—¿Estás sugiriendo que le expliquemos esto al granjero para ver lo que decide? —pregunto, también en voz baja, a Kimaru—. Llevamos mucho rato caminando, nos tomará más rato regresar allá, hablar con él y después volver a este lugar, perderemos demasiado tiempo y encima ya me está dando hambre otra vez, ¿seguro que es buena idea?
Luego vuelvo a dirigirle la palabra a esta muchacha:
—No es que no quiera aceptar tu propuesta, sucede que no puedo concederte lo que pides a cambio, al menos no de momento.
Alzo un poco la cabeza, para buscarla mejor con la vista. Ella podría vislumbrar un atisbo de mis ojos por debajo de la capucha.
—Además, si en el correr del día acabamos enfrentándonos al mismo enemigo, seguramente terminemos uniendo fuerzas de todos modos. Mi nombre es Meina, por cierto. ¿Con quién tengo el gusto de estar hablando?
Así no funciona..., no poder ir y acabar con una especie entera por no gustar sus costumbres - miraba con un semblante mas apagado del que llevaba - podrán ser una peste, pero su importancia en la cadena es tan esencial como la vuestra... - para entonces colgarme con mi cola de una rama cercana para subir algo mas y aumentar nuestra distancia - Como sea, ya cansada y cada vez mas tarde... como ultimo consejo de la Mediadora - usando ese mismo apodo que usaban de vez en cuando los Urbanitas que alguna vez me vieron - solo les puedo decir... "será una noche fresca... ideal para dormir con una rama al lado del nido..." - y esta vez no comentar mucho mas... dando media vuelta y comenzar a caminar por las copas de los arboles.
Última respuesta de Meina y os separó a vuestras escenas.
—¿E...?
Me quedo confundida. Pasan unos segundos mientras la veo descender y escabullirse.
—Ah, se fue. Ni siquiera nos dijo su nombre.
Luego de que se aleja me quedo mirando a Kimaru, pero él no creo que pueda ver los ojitos que le pongo por debajo de la capucha, ni mi consternación.
—Em...
No tengo ni idea de qué hacer ahora.
—Creo que, eh, ne... necesito consejos sobre el siguiente curso de acción.