo y salvar a la princesa, así que rápidamente concentraste el fuego de alrededor en la hoja de tu espada y te preparaste para dar una fuerte estocada en aquella criatura, lanzándote contra ella para atravesarle el vientre con la espada llameante.

Pero justo cuando estabas en mitad de tu carga, una ensordecedora explosión ocurrió y saliste disparado varios metros hacia atrás y el cangrejo no tardó en espumarajear por la boca y chasquear más violentamente sus pinzas a la vez que hacía todo lo posible por hundirse en el fresco y calmante barro del pantano.

Jurarías que con aquella explosión llegaste a escuchar un “¡BASTA YA!”, pero te pitaban demasiado los oídos como para pensar en aquello…había alguien más, ¿es posible que la bruja se hubiera preparado para pelear contra ti?.

El cangrejo se hundió más aún en el barro, hasta que la casa volvió a estar en lo que parecía ser una pequeña colina musgosa y llena de barro. Fue cuando se abrió la puerta de la casa que sabías que estabas en problemas.

-¡Basta, basta, basta!, ¡Se terminó el pelear!-Exclamó la figura que se encontraba en el umbral de la puerta. No podías distinguirla muy bien, había bastante humo y aquello dificultaba tu visión.-¡Ya has herido bastante a Cangre!, ¡déjale en paz de una vez!

Farnad se vio sorprendido por la potencia de semejante explosión... si el objetivo del hechizo hubiese sido él, posiblemente no lo habría contado... pero por suerte no había sido así... Tras dejar pasar unos instantes para recuperar la vista por el destello de la explosión, lo primero que hizo fue ver el estado de la princesa... que en un principio parecía estar perfectamente...

Una vez hiciera todas las comprobaciones, se puso en pie poco a poco... - En ningún momento quise pelear... la culpa es enteramente suya... - dijo el caballero algo contrariado al notar lo caprichosa que era la bruja... aunque ahora restaba averiguar si por fin curaría el hechizo de la princesa...

- ¿Entonces por fin accedéis a curar a la princesa? - dijo Farnad esperando por fin que la puerta de la cabaña se abriese y se terminase aquella disputa sin sentido...

Desde luego todo aquello fue culpa de la bruja y no tardaste en dejarlo claro, pero no sin antes comprobar el estado de la princesa, parecía estar bien, aunque tenía la frente perlada de sudor…¿le estaría subiendo la fiebre?

Finalmente preguntaste a la bruja si accedía a curar a la princesa y la susodicha hechicera no dudó en bufar y dar un fuerte pisotón.-¡Si, si, pasa anda, antes de que mates a Cangre!-Exclamó cabreada mientras se retiraba al interior de la casa y te dejaba vía libre para entrar.

Te encontrabas cansado y te fallaban las fuerzas a causa de la intensidad con la que peleaste, pero ¿aguantarías por la princesa?, la miraste una última vez mientras te debatías si entrar o no a esa casucha. Para ser una princesa fuerte y nórdica, parecía muy frágil y enfermiza...se hacía raro verla de aquella manera.

Al fin parecía que todo iba como debía... la bruja accedía a curar a la princesa y con suerte podrían salir de aquel cenagal en poco tiempo, o al menos en lo que tardasen en recuperar sus fuerzas, pero ya tendría más tiempo para pensar en ello más tarde... Ahora lo importante era asegurarse de que Astrid se recuperaba...

Como caballero que era, cogió con delicadeza a la princesa en brazos y la llevó adentro de la cabaña de la bruja, esperando a que la susodicha le indicase donde podía dejar reposar a la joven, y quizás podría encontrar también él un lugar donde dejarse caer... su habilidad había consumido mucho de su maná... lo cual le había dejado en un estado lamentable...

- Dígame donde debo dejarla... - dijo el caballero notándose por su voz cansado...

Agarraste con cuidado a la princesa y te dirigste adentro de la cabaña, sintiendo un olor punzante y pesado de incienso, hierbas y el dulzón aroma a ungüentos. Cuando entraste no tardaste en ver el interior de la cabaña, un lugar pequeño, con un techo bajo y una chimenea.

Había una cama, una mesa con un par de sillas y cientos de ungüentos colocados en armarios y estanterías, todos ordenados…pero lo que mas te llamó la atención, fue la bruja, una chica baja, de cabello negro, gorro rojo y un  bastón en su mano.

-Déjala en la cama cuando termines de curiosear.-Gruñó con cierta molestia.

- Una niña... - pensó casi en voz alta Farnad al ver con sorpresa la edad de la bruja, parecía mentira que siendo tan joven tuviese tan mal humor... aunque viviendo en medio de un pantano sola, tampoco era de extrañar... 

