Partida Rol por web

Empieza a anochecer cuando Kyle aterriza el malogrado Stallion con sus compañeros a salvo en la bodega. La rampa trasera necesitará reparaciones antes de poder cerrarse y todo el sistema eléctrico tendrá que ser reparado o sustituido. El oficial Stone sale a recibir a los soldados apenas las hélices dejan de rotar.

Bienvenido, equipo - les dedica un saludo militar - ¿Qué demonios les pasó en aquella mina?...

Bajo del helicóptero cansada pero decidida, en cuanto se acerca el oficial me pongo firme y saludo. Sin embargo no respondo a su pregunta, eso era trabajo de la sargento y lo único que se puede notar en mi mirada es un claro mensaje.- Lo de siempre, gente jugando a ser dios y utilización de armamento pesado para recordarles que la muerte sigue existiendo.

Por lo demás esperaba que la sesión de informes y comprobación de estado se hiciera corta y le dejaran irse a casa a darse una buena ducha, tenía ganas tanto de pasear a mis perros como ir algún local y emborracharme con algún desconocido...

- Señores pasajeros, les informamos que vamos a aterrizar en el cuartel de la B.S.A.A.. Por favor, tengan cuidado con el escalón al bajar del vehículo. Les agradecemos la confianza que han depositado en nuestra compañía y recuerden: K-Airlines, por un mundo sin láseres. 

Suelto un largo silbido al llegar a tierra, después de dar mi habitual anuncio de aterrizaje. No es que no me guste estar a bordo de Stally, por supuesto que no... Aunque por una vez tengo que reconocer que he echado de menos la tierra firme. Le doy unas palmaditas al helicóptero después de salir, con una sonrisa apenada al ver todos los destrozos que han hecho, y luego miro a Stone con los brazos en la cintura. 

- Pues llegamos, tenían gusanos gigantes, nos capturaron y también vimos gente lagarto, luego plantas carnívoras la hostia de feas, luego chocamos dos trenes, después murciélagos y mutantes y láseres... - voy contando con los dedos, hasta que me quedo sin ellos y finalmente dejo caer los brazos con gesto cansado - ¡Son muchas cosas! ¿A alguien le importaría escribir el informe por mí? Ah y Rolling Stone, creo que es buen momento para hablar de mis vacaciones. Eso de conducir monociclos está muy bien, pero me parece que es hora de salir un poquito de la base y comprobar que el mundo exterior no está lleno de gente mutante y no se ha roto nada más desde que desaparecí. Vosotros seguro que podéis echar una manita a un pobre amnésico a recordar las cosas buenas sin bimbumkabum, ¿no? - pregunto hacia el grupo, fijándome un pelín de más en la sargento, pero sin llegar a decir nada.

Manhattan. Nueva York. 2 días más tarde.

Dana Mercer, alias "Atenea", lloraba desconsolada sobre el teclado de su ordenador.Tras varios intentos infructuosos por fin había conseguido colarse otra vez en los ordenadores de la B.S.A.A. y acceder al informe de la misión Dryfield de la sargento Riahnna González. No sabía qué le dolía más: la transformación de su hermano Alex Mercer o la ligereza con la que la francotiradora Tankian le había despachado. Era demencial e injusto. Alex sólo quiso escapar de GenTek para denunciar sus investigaciones en armamento biológico. Que él mismo hubiera acabado convertido en una B.O.W....

El timbre interrumpió sus cavilaciones. Dana agarró su pistola y espió a su visitante por la mirilla de la puerta. Se le escapó un respingo de sorpresa ¿Qué demonios hacía Karen Parker allí, en su apartamento? ¿No había muerto cuando se cayó del helicóptero durante el combate contra Alex Wesker?

Dana, sé que estás ahí - dijo Parker - Abre, por favor. Tengo algo importante que decirte sobre Alex.

Aún con dudas la joven abrió la puerta y dejó pasar a la científica de Gentek. Después volvió a cerrar y echó todos los seguros de la puerta. Después se quedó mirando a Parker sin saber muy bien qué decir. Aquella mujer fue la responsable de que Alex acabase trabajando para GenTek y a Dana nunca le cayó bien.

Desemb... - empezó a decir Dana, pero se interrumpió al ver cómo la carne de Karen ondulaba y cambiaba de forma, color y tamaño. Su boca se abrió en una mueca de asombro. Si GenTek había enviado a una B.O.W. tras ella estaba muerta. Se retrepó contra la puerta y levantó la pistola.

La mano de Alex Mercer le hizo apartar el arma.

No irás a dispararme ¿Verdad, hermanita? - dijo Alex con una sonrisa.

¿A... Alex? - Balbuceó Dana - ¿Qué estás... ? ¿Cómo...?

Con la pistola de Dana en la mano, Alex se acercó a la televisión, donde seguían hablando de la explosión de gas que había destruido una explotación minera abandonada y un pequeño pueblo llamado Dryfield a escasos kilómetros de Las Vegas. Lanzó un bufido de desprecio y apagó el aparato.

¿Eres tú de verdad? - preguntó Dana. Aún no se había recuperado de la impresión que le produjo la metamorfosis de Karen en su hermano - ¿Qué te ha pasó?

Cambié. Me adapté. Sobreviví - contestó Alex - Volvemos al plan inicial, hermana: vamos a hacer pedazos a GenTek y a todo el puto Consorcio Global Farmacéutico.

Cuartel general de la B.S.A.A. 

La taza de café echaba sus últimas volutas de humo, olvidada sobre el escritorio mientras Rebecca Chambers lanzaba el último programa de descifrado que había compuesto ella misma para acceder a los archivos codificados contenidos en el pendrive recuperado del bolsillo de Karen Parker. La científica debía tener la intención de intercambiar la clave a cambio de favores, pero por desgracia no sobrevivió a la pelea con Wesker. 

La pantalla se iluminó en verde cuando el programa consiguió abrir los testarudos archivos. Rebecca empezó a abrir ventanas y a leer la información.

Se le escapó un gemido de terror. Rebecca había visto cosas espantosas desde su primera misión en la mansión Spencer, pero lo que vio era simplemente demasiado. Los datos hablaban de contratos militares multimillonarios con gobiernos de todo el mundo, con organizaciones terroristas, dictadores o aspirantes a serlo. Desde Arkadia, GenTek ofrecía un amplio catálogo de pesadillas de biotecnología. Los vídeos de demostración le provocaron arcadas.

Pulsó el botón del interfono con una mano temblorosa. La voz del oficial Stone le contestó somnolienta.

¿Chambers? ¿Qué hora es?

Josh, he abierto el pendrive - anunció Rebecca. Aquello bastó para eliminar cualquier rastro de sueño de la voz de Stone.

Te escucho.

La sargento González tiene razón: hay que investigar al coronel Ian Taggart y toda su escala de mando de arriba a abajo. También hay que enviar equipos para investigar todas las instalaciones de GenTek por el mundo...

Chambers, tranquilízate - le cortó Stone - ¿Qué has descubierto?

El horror, Josh - Con un gesto compulsivo Rebecca levantó su taza de café y la vació de un trago. Aquella iba a ser la primera de una serie noches muy largas - El horror.

¿Continuará?