- ¡No, estoy bien!- insiste el agente, pero no se da cuenta de que el coche se desvía hacia la izquierda. Se sube a la acera, bruscamente, y os lleváis por medio una boca de incendios y una señal de tráfico. Cuando la susodicha señal se cae de la luna, en frente tenéis otro coche patrulla, con el cual chocáis. Saltan los airbags.
Te cambio de escena.