En cuanto entró en la cabaña posó con cuidado a la princesa sobre la cama, esperando que por fin fuese liberada del hechizo del pantano... - Tenía un par de preguntas... ¿en estos pantanos cual es la ciudad o aldea principal? Necesitamos encontrar a la princesa de estos parajes para ponerla a salvo... - ...un escalofrío recorrió el cuerpo del caballero pensando en la pequeña posibilidad de que no existiesen aldeas en la zona y la propia bruja se tratase de la "princesa" del lugar...

- La otra pregunta es si sabe si otros aventureros aparte de mi han entrado recientemente en los pantanos... Eran elegidos para combatir al Rey Demonio como yo...  - dijo enseñando su marca del león que tenía en el brazo y lo identificaba como tal...

Te sorprendió ver que aquella bruja era en realidad…una brujita, una brujita bajita y de una sorprendente edad. No te extrañaba que viviese sola en el pantano, teniendo en cuenta el humor y carácter que tenía, pero bueno…no podías juzgar a nadie.

Así que mientras ponías a la princesa sobre la cama, aprovechaste para hacerle un par de preguntas, principalmente sobre los pantanos, ¿Cuál era la ciudad?, ¡cual era la aldea?...ante aquello la pequeña no tardó en reírse.-¿Aldea?, ¿ciudad?...¿donde?, ajá…estamos en un pantano, bosques altos, ríos envenenados, cenagales, monstruos de hierba, bichos de rama…aquí no hay pueblos ni ciudades, aquí solo está el pantano.-Río.-¿Y porque buscas a la princesa?, ¿Por qué no va a estar a salvo en un lugar como este?

Aunque cuando preguntaste por otros aventureros que hayan llegado recientemente por aquellos paramos. Cuando vio la marca, no parecía realmente sorprendida.-No han venido más aventureros y menos cargados de tías rubias y enfermas.-Gruñó.-¿Por qué tanto interés en esos elegidos?, a lo mejor han abandonado su misión.

- Podría ser... pero estaban acompañando a las princesas de Shanteen, lo cual me hace dudar que todos ellos abandonasen la misión... al menos creo que uno o dos de ellos deberían haber llegado a los pantanos... - dijo pensando en Ashura y Johann que parecían ser los que más en serio se habían tomado la misión... aunque también podría ser que no hubiesen llegado aún...

El caballero no pudo evitar exhalar un suspiro de decepción y cierta incertidumbre... los compañeros que lo acompañaron a Kharaz-Khar habían desaparecido, y el resto tampoco habían aparecido al parecer... la situación no pintaba nada bien, y lo más grave era que las dos princesas de Shanteen iban con el otro grupo...

Aunque hubo una frase que le llamó especialmente la atención... - Así que sí hay una princesa en el pantano... - dijo esbozando una media sonrisa pensando en cuando la bruja mencionó la seguridad de la princesa de los pantanos... - Y es más, parece que sois familiar con ella... - dijo tratando de forzar algo más a la bruja para que contase más, sin descartar en ningún momento la posible opción de que ella misma fuese la princesa...

La brujita te escuchó atentamente mientras trasteaba con algunos frascos y ingredientes que se encontraban en los armarios, aunque se encogió de hombros cuando hablaste de los demás “héroes”.-Yo no he visto a ninguno, más allá que tu…y aún así no se si eres falso, seguro que ese tatuaje se va con un poco de agua y un estropajo.-Murmuró mientras seguía a su aire, agarrando en el proceso un trapo, mojándola en el contenido de un cubo y entregándotela.

-Pónsela en la frente, le bajará la fiebre…-Luego agarró otro y volvió a entregártelo.-Y este para ti…no tienes muy buena cara, la verdad y el agua fría te ayudará.

Mientras hacía todo aquello, pudiste fijarte que el kodama también se encontraba en la habitación, sentado en la cama y observando a la princesa, podía haber huido, pero bueno, suponías que tal vez se aburría y quería ver como terminaba toda aquella historia con la princesa enferma.

Aunque cuando preguntaste por la princesa, la bruja y el kodama se dedicaron una serie de miradas, terminando por mirarte ambos a ti.-¿Familiar con ella?...¿y que más da?, si lo que dices es cierto, la princesa tendría que acompañarte, ¿pero porque debería ella hacerlo?, es peligroso salir ahí afuera, el pantano es lo suficientemente seguro para vivir y no suelen venir visitas.

El caballero hizo caso de la bruja y colocó el trapo húmedo sobre la frente de Astrid, que parecía tener peor aspecto, aunque eso tendría rápido remedio, o eso esperaba, mientras usó el otro trapo para limpiar algo el sudor de su frente y bajar la temperatura corporal provocado por la habilidad que había usado para enfrentarse al cangrejo gigante...

- Quizás no hayan llegado aún... o puede que les haya sucedido algo... - dijo con cierta preocupación Farnad pensando en el destino de sus compañeros y las princesas... - Y si no fuese un elegido no habría puesto mi vida en peligro para proteger a la princesa Astrid... - dijo tratando de despejar las dudas sobre su identidad y autenticidad...

Luego estuvo pensando sobre las últimas palabras que dijo la bruja... - Puede ser, el pantano es una fortaleza natural... ¿pero quién te asegura que no podría venir alguien más fuerte que yo y acabar con tu guardián? - usó a su favor el hecho de que él solo hubiese derrotado al cangrejo... - O podría venir un grupo más numeroso de demonios... - dijo tratando de hacer dudas a aquella pequeña bruja...

-O puede que hayan desistido en su misión…los supuestos “rescatadores de princesas”.-Exclamó  la chica haciendo un gesto con las manos y negando mientras machacaba un par de flores con un mortero. Desde luego tus argumentos eran buenos, ¿Por qué estarías ayudando a Astrid si eras de los malos?, pero la chica negó con la cabeza y te miró con cierta ironía.  

-También puedes ser su captor…tal vez la raptaste y la quieres llevar con tu malvado señor, ¿es una posibilidad, verdad?-La pequeña bruja chasqueó la lengua y negó, girándose hacía ti y cruzándose de brazos, parecía que se iba a enfrentar a ti con todo.

-Si viene alguien y termina con mi guardián yo me encargaré de acabar con el, ¿entiendes?, no me ando con chiquitas y  desde luego no me dejaré amedrentar por nadie, ¿comprendes?-Dicho eso guardó silencio.

-Si eres un guerrero de la luz, ¿Por qué has venido a los pantanos?, ¿no deberías estar liquidando al rey demonio o algo parecido?, mientras buscáis princesas, el rey demonio se hace cada día más fuerte y sus tropas mucho más, ¿no sería lógico intentar acabar con el antes de que sea demasiado tarde?

La indignación de Farnad crecía según iba escuchando los disparates que iba soltando aquella pequeña bruja... uno tras otro... provocando que empezase a cerrar el puño como medida de contención de su furia... - Puedo entender que puedan existir dudas sobre mis compañeros... porque incluso yo las tengo... - dijo acordándose de Zehan o Drazhar... - ...pero dudar de mis otros compañeros  es algo que no pienso tolerar... ya hemos tenido que lidiar todos con varios enemigos para llegar hasta aquí... perdiendo a algunos por el camino... - su voz era furibunda con algún tono de culpabilidad... quizás por no ser lo suficientemente fuerte como para mantener a todos a salvo...

- Pero debes creer lo siguiente... ni yo soy un servidor del Rey Demonio, ni mis compañeros lo son... de eso puedo daros mi palabra de caballero... jurándolo por mi honor... - quizás para la bruja aquel juramente no valía nada... pero para Farnad era de los juramentos más importantes de su vida, puesto que para él el honor lo era todo...

Lo que si le despertó algo de aquel pequeño trance de ira fue la pregunta sobre el modo de actuar... - Eso... es cierto... pero poner a salvo a las princesas fue lo que se nos indicó que debíamos hacer, nunca se nos habló de esa posibilidad, ni conozco el paradero del Rey Demonio... - dijo con una sinceridad que rozaba lo estúpido... en ese momento Farnad se sintió algo estúpido por haber seguido las órdenes de Ashura como si la palabra de aquella pícara fuesen ley...

Desde luego la bruja no tenía filtro y aquello lo único que hacía era indignarte y encolerizarte. NO tardaste en explicarle que tu también tenías dudas…y normal, tus compañeros eran un tanto dispares y variopintos, ¿pero estaban haciendo su trabajo, verdad?, fuera como fuera, le explicaste que no ibas a tolerar que dudaran de ellos ya que todos habíais tenido que hacer cientos de sacrificios para llegar ahí…bueno, al menos tú, los demás parecían no llegar, ¿se perderían en el pantano?, ¿o seguirían en el desierto?

Al final juraste solemnemente ante la bruja que no eras un caballero, provocando que la susodicha te mirara arqueando una ceja.-El honor no es nada…pero tomaré tu palabra por pesado, si me mientes te haré estallar, ¿Qué te parece?-Preguntó ladeando la cabeza antes de volver a responder a tus dudas.

-Pues claro que destruir al rey demonio es una posibilidad…necesitas unas cuantas cosas, reliquias y objetos mágicos, pero son capaces de destruirle.-Sentenció.-El Rey demonio se encuentra en la tierra de fuego, muy, muy, muy al sur…pero estás muy al Norte, por lo que puedo intuir que te han mandado aquí a ciegas, ¿verdad?-Preguntó dejando de machacar ingredientes para ponerlos en una pequeña cazuela al fuego.

-Yo ya se la leyenda de las princesas, lo que ocurrirá si el rey demonio consigue capturar a una de ellas, pero hay que ser consciente de los peligros y problemas que acarrean ir de princesa en princesa y unirla a tu harem, ¿comprendes?

¿Harem?, a saber que pensaba que habías hecho con la princesa Astrid.  

El caballero empezaba a cansarse de la actitud de aquella pequeña bruja... y aquneu las cosas que decía tenían algo de sentido, también parecía equivocarse en otras, aunque lo que más le chirrió fue cuando mencionó el harem... - Soy un caballero, jamás haría algo tan deshonroso como despojar de su inocencia a más de una muchacha al mismo tiempo... - dijo con cierta indignación...

Tras el breve lapsus producido por las palabras de la bruja respondió al resto de cuestiones... - Sí, podría ir a buscar objetos mágicos e intentar derrotar al Rey Demonio, pero puede que durante ese tiempo, los demonios consiguiesen a una de las princesas y todo acabaría... - no había planes perfectos, y podía suponer que el plan de las princesas existe porque debió de tener éxito en el pasado... - ...y más ahora, que los héroes estamos separados, en este momento sin reunirnos sería un suicidio... - dijo Farnad mientras trataba de poner en orden su mente y pensar en su siguiente movimiento... 

- A estas alturas, debería decirme donde se encuentra la princesa de estos lares... y cuando ya me haya asegurado de su salvaguarda, podré pensar en si ir a por el Rey Demonio es el movimiento adecuado...

Cuando dijiste que eras un caballero y nunca deshonrarías de su inocencia a más de una muchacha al mismo tiempo, la bruja soltó una pequeña risita.-¿Pero por separado si, verdad?...bueno, está bien…te creo, no hace falta que me lo jures.-Respondió antes de carraspear y clavar sus ojos en ti durante unos largos segundos mientras le explicabas lo difícil que sería enfrentarse al rey demonio sin ayuda.

-Bueno, difícil es…no hay nada fácil en esta vida, pero es tu trabajo como elegido, ¿no?, si los demás fallan, estarás tu en el punto de mira, eres el único que puede equilibrar la balanza entre el bien y el mal y derrotar al rey de los demonios-La brujita se encogió de hombros.-Sea como sea, es cosa tuya, ahí no me meto.

Aunque cuando volviste a preguntar por la princesa, la susodicha puso los ojos en blanco.-En si no hay una princesa, pero supongo que…es el “máximo cargo” de los pantanos, y ese “máximo cargo” debería de ser Blair, osease…yo.

El kodama se subió a tu hombro de un salto y te agarró de los pelos .-Ya la has oído hombre de fuego, ella es la cosa esa que tanto buscas…pero si buscas hacerle daño todo el poder de pantanos y la naturaleza caerán sobre ti.

Farnad sonrió al ver sus sospechas confirmadas... hubiese sido extraño que otra muchacha habitase los pantanos, y menos con la cantidad de energía mágica que rezumaba la joven... aunque ya eran 3 niñas que le tocaba cuidar... si es que se reencontraba con el otro grupo que protegía a Gabri y Xavi...

- Ya me imaginaba que debías ser tú..., bueno, Blair..., la teoría es que mis compañeros debían estar aquí... pero dado que no es así, podríamos dejar un mensaje de algún tipo aquí en tu hogar y partir hacia el siguiente destino... - la lógica según el relato de Ashura sería seguir buscando princesas, pero la explicación de Blair tenía sentido... si podían obtener el poder para derrotar al Rey Demonio, esa sería la forma más rápida de acabar con todo...

Luego detuvo su mirada en Astrid, que todavía no estaba recuperada del todo... - De todos modos, parece que tendremos tiempo para pensarlo, al menos el suficiente para dejar que Astrid se recupere... - dijo con cierto alivio, al ver que las cosas volvían a enderezarse por el buen camino...

- ¿Dónde podemos encontrar alguna de esas reliquias de las que hablaste? - preguntó Farnad con curiosidad, pues si el lugar coincidía con alguno de los reinos restantes, podrían matar dos pájaros de un tiro